Por Merino Soto
La espera a un ingreso mayor hizo que el productor deje de ganar 216 millones de dólares en un mes. Los 28 millones de toneladas de soja que todavía restan por vender sintieron el impacto de la especulación por apostar a precios mayores en Chicago que no se dieron, y del cual todavía se espera que sigan cayendo.
A principios de junio, el poroto cotizaba en el mercado local en promedio 330 dólares; es decir, unos 2.600 pesos. El 1º de julio pasó a valer 297 dólares. A la cotización de ayer, 287 dólares. Esto significa que el productor en algo más de dos meses, resignó casi 50 dólares por tonelada de ganancia. Para volver a ver los buenos precios será necesario una devaluación de 9 pesos para, por lo menos, compensar la baja y obtener alguna rentabilidad que se aproxime a los valores en el momento de la siembra.
“El productor guarda la soja como un reaseguro por la inflación y devaluación, pero lo hace frente a un mercado de baja de 45 dólares como mínimo”, señaló el director de Agripac, Pablo Adreani.
Y esto claramente se pudo observar con los valores de la oleaginosa en las posiciones más lejanas. El contrato noviembre, mes en que llega la cosecha norteamericana, muestra un descenso del 14% desde fines de junio. Hoy cotiza a 391 dólares la tonelada y todo indica que todavía no tocó su piso, según los analistas consultados.
Las buenas perspectivas climáticas en Estados Unidos, indican que el estado del cultivo se encuentra en un 71% entre bueno a excelente. Lo que hace mantener los 103 millones de toneladas previsto por de cosecha.
Frente a este panorama, al productor ahora realmente no le queda otra que esperar. Y es que el precio de la soja podrá subir ante algún “imponderable” climático o cuando la demanda vea que se ha llegado al piso y comience a comprar. “La actitud de China en este punto es clave”, dijo Adreani.
La espera a un ingreso mayor hizo que el productor deje de ganar 216 millones de dólares en un mes. Los 28 millones de toneladas de soja que todavía restan por vender sintieron el impacto de la especulación por apostar a precios mayores en Chicago que no se dieron, y del cual todavía se espera que sigan cayendo.
A principios de junio, el poroto cotizaba en el mercado local en promedio 330 dólares; es decir, unos 2.600 pesos. El 1º de julio pasó a valer 297 dólares. A la cotización de ayer, 287 dólares. Esto significa que el productor en algo más de dos meses, resignó casi 50 dólares por tonelada de ganancia. Para volver a ver los buenos precios será necesario una devaluación de 9 pesos para, por lo menos, compensar la baja y obtener alguna rentabilidad que se aproxime a los valores en el momento de la siembra.
“El productor guarda la soja como un reaseguro por la inflación y devaluación, pero lo hace frente a un mercado de baja de 45 dólares como mínimo”, señaló el director de Agripac, Pablo Adreani.
Y esto claramente se pudo observar con los valores de la oleaginosa en las posiciones más lejanas. El contrato noviembre, mes en que llega la cosecha norteamericana, muestra un descenso del 14% desde fines de junio. Hoy cotiza a 391 dólares la tonelada y todo indica que todavía no tocó su piso, según los analistas consultados.
Las buenas perspectivas climáticas en Estados Unidos, indican que el estado del cultivo se encuentra en un 71% entre bueno a excelente. Lo que hace mantener los 103 millones de toneladas previsto por de cosecha.
Frente a este panorama, al productor ahora realmente no le queda otra que esperar. Y es que el precio de la soja podrá subir ante algún “imponderable” climático o cuando la demanda vea que se ha llegado al piso y comience a comprar. “La actitud de China en este punto es clave”, dijo Adreani.
