Los periodistas de Crónica y Democracia, junto al médico (Diario Crónica).
Por Mercedes Ninci
El prestigioso cirujano Pedro Saco, que deberá operar a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner el próximo 4 de enero de un carcinoma papilar de la glándula de tiroides, mostró su optimismo al hablar de la futura intervención. En exclusiva, manifestó ayer a los periodistas del diario Crónica y del semanario Democracia que “todo va a salir muy bien”.
“Es un privilegio y un honor para nosotros poder atender a la Presidenta”, agregó, muy atento.
Sumamente cauto a la hora de responder, Saco dijo que de ningún modo será la operación más difícil de su vida, y aclaró que este tipo de intervenciones las realiza a diario.
Pidió, además, que toda la información se canalice a través de la Secretaría de la Presidencia, y aclaró que no hablará más con ningún otro medio.
Saco dialogó a las 7.30 de la mañana en la puerta del PH el barrio de Boedo donde vive, antes de dirigirse al hospital Roffo. Allí se desempeña como jefe de Servicio de Cabeza y Cuello. Luego retomó la entrevista en los pasillos del hospital. A diferencia de otros médicos que pagan para salir en televisión, el prestigioso cirujano se mostró esquivo a las notas, aunque respondió amablemente algunas preguntas de esta periodista.
– Doctor ¿ésta es la operación más difícil de su vida?
– No, para nada. Yo no quiero hacer de claraciones en particular, todo va a salir por un comunicado de la Secretaría de la Presidencia.
– No es lo mismo operar a cualquier persona que operar a la Presidenta.
– No tenga duda, es así. Pero no voy a hacer más declaraciones que éstas.
– ¿Qué le parece tener que operar a la Presidenta?
– Sin duda, es un privilegio y un honor para nosotros poder atender a la Presidenta.
– ¿Cómo lo contactaron?
– Eso es algo que no le puedo contar.
– Hay preocupación porque se trata de la salud de la jefa de Estado.
– Todo está bien, todo está bien. Me esperan los pacientes en el Hospital Roffo. Me tengo que ir.
Lo tratan de ídolo
La llegada al Hospital Roffo del doctor Saco fue como la de Messi al Barcelona. Estacionó su auto y desde que bajó comenzó a recibir felicitaciones. Caminó unos cien metros, se puso el ambo en un vetusto consultorio y al atravesar el jardín y llegar a la puerta del servicio unos 20 médicos y enfermeras comenzaron a gritarle “¡Idolo, ídolo!”. Con un calor tremendo, unas 200 personas esperaban para sacar turno en los pasillos.
– Doctor, qué famoso se está haciendo, le gritan “ídolo”. Ha pasado a ser uno de los hombres más importantes de la Argentina.
– No, para nada. No quiero hacer declaraciones, prefiero que hable con el director del Hospital. Usted entenderá. Tengo un montón de pacientes que ver.
– ¿Está nervioso por la operación que tiene que realizarle a la Presidenta?
– No, por cierto no. Es un honor y un privilegio como le dije poder atender a la señora Presidenta. Los médicos somos muy profesionales. Lo mas importante es el profesionalismo, y la vamos a atender con la profesionalidad de siempre.
– ¿Estuvo con la Presidenta de la Nación ya?
– Sí, por cierto.
– ¿Y qué le dijo?
– Es una información que no le voy a contar. Sean res petuosos de la intimidad de los médicos y sus pacientes.
– ¿Usted es optimista de que la operación va a salir bien?
– Sí. Como todos, esperamos y deseamos eso. Perdón, tengo muchisimos pacientes que atender aquí en el Roffo.
– ¿Le pidieron de Presidencia que no hable?
– No, para nada, es una decisión personal.
– ¿A usted nunca le gustó hablar con los medios o es porque se trata de la salud de la Presidenta?
– Ustedes saben que es una situación muy especial. No hay mucho más para explicar. Ustedes entienden bien esto.
– ¿Cuántas personas opera por día usted, doctor?
– Opero todos los días. Para mí es habitual. En un hospital como éste se operan enorme cantidad de casos como éste.
– ¿Hay un antes y un después de esta operación?
– No hay dudas de que esto es muy importante para todo el país, para todo el mundo. Bueno, les agradezco. A toda esta gente que está acá la tenemos que atender ahora y debo estar aquí por que estoy a cargo de todo esto. Gracias.
Por Mercedes Ninci
El prestigioso cirujano Pedro Saco, que deberá operar a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner el próximo 4 de enero de un carcinoma papilar de la glándula de tiroides, mostró su optimismo al hablar de la futura intervención. En exclusiva, manifestó ayer a los periodistas del diario Crónica y del semanario Democracia que “todo va a salir muy bien”.
“Es un privilegio y un honor para nosotros poder atender a la Presidenta”, agregó, muy atento.
Sumamente cauto a la hora de responder, Saco dijo que de ningún modo será la operación más difícil de su vida, y aclaró que este tipo de intervenciones las realiza a diario.
Pidió, además, que toda la información se canalice a través de la Secretaría de la Presidencia, y aclaró que no hablará más con ningún otro medio.
Saco dialogó a las 7.30 de la mañana en la puerta del PH el barrio de Boedo donde vive, antes de dirigirse al hospital Roffo. Allí se desempeña como jefe de Servicio de Cabeza y Cuello. Luego retomó la entrevista en los pasillos del hospital. A diferencia de otros médicos que pagan para salir en televisión, el prestigioso cirujano se mostró esquivo a las notas, aunque respondió amablemente algunas preguntas de esta periodista.
– Doctor ¿ésta es la operación más difícil de su vida?
– No, para nada. Yo no quiero hacer de claraciones en particular, todo va a salir por un comunicado de la Secretaría de la Presidencia.
– No es lo mismo operar a cualquier persona que operar a la Presidenta.
– No tenga duda, es así. Pero no voy a hacer más declaraciones que éstas.
– ¿Qué le parece tener que operar a la Presidenta?
– Sin duda, es un privilegio y un honor para nosotros poder atender a la Presidenta.
– ¿Cómo lo contactaron?
– Eso es algo que no le puedo contar.
– Hay preocupación porque se trata de la salud de la jefa de Estado.
– Todo está bien, todo está bien. Me esperan los pacientes en el Hospital Roffo. Me tengo que ir.
Lo tratan de ídolo
La llegada al Hospital Roffo del doctor Saco fue como la de Messi al Barcelona. Estacionó su auto y desde que bajó comenzó a recibir felicitaciones. Caminó unos cien metros, se puso el ambo en un vetusto consultorio y al atravesar el jardín y llegar a la puerta del servicio unos 20 médicos y enfermeras comenzaron a gritarle “¡Idolo, ídolo!”. Con un calor tremendo, unas 200 personas esperaban para sacar turno en los pasillos.
– Doctor, qué famoso se está haciendo, le gritan “ídolo”. Ha pasado a ser uno de los hombres más importantes de la Argentina.
– No, para nada. No quiero hacer declaraciones, prefiero que hable con el director del Hospital. Usted entenderá. Tengo un montón de pacientes que ver.
– ¿Está nervioso por la operación que tiene que realizarle a la Presidenta?
– No, por cierto no. Es un honor y un privilegio como le dije poder atender a la señora Presidenta. Los médicos somos muy profesionales. Lo mas importante es el profesionalismo, y la vamos a atender con la profesionalidad de siempre.
– ¿Estuvo con la Presidenta de la Nación ya?
– Sí, por cierto.
– ¿Y qué le dijo?
– Es una información que no le voy a contar. Sean res petuosos de la intimidad de los médicos y sus pacientes.
– ¿Usted es optimista de que la operación va a salir bien?
– Sí. Como todos, esperamos y deseamos eso. Perdón, tengo muchisimos pacientes que atender aquí en el Roffo.
– ¿Le pidieron de Presidencia que no hable?
– No, para nada, es una decisión personal.
– ¿A usted nunca le gustó hablar con los medios o es porque se trata de la salud de la Presidenta?
– Ustedes saben que es una situación muy especial. No hay mucho más para explicar. Ustedes entienden bien esto.
– ¿Cuántas personas opera por día usted, doctor?
– Opero todos los días. Para mí es habitual. En un hospital como éste se operan enorme cantidad de casos como éste.
– ¿Hay un antes y un después de esta operación?
– No hay dudas de que esto es muy importante para todo el país, para todo el mundo. Bueno, les agradezco. A toda esta gente que está acá la tenemos que atender ahora y debo estar aquí por que estoy a cargo de todo esto. Gracias.