En un principio, la UCR comunicó que reunía a su Convención Nacional para avanzar en reformas que modernizarían al partido. Se dijo que había consenso de todos los sectores para lograrlo. El órgano partidario se reunió el viernes, pero los diferentes grupos del radicalismo no consensuaron nada, se pelearon, hubo insultos, gritos y casi piñas, volaron botellas y hasta pequeñas tortas . A la madrugada del sábado, con el Centro Asturiano de Vicente López arrasado como si hubiese ocurrido ahí una gran contienda, el órgano partidario se quedó sin quórum, por lo que no hubo votación sobre reforma alguna .
La Convención Nacional mostró la crisis y las fisuras internas que implosionan a la UCR.
La Convención había empezado con un debate civilizado, pero pronto las divisiones internas se exacerbaron y todo terminó en escándalo.
El punto de inflexión fue un discurso que dio Leopoldo Moreau, líder del Modeso, con el que acusó a la actual conducción partidaria de haber hecho “antikirchnerismo bobo” perdiendo banderas progresistas en manos del Gobierno. Quien le respondió fue uno de sus rivales, el jujeño Gerardo Morales. Le recordó a Moreau que como candidato a presidente en el 2003 había sacado el 2 por ciento de los votos. Moreau enfureció y se le acercó con intenciones de pegarle. Los separaron, todos los convencionales se pararon, empezó el griterío y las peleas ya no pararon. Pasadas las tres de la madrugada, la Convención perdió el quórum y la intención de reforma de la carta orgánica quedó en la nada.
La oposición partidaria, como el Modeso de Moreau, las agrupaciones juveniles La Cantera y la JR, dicen ahora que los 141 convencionales identificados con esos grupos que quedaron hasta la madrugada demuestran que tienen la mayor representación partidaria. Ricardo Gil Lavedra, del Morena, de Ricardo Alfonsín, dijo a Clarín que la composición de la Convención “no refleja la realidad política actual porque los convencionales fueron elegidos hace más de cuatro años”. Agregó que el Morena “está dispuesto a ir a otra Convención a votar las reformas”.
El vicepresidente, Julio Cobos, ausente en la Convención, emitió ayer un comunicado pidiendo la reforma partidaria: “Ser autocríticos es reconocer que, de un tiempo a esta parte, en lugar de multiplicar voluntades, dividimos fuerzas ”, dice uno de los párrafos del escrito.
Por otra parte, el intendente saliente de Santa Fe, Mario Barletta, quien se posiciona en la interna para ser elegido nuevo presidente de la UCR el 16 de diciembre (ayer se reunió con La Cantera pero ratificó su afinidad con el Morena), se lamentó ante este diario por como se desarrolló la Convención: “Es un reflejo de las dificultades en las que está inmerso el partido. Hubiese preferido que las diferencias se expongan de otra manera”.
La Convención Nacional mostró la crisis y las fisuras internas que implosionan a la UCR.
La Convención había empezado con un debate civilizado, pero pronto las divisiones internas se exacerbaron y todo terminó en escándalo.
El punto de inflexión fue un discurso que dio Leopoldo Moreau, líder del Modeso, con el que acusó a la actual conducción partidaria de haber hecho “antikirchnerismo bobo” perdiendo banderas progresistas en manos del Gobierno. Quien le respondió fue uno de sus rivales, el jujeño Gerardo Morales. Le recordó a Moreau que como candidato a presidente en el 2003 había sacado el 2 por ciento de los votos. Moreau enfureció y se le acercó con intenciones de pegarle. Los separaron, todos los convencionales se pararon, empezó el griterío y las peleas ya no pararon. Pasadas las tres de la madrugada, la Convención perdió el quórum y la intención de reforma de la carta orgánica quedó en la nada.
La oposición partidaria, como el Modeso de Moreau, las agrupaciones juveniles La Cantera y la JR, dicen ahora que los 141 convencionales identificados con esos grupos que quedaron hasta la madrugada demuestran que tienen la mayor representación partidaria. Ricardo Gil Lavedra, del Morena, de Ricardo Alfonsín, dijo a Clarín que la composición de la Convención “no refleja la realidad política actual porque los convencionales fueron elegidos hace más de cuatro años”. Agregó que el Morena “está dispuesto a ir a otra Convención a votar las reformas”.
El vicepresidente, Julio Cobos, ausente en la Convención, emitió ayer un comunicado pidiendo la reforma partidaria: “Ser autocríticos es reconocer que, de un tiempo a esta parte, en lugar de multiplicar voluntades, dividimos fuerzas ”, dice uno de los párrafos del escrito.
Por otra parte, el intendente saliente de Santa Fe, Mario Barletta, quien se posiciona en la interna para ser elegido nuevo presidente de la UCR el 16 de diciembre (ayer se reunió con La Cantera pero ratificó su afinidad con el Morena), se lamentó ante este diario por como se desarrolló la Convención: “Es un reflejo de las dificultades en las que está inmerso el partido. Hubiese preferido que las diferencias se expongan de otra manera”.