Pidió a Europa que sea “comprensiva” con las medidas de Guillermo Moreno que restringen el comercio.
PorEleonora Gosman
San Pablo. Corresponsal
egosman@clarin.com
Brasil pidió a la Unión Europea que “comprenda” a la Argentina. La presidenta Dilma Rousseff argumentó que el control de importaciones impuesto por el gobierno de Cristina Kirchner es un “reflejo” de la “difícil situación” económica del país . La demanda fue planteada por la jefa de Estado brasileña durante una reunión, en el Palacio del Planalto, con el presidente de Irlanda, Michael Higgins y su ministro de Comercio Exterior, Joe Costello.
Según descripciones del diario económico Valor , Rousseff explicó a los irlandeses que tanto la economía brasileña como la argentina sufren las consecuencias de la crisis internacional, con foco en Europa. Pero dijo que el impacto de la tormenta mundial fue distinto en los dos países . En el caso de Argentina, recordó que “la moratoria (declarada en 2002) le impide hasta hoy recurrir al mercado de capitales ”. Eso provocó que el gobierno argentino tuviera menos armas para enfrentar las consecuencias de la desaceleración mundial y produjo una necesidad de obtener divisas a través de un aumento del superávit comercial, lo que explicaría, según Dilma, las medidas de restricciones a las importaciones.
Con estas apreciaciones, la presidenta brasileña buscaba atenuar ante su colega Higgins las protestas formuladas por la UE, junto a Estados Unidos y algunos otros países, que emprendieron acciones en la Organización Mundial del Comercio contra el “proteccionismo” argentino . No fue por casualidad que eligió ese interlocutor. En el primer semestre de 2013, la presidencia de la comunidad europea recaerá justamente en Irlanda. Y Brasil, que tiene la presidencia pro tempore del Mercosur, pretende avanzar hasta diciembre en un acuerdo de libre comercio entre las dos regiones , que se negocia con suerte esquiva desde hace una década.
El gobierno brasileño ve a la Argentina como un algo que “complica” las negociaciones con Europa. Entre Brasilia y Buenos Aires todavía no encontraron la fórmula que “permita involucrar” a la Argentina en un esfuerzo de negociación con la UE. Ocurre que Brasil tiene urgencia para cerrar un tratado con Europa. A partir de 2013 Brasilia ya no contará con el paraguas del sistema general de preferencias de la UE , que le permiten hasta ahora exportar un universo significativo de productos con impuestos aduaneros reducidos. La caída del trato preferencial afectará la competitividad de las exportaciones de calzado, químicas y de máquinas brasileñas. Las autoridades europeas han ratificado ante Brasil que la única forma de mantener esas preferencias sería a través de un acuerdo UE-Mercosur .
A fines de septiembre, el canciller Antonio Patriota reveló la prisa de Brasil por acuerdos de liberalización comercial. Mencionó, incluso, que se estudia la posibilidad de realizar un tratado entre Mercosur y Canadá. Para el ministro, que ayer estuvo en Buenos Aires, su país “está obligado a avanzar en acuerdos comerciales”, porque de no hacerlo corre el riesgo de perder espacio en los mercados internacionales.
PorEleonora Gosman
San Pablo. Corresponsal
egosman@clarin.com
Brasil pidió a la Unión Europea que “comprenda” a la Argentina. La presidenta Dilma Rousseff argumentó que el control de importaciones impuesto por el gobierno de Cristina Kirchner es un “reflejo” de la “difícil situación” económica del país . La demanda fue planteada por la jefa de Estado brasileña durante una reunión, en el Palacio del Planalto, con el presidente de Irlanda, Michael Higgins y su ministro de Comercio Exterior, Joe Costello.
Según descripciones del diario económico Valor , Rousseff explicó a los irlandeses que tanto la economía brasileña como la argentina sufren las consecuencias de la crisis internacional, con foco en Europa. Pero dijo que el impacto de la tormenta mundial fue distinto en los dos países . En el caso de Argentina, recordó que “la moratoria (declarada en 2002) le impide hasta hoy recurrir al mercado de capitales ”. Eso provocó que el gobierno argentino tuviera menos armas para enfrentar las consecuencias de la desaceleración mundial y produjo una necesidad de obtener divisas a través de un aumento del superávit comercial, lo que explicaría, según Dilma, las medidas de restricciones a las importaciones.
Con estas apreciaciones, la presidenta brasileña buscaba atenuar ante su colega Higgins las protestas formuladas por la UE, junto a Estados Unidos y algunos otros países, que emprendieron acciones en la Organización Mundial del Comercio contra el “proteccionismo” argentino . No fue por casualidad que eligió ese interlocutor. En el primer semestre de 2013, la presidencia de la comunidad europea recaerá justamente en Irlanda. Y Brasil, que tiene la presidencia pro tempore del Mercosur, pretende avanzar hasta diciembre en un acuerdo de libre comercio entre las dos regiones , que se negocia con suerte esquiva desde hace una década.
El gobierno brasileño ve a la Argentina como un algo que “complica” las negociaciones con Europa. Entre Brasilia y Buenos Aires todavía no encontraron la fórmula que “permita involucrar” a la Argentina en un esfuerzo de negociación con la UE. Ocurre que Brasil tiene urgencia para cerrar un tratado con Europa. A partir de 2013 Brasilia ya no contará con el paraguas del sistema general de preferencias de la UE , que le permiten hasta ahora exportar un universo significativo de productos con impuestos aduaneros reducidos. La caída del trato preferencial afectará la competitividad de las exportaciones de calzado, químicas y de máquinas brasileñas. Las autoridades europeas han ratificado ante Brasil que la única forma de mantener esas preferencias sería a través de un acuerdo UE-Mercosur .
A fines de septiembre, el canciller Antonio Patriota reveló la prisa de Brasil por acuerdos de liberalización comercial. Mencionó, incluso, que se estudia la posibilidad de realizar un tratado entre Mercosur y Canadá. Para el ministro, que ayer estuvo en Buenos Aires, su país “está obligado a avanzar en acuerdos comerciales”, porque de no hacerlo corre el riesgo de perder espacio en los mercados internacionales.