El ministro del Máximo Tribunal criticó el proyecto sancionado y aseguró que la Argentina no necesita «para nada» una figura como el terrorismo. «Es una extorsión de segunda categoría que nos hace el GAFI», aseguró el juez en declaraciones a Radio Nacional Córdoba
El juez de la Corte Suprema de Justicia, Eugenio Zaffaroni, opinó sobre la ley que reclama el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) y que fue sancionada esta semana por el Congreso, que persigue el lavado de activos y a quienes financien al terrorismo, y aseguró que en el país no es necesaria.
En un reportaje con Radio Nacional Córdoba, el juez afirmó que la sanción obligatoria de esas normas «es una extorsión que nos hace el organismo GAFI, de segunda categoría, que se atribuye más derechos que las Naciones Unidas».
«El GAFI recomendó que esta ley se transforme en obligatoria, pero en algún momento puede ser utilizada por alguien contra la protesta social o contra los sindicatos. En el país no necesitamos esta ley antiterrorismo», sostuvo Zaffaroni.
La norma, que fue aprobada en el Senado por 39 votos a 22, considera como delito de terrorismo los actos «que sean cometidos con la finalidad de aterrorizar a la población u obligue a gobierno nacional o extranjeros a realizar un acto o abstenerse de hacerlo».
La ley antiterrorista «es un disparate», sentenció Zaffaroni y reiteró que el GAFI «nos extorsiona de modo que si no sacamos esas leyes (las declaraciones del ministro de la corte fueron realizadas antes de sus aprobación), nos va a sancionar económicamente».
El ministro del Máximo Tribunal fue aún más crítico al sostener que «este organismo se ocupa solamente de garantizar que el lavado de dinero se haga en el hemisferio norte».
El juez de la Corte Suprema de Justicia, Eugenio Zaffaroni, opinó sobre la ley que reclama el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) y que fue sancionada esta semana por el Congreso, que persigue el lavado de activos y a quienes financien al terrorismo, y aseguró que en el país no es necesaria.
En un reportaje con Radio Nacional Córdoba, el juez afirmó que la sanción obligatoria de esas normas «es una extorsión que nos hace el organismo GAFI, de segunda categoría, que se atribuye más derechos que las Naciones Unidas».
«El GAFI recomendó que esta ley se transforme en obligatoria, pero en algún momento puede ser utilizada por alguien contra la protesta social o contra los sindicatos. En el país no necesitamos esta ley antiterrorismo», sostuvo Zaffaroni.
La norma, que fue aprobada en el Senado por 39 votos a 22, considera como delito de terrorismo los actos «que sean cometidos con la finalidad de aterrorizar a la población u obligue a gobierno nacional o extranjeros a realizar un acto o abstenerse de hacerlo».
La ley antiterrorista «es un disparate», sentenció Zaffaroni y reiteró que el GAFI «nos extorsiona de modo que si no sacamos esas leyes (las declaraciones del ministro de la corte fueron realizadas antes de sus aprobación), nos va a sancionar económicamente».
El ministro del Máximo Tribunal fue aún más crítico al sostener que «este organismo se ocupa solamente de garantizar que el lavado de dinero se haga en el hemisferio norte».
¡Uy! Y yo que creía que Zaffaroni estaba de lado de los buenos…
«Por algo será» (je)
David:
Yo no estaría tan seguro de que no está con los buenos. Al haber opinado sobre la ley, cuando llegue a la Corte Suprema algún caso vinculado a la misma, deberá excusarse, por lo tanto nunca sabremos si estaba o no a favor de la misma como juez, que es lo que es y lo que importa.
No lo sabía.
De todos modos ahora Randazzo lo desmintió a Sbatella, y Verbitsky también opinó en contra.
De todos modos, la ley está, y no sabremos cómo se aplicará hasta el próximo intento de «golpe mediático»
La ley la van a interpretar Bonadio, Oyarbide, y otros próceres, en casos como éstos se tarda 2 años en llegar a la Corte Suprema.
¿Dos años?
Estamos fritos. En dos años, reforma constitucional por medio, esos temas serán de competencia del Tribunal Constitucional, la corte, con minúsculas, se dedicará a resolver los cobros de pesos.