07/01/14
La reunión celebrada el 29 de diciembre en Rosario entre las principales fuerzas políticas del espacio socialdemócrata revela que la centroizquierda comienza a recorrer el camino de la unidad.
La hoja de ruta no será fácil, pero la voluntad expresada por los participantes de la reunión de deponer ambiciones personales para construir un frente amplio , asignar prioridad a la elaboración de una propuesta programática común y resolver la integración de la fórmula presidencial a través del mecanismo de internas abiertas señala un comienzo auspicioso.
La fragmentación electoral ha sido la mayor debilidad que ha tenido el progresismo desde el 2001 a la fecha. Esa dispersión fue funcional a la concentración de poder en manos del kirchnerismo, que captó buena parte de los votos progresistas.
Los dirigentes y los partidos de centroizquierda parecen haber tomado nota de la demanda de un importante sector de la sociedad que reclama por una alternativa distinta al conglomerado justicialista . Aprovechando que los principales referentes del progresismo, con alguna excepción, son legisladores nacionales, el Congreso podría ser un buen lugar para desarrollar un espacio de debate constructivo que contribuya a desarmar prevenciones y afianzar la confianza mutua.
En esa dirección es deseable que los bloques de diputados y senadores de centroizquierda encaren una agenda legislativa común que ponga el acento en la resolución de los cinco principales problemas que afectan a nuestro país: injusticia, indecencia, inseguridad, inflación e intolerancia.
El desafío que enfrentan, partidos y dirigentes, es ser capaces de captar la adhesión de quienes, defraudados por el falso progresismo gobernante, busquen una alternativa fundada en la equidad, la decencia, la seguridad democrática, el desarrollo y el diálogo.
Acuerdo programático, movilización social y construcción de liderazgos institucionales y democráticos son temas que debe abordar la coalición de centroizquierda si tiene aspiraciones de consolidarse y ser confiable para la ciudadanía.
La reunión celebrada el 29 de diciembre en Rosario entre las principales fuerzas políticas del espacio socialdemócrata revela que la centroizquierda comienza a recorrer el camino de la unidad.
La hoja de ruta no será fácil, pero la voluntad expresada por los participantes de la reunión de deponer ambiciones personales para construir un frente amplio , asignar prioridad a la elaboración de una propuesta programática común y resolver la integración de la fórmula presidencial a través del mecanismo de internas abiertas señala un comienzo auspicioso.
La fragmentación electoral ha sido la mayor debilidad que ha tenido el progresismo desde el 2001 a la fecha. Esa dispersión fue funcional a la concentración de poder en manos del kirchnerismo, que captó buena parte de los votos progresistas.
Los dirigentes y los partidos de centroizquierda parecen haber tomado nota de la demanda de un importante sector de la sociedad que reclama por una alternativa distinta al conglomerado justicialista . Aprovechando que los principales referentes del progresismo, con alguna excepción, son legisladores nacionales, el Congreso podría ser un buen lugar para desarrollar un espacio de debate constructivo que contribuya a desarmar prevenciones y afianzar la confianza mutua.
En esa dirección es deseable que los bloques de diputados y senadores de centroizquierda encaren una agenda legislativa común que ponga el acento en la resolución de los cinco principales problemas que afectan a nuestro país: injusticia, indecencia, inseguridad, inflación e intolerancia.
El desafío que enfrentan, partidos y dirigentes, es ser capaces de captar la adhesión de quienes, defraudados por el falso progresismo gobernante, busquen una alternativa fundada en la equidad, la decencia, la seguridad democrática, el desarrollo y el diálogo.
Acuerdo programático, movilización social y construcción de liderazgos institucionales y democráticos son temas que debe abordar la coalición de centroizquierda si tiene aspiraciones de consolidarse y ser confiable para la ciudadanía.
