Vecinos de la Villa 31 cortaron un acceso a la Autopista Illia para pedir dos micros escolares. Bullrich dijo que el reclamo no corresponde. Los camiones varados paralizaron toda la zona, incluida la terminal de micros. El corte se levantó por la intervención de la Nación.
Un reclamo de los vecinos de la Villa 31 de Retiro que parece de fácil resolución amparados por un fallo judicial piden dos micros escolares gratuitos para chicos de ese barrio que concurren a una escuela en Belgrano generó ayer un gigantesco embotellamiento del tránsito en todas las rutas de salida hacia el norte del conurbano bonaerense. El corte de los vecinos unas 30 familias se hizo desde la mañana en la avenida Presidente Castillo y el acceso a la Autopista Illia, lo que provocó, entre las 10 de la mañana y la medianoche, que centenares de camiones ocuparan todas las avenidas que rodean la Terminal de Omnibus de Retiro. Los conductores resolvieron estacionarse allí en señal de protesta por la falta de diálogo entre las partes, los vecinos y el gobierno de Mauricio Macri. La situación generó fuertes encontronazos entre la Nación y la Ciudad (ver aparte). El corte fue levantado a última hora de ayer, cuando el nuevo secretario de Seguridad nacional, Sergio Berni, se hizo presente en la avenida Castillo y prometió interceder ante el gobierno porteño para buscar una salida.
Venimos a ver de qué manera podemos solucionar un conflicto del que se debe hacer cargo el Gobierno de la Ciudad y no lo hace, como no lo hace con los subtes, los colectivos y como no lo hace con nada, declaró Berni ante la prensa. El embotellamiento había dejado sin actividad a la Terminal de Retiro, que había sido cercada por personal de la Gendarmería para prevenir incidentes, dijeron voceros de la fuerza.
De la Terminal no salían ni ingresaban los ómnibus del transporte urbano y de larga distancia, porque todas las calles estaban sembradas de camiones de gran porte. Los pasajeros que llegaban a la estación tenían que bajarse antes, en cualquier lugar, y era insólito ver el desfiles de hombres, mujeres y niños que cargaban sus valijas por largos tramos hasta encontrar algún medio de transporte que los llevara de regreso a casa. La congestión vehicular cerraba directamente la circulación por Ramos Mejía, Avenida de los Inmigrantes, Comodoro Py, Presidente Castillo, Avenida Tomás Edison y todas las calles de una amplia zona, lo que hacía imposible el acceso al puerto de Buenos Aires.
Al mismo tiempo, el embotellamiento y el desvío de vehículos particulares y taxímetros tornaban más lenta que nunca la marcha hacia el norte del conurbano, por Avenida del Libertador, Lugones, Illia, Figueroa Alcorta y otras, todo agravado por coincidir con el recital de Roger Waters en el estadio de River. El gobierno porteño no nos va a elegir el colegio donde vamos a mandar a nuestros hijos. Hay 40 micros que salen del barrio, por qué razón nos niegan dos micros para nuestros hijos, le dijo a Página/12 María, vocera del grupo de vecinos.
Es lo único que faltaba: ellos (por los funcionarios porteños) nos quieren cambiar de escuela y nuestros hijos van a la Indira Gandhi, en el barrio de Belgrano. Un fallo judicial de 2010 le ordenó al gobierno porteño implementar un servicio de micros gratuito para alumnos de distintas escuelas, que tienen que trasladarse distancias consideradas largas para niños de colegios primarios. El gobierno cumple ese mandato en Recoleta y Retiro, pero dejó de hacerlo con algunos chicos de la Villa 31. María aseguró que los vecinos no pretendieron causar problemas, pero si no hacíamos este corte, nadie nos iba a escuchar y todavía el gobierno de Macri no nos atendió. Lo que pedimos es que tiene que dar la cara y atendernos. La mujer tiene ocho hijos, dos de ellos en la escuela primaria. El ministro de Educación porteño, Esteban Bullrich, sostuvo por su parte que lo que piden los vecinos es algo que no corresponde, sin hacer mención del fallo judicial vigente.
No vamos a responder a esta extorsión, a través de un corte, por un servicio que no se tiene que prestar, insistió Bullrich, mientras la situación se tornaba impredecible. La diputada porteña Delia Bisutti (Nuevo Encuentro) salió a respaldar el reclamo de los vecinos. Bullrich no quiere hacerse cargo de la continuidad pedagógica de los alumnos de la Villa 31 al no querer enviarles los micros que les garanticen el traslado. Agregó que el PRO sigue mostrando su poco compromiso con los más necesitados.
Bisutti insistió en que el ministro Bullrich no quiere poner el dinero para los micros que garanticen el traslado de los niños que asisten a la escuela 11, del distrito escolar 10, de la calle Cantilo y La Pampa. Resaltó, en ese sentido, que ante el reclamo justo y necesario de los padres, el ministro los quiere obligar a pasar de escuela sin importarle el proceso de aprendizaje, que no sólo tiene que ver con un cambio de institución, sino que abarca aspectos vinculares y afectivos, desarmando el núcleo de pertenencia que los chicos tienen con su escuela.
Cerca de la medianoche, en forma lenta, comenzó a desalojarse de camiones toda la zona portuaria y en los alrededores de la estación de trenes y de ómnibus de Retiro. Una protesta similar, en el mismo lugar, se había realizado la semana pasada, pero en esa oportunidad sólo duró tres horas. Esta vez, el reclamo se extendió durante doce horas y contó con el inesperado apoyo de los camioneros, que con su accionar protestaron contra la falta de diálogo.
Un reclamo de los vecinos de la Villa 31 de Retiro que parece de fácil resolución amparados por un fallo judicial piden dos micros escolares gratuitos para chicos de ese barrio que concurren a una escuela en Belgrano generó ayer un gigantesco embotellamiento del tránsito en todas las rutas de salida hacia el norte del conurbano bonaerense. El corte de los vecinos unas 30 familias se hizo desde la mañana en la avenida Presidente Castillo y el acceso a la Autopista Illia, lo que provocó, entre las 10 de la mañana y la medianoche, que centenares de camiones ocuparan todas las avenidas que rodean la Terminal de Omnibus de Retiro. Los conductores resolvieron estacionarse allí en señal de protesta por la falta de diálogo entre las partes, los vecinos y el gobierno de Mauricio Macri. La situación generó fuertes encontronazos entre la Nación y la Ciudad (ver aparte). El corte fue levantado a última hora de ayer, cuando el nuevo secretario de Seguridad nacional, Sergio Berni, se hizo presente en la avenida Castillo y prometió interceder ante el gobierno porteño para buscar una salida.
Venimos a ver de qué manera podemos solucionar un conflicto del que se debe hacer cargo el Gobierno de la Ciudad y no lo hace, como no lo hace con los subtes, los colectivos y como no lo hace con nada, declaró Berni ante la prensa. El embotellamiento había dejado sin actividad a la Terminal de Retiro, que había sido cercada por personal de la Gendarmería para prevenir incidentes, dijeron voceros de la fuerza.
De la Terminal no salían ni ingresaban los ómnibus del transporte urbano y de larga distancia, porque todas las calles estaban sembradas de camiones de gran porte. Los pasajeros que llegaban a la estación tenían que bajarse antes, en cualquier lugar, y era insólito ver el desfiles de hombres, mujeres y niños que cargaban sus valijas por largos tramos hasta encontrar algún medio de transporte que los llevara de regreso a casa. La congestión vehicular cerraba directamente la circulación por Ramos Mejía, Avenida de los Inmigrantes, Comodoro Py, Presidente Castillo, Avenida Tomás Edison y todas las calles de una amplia zona, lo que hacía imposible el acceso al puerto de Buenos Aires.
Al mismo tiempo, el embotellamiento y el desvío de vehículos particulares y taxímetros tornaban más lenta que nunca la marcha hacia el norte del conurbano, por Avenida del Libertador, Lugones, Illia, Figueroa Alcorta y otras, todo agravado por coincidir con el recital de Roger Waters en el estadio de River. El gobierno porteño no nos va a elegir el colegio donde vamos a mandar a nuestros hijos. Hay 40 micros que salen del barrio, por qué razón nos niegan dos micros para nuestros hijos, le dijo a Página/12 María, vocera del grupo de vecinos.
Es lo único que faltaba: ellos (por los funcionarios porteños) nos quieren cambiar de escuela y nuestros hijos van a la Indira Gandhi, en el barrio de Belgrano. Un fallo judicial de 2010 le ordenó al gobierno porteño implementar un servicio de micros gratuito para alumnos de distintas escuelas, que tienen que trasladarse distancias consideradas largas para niños de colegios primarios. El gobierno cumple ese mandato en Recoleta y Retiro, pero dejó de hacerlo con algunos chicos de la Villa 31. María aseguró que los vecinos no pretendieron causar problemas, pero si no hacíamos este corte, nadie nos iba a escuchar y todavía el gobierno de Macri no nos atendió. Lo que pedimos es que tiene que dar la cara y atendernos. La mujer tiene ocho hijos, dos de ellos en la escuela primaria. El ministro de Educación porteño, Esteban Bullrich, sostuvo por su parte que lo que piden los vecinos es algo que no corresponde, sin hacer mención del fallo judicial vigente.
No vamos a responder a esta extorsión, a través de un corte, por un servicio que no se tiene que prestar, insistió Bullrich, mientras la situación se tornaba impredecible. La diputada porteña Delia Bisutti (Nuevo Encuentro) salió a respaldar el reclamo de los vecinos. Bullrich no quiere hacerse cargo de la continuidad pedagógica de los alumnos de la Villa 31 al no querer enviarles los micros que les garanticen el traslado. Agregó que el PRO sigue mostrando su poco compromiso con los más necesitados.
Bisutti insistió en que el ministro Bullrich no quiere poner el dinero para los micros que garanticen el traslado de los niños que asisten a la escuela 11, del distrito escolar 10, de la calle Cantilo y La Pampa. Resaltó, en ese sentido, que ante el reclamo justo y necesario de los padres, el ministro los quiere obligar a pasar de escuela sin importarle el proceso de aprendizaje, que no sólo tiene que ver con un cambio de institución, sino que abarca aspectos vinculares y afectivos, desarmando el núcleo de pertenencia que los chicos tienen con su escuela.
Cerca de la medianoche, en forma lenta, comenzó a desalojarse de camiones toda la zona portuaria y en los alrededores de la estación de trenes y de ómnibus de Retiro. Una protesta similar, en el mismo lugar, se había realizado la semana pasada, pero en esa oportunidad sólo duró tres horas. Esta vez, el reclamo se extendió durante doce horas y contó con el inesperado apoyo de los camioneros, que con su accionar protestaron contra la falta de diálogo.