Pecheras para todos y todas

“Le quería hacer una pregunta política sobre esta ayuda. Porque vemos que hay muchos elementos que se han donado anónimamente y que no están identificados de forma partidaria. La persona que donó un colchón no le puso un partido. ¿Porqué trabajan con pecheras partidarias con estas donaciones anónimas que se han hecho?”, preguntó el conductor del noticiero de Canal 7 Juan Miceli.
–¿En qué sentido partidarias?, se asombró el diputado Andrés “Cuervo” Larroque.
–Identificados con pecheras de La Cámpora.
– Es que somos de La Cámpora, dijo Larroque, cuya capacidad para entender una metáfora es similar a la de una aguaviva.
Lo que siguió después fue una de las más bochornosas escenas de abuso de poder televisada en el país y tuvo todos los ingredientes: argumentos falaces, amenazas encubiertas, prepotencia y hasta la eficaz colaboración de una “compañera” de noticiero que será coronada en breve como la Reina de la Agachada.
Los exabruptos tienen la lógica del iceberg: es poco lo que se ve, y expresan hacia abajo un conflicto mucho más terrible. El argumento con el que Larroque intentó salir del pozo fue endeble: “Acá están trabajando la Cruz Roja, Médicos del Mundo, si querés también les sacamos las pecheras ”. ¿Hace falta decir que no es lo mismo y que ambas son organizaciones no partidarias? Quizá haga falta, porque por la noche el aparato de prensa estatal repitió el argumento en Seis, Siete, Rocho y Duro de Domar: editaron imágenes de Juan Miceli en “Un sol para los chicos”, una colecta para los niños organizada por UNICEF y realizada por Canal 13. Toda organización es, para el Gobierno, un partido político encubierto. El argumento fue repetido por Federico Varela, docente de Comunicación y Teorías de la Facultad de Periodismo de la UNLP Néstor Kirchner, en la página Web de esa casa de estudios: “ Militamos con orgullo ”, escribió. “El poder de confundir, convencer y estigmatizar de las rameras de Magnetto es llamativo. Pero además participaron los cascos blancos, boy scouts, médicos, psicólogos, enfermeros, farmacéuticos, docentes, trabajadores, vecinos, la Gendarmería, el Ejército, Vialidad Nacional, el INTA, Prefectura,(…) y otros organismos que muestran su pertenencia partidaria ”. “En este momento hay un sector de la población con mucha crispación y virulencia, sobre todo en las redes sociales, pero eso tenderá a aplacarse o será sublimado por alguna otra cuestión, veremos qué ingenian Lanata, Sirven y compañía”. (Le enviamos un abrazo militante al profesor (?) Varela, de quien nos gustaría conocer sus antecedentes académicos y profesionales, pero no hemos podido encontrarlos). La reacción de la gente que indigna a Varela y que Larroque contempla con los ojos en blanco tuvo su origen en demasiados hechos: 1) En la Facultad de Periodismo el ingreso era complicado: el tránsito estaba cortado por militantes a dos cuadras a la redonda y para ingresar al edificio había que flanquear a otros militantes con pecheras de La Cámpora y la leyenda “Organización” en la espalda, que pedían a quienes intentaban entrar a ayudar pulseras azules y blancas, del estilo de las que se dan en los recitales o los hoteles para identificar a los huéspedes. Quienes no tenían pulsera debían responder a dónde iban, dar su nombre y apellido y eran inscriptos en una planilla.
2) Vecinos de la zona, a diez cuadras de la inundación, relataron a Clarín que se acercaron a la Facultad a pedir mercadería y ropa para familiares afectados pero se negaron a entregárselas, les tomaron los datos personales y les aseguraron que iban a encargarse de que las cosas llegaran a su domicilio. Pero nunca llegaron.
3) -¿A dónde vas?
–Estuve a la mañana ayudando, fui a almorzar y vuelvo para clasificar.
– Ah, pero te tenés que poner la remera de La Cámpora.
–No, pero yo no soy de ningún partido político. Vengo a dar una mano, nomás.
– Bueno, pero ahora estamos nosotros y para laburar acá tenés que tener la remera de La Cámpora.
Todo eso le dijeron a Julieta el viernes 5 de abril, cuando se acercó al edificio de Diagonal 113 para ayudar a los inundados.
4) Un grupo de jóvenes de Medicina tuvo una fuerte discusión con los militantes de la agrupación de Alicia Kirchner, Kolina: un chico que se presentó como militante de Carlos Castagneto de La Plata los instó a afiliarse mientras ellos le explicaban que no querían hacerlo: “Es lo mismo que hacemos acá, pero siempre. Te damos diez familias y vos laburás con ellas, las ayudás, estás, y después, cuando hay que ir a las marchas vos vas con esas diez y siempre así ”.
5) La esposa de Larroque, Laura Valeria Alonso, subsecretaria de Gestión y Políticas Universitarias, fue quien tomó el real control de la facultad, desplazando a los militantes de “La Walsh” (que apoyan a Florencia Saintout). “Saintout sólo estuvo para la foto”, dijeron estudiantes a Clarín. Excluida de la tarea militante, la decana optó por ir, el sábado a la tarde, a la peluquería Llongueras, de City Bell.
6) En algunas esquinas de La Plata los colchones costaban 50 pesos.
7) Plazademayo.com tuvo acceso a un video tomado por Fabio, un vecino de Aldo Bonzi, en el que se ve claramente a militantes de La Cámpora patoteando a este vecino por intentar filmar su trabajo.
8) En Pehuajó, militantes del intendente ultra K Pablo Zurro desviaron un camión lleno de donaciones que iba con destino a La Juanita, en La Matanza, hacia el centro de donaciones de La Cámpora en La Plata.
La Cámpora no inventó nada; aunque el clientelismo tuvo, en sus orígenes, intenciones un poco más nobles: fue iniciado por Rómulo en la Roma Antigua para fomentar los vínculos entre ambas partes de la sociedad romana, de modo que unos (los clientes) pudieran vivir sin envidia de los otros (los patronos). “Cliente” viene del latín, cliens y éste de “cluere”, que significa acatar u obedecer: era el individuo de rango económicamente inferior, que se ponía bajo el patrocinium de un superior. El diccionario es más específico que Larroque: “El funcionario toma decisiones que favorecen a sus clientes, y que estos compensan con la perpetuación en el poder del patrón o su entorno”. Según el Barómetro de las Américas del Proyecto de Opinión Pública de América latina (LAPOP), la Argentina está segunda en cuanto a dádivas ofrecidas por los políticos en épocas de campañas electorales. El ranking es encabezado por República Dominicana.
Investigación: JL/María Eugenia Duffard/Amelia Cole

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