El sistema eléctrico de Argentina está compuesto por usinas generadoras de electricidad, líneas eléctricas de alta y extra alta tensión, redes eléctricas de distribución y por diversos consumidores de electricidad. Dicho sistema no almacena energía eléctrica, lo cual significa que en todo momento la generación debe ser igual a la demanda o consumo del mercado, viéndose necesaria la exportación del excedente. Ya sea porque la demanda es superior a la generación o inclusive si la generación es superior a la demanda, pero se presentan problemas en el segmento de la distribución, emerge la necesidad de efectuar cortes de servicio para reducir el consumo y adecuarlo a la generación o a la distribución, según el problema que corresponda; en caso contrario se produce el colapso del sistema eléctrico.
Las usinas o centrales eléctricas son plantas que se encargan de producir energía eléctrica. Se ubican en las proximidades de fuentes de energía primaria (yacimientos de hidrocarburos y combustibles nucleares, ríos, lagos) y en cercanías de los centros de consumo (grandes aglomeraciones urbanas o zonas industriales). En las usinas existen máquinas eléctricas llamadas generadores, que transforman la energía mecánica en electricidad. Estas máquinas deben ser movidas por otras, denominadas primarias, que pueden ser de combustión interna (motores diésel o turbinas de gas), centrales de vapor (de combustible fósil o nuclear), centrales hidráulicas y aerogeneradores (energía eólica). Existen diferentes tipos de centrales eléctricas, las cuales dependen de disímiles materias primas que son empleadas para la obtención de energía eléctrica, y se diferencian por la fuente de energía primaria que origina la transformación. En Argentina se emplean tres tipos de usinas para generación en gran escala: termoeléctricas, hidroeléctricas y nucleoeléctricas.
Los generadores eléctricos se conectan entre sí y con los centros de consumo por medio de las redes de transporte y distribución. Las redes de transporte o transmisión consisten en sistemas de líneas de alta y extra alta tensión que transportan la electricidad desde los generadores hasta las aglomeraciones urbanas y parques industriales. Las redes de distribución son aquellas que se encargan de distribuir la electricidad desde los sistemas de líneas de media y baja tensión a los medidores de hogares (urbanos y rurales), comercios, fábricas, hospitales, escuelas, organismos públicos, ferrocarriles metropolitanos, alumbrado público, etc.
Todos estos elementos e instalaciones de transmisión, compensación y maniobra integran lo que se conoce como Sistema Argentino de Interconexión (SADI), conformado por el Sistema de Transporte de Alta Tensión y por los Sistemas de Transporte por Distribución Troncal de las diferentes regiones eléctricas del país.
En el contexto del vigente Plan Energético Nacional, el Ministerio de Planificación Federal ha gestionado inversiones en infraestructura energética por alrededor de 90.000 millones de pesos durante el período 2004-2013, correspondiendo cerca de un 80 por ciento a inversiones públicas y el resto a inversiones mixtas y privadas. En lo que respecta a la expansión del SADI, en estos últimos nueve años se incrementó la potencia instalada del parque de generación en 8500 MW y se tendieron cerca de 5500 km de líneas de alta y extra alta tensión.
El Estado Nacional tiene participaciones en los segmentos de generación y transporte troncal, mientras que el segmento de distribución está a cargo de empresas provinciales, privadas y cooperativas. Cabe señalar que las únicas concesiones para el servicio público de distribución otorgadas por el Estado Nacional tras la privatización de Segba corresponden al AMBA (Edenor y Edesur) y La Plata (Edelap). En el segmento generación, la participación del Estado Nacional se encuentra en el orden del 10 por ciento de la potencia instalada nominal unificada al SADI, mediante las dos centrales nucleares Atucha I y Embalse, que en conjunto suman 1011 MW (a partir de febrero/marzo de 2014 se sumará Atucha II con 750 MW adicionales) que opera Nucleoeléctrica Argentina S.A. y mediante las centrales térmicas Ensenada, Brigadier López y el Programa Energía Distribuida que en conjunto suman 2025 MW (con los cierres de ciclo de Ensenada y Brigadier López para octubre de 2014 y la construcción de las centrales Vuelta de Obligado, Guillermo Brown, Belgrano II y Río Turbio, junto a la central nuclear Atucha II, se sumarán 4000 MW adicionales; es decir, el Estado Nacional alcanzará en un par de años controlar el 20 por ciento de la potencia instalada nominal unificada al SADI). En el segmento transmisión de energía el Estado Nacional posee participaciones accionarias en Transener y por medio de ésta en Transba.
A diferencia de los segmentos generación y transporte, donde el Estado Nacional, como se ha visto, ha efectuado compulsivas y estratégicas inversiones, en el segmento de distribución las empresas prestatarias del servicio público de distribución de energía han cometido numerosos incumplimientos contractuales por falta de inversiones. Por consiguiente, cada vez que se presentan situaciones meteorológicas como las de estos días, con altos picos de demanda por la ola de calor, dicha saturación de demanda sobrecarga los transformadores y líneas de distribución (muy obsoletas desde hace varios años) y, por consiguiente, se producen cortes en el suministro de energía a los usuarios.
