Hace un puñado de años los anuncios de recortes en el suministro de gas natural para las industrias por falta del fluido eran moneda corriente. Desde fines del año pasado el incremento en la producción de gas, traccionado con fuerza por los desarrollos en Vaca Muerta, cambió el escenario al extremo diametralmente opuesto.
Esto llevó a que en las últimas semanas del mes pasado se registraran días en los que las petroleras debieron cerrar la producción de gas por entre 15 y 20 millones de metros cúbicos diarios a raíz de la falta de mercados donde colocarlo. La maniobra, más allá de los riesgos técnicos, representa un incremento en los costos para las petroleras y una pérdida para las provincias que dejan de percibir regalías.
Pero fundamentalmente la repetición de estos cierres forzosos, dado que el primero ocurrió hace ya un año, siembra un serio traspié para el buscado desarrollo del shale gas y el autoabastecimiento en el invierno.
El mercado del gas en el país tiene una marcada estacionalidad. En invierno la demanda es tan alta que se requiere importar de otros países, en verano el uso del aire acondicionado permite derivar buena parte de la producción a las centrales térmicas, pero es en otoño y primavera cuando la demanda cae y no hay dónde colocar el gas excedente.
“En los últimos días se cerró la producción de gas en cerca de 20 millones de metros cúbicos diarios”, aseguró el exsecretario de Recursos Hidrocarburíferos de la Nación, José Luis Sureda, en una visita que hizo esta semana a Neuquén. Y en la que enfatizó que el mejor camino para viabilizar la enorme producción de gas que puede alcanzar Vaca Muerta es el de la exportación.
Precisamente con ese objetivo es que desde el gobierno nacional se emitió a mitad de año la Resolución 104/18 que volvió a autorizar la exportación de gas natural, con el requisito de priorizar siempre la demanda interna.
Hasta la fecha 22 contratos de exportación fueron tramitados bajo esa nueva resolución para llevar gas neuquino y de las cuencas del sur a Chile, Brasil e incluso Uruguay. Sin embargo, los volúmenes que han alcanzado las exportaciones efectivamente concretadas poco movieron la aguja del sector.
Recién este jueves se registró el mayor nivel en las exportaciones, con cerca de 7 millones de metros cúbicos. Pero el promedio de envíos al exterior se mantenía hasta entonces en 2,2 millones de metros cúbicos diarios, es decir casi la décima parte de la producción que días atrás debió cerrarse.
Si bien desde las petroleras consultadas se advirtió que aguardan que paulatinamente las exportaciones vayan incrementando su volumen, también se indicó que en panorama para el próximo otoño no es favorable pues ni el gasoducto a Rosario ni los grandes desarrollos de GNL estarán listos. Y advirtieron que esto podría llevar a una ralentización en varios de los desarrollos anunciados.
Para José Luis Sureda el mejor comprador de gas para el país es el mercado asiático, comandado por China, pero para lograr llegar con un precio competitivo que garantice las exportaciones la producción local deberá reducir aún más sus costos.
Sureda planteó que para hacer viable el plan la producción debería alcanzar un costo de 2 dólares por millón de BTU y advirtió que para ello la salida es cambiar las regulaciones y no achicar los salarios.
Tras once años de sólo traer gas desde el vecino país, los gasoductos que unen la región con Chile volvieron a ser usados para exportar la producción local dando un alivio a los productores locales que se complementa con un fuerte recorte en la importación del gas de Bolivia.
De acuerdo a los datos oficiales este jueves la importación fue de apenas 5 millones de metros cúbicos, marcando un nuevo quiebre en el contrato que para esta época del año fijaba un piso de 17,2 millones de metros cúbicos.
El achique podría derivar en una judicialización del caso en el que desde el gobierno argentino se sostiene que fue Bolivia la que inició los incumplimientos al no poder garantizar los envíos fijados en el contrato que vence en 2026.
En lo que hace a las exportaciones, Nación ya autorizó una veintena de contratos, que podrían alcanzar un máximo de cerca de 20 millones de metros cúbicos diarios, aunque los volúmenes que han cruzado Los Andes han sido menores.
En el caso del Gasoducto del Pacífico, el sistema que conecta la zona norte de Neuquén con la región chilena del Biobío, la red está a punto de ampliar su capacidad para poder transportar más de 12 millones de metros cúbicos a diario.
El sistema ya está llevando más de un millón de metros cúbicos de gas con las especificaciones demandas por las centrales de generación del vecino país. Y se prepara para incrementar su actividad.
Esto llevó a que en las últimas semanas del mes pasado se registraran días en los que las petroleras debieron cerrar la producción de gas por entre 15 y 20 millones de metros cúbicos diarios a raíz de la falta de mercados donde colocarlo. La maniobra, más allá de los riesgos técnicos, representa un incremento en los costos para las petroleras y una pérdida para las provincias que dejan de percibir regalías.
Pero fundamentalmente la repetición de estos cierres forzosos, dado que el primero ocurrió hace ya un año, siembra un serio traspié para el buscado desarrollo del shale gas y el autoabastecimiento en el invierno.
El mercado del gas en el país tiene una marcada estacionalidad. En invierno la demanda es tan alta que se requiere importar de otros países, en verano el uso del aire acondicionado permite derivar buena parte de la producción a las centrales térmicas, pero es en otoño y primavera cuando la demanda cae y no hay dónde colocar el gas excedente.
“En los últimos días se cerró la producción de gas en cerca de 20 millones de metros cúbicos diarios”, aseguró el exsecretario de Recursos Hidrocarburíferos de la Nación, José Luis Sureda, en una visita que hizo esta semana a Neuquén. Y en la que enfatizó que el mejor camino para viabilizar la enorme producción de gas que puede alcanzar Vaca Muerta es el de la exportación.
Precisamente con ese objetivo es que desde el gobierno nacional se emitió a mitad de año la Resolución 104/18 que volvió a autorizar la exportación de gas natural, con el requisito de priorizar siempre la demanda interna.
Hasta la fecha 22 contratos de exportación fueron tramitados bajo esa nueva resolución para llevar gas neuquino y de las cuencas del sur a Chile, Brasil e incluso Uruguay. Sin embargo, los volúmenes que han alcanzado las exportaciones efectivamente concretadas poco movieron la aguja del sector.
Recién este jueves se registró el mayor nivel en las exportaciones, con cerca de 7 millones de metros cúbicos. Pero el promedio de envíos al exterior se mantenía hasta entonces en 2,2 millones de metros cúbicos diarios, es decir casi la décima parte de la producción que días atrás debió cerrarse.
Si bien desde las petroleras consultadas se advirtió que aguardan que paulatinamente las exportaciones vayan incrementando su volumen, también se indicó que en panorama para el próximo otoño no es favorable pues ni el gasoducto a Rosario ni los grandes desarrollos de GNL estarán listos. Y advirtieron que esto podría llevar a una ralentización en varios de los desarrollos anunciados.
Para José Luis Sureda el mejor comprador de gas para el país es el mercado asiático, comandado por China, pero para lograr llegar con un precio competitivo que garantice las exportaciones la producción local deberá reducir aún más sus costos.
Sureda planteó que para hacer viable el plan la producción debería alcanzar un costo de 2 dólares por millón de BTU y advirtió que para ello la salida es cambiar las regulaciones y no achicar los salarios.
Tras once años de sólo traer gas desde el vecino país, los gasoductos que unen la región con Chile volvieron a ser usados para exportar la producción local dando un alivio a los productores locales que se complementa con un fuerte recorte en la importación del gas de Bolivia.
De acuerdo a los datos oficiales este jueves la importación fue de apenas 5 millones de metros cúbicos, marcando un nuevo quiebre en el contrato que para esta época del año fijaba un piso de 17,2 millones de metros cúbicos.
El achique podría derivar en una judicialización del caso en el que desde el gobierno argentino se sostiene que fue Bolivia la que inició los incumplimientos al no poder garantizar los envíos fijados en el contrato que vence en 2026.
En lo que hace a las exportaciones, Nación ya autorizó una veintena de contratos, que podrían alcanzar un máximo de cerca de 20 millones de metros cúbicos diarios, aunque los volúmenes que han cruzado Los Andes han sido menores.
En el caso del Gasoducto del Pacífico, el sistema que conecta la zona norte de Neuquén con la región chilena del Biobío, la red está a punto de ampliar su capacidad para poder transportar más de 12 millones de metros cúbicos a diario.
El sistema ya está llevando más de un millón de metros cúbicos de gas con las especificaciones demandas por las centrales de generación del vecino país. Y se prepara para incrementar su actividad.