A poco más de un mes del asesinato en Santiago del Estero del campesino Cristian Ferreyra, a manos de un empleado de un empresario agropecuario, dos funcionarios municipales de Villa Matoque, departamento de Copo, y el hijo de uno de ellos, atacaron a otros dos miembros del MOCASE Vía Campesina. Néstor Palacios fue herido con un rifle en el pecho y fue trasladado al hospital San Bernardo, de la capital salteña. Su hermano, Ariel, recibió un culatazo y tuvieron que suturarlo en un pueblo más cercano: el Quebrachal.
El 21 de noviembre Tiempo Argentino había alertado sobre la situación en una nota que señalaba que había otros nueve parajes rurales de la zona donde la violencia amenazaba con derramar sangre. En la nota, elaborada con información del MOCASE, se apuntaba a la empresa Servicios y Negocios del empresario tucumano Ricardo Villa y se denunciaba que agredía a los habitantes de la zona con la venia y la ayuda del comisionado municipal de Villa Matoque. De hecho, en 2010, habían derribado el rancho de una familia con una topadora.
El artículo, ayer, se convirtió, desgraciadamente, en un anticipo. El ataque a los campesinos, justamente, fue en el paraje Pilpinto, uno de los tantos que quiere desalojar la empresa Servicios y Negocios. Y según denunciaron los testigos, los agresores fueron Hugo Santillán, alias “Chillín”, comisionado municipal de Villa Matoque; y su hermano, secretario comisionado, Alonso Santillán. Quien disparó, dijeron las fuentes, fue Luis Jeremías Santillán, hijo de Alonso Santillán.
“El señor que nos atacó primero fue el secretario del comisionado. Tenía un machete y un revólver en la cintura. Yo le dije que no estaba armado y me levanté la camisa para que lo comprobara. Nos prendimos a fuerza y lo volteé. Pero me pegaron con una carabina en la cabeza. Después le dispararon a mi hermano en la tetilla. Y lo tuve que cargar 15 kilómetros en una moto hasta que encontré una camioneta”, le relató a Tiempo Argentino Ariel Palacios, después de recibir unos ocho puntos de sutura en la cabeza, con la preocupación latente por la salud de su hermano. “Está en el quirófano”, agregó, al cierre de esta edición.
La disputa en esa zona del departamento de Copo empezó en mayo del año pasado, cuando un empresario amenazó a los habitantes del lugar para que dejen las tierras donde viven hace más de 20 años. En algunos casos, la firma Servicios y Negocios consiguió su cometido: que los campesinos huyeran del lugar. En el medio, hubo agresiones, robo de animales y hasta derribaron el rancho de una familia.
Pero tal vez lo más singular es que las autoridades judiciales y políticas de Santiago del Estero estaban al tanto de la situación. El MOCASE había denunciado en la justicia los sucesos con la topadora y también los tiros que, a menudo, pasaban cerca de las casas de los campesinos, con la intención de amedrentarlos. Pero los funcionarios judiciales no hicieron nada. Tampoco resolvió el conflicto el comité de crisis que depende de la Jefatura de Gabinete del gobernador Gerardo Zamora, que también había recibido la advertencia de los pobladores.<
El 21 de noviembre Tiempo Argentino había alertado sobre la situación en una nota que señalaba que había otros nueve parajes rurales de la zona donde la violencia amenazaba con derramar sangre. En la nota, elaborada con información del MOCASE, se apuntaba a la empresa Servicios y Negocios del empresario tucumano Ricardo Villa y se denunciaba que agredía a los habitantes de la zona con la venia y la ayuda del comisionado municipal de Villa Matoque. De hecho, en 2010, habían derribado el rancho de una familia con una topadora.
El artículo, ayer, se convirtió, desgraciadamente, en un anticipo. El ataque a los campesinos, justamente, fue en el paraje Pilpinto, uno de los tantos que quiere desalojar la empresa Servicios y Negocios. Y según denunciaron los testigos, los agresores fueron Hugo Santillán, alias “Chillín”, comisionado municipal de Villa Matoque; y su hermano, secretario comisionado, Alonso Santillán. Quien disparó, dijeron las fuentes, fue Luis Jeremías Santillán, hijo de Alonso Santillán.
“El señor que nos atacó primero fue el secretario del comisionado. Tenía un machete y un revólver en la cintura. Yo le dije que no estaba armado y me levanté la camisa para que lo comprobara. Nos prendimos a fuerza y lo volteé. Pero me pegaron con una carabina en la cabeza. Después le dispararon a mi hermano en la tetilla. Y lo tuve que cargar 15 kilómetros en una moto hasta que encontré una camioneta”, le relató a Tiempo Argentino Ariel Palacios, después de recibir unos ocho puntos de sutura en la cabeza, con la preocupación latente por la salud de su hermano. “Está en el quirófano”, agregó, al cierre de esta edición.
La disputa en esa zona del departamento de Copo empezó en mayo del año pasado, cuando un empresario amenazó a los habitantes del lugar para que dejen las tierras donde viven hace más de 20 años. En algunos casos, la firma Servicios y Negocios consiguió su cometido: que los campesinos huyeran del lugar. En el medio, hubo agresiones, robo de animales y hasta derribaron el rancho de una familia.
Pero tal vez lo más singular es que las autoridades judiciales y políticas de Santiago del Estero estaban al tanto de la situación. El MOCASE había denunciado en la justicia los sucesos con la topadora y también los tiros que, a menudo, pasaban cerca de las casas de los campesinos, con la intención de amedrentarlos. Pero los funcionarios judiciales no hicieron nada. Tampoco resolvió el conflicto el comité de crisis que depende de la Jefatura de Gabinete del gobernador Gerardo Zamora, que también había recibido la advertencia de los pobladores.<