Encuentros continuarán diariamente
Alan George Lafley
Procter & Gamble eligió la negociación y el diálogo, en lugar de la confrontación con el Gobierno. La compañía multinacional ya está en plena etapa de explicaciones ante la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) con la intención de «aclarar todos los problemas que haya en la Argentina», según declararon ejecutivos de la empresa. Para eso, ayer se reunieron con altos funcionarios del organismo que maneja Ricardo Echegaray; y entre las partes acordaron reuniones diarias hasta aclarar la situación por la cual la AFIP le reclama a la multinacional unos u$s 138 millones, por una supuesta operación de evasión impositiva vía triangulación de comercio exterior. Para parlamentar con el Gobierno, el propio CEO de P&G, Alan George Lafley, decidió enviar a Buenos Aires al máximo responsable de la compañía para América Latina, Armin Zarza, que ayer a la mañana llegó al país y, para después del mediodía, ya estaba en la sede de la AFIP de Plaza de Mayo. Además, hoy se sumará a la reunión Tim McDonald, el director mundial de impuestos de P&G (VP Global Taxes), considerado uno de los especialistas más importantes en tributos a nivel internacional y quien en las últimas 48 horas estuvo analizando personalmente la situación de P&G en el país. Zarza y McDonald estarán frente a los hombres de la AFIP con una misión concreta: que la situación se arregle, que lo que haya que solucionar se solucione y lo más rápido posible. Según observadores de la reunión, la principal preocupación hoy de la multinacional ante el caso argentino es que una eventual acusación formal y ejecutiva desde la Argentina dañe a la multinacional en la Securities and Exchange Commission (SEC) de los Estados Unidos, el organismo norteamericano encargado de velar por la buena conducta de las empresas que cotizan en Wall Street. P&G es uno de los principales actores en el New York Stock Exchange (NYSE), donde las operaciones de las empresas en otros mercados son tenidas en cuenta como si se realizaran en el mismo mercado norteamericana. Igualmente ayer, pese a la denuncia de la AFIP en la Argentina, la acción de la multinacional tuvo un relativo buen día en Wall Street, ya que su cotización subió un 0,11%.
El conflicto entre P&G y la AFIP surgió cuando el domingo pasado el organismo anunció la suspensión del CUIT de la multinacional ante un eventual fraude fiscal relacionado con operaciones de importación desde Brasil que eran facturadas a través de una filial radicada en Suiza por u$s 138 millones de dólares. Según la AFIP, de esta manera la empresa fugó divisas a sus firmas vinculadas en el exterior y señala que la maniobra podría constituir contrabando agravado. Además, la AFIP detectó una diferencia de 19 millones de dólares entre los valores FOB totales de las Declaraciones Juradas Anticipadas (DJAI) y destinaciones de importación asociadas a la DJAI. En un comunicado, la AFIP indicó que «el proceso de análisis se focalizó sobre un total de 2.608 operaciones de las partidas arancelarias, navajas y máquinas de afeitar, preparaciones capilares y pañales y demás artículos higiénicos. Estos productos importados que se ‘sobrefacturaron’ corresponderían a la excusa de incluir en el precio ‘royalties’ y demás ‘gastos intercompanies’ de publicidad y administración». Ese mismo día, por la noche, P&G aseguraba que «P&G paga todos sus impuestos en la Argentina y en el mundo» y que «tomamos seriamente el cumplimiento de las leyes en la argentina». Ayer, la empresa emitió un nuevo comunicado donde afirmó que «estamos trabajando con las autoridades para buscar soluciones inmediatas. Hoy (por ayer) nos reunimos con las mismas en un encuentro fluido y en buenos términos. Estamos totalmente abiertos y comprometidos para encontrar soluciones inmediatas, de modo de poder seguir abasteciendo el mercado con nuestras marcas líderes. Como compañía estamos comprometidos a largo plazo con el país».
La intención de la empresa es llegar lo más rápido a un acuerdo en el país con la AFIP y cerrar el conflicto. El gobierno tiene la misma intención, ya que se trata de una empresa con cierta buena relación con el oficialismo. De hecho, el 10 de julio de 2013 la propia Cristina de Kirchner recibió en la Casa de Gobierno al entonces presidente para América Latina de Procter, Tarek Farahat, quién hasta defendió la estrategia oficial para enfrentar la inflación y los acuerdos de precios. De hecho, P&G es una de las compañías que participa con más productos en el programa de «Precios Cuidados» del gobierno.
En realidad, la mira oficial en este caso no es directamente a P&G sino a uno de sus socios institucionales: el fondo de inversión Blackrock; quién está en el foco del kirchnerismo desde que se descubrió que era el dueño del 60% de la imprenta Donnelley que cerró sorpresivamente su planta en agosto pasado, dejando 400 empleados en la calle (que luego formaron una cooperativa de trabajo). La propia Presidenta anunció en la Casa de Gobierno que la compañía sería denunciada por «alterar el orden económico y financiero», aplicando por primera vez la Ley Antiterrorista promulgada en 2011 (cosa que finalmente no ocurrió), ante una «quiebra express». El gobierno planteó además que en Donnelley, uno de los accionistas había sido el fondo buitre Elliot de Paul Singer en un 7%, acciones que luego transfirió a BlackRock. A partir de esta relación, el kirchnerismo sigue de cerca todas las actividades de las empresas que tienen al fondo de inversiones entre sus accionistas. Es el caso de P&G en donde BlackRock detenta el 2,6% de las acciones a través del Black Rock Institutional Trust (72.052.350 acciones reportadas al 30 de septiembre pasado) y otro 1,13% a través de BlackRock Advisors (30.472.251 acciones). Como curiosidad, otro de los accionistas de P&G que más pueden enervar al kirchnerismo es la tenencia de 1,4% por parte del Bank of New York Mellon (BONY) el mismo que mantiene un confcito terminal con el gobierno por haberse negado el 30 de julio a pagar el vencimiento de U$S 539 millones del Discount que hoy se encuentra en default «tecnico». BlackRock también tiene casi 2 millones de acciones en YPF, compradas durante el 2014m por unos U$S 740 millones.
BlackRock es considerado uno de los mayores fondos de inversiones particulares a nivel mundial. En los últimos tiempos invirtió fuertemente en la banca española, contabilizando en sus carteras el 2,76% de Popular; el 2,34% de Sabadell; el 0,28% de Caixabank; el 1,49% de Santander; el 0,38% de Bankinter y el 1,52% de BBVA. Maneja además BlackRock controla la mayoría de las acciones del Grupo Pearson, que a su vez domina a ‘The Economist’ y a ‘The Financial Times’, este último adonde acudieron Peña y Videgaray a obsequiar los hidrocarburos de México. Entre las tenencias de BlackRock en las principales 20 empresas del mundo tiene activos en ExxonMobil (5.4%), Chevron (6.2%), JP Morgan Chase (6.4%), WellsFargo/Wachovia (5.4%), Shell (4.9%), Apple (5.1%), Google (5.8%) y Microsoft (5.5%, hoy por hoy más que el propio Bill Gates).