Las trabas al ingreso de productos y la compra de moneda extranjera, sumadas a la inflación, generan diferencias de precios tan fuertes que es más rentable viajar a Chile y pagar el impuesto de aduana que comprar el mismo TV en el país.
Por Matias Fuentes
21/01/12 – 01:00
Ezeiza. 1. Entre las 6 y las 10 de ayer aterrizaron cuatro vuelos provenientes de Miami. Televisores de última tecnología son comunes entre el equipaje de los que regresan, como se observa también en las fotos 4 y 6. 2 y 7. (Bicicletas y accesorios para deportistas de alto perfil con importación prohibida ocupan las bodegas de los vuelos a Buenos Aires. 3. Butacas para los niños, a un cuarto de lo que se vende aquí. 5. La ropa de marcas top es la preferida por los que aprovechan las ofertas de los shoppings del sur de la Florida. Audio, tablets, juegos y juguetes completan las listas de pedidos.
“El dólar está barato” se asegura en la calle. Es que a pesar de tener que desembolsar $ 4,34 por cada billete verde (y algunos más en el mercado negro), muchos especialistas coinciden en que en términos reales, las monedas argentina y estadounidense se encuentran en paridad cambiaria, tanto que algunos aseveran que a diez años del fin de la Ley de Convertibilidad, el “uno a uno” recuperó vigencia y con él retornó el “deme dos” de los argentinos que viajan al exterior en busca de artículos electrónicos que las trabas a las importaciones hicieron desaparecer de las vidrieras argentinas o de televisores de última generación que, debido a las protecciones aduaneras y la pérdida de competitividad del modelo, se consigen a precios de subasta en Santiago en relación con Mendoza o Buenos Aires.
Un ejemplo. Cuesta $ 400 menos comprar un smart TV de 40 pulgadas en Santiago de Chile que en Buenos Aires, luego de invertir, además de la compra, en pasaje en avión, hotel, comidas y los impuestos aduaneros para ingresarlo.
Del lado chileno de la cordillera, el mismo TV fabricado en China tiene un costo al público equivalente a US$ 700. Es decir, menos de la mitad de lo que lo ofrece la misma cadena en la Argentina. La diferencia se debe a los costos chinos y los bajos impuestos aduaneros chilenos, por un lado, y a los crecientes costos argentinos con impuestos protectivos, por el otro.
“El ejemplo más claro del fenómeno es la cantidad de argentinos que están veraneando en el exterior”, dice Gastón Rossi, economista director de la consultora LCG. En el tercer trimestre de 2011 el número de argentinos que salieron del país se incrementó en un 17,6% respecto del mismo período del año anterior. PERFIL realizó ayer en la mañana una recorrida por las terminales de arribos del Aeropuerto de Ezeiza, repletas de argentinos con las valijas repletas de ropa y electrónicos que compran a precios sensiblemente más baratos en los Estados Unidos. E incluso los agentes de real estate en Miami ya hablan de un “aluvión” de argentinos que buscan invertir en departamentos en esa ciudad. Es que la combinación de dólar barato más trabas a las importaciones que ofrece el modelo K llevó a revivir el “deme dos”.
En el rubro indumentaria, también se registran disparidades similares. Florencia, médica pediatra, comenta a PERFIL que compró buena parte de la ropa para su casamiento (vestido, zapatos y accesorios) en los Estados Unidos por poco más de US$ 100. “En la Argentina, por los mismos productos con una calidad similar pagaría más de US$ 250”, agregó a su regreso en Ezeiza.
La disparidad genera negocios: en algunos countries son comunes los grupos de compra a partir de vecinos recién llegados del exterior que adquirieron prendas y calzado con el único fin de venderlo. “El de la ropa es un caso muy emblemático. Incluso en comparación con algunas ciudades europeas, salir de compras en la Argentina puede resultar caro”, agrega Rossi.
