Caracas. Especial Para Clarín – 27/02/14
Las marchas pintaron ayer de blanco y rojo las calles del centro de Caracas. La oficialista que integró a campesinos y pescadores, marchó con ropas rojas hasta la sede del Gobierno. Mientras, una multitud de mujeres vestidas de blanco encabezadas por la diputada opositora María Corina Machado caminaron hasta la sede de la Guardia Nacional Bolivariana para pedir el cese de la represión y la expulsión de los agentes paramilitares cubanos.
Mientras esto sucedía, el presidente Nicolás Maduro ponía en marcha una Conferencia de Paz en la Casa de Gobierno de Miraflores, que quedó con muchos asientos vacíos. La invitación incluyó a la Iglesia y a empresarios y partidos políticos. Pero la poderosa coalición opositora Mesa de Unidad Democrática rechazó el convite calificándolo de “comparsa”. En un comunicado dijeron que “no nos prestamos para lo que derivará en un simulacro de diálogo… una burla a nuestros compatriotas”. Y el ex candidato presidencial de esa fuerza, el gobernador Henrique Capriles, afirmó que no se prestarán sólo a una foto. La oposición demanda la liberación de los detenidos durante las marchas y el desarme inmediato de los grupos parapoliciales y paramilitares.
La movilización de las mujeres, en silencio y con ropas blancas para reclamar la paz, por su tamaño fue una victoria de la oposición. La protesta tuvo réplicas en diferentes ciudades venezolanas, entre ellas Puerto La Cruz, Barcelona, San Cristóbal, Maracaibo, Valencia y Puerto Ordaz.
Machado enfrenta una ofensiva en el Parlamento para retirarle la inmunidad. La sesión inicial con ese propósito tuvo fuerte cruces, la mujer fue insultada por sus pares del oficialismo y el tema quedó aún para definir. La diputada encabezó ayer la marcha en Caracas junto a Lilian Tintