Finalmente, Petersen Energía entró en default. Ayer, el conglomerado energético de la familia Eskenazi que posee el 25,46% de la petrolera YPF incumplió el pago de alrededor de u$s 500 millones con un grupo de bancos.
El grupo argentino había recibido en 2008 un préstamo de u$s 1.018 millones de un grupo de bancos Credit Suisse, Goldman Sachs, BNP Paribas y Banco Itaú Europa, y otro de u$s 1.015 millones de Repsol, cuando adquirió el 14,09% de YPF. En 2011, cuando sumó otro 10% recibió u$s 670 millones del consorcio conformado por Itaú, Standard Bank, Credit Suisse y Citi, y otro tanto de Repsol.
La cuota a pagar correspondería a la deuda que tiene con las entidades financieras.
Tras el decreto de nacionalización, la empresa argentina había entablado conversaciones con los bancos acreedores, Credit Suisse, Citi, Itaú y BNP Paribas, para estirar los plazos de pago hasta que el panorama de la energética sea más claro.
Pero en realidad, los Eskenazi ya habían entrado en un default técnico; ya que los préstamos tenían dos cláusulas que implicaban el cese de pago. La primera era que Repsol perdiera el control de la compañía y la segunda era que las acciones rompieran un piso de cotización. Ambas situaciones se dieron con la nacionalización.
A pesar de esto, el Grupo había llegado a una especie de acuerdo de palabra con las entidades financieras que habrían aceptado esperar que la situación encuentre un cause. Sin embargo, la supuesta falta de predisposición de los Eskenazi habría acelerado los plazos y la semana pasada comenzaron a llegar cartas de los bancos avisando del default y que iban a hacer uso del derecho de ejecución.
Como los préstamos están garantizados con las acciones en la compañía, los bancos se refieren a tomar del 25,46% de YPF para cobrar la deuda.
Desde la compañía reconocieron a El Cronista que no habían pagado. No se depositó, y tampoco se lo va a hacer, explicó un hombre de la petrolera. Hoy, por ayer, no recibimos ningún tipo de notificación de los bancos, pero claramente mañana, por hoy, pueden ejecutar las acciones de YPF y quedárselas, agregó la fuente.
Ejecutivos allegados al grupo local entienden que, a pesar de la caída valor de las acciones, si las entidades financieras deciden quedarse con los títulos estaría saldada la deuda.
Pero en el sector especulan con la posibilidad de que los bancos no ejecuten y busquen una solución intermedia, más desde que el Gobierno reconociera la imposibilidad de cumplir con las auditorías de la Bolsa de New York. Quién va a querer esas acciones, se preguntaban en el sector.
Sin embargo, los detractores de esta teoría, se apoyan en la poca predisposición que los Eskenazi habrían mostrado para afrontar los pagos.
El grupo argentino había recibido en 2008 un préstamo de u$s 1.018 millones de un grupo de bancos Credit Suisse, Goldman Sachs, BNP Paribas y Banco Itaú Europa, y otro de u$s 1.015 millones de Repsol, cuando adquirió el 14,09% de YPF. En 2011, cuando sumó otro 10% recibió u$s 670 millones del consorcio conformado por Itaú, Standard Bank, Credit Suisse y Citi, y otro tanto de Repsol.
La cuota a pagar correspondería a la deuda que tiene con las entidades financieras.
Tras el decreto de nacionalización, la empresa argentina había entablado conversaciones con los bancos acreedores, Credit Suisse, Citi, Itaú y BNP Paribas, para estirar los plazos de pago hasta que el panorama de la energética sea más claro.
Pero en realidad, los Eskenazi ya habían entrado en un default técnico; ya que los préstamos tenían dos cláusulas que implicaban el cese de pago. La primera era que Repsol perdiera el control de la compañía y la segunda era que las acciones rompieran un piso de cotización. Ambas situaciones se dieron con la nacionalización.
A pesar de esto, el Grupo había llegado a una especie de acuerdo de palabra con las entidades financieras que habrían aceptado esperar que la situación encuentre un cause. Sin embargo, la supuesta falta de predisposición de los Eskenazi habría acelerado los plazos y la semana pasada comenzaron a llegar cartas de los bancos avisando del default y que iban a hacer uso del derecho de ejecución.
Como los préstamos están garantizados con las acciones en la compañía, los bancos se refieren a tomar del 25,46% de YPF para cobrar la deuda.
Desde la compañía reconocieron a El Cronista que no habían pagado. No se depositó, y tampoco se lo va a hacer, explicó un hombre de la petrolera. Hoy, por ayer, no recibimos ningún tipo de notificación de los bancos, pero claramente mañana, por hoy, pueden ejecutar las acciones de YPF y quedárselas, agregó la fuente.
Ejecutivos allegados al grupo local entienden que, a pesar de la caída valor de las acciones, si las entidades financieras deciden quedarse con los títulos estaría saldada la deuda.
Pero en el sector especulan con la posibilidad de que los bancos no ejecuten y busquen una solución intermedia, más desde que el Gobierno reconociera la imposibilidad de cumplir con las auditorías de la Bolsa de New York. Quién va a querer esas acciones, se preguntaban en el sector.
Sin embargo, los detractores de esta teoría, se apoyan en la poca predisposición que los Eskenazi habrían mostrado para afrontar los pagos.