En el plano del turismo, el “deme dos” K disparó viajes a destinos exóticos, y por entre US$ 400 y US$ 500 por persona se consigue espacio en cruceros que recorren las costas americanas. “Algunos costos propios de la actividad, como el alojamiento, la comida o los servicios, están a niveles muy elevados, lo que vuelve más atractivos a los destinos extranjeros”, dice Rodrigo Álvarez, de Ecolatina. Sólo a modo de ejemplo, un alquiler de un departamento de dos ambientes frente al mar en Villa Gesell durante una quincena puede ascender a unos $ 7.500. E incluso el entretenimiento puede ser más económico en el exterior. Un paquete vip –generalmente destinado a turistas– para ver un Boca-River ronda los US$ 400, mientras que uno similar en el Camp Nou para el próximo Barcelona-Real Madrid por la Copa del Rey tiene un costo de US$ 281.
En el aeropuerto de Ezeiza, entre cajas de televisores de pantalla plana también llegan a Buenos Aires agentes inmobiliarios, principalmente desde Miami, en busca de potenciales compradores para sus emprendimientos. Claudia Stocki, de La Playa Properties, dice que vendió propiedades en esa ciudad por menos de US$ 80.000 y que existen proyectos de pozos de categoría desde US$ 170.000. El valor del metro cuadrado arranca en alrededor de US$ 300 y varía de acuerdo con su ubicación, calidad de construcción y amenities. “El interés tanto en la Argentina como en Brasil es muy grande y sigue creciendo”, completa Stocki.
Al dólar barato se le suman las trabas a importados, tanto por las licencias no automáticas como por las limitaciones para comprar dólares. Hyundai, por ejemplo, se convirtió en un exportador de vino, soja y maní, y, como muchas firmas tecnológicas de nivel mundial, ahora vende productos de avanzada ensamblados en el país.
En tanto que las marcas de tecnología recurrieron a tercerizar la fabricación de algunos de sus productos en Tierra del Fuego.
Por Matias Fuentes
21/01/12 – 01:00
Ezeiza. 1. Entre las 6 y las 10 de ayer aterrizaron cuatro vuelos provenientes de Miami. Televisores de última tecnología son comunes entre el equipaje de los que regresan, como se observa también en las fotos 4 y 6. 2 y 7. (Bicicletas y accesorios para deportistas de alto perfil con importación prohibida ocupan las bodegas de los vuelos a Buenos Aires. 3. Butacas para los niños, a un cuarto de lo que se vende aquí. 5. La ropa de marcas top es la preferida por los que aprovechan las ofertas de los shoppings del sur de la Florida. Audio, tablets, juegos y juguetes completan las listas de pedidos.
“El dólar está barato” se asegura en la calle. Es que a pesar de tener que desembolsar $ 4,34 por cada billete verde (y algunos más en el mercado negro), muchos especialistas coinciden en que en términos reales, las monedas argentina y estadounidense se encuentran en paridad cambiaria, tanto que algunos aseveran que a diez años del fin de la Ley de Convertibilidad, el “uno a uno” recuperó vigencia y con él retornó el “deme dos” de los argentinos que viajan al exterior en busca de artículos electrónicos que las trabas a las importaciones hicieron desaparecer de las vidrieras argentinas o de televisores de última generación que, debido a las protecciones aduaneras y la pérdida de competitividad del modelo, se consigen a precios de subasta en Santiago en relación con Mendoza o Buenos Aires.
Un ejemplo. Cuesta $ 400 menos comprar un smart TV de 40 pulgadas en Santiago de Chile que en Buenos Aires, luego de invertir, además de la compra, en pasaje en avión, hotel, comidas y los impuestos aduaneros para ingresarlo.
Del lado chileno de la cordillera, el mismo TV fabricado en China tiene un costo al público equivalente a US$ 700. Es decir, menos de la mitad de lo que lo ofrece la misma cadena en la Argentina. La diferencia se debe a los costos chinos y los bajos impuestos aduaneros chilenos, por un lado, y a los crecientes costos argentinos con impuestos protectivos, por el otro.
