A pocos días de cumplirse los diez años del «corralito» que afectó a los ahorristas en 2001, vuelven los temores relacionados con los depósitos en dólares. Pero el funcionamiento del sistema financiero hoy no tiene nada que ver con el de hace una década.
El nuevo sistema, fundado prácticamente desde sus cenizas, procuró cambiar lo que había funcionado mal del anterior. Hubo dos medidas centrales: limitar el financiamiento al sector público (no puede superar más del 30% de los activos de cada entidad) y prohibió el descalce de monedas. Por lo tanto, los depósitos en pesos se utilizan para préstamos en moneda local, mientras que los depósitos en dólares pueden financiar sólo a empresas que generan dólares, básicamente exportadoras.
La banca en la década del 90 tenía, en cambio, descalce de plazos. Significa que los depósitos en dólares eran prestados a público y empresas que tenían ingresos en pesos. Por lo tanto, cuando el público fue a exigir sus divisas en medio de la corrida cambiaria, esos dólares directamente no existían. Se llegó al absurdo de concurrir con pesos al banco, pero con la posibilidad de exigir que esa colocación quedara nominada en dólares. Se trataba, en realidad, de argendólares.
¿Cuál es el destino de los depósitos en moneda extranjera? Ascendían a u$s 15.000 millones a fin de octubre, antes de que comenzara la salida de depósitos. En líneas generales, la mitad fue prestada por los bancos para la prefinanciación de exportaciones, mientras que la otra parte quedó inmovilizada en el Banco Central. Esa parte que está «encajada» es lo que la autoridad monetaria contabiliza como reservas.
En otras palabras, la totalidad de los dólares depositados existe como tal. Una parte fue prestada a corto plazo (entre seis meses y un año como máximo) y el resto se encuentra en el BCRA.
Un dato que demuestra que el público no teme por la salud del sistema financiero es que mientras que los depósitos en dólares caen, los nominados en pesos continúan subiendo y lo hacen a un ritmo mayor por la suba de las tasas de interés. Los plazos fijos en moneda local crecieron en los últimos 30 días algo más de $ 4.200 millones, lo que representa un salto del 4,2%.
El nuevo sistema, fundado prácticamente desde sus cenizas, procuró cambiar lo que había funcionado mal del anterior. Hubo dos medidas centrales: limitar el financiamiento al sector público (no puede superar más del 30% de los activos de cada entidad) y prohibió el descalce de monedas. Por lo tanto, los depósitos en pesos se utilizan para préstamos en moneda local, mientras que los depósitos en dólares pueden financiar sólo a empresas que generan dólares, básicamente exportadoras.
La banca en la década del 90 tenía, en cambio, descalce de plazos. Significa que los depósitos en dólares eran prestados a público y empresas que tenían ingresos en pesos. Por lo tanto, cuando el público fue a exigir sus divisas en medio de la corrida cambiaria, esos dólares directamente no existían. Se llegó al absurdo de concurrir con pesos al banco, pero con la posibilidad de exigir que esa colocación quedara nominada en dólares. Se trataba, en realidad, de argendólares.
¿Cuál es el destino de los depósitos en moneda extranjera? Ascendían a u$s 15.000 millones a fin de octubre, antes de que comenzara la salida de depósitos. En líneas generales, la mitad fue prestada por los bancos para la prefinanciación de exportaciones, mientras que la otra parte quedó inmovilizada en el Banco Central. Esa parte que está «encajada» es lo que la autoridad monetaria contabiliza como reservas.
En otras palabras, la totalidad de los dólares depositados existe como tal. Una parte fue prestada a corto plazo (entre seis meses y un año como máximo) y el resto se encuentra en el BCRA.
Un dato que demuestra que el público no teme por la salud del sistema financiero es que mientras que los depósitos en dólares caen, los nominados en pesos continúan subiendo y lo hacen a un ritmo mayor por la suba de las tasas de interés. Los plazos fijos en moneda local crecieron en los últimos 30 días algo más de $ 4.200 millones, lo que representa un salto del 4,2%.
Imprescindible.
Cada uno en lo suyo: Economía, Ambito. Política, Pagina. Internacionales: La Nación. Farándula: Perfil. Clasificados: Clarín. Humor: Tiempo Argentino.