Otro final de relato: vuelta al endeudamiento

21/01/14
Ya se fue el relato del tipo de cambio competitivo y del superávit fiscal del 3%. Ya se fue el relato de que la inflación no existe. Se fue el relato de que no iban a devaluar. Se fue el relato de que había que nacionalizar YPF para echar a Chevron y las multinacionales petroleras. Se cayó hace rato la idea que éste era un país donde aumentaban las reservas. Se cayó el relato que se restringían los dólares solo a quienes tuvieran ingresos informales. Se fue el relato de que venían a combatir la pobreza.
A medida que el relato del gobierno nacional va encontrando los límites que le impone la realidad , el relato queda refutado.
Cae ahora un nuevo capítulo, uno de los últimos que se mantenía en pie: el relato del desendeudamiento.
Así que luego de autorizar el canje de deuda del Bonar 14 para evitar más emisión monetaria y esquivando una posibilidad de seguir reduciendo la deuda, partió Kicillof para negociar con el Club de París, intentando dar una señal a los mercados que pueda recuperar alguna entrada de capitales y devolverle un precario equilibrio al mercado de cambios.
Esperemos que lleve afilada la historia de las renegociaciones de deuda de ese club de acreedores . El Club de París es famoso por sus reestructuraciones a países en problemas, reestructuraciones que se organizan en distintos modelos que llevan el nombre de las ciudades donde fueron acordados (los términos de Toronto o los términos de Colonia, por ejemplo) pero que invariablemente aceptan quitas importantes en los pagos de deuda para los países deudores . Como el club es muy concesivo, luego típicamente les impone a los países la obligación de lograr quitas equivalentes con sus acreedores privados en lo que se conoce como “ principio de comparabilidad de tratamiento ” (comparability of treatment). El caso más emblemático de esto fue cuando en 1999 el club obligó a Pakistán a reestructurar su deuda externa para producir una quita del 30% que habían aceptado para su propia deuda a pesar de una feroz resistencia de las autoridades que querían evitar toda reestructuración de sus deudas con acreedores privados y que derivó en un forzado canje de los tres eurobonos pakistaníes por 61 millones de dólares.
En Argentina, la situación es particular, porque en la Argentina la reestructuración de la deuda privada antecede esta negociación y tiene en su haber quitas del 75% en el valor de la deuda. Pero eso no obsta el poder apelar al mismo principio.
Por ello esperemos que Kiciloff pida, sobre el valor de deuda actualizada, la aplicación de la misma quita que se logró con los privados.
Si lograra esto, abandonar el relato del desendeudamiento, tendría para quienes lo vienen defendiendo hace años, al menos un sabor menos amargo.

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