Padilla: «El gobierno argentino está asaltando a su Banco Central»

Con 15 años como conductor en CNN en Español, el analista financiero mexicano Alberto Padilla tuvo la oportunidad de entrevistar a las personalidades más relevantes de la economía mundial. Desde jefes de Estado a presidentes del FMI, pasando por galardonados economistas a magnates y CEOs de las principales empresas del mundo, los actores que protagonizaron la historia reciente de América latina pasaron por su programa Economía y Finanzas.
A un año de su abrupta salida de la señal norteamericana por diferencias con los ejecutivos del canal y embarcado en su propio proyecto periodístico online, este testigo presencial del boom latinoamericano de los últimos años se sentó en la silla del entrevistado para hablar sobre la actualidad de la Argentina y la región.
Invitado por la Fundación Puente para las Américas que preside Jorge Pereyra de Olazábal y antes de cruzar a Montevideo, donde asistirá a la reunión anual del BID, Padilla dialogó con El Cronista WE.
* Como conocedor de la región y viajero habitual por distintos países, ¿cómo define la visión que tiene el mundo sobre la Argentina?
– Creo que América latina está consciente del gran país que es la Argentina, de la gran sociedad que tiene, pero también de sus problemas económicos. Yo he sido muy focal y siempre he puesto el punto sobre la i respecto a los problemas de la economía argentina.
* ¿Cuáles serían?
– Estoy muy preocupado porque me parece a mí que los argentinos tienen la precepción, en general, de que la cosa no está muy bien aquí, pero que sucede lo mismo en todas partes. Y eso es totalmente falso. Argentina es excepcional, económicamente hablando, por una serie de factores negativos. Es el único país de la región del que están saliendo los dólares. El gran problema que tienen todos, absolutamente todos los países de América latina con los dólares, es que están entrando demasiados y se les están valuando sus monedas. Argentina tiene exactamente el problema contrario. Y encima tiene una inflación criminal del 25%, lo cual es un impuesto que todos los argentinos pagan por encima de sus impuestos. Aún si fuera cierta la inflación oficial del 10% anual, sería altísima con respecto al promedio de América latina, que no llega al 5%. Esos niveles de inflación no se observan en ningún país, salvo en Venezuela. Esos son los dos grandes problemas, que obviamente son los reflejos de un origen mucho más profundo y siniestro: un mal manejo económico de fondo.
* Si está probado que en la región existen otros caminos de crecimiento que incluyen una baja inflación y llegada de inversiones extranjeras, ¿por qué cree que Argentina se aferra a un modelo alternativo?
– Me queda claro que el Gobierno está gastando demasiado y metiendo demasiado dinero en la economía para el gasto social, lo cual genera inflación. En el resto de los países, el gasto es lo suficientemente moderado para mantener la economía fría y la inflación baja. El reto es crecer sin inflación, lo cual comenzó a ser un problema para Brasil, que se le empezó a desbocar. Si China lo ha logrado, por ejemplo. Queda claro que el crecimiento económico argentino es descontrolado totalmente, porque genera inflación alta.
* ¿Está al tanto del debate vigente sobre la reforma de la Carta Orgánica del Banco Central argentino? ¿Qué opinión tiene?
– Es otra excepcionalidad en la región. El problema en este momento no es ya el cambio en la carta orgánica. Eso será un problema a futuro y de hecho el Banco Central ya le viene dando recursos al Gobierno. El problema principal es que el Gobierno está tan mal administrado en sus finanzas que necesita los recursos de las reservas del Banco Central. Eso es gravísimo y de ninguna manera es la solución de financiamiento. Las reservas son del Banco Central, no son del Gobierno. Los mandatos de un Banco Central son controlar los precios y estabilizar el sistema financiero. Las reservas sirven para proteger al sistema financiero en caso de un problema, pero no son para financiar a un gobierno. El Gobierno debería tener sus propias reservas producto de medidas fiscales contracíclicas. Evidentemente el gobierno argentino no ha aplicado estas medidas contracíclicas y ahora tienen que ir a asaltar el banco, literalmente. Otro punto importante: si Argentina tiene flujo negativo de dólares, lo que este gobierno debería hacer -al igual que cualquier otro gobierno del planeta- es impulsar la entrada de dólares, no detener su salida.
* ¿Cómo ve el modelo económico vigente en la Argentina en el mediano plazo?
