Es público y notorio que la movilización ha sido fogoneada por la Sociedad Rural, por la Cámara de Comercio y por la Cooperativa de Transporte, tres organizaciones ubicadas en la oposición, remarcaban anoche en las cercanías de la intendenta de Cañuelas, Marisa Fassi. Ella bajó dos veces, ninguna de las dos veces le permitieron hablar. Sólo gritaban que renuncie. Y ella no renuncia, está al frente del municipio y del esclarecimiento del asesinato de los hermanos Massa. Lamentablemente están usando esas víctimas como carne de cañón contra la intendencia, señalaron los allegados a la jefa comunal. Por la noche se buscaba al presunto homicida, hijo de un policía de San Vicente, lo que incluiría en el caso una venganza difícil de prevenir.
Según sostienen en el Frente para la Victoria (FpV), la fuerza que llevó a Fassi a la jefatura comunal, Cañuelas es una localidad tranquila. Aquí nunca hubo graves hechos de inseguridad y sobre todo no hubo hechos que pusieran en riesgo la vida de algún vecino. Robos menores, porque no estamos en una isla, pero no sucesos de envergadura. Desde hace veinte días empezamos a tener problemas. Vivimos una oleada que terminó con la vida de Marcelo y Leonardo Massa, explicaron desde el municipio.
El ministro de Asuntos Agrarios de la Provincia de Buenos Aires, Gustavo Arrieta, esposo de la intendenta, hizo un duro diagnóstico sobre la movilización. Algunos por convicción y otros por miserabilidad se suben a la ola y tratan de aprovechar la circunstancia. Hace cinco años que no nos pasaba algo grave en Cañuelas. Este doble crimen es una tragedia que enluta a toda nuestra comunidad y lo estamos tratando de esclarecer. Me llama la atención que aparezcan ahora en la protesta personas que vienen de Quilmes e integrantes del duhaldismo que no tuvieron la suerte de pasar de las primarias. La Presidenta, el gobernador, los intendentes, no salimos sorteados en una tómbola. Hubo una elección. Y los que hoy piden la renuncia no hacen más que aprovechar esta tragedia. Marisa tiene un alto grado de consenso. No faltó quien le preguntara a Arrieta si detrás de la protesta no había una revancha por el revalúo inmobiliario rural, que lo contó entre los impulsores.
Quienes responden a la jefa comunal reiteraron que hicieron múltiples intentos de hablar con la gente. Quien primero trató de hacerlo fue el jefe de la Policía Bonaerense, Hugo Matzkin. No lo quisieron escuchar. La intendenta bajó dos veces. La primera con Arrieta y la segunda con Ricardo Casal, el ministro de Justicia y Seguridad. También fue imposible. Se propuso que los vecinos formaran una comisión y que subieran a hablar. Eso se concretó, mantuvimos un encuentro tenso, duro, pero si la única propuesta es que Marisa renuncie, no hay diálogo posible. La gente está motorizada por esas organizaciones y se está usando esto contra la intendenta.
Cañuelas tiene policía comunal, con despliegue de efectivos, patrulleros y elementos de seguridad que están bajo la conducción del municipio. En este caso no hubo prevención posible. Dos individuos que llegaron en moto, uno se bajó y disparó. Frente a eso no hay ninguna medida de seguridad que pueda evitar un hecho de esa naturaleza. Las características de lo ocurrido nos llevan a darle entidad a la hipótesis de la venganza y de este ex presidiario, hijo de un policía de San Vicente, redondearon en el municipio. Municipios bonaerenses apoyaron a la intendente.