“El ejemplo más claro del fenómeno es la cantidad de argentinos que están veraneando en el exterior”, dice Gastón Rossi, economista director de la consultora LCG. En el tercer trimestre de 2011 el número de argentinos que salieron del país se incrementó en un 17,6% respecto del mismo período del año anterior. PERFIL realizó ayer en la mañana una recorrida por las terminales de arribos del Aeropuerto de Ezeiza, repletas de argentinos con las valijas repletas de ropa y electrónicos que compran a precios sensiblemente más baratos en los Estados Unidos. E incluso los agentes de real estate en Miami ya hablan de un “aluvión” de argentinos que buscan invertir en departamentos en esa ciudad. Es que la combinación de dólar barato más trabas a las importaciones que ofrece el modelo K llevó a revivir el “deme dos”.
En el rubro indumentaria, también se registran disparidades similares. Florencia, médica pediatra, comenta a PERFIL que compró buena parte de la ropa para su casamiento (vestido, zapatos y accesorios) en los Estados Unidos por poco más de US$ 100. “En la Argentina, por los mismos productos con una calidad similar pagaría más de US$ 250”, agregó a su regreso en Ezeiza.
La disparidad genera negocios: en algunos countries son comunes los grupos de compra a partir de vecinos recién llegados del exterior que adquirieron prendas y calzado con el único fin de venderlo. “El de la ropa es un caso muy emblemático. Incluso en comparación con algunas ciudades europeas, salir de compras en la Argentina puede resultar caro”, agrega Rossi.
En el plano del turismo, el “deme dos” K disparó viajes a destinos exóticos, y por entre US$ 400 y US$ 500 por persona se consigue espacio en cruceros que recorren las costas americanas. “Algunos costos propios de la actividad, como el alojamiento, la comida o los servicios, están a niveles muy elevados, lo que vuelve más atractivos a los destinos extranjeros”, dice Rodrigo Álvarez, de Ecolatina. Sólo a modo de ejemplo, un alquiler de un departamento de dos ambientes frente al mar en Villa Gesell durante una quincena puede ascender a unos $ 7.500. E incluso el entretenimiento puede ser más económico en el exterior. Un paquete vip –generalmente destinado a turistas– para ver un Boca-River ronda los US$ 400, mientras que uno similar en el Camp Nou para el próximo Barcelona-Real Madrid por la Copa del Rey tiene un costo de US$ 281.
En el aeropuerto de Ezeiza, entre cajas de televisores de pantalla plana también llegan a Buenos Aires agentes inmobiliarios, principalmente desde Miami, en busca de potenciales compradores para sus emprendimientos. Claudia Stocki, de La Playa Properties, dice que vendió propiedades en esa ciudad por menos de US$ 80.000 y que existen proyectos de pozos de categoría desde US$ 170.000. El valor del metro cuadrado arranca en alrededor de US$ 300 y varía de acuerdo con su ubicación, calidad de construcción y amenities. “El interés tanto en la Argentina como en Brasil es muy grande y sigue creciendo”, completa Stocki.
Al dólar barato se le suman las trabas a importados, tanto por las licencias no automáticas como por las limitaciones para comprar dólares. Hyundai, por ejemplo, se convirtió en un exportador de vino, soja y maní, y, como muchas firmas tecnológicas de nivel mundial, ahora vende productos de avanzada ensamblados en el país.
En tanto que las marcas de tecnología recurrieron a tercerizar la fabricación de algunos de sus productos en Tierra del Fuego.
Increible, comprar un televisoe en Chile, pagando el pasaje de aviçon y la estadía cuesta menos que en Fávega o Garbarino.
Bien por el modelo productivo trucho Nac&Pop, después le echan la culpa a Menem o Videla.
¿tendríamos que bajar los impuestos aduaneros?
No. Tal vez habría que procurar una mayor epecialización productiva, que torne más eficiente nuestra economía.
especialización productiv aen qué, decís vos?