* Director del Centro Latinoamericano de Investigaciones Científicas y Técnicas (Clicet).
Las usinas o centrales eléctricas son plantas que se encargan de producir energía eléctrica. Se ubican en las proximidades de fuentes de energía primaria (yacimientos de hidrocarburos y combustibles nucleares, ríos, lagos) y en cercanías de los centros de consumo (grandes aglomeraciones urbanas o zonas industriales). En las usinas existen máquinas eléctricas llamadas generadores, que transforman la energía mecánica en electricidad. Estas máquinas deben ser movidas por otras, denominadas primarias, que pueden ser de combustión interna (motores diésel o turbinas de gas), centrales de vapor (de combustible fósil o nuclear), centrales hidráulicas y aerogeneradores (energía eólica). Existen diferentes tipos de centrales eléctricas, las cuales dependen de disímiles materias primas que son empleadas para la obtención de energía eléctrica, y se diferencian por la fuente de energía primaria que origina la transformación. En Argentina se emplean tres tipos de usinas para generación en gran escala: termoeléctricas, hidroeléctricas y nucleoeléctricas.
Los generadores eléctricos se conectan entre sí y con los centros de consumo por medio de las redes de transporte y distribución. Las redes de transporte o transmisión consisten en sistemas de líneas de alta y extra alta tensión que transportan la electricidad desde los generadores hasta las aglomeraciones urbanas y parques industriales. Las redes de distribución son aquellas que se encargan de distribuir la electricidad desde los sistemas de líneas de media y baja tensión a los medidores de hogares (urbanos y rurales), comercios, fábricas, hospitales, escuelas, organismos públicos, ferrocarriles metropolitanos, alumbrado público, etc.
Todos estos elementos e instalaciones de transmisión, compensación y maniobra integran lo que se conoce como Sistema Argentino de Interconexión (SADI), conformado por el Sistema de Transporte de Alta Tensión y por los Sistemas de Transporte por Distribución Troncal de las diferentes regiones eléctricas del país.
En el contexto del vigente Plan Energético Nacional, el Ministerio de Planificación Federal ha gestionado inversiones en infraestructura energética por alrededor de 90.000 millones de pesos durante el período 2004-2013, correspondiendo cerca de un 80 por ciento a inversiones públicas y el resto a inversiones mixtas y privadas. En lo que respecta a la expansión del SADI, en estos últimos nueve años se incrementó la potencia instalada del parque de generación en 8500 MW y se tendieron cerca de 5500 km de líneas de alta y extra alta tensión.
El Estado Nacional tiene participaciones en los segmentos de generación y transporte troncal, mientras que el segmento de distribución está a cargo de empresas provinciales, privadas y cooperativas. Cabe señalar que las únicas concesiones para el servicio público de distribución otorgadas por el Estado Nacional tras la privatización de Segba corresponden al AMBA (Edenor y Edesur) y La Plata (Edelap). En el segmento generación, la participación del Estado Nacional se encuentra en el orden del 10 por ciento de la potencia instalada nominal unificada al SADI, mediante las dos centrales nucleares Atucha I y Embalse, que en conjunto suman 1011 MW (a partir de febrero/marzo de 2014 se sumará Atucha II con 750 MW adicionales) que opera Nucleoeléctrica Argentina S.A. y mediante las centrales térmicas Ensenada, Brigadier López y el Programa Energía Distribuida que en conjunto suman 2025 MW (con los cierres de ciclo de Ensenada y Brigadier López para octubre de 2014 y la construcción de las centrales Vuelta de Obligado, Guillermo Brown, Belgrano II y Río Turbio, junto a la central nuclear Atucha II, se sumarán 4000 MW adicionales; es decir, el Estado Nacional alcanzará en un par de años controlar el 20 por ciento de la potencia instalada nominal unificada al SADI). En el segmento transmisión de energía el Estado Nacional posee participaciones accionarias en Transener y por medio de ésta en Transba.
A diferencia de los segmentos generación y transporte, donde el Estado Nacional, como se ha visto, ha efectuado compulsivas y estratégicas inversiones, en el segmento de distribución las empresas prestatarias del servicio público de distribución de energía han cometido numerosos incumplimientos contractuales por falta de inversiones. Por consiguiente, cada vez que se presentan situaciones meteorológicas como las de estos días, con altos picos de demanda por la ola de calor, dicha saturación de demanda sobrecarga los transformadores y líneas de distribución (muy obsoletas desde hace varios años) y, por consiguiente, se producen cortes en el suministro de energía a los usuarios.
* Director del Centro Latinoamericano de Investigaciones Científicas y Técnicas (Clicet).