– El éxito de la Argentina no es hecho en la Argentina; es importado. Lo que mantiene andando al país son los precios de las exportaciones de la carne y de la soja, particularmente. En cambio, el mercado interno es demasiado pequeño. La única razón por la cual Argentina ha mantenido su crecimiento es por los precios de sus exportaciones. El modelo se ha sostenido, con todos sus debalances, porque existen precios de exportación altos. En cuanto caigan los precios de la carne y de la soja, se cae el modelo. Por eso no es un buen modelo económico, porque depende del precio de los commoditites, y para colmo, depende sólo de dos productos.
* El boom de los commodities es un fenómeno regional. ¿Cree que la región en su conjunto está aprovechando la oportunidad?
– El revolucionario mexicano Emiliano Zapata tenía un grito de guerra: «La tierra es de quien la trabaja», decía. Yo en el siglo XXI puedo cambiar esa frase y decir que la tierra es quien trabaja… porque el latinoamericano, en general, no trabaja. Es la tierra la que trabaja. El problema es que te surge el famoso mal holandés, es decir, que como la región ya tiene una entrada de divisas asegurada, se vuelve complaciente. Todo el boom latinoamericano es en base a los commoditites: está sustentada en la exportación de granos, carne, petróleo, soja, cobre, etc. El único país que realmente tiene una base diversificada de producción es México. Es decir que tanto Argentina como el resto de la región no está aprovechando la oportunidad, porque estamos sustentados exclusivamente en los commoditites y hay muy poca manufactura. Lo que se debió haber hecho es aprovechar parte de los recursos que están ingresando para empezar a impulsar otras industrias. Argentina tiene la obligación de explotar eficientemente sus recursos naturales, pero al mismo tiempo explotar el resto de los recursos, que son la mano de obra y la mente. En América latina la única que trabaja es la tierra. No trabajamos con nuestras manos y mucho menos con nuestras mentes.
* Los analistas hablan de dos bloques regionales. Uno liderado por Venezuela, Ecuador y Bolivia, y otro por Chile, Brasil, y Colombia. ¿Hay dos Américas latinas?
– Evidentemente sí. Existe un grupo de países con gobiernos que transmiten una certeza engañosa e irreal de que se puede vivir perfectamente bien de los recuros naturales y que no es necesaria la inversión extranjera y los dólares. Y el gobierno argentino actual es el caso ejemplar de esto: sigue pensando que puede crecer y sostenerse solamente con los precios de los commodities que exporta, mientras la realidad le indica que se está ahogando por falta de dólares. Más allá de los discursos, es claro que a la Argentina le urgen esas inversiones extranjeras. Ahí tenemos el caso de empresas como YPF, que por no tener el incentivo para invertir, tiene los problemas que tiene.
* Brasil viene mostrando síntomas de desaceleración. ¿Cómo puede afectar esto a la región?
– Yo soy de lo que pienso que Brasil no es ningún país excepcional, como mucha gente pensó. Muchos hablaban del fenómeno brasileño, el cual no fue tal porque el año pasado Brasil dio a conocer que creció poco más de 2 puntos porcentuales, lo cual es bajo viniendo de un 7%. Cuando se habla de los países «BRIC», la «B» no es de Brasil, sino de burbuja, claramente. Fue un fenómeno de crecimiento económico no muy distinto al de Argentina, ayudado por las circunstancias internacionales. Lo que sucede es que en el caso brasileño se nota más porque saca un punto porcentual de su población de la pobreza, son millones de personas, a diferencia de otros países de la región. Pero en realidad, no llevó a cabo ninguna reforma modificadora importante; en todo caso, lo que hizo el gobierno de Lula Da Silva es tratar de ser un país normal, pero no excepcional. Lo cual ya es mucho decir, porque en la tierra de los ciegos, el tuerto es rey.
* Usted está radicado en EEUU. De cara a las elecciones presidenciales de noviembre, ¿Cree que Obama está capitalizando los lentos avances en la economía estadounidense?
– Tal vez Barack Obama no esté capitalizando los logros en su imagen, pero al final del camino no importa. Yo sostengo y estoy convencido de que Barack OBama se reelige debido al momento económico del país. Estados Unidos viene en franca recuperación, si bien débil y riesgosa, pero recuperación al fin. Está mucho mejor hoy de lo que estaba un año y medio atrás. Y la precepción del estadounidense es que la economía viene creciendo. Ese momento económico lo va a ayudar a Obama y lo reeligirá, a menos que surja una circunstancia económica imprevista, un shock externo que descarrille el crecimiento, lo cual es poco probable. En cuanto al candidato opositor, seguramente sea Mitt Romney, pero sea quien sea no le ganará a Obama, simplemente por esta percepción de bienestar que está empezando a sentir el votante. z we

Acerca de Nicolás Tereschuk (Escriba)

"Escriba" es Nicolás Tereschuk. Politólogo (UBA), Maestría en Sociologìa Económica (IDAES-UNSAM). Me interesa la política y la forma en que la política moldea lo económico (¿o era al revés?).

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