Los cinco distritos decisivos que por su concentración del padrón pueden definir la elección de este año encuentran al radicalismo pataleando contra el PRO.
En Santa Fe el diputado y ex presidente del partido Mario Barletta fue notificado de la decisión de los estrategas de campaña y no será candidato. Dicen que fue el propio Marcos Peña quién se lo notificó y, ante la sorpresa del anuncio, el santafesino sólo habría atinado a preguntar la razón, que para el PRO no es solo una sino que son tres: su fuerte vínculo con el socialismo, su enemistad con Carlos Reutemann y su fuerte apuesta contra Miguel Del Sel cuando fue candidato a gobernador.
En Capital, Martín Lousteau fue dejado fuera de una posible PASO de Cambiemos y hay pelea por el sello: una parte de la UCR lo avaló, con locro y referentes nacionales en el convite, el jueves 25 de mayo.
Similar situación se registra en Buenos Aires, donde hasta ahora los cuatro candidatos mencionados -Facundo Manes, Esteban Bullrich, Gladys González y Graciela Ocaña- son digitados sin consultar al centenario partido. En el PRO se resguardan en el origen radical del neurocirujano Manes y lo cuentan en el reparto nacional junto con las candidaturas de Aída Ayala en Chaco, José Cano en Tucumán y el empresario Eduardo Costa en Santa Cruz. Sin embargo hay debates subterráneos en la UCR que amenazan, otra vez, con disputas, aunque algunos de los más enojados aclaran que no habrá ruptura.
En Mendoza, con Alfredo Cornejo mejor posicionado en las encuestas que Mauricio Macri, los roces podrían ser pronto evidentes: aún no hay acuerdo en las listas, aunque el gobernador desistió de desdoblar la elección provincial de la nacional para alivio del Gobierno.
Faltazo a Olivos
El martes próximo, como cada martes, se reúne en Olivos la mesa chica de Cambiemos, pero la UCR avisó que no cuenten con la presencia de José Corral, Ángel Rozas ni Mario Negri.
Presionados la semana pasada en la Cámara de Diputados, los boina blanca faltaron a la reunión del interbloque, no preguntaron ni defendieron al jefe de gabinete, Marcos Peña, en sus cruces con la oposición y tampoco aplaudieron en ningún momento.
Y Negri, además, no cerró el debate como jefe del interbloque en señal de protesta.
El “no” de Alfonsín a Vidal
El día anterior, martes 30, la gobernadora María Eugenia Vidal, conciliadora y cada vez más seductora para muchos sectores que aprecian su alta imagen en las encuestas, se encontró cara a cara con Ricardo Alfonsín, en la sede porteña del Banco Provincia.
Le ofreció un lugar en la lista, pero el diputado no aceptó. Ya en el locro con Lousteau había dicho que “las candidaturas de la UCR no las define el PRO” por lo que sin PASO, se saltearía este turno.
La gobernadora, como Horacio Rodríguez Larreta en Capital, no quiere contienda interna y busca consolidar una lista sin grietas.
La interna radical
“No queremos que nos veten candidatos”, plantean en la UCR mientras se agenda para el martes, a la misma hora de la reunión de mesa chica de Olivos, en el hotel Savoy. Los integrantes de los bloques de diputados y senadores nacionales hablarán con José Corral, presidente del Comité Nacional, y Jorge Sappia, recientemente elegido para la Convención.
Si no consiguen un cambio, avisan que “desde el Congreso la UCR va a ganar autonomía”, mientras empiezan a mirar a Sappia como un referente de liderazgo menos amable con el PRO frente a Corral, a quien ven más cercano a Ernesto Sanz, asesor de estrecha confianza del Presidente.
“Falta estrategia en el radicalismo a nivel nacional”, se quejan diputados y senadores que ya recibieron mensajes como el de Barletta y que presienten que podrían quedar fuera de las listas o en lugares sin chances de elección.
Convidado de piedra
En Córdoba, tras cinco horas de debate, la UCR ratificó de forma unánime la pertenencia a Cambiemos y de la misma manera acordó la lista de candidatos propios para proponerle al PRO. Diego Mestre, Soledad Carrizo y Brenda Austin fueron los tres primeros nombres pero, según relatan, recibieron un mensaje de Nación: la Rosada quiere a Héctor Baldassi y al intendente de Jesús María, Gabriel Trizza, como números 1 y 2.
Es “una manera sutil de correr a nuestro candidato Mestre”, se quejan en la capital mediterránea y recuerdan que la cuestión de género obligaría a que Carrizo y Austin se adelanten a la candidatura del hermano del intendente Ramón Mestre, dejándolo a él en quinto o sexto lugar.
En Santa Fe la UCR integra aún a nivel provincial la alianza con el Socialismo, pero proponía a Barletta, ex presidente del partido que hasta rechazó en 2015 una propuesta de Sergio Massa para ir como su vice. Pero el PRO le bajó el pulgar a Barletta y eligió a Albor Cantard quien, más cercano a Corral y Sanz, será la cara visible de Cambiemos junto con el macrista Luciano Laspina.
“Me gustaría que en Cambiemos discutamos los lugares más discretamente y que en los medios el partido defienda más sus ideas”, respondió a El Cronista Alfonsín, quien sigue diciendo que “este tipo de trato impropio del PRO hacia el radicalismo es la cosecha de lo que sembramos, el partido cometió el error de creer que por no haber ganado las PASO debe actuar como convidado de piedra, sin derecho a influir en ideas ni en la designación de candidatos”.
En Santa Fe el diputado y ex presidente del partido Mario Barletta fue notificado de la decisión de los estrategas de campaña y no será candidato. Dicen que fue el propio Marcos Peña quién se lo notificó y, ante la sorpresa del anuncio, el santafesino sólo habría atinado a preguntar la razón, que para el PRO no es solo una sino que son tres: su fuerte vínculo con el socialismo, su enemistad con Carlos Reutemann y su fuerte apuesta contra Miguel Del Sel cuando fue candidato a gobernador.
En Capital, Martín Lousteau fue dejado fuera de una posible PASO de Cambiemos y hay pelea por el sello: una parte de la UCR lo avaló, con locro y referentes nacionales en el convite, el jueves 25 de mayo.
Similar situación se registra en Buenos Aires, donde hasta ahora los cuatro candidatos mencionados -Facundo Manes, Esteban Bullrich, Gladys González y Graciela Ocaña- son digitados sin consultar al centenario partido. En el PRO se resguardan en el origen radical del neurocirujano Manes y lo cuentan en el reparto nacional junto con las candidaturas de Aída Ayala en Chaco, José Cano en Tucumán y el empresario Eduardo Costa en Santa Cruz. Sin embargo hay debates subterráneos en la UCR que amenazan, otra vez, con disputas, aunque algunos de los más enojados aclaran que no habrá ruptura.
En Mendoza, con Alfredo Cornejo mejor posicionado en las encuestas que Mauricio Macri, los roces podrían ser pronto evidentes: aún no hay acuerdo en las listas, aunque el gobernador desistió de desdoblar la elección provincial de la nacional para alivio del Gobierno.
Faltazo a Olivos
El martes próximo, como cada martes, se reúne en Olivos la mesa chica de Cambiemos, pero la UCR avisó que no cuenten con la presencia de José Corral, Ángel Rozas ni Mario Negri.
Presionados la semana pasada en la Cámara de Diputados, los boina blanca faltaron a la reunión del interbloque, no preguntaron ni defendieron al jefe de gabinete, Marcos Peña, en sus cruces con la oposición y tampoco aplaudieron en ningún momento.
Y Negri, además, no cerró el debate como jefe del interbloque en señal de protesta.
El “no” de Alfonsín a Vidal
El día anterior, martes 30, la gobernadora María Eugenia Vidal, conciliadora y cada vez más seductora para muchos sectores que aprecian su alta imagen en las encuestas, se encontró cara a cara con Ricardo Alfonsín, en la sede porteña del Banco Provincia.
Le ofreció un lugar en la lista, pero el diputado no aceptó. Ya en el locro con Lousteau había dicho que “las candidaturas de la UCR no las define el PRO” por lo que sin PASO, se saltearía este turno.
La gobernadora, como Horacio Rodríguez Larreta en Capital, no quiere contienda interna y busca consolidar una lista sin grietas.
La interna radical
“No queremos que nos veten candidatos”, plantean en la UCR mientras se agenda para el martes, a la misma hora de la reunión de mesa chica de Olivos, en el hotel Savoy. Los integrantes de los bloques de diputados y senadores nacionales hablarán con José Corral, presidente del Comité Nacional, y Jorge Sappia, recientemente elegido para la Convención.
Si no consiguen un cambio, avisan que “desde el Congreso la UCR va a ganar autonomía”, mientras empiezan a mirar a Sappia como un referente de liderazgo menos amable con el PRO frente a Corral, a quien ven más cercano a Ernesto Sanz, asesor de estrecha confianza del Presidente.
“Falta estrategia en el radicalismo a nivel nacional”, se quejan diputados y senadores que ya recibieron mensajes como el de Barletta y que presienten que podrían quedar fuera de las listas o en lugares sin chances de elección.
Convidado de piedra
En Córdoba, tras cinco horas de debate, la UCR ratificó de forma unánime la pertenencia a Cambiemos y de la misma manera acordó la lista de candidatos propios para proponerle al PRO. Diego Mestre, Soledad Carrizo y Brenda Austin fueron los tres primeros nombres pero, según relatan, recibieron un mensaje de Nación: la Rosada quiere a Héctor Baldassi y al intendente de Jesús María, Gabriel Trizza, como números 1 y 2.
Es “una manera sutil de correr a nuestro candidato Mestre”, se quejan en la capital mediterránea y recuerdan que la cuestión de género obligaría a que Carrizo y Austin se adelanten a la candidatura del hermano del intendente Ramón Mestre, dejándolo a él en quinto o sexto lugar.
En Santa Fe la UCR integra aún a nivel provincial la alianza con el Socialismo, pero proponía a Barletta, ex presidente del partido que hasta rechazó en 2015 una propuesta de Sergio Massa para ir como su vice. Pero el PRO le bajó el pulgar a Barletta y eligió a Albor Cantard quien, más cercano a Corral y Sanz, será la cara visible de Cambiemos junto con el macrista Luciano Laspina.
“Me gustaría que en Cambiemos discutamos los lugares más discretamente y que en los medios el partido defienda más sus ideas”, respondió a El Cronista Alfonsín, quien sigue diciendo que “este tipo de trato impropio del PRO hacia el radicalismo es la cosecha de lo que sembramos, el partido cometió el error de creer que por no haber ganado las PASO debe actuar como convidado de piedra, sin derecho a influir en ideas ni en la designación de candidatos”.