MADRID.- Alfredo Pérez Rubalcaba no duda en encontrar en la Argentina un «buen espejo» para que España pueda salir de la peor crisis económica de su historia moderna . Sin embargo, el candidato presidencial socialista no cree que, a pesar de sus progresos «con altibajos» en el plano macroeconómico, el país pueda salir ileso de la creciente crisis global.
«Ni la Argentina ni América latina están blindadas contra la crisis, y los datos que han surgido en estos días así lo confirman. Yo no creo que sea preocupante la situación de su país, aunque es cierto que los precios cambiantes de las materias primas podrían rebajar el crecimiento. Pero, por otro lado, también es verdad que la economía regional está subiendo al no tener el lastre de la deuda que tiene la economía europea», observa el ex hombre fuerte del presidente José Luis Rodríguez Zapatero, en una entrevista concedida a LA NACION y otros medios iberoamericanos, en la sede madrileña del Partido Socialista Obrero Español (PSOE).
«Lo que más rescato de la región y lo veo positivo e inspirador para España -añade- es que allí se ha demostrado que se puede crecer manteniendo, a la vez, un buen ritmo de lucha contra el déficit. En ese sentido, Chile y Brasil muestran muy bien la realidad y también la Argentina, más allá de sus subidas y bajadas.»
Sin embargo, quien hasta comienzos de este año fue vicepresidente y ministro del Interior hoy necesita algo más que un ejemplo regional para resolver los problemas de una candidatura oficialista que aceptó resignadamente.
«Alguien tenía que decirle que sí a la responsabilidad de representar al partido, y yo creo que era mi obligación hacerlo», reconoce.
El desafío no es menor: los cerca de cinco millones de desocupados y el récord de más de 6,5 millones de personas que el año último necesitaron pedir auxilio a la asociación católica Cáritas son apenas dos indicadores de las dificultades que enfrenta su partido para lograr la hazaña de mantenerse en el poder por cuatro años más.
El resquebrajamiento del Estado de bienestar, agobiado por recortes y excedido por subsidios de desempleo, sumado a la creciente precarización del mercado laboral, ha contribuido a que el hombre llamado a apagar el incendio aún no haya podido tener ni el menor éxito en su lucha.
A pesar de que su imagen positiva está por encima de la del candidato del Partido Popular (PP), Mariano Rajoy, la mayoría de las encuestas lo sitúan en un promedio de 15 puntos por debajo del postulante de la principal fuerza de la derecha.
Pero la brecha, insalvable para analistas y mercados, no altera el discurso del «bombero» socialista que no se muestra dispuesto a limitar su misión a conseguir una derrota honrosa para el bien del futuro de su partido. «Cada día que me levanto y veo que una encuesta me da mal, ese día trabajo media hora más. Y eso que trabajo 18, sólo porque la edad ya me pone un límite», dice.
-¿Cómo hace para diferenciarse de Rodríguez Zapatero?
-Paro lo bueno y para lo malo fui ministro con José Luis, y ésa es una realidad que asumo. Hay cosas positivas de esta gestión que puedo resaltar con gusto, como los avances en derechos sociales e individuales. Y hay errores que también reconozco, como haber quitado el impuesto al patrimonio en 2007 o no haber pinchado con fuerza suficiente la burbuja financiera en 2007, porque la combinación entre esa crisis propia y la internacional del año siguiente trajo consecuencias todavía peores.
-¿Qué tendrá en cuenta para combatir la difícil situación de España?
-Lo más importante a considerar de la crisis es que aparece, desaparece y vuelve a reaparecer en formas muy distintas… y para eso, también, hay que ensayar soluciones distintas cada vez. Así lo hacen [la canciller alemana] Angela Merkel y [el presidente francés] Nicolas Sarkozy en sus encuentros, que hacen cada diez días, y que tienen conclusiones y soluciones diferentes.
-Varias veces se anunció una salida para la crisis, pero nunca apareció. ¿Cree que se va a extender por mucho tiempo más?
-No hay un plazo para poder salir. Esta crisis es imprevisible, y esto se ha visto ya en junio, cuando parecía que los países centrales de la Unión Europea habían comenzado a salir, pero después, al terminar el verano en agosto, Alemania y Francia detuvieron su recuperación, y todo se hizo más difícil. Es muy complicado hacer predicciones.
-¿Cree que la Argentina y la región se verán afectadas por la crisis financiera internacional?
-No, nadie está a salvo. Ni la Argentina ni América latina están blindadas contra la crisis, y los datos que han surgido en estos días así lo confirman. Yo no creo que sea preocupante la situación de su país, aunque es cierto que los precios cambiantes de las materias primas podrían rebajar el crecimiento. Pero, por otro lado, también es verdad que la economía regional está subiendo al no tener el lastre de la deuda que tiene la economía europea.
-¿Tiene usted una solución a corto plazo para el desempleo?
-El panorama es negro. Quien prometa que esto se soluciona en 6 meses, pues no está diciendo la verdad. Pero, en este caso, también tenemos varios elementos muy positivos: una juventud mejor formada que nunca, exportaciones realmente muy abiertas y empresas grandes y competitivas como jamás habíamos tenido antes. Sin desconocer la situación actual, hay que decir que contamos con razones de sobra para resolver este problema.
-El tráfico de drogas entre España y la Argentina ha crecido en los últimos años. ¿Es la despenalización una medida válida?
-El narcotráfico creció, sí, pero ahora lo tenemos más controlado. Como ex ministro del Interior, puedo dar cuenta de que los decomisos de cocaína desde Iberoamérica han bajado desde el año pasado. Y cuando esto sucede, como sucedió en este caso con el aumento y la mejora del control policial, lo razonable es concluir que también ha bajado el nivel de entrada de la droga. En cuanto a la legalización, suena bien en la teoría, pero no sirve, porque necesitaría hacer ese proceso en todos los países del mundo y con las mismas reglas, algo que en la realidad es impracticable.Candidato por el PSOE a la presidencia de España
Profesión: doctor en Química
Edad: 60 años
Origen: España
«Alguien tenía que decirle que sí a la responsabilidad de representar al partido; era mi obligación hacerlo»
Es la intención de voto del PSOE
El 20 de noviembre, los españoles elegirán al jefe del nuevo gobierno. El favorito es Mariano Rajoy, del PP, con el 46,8% de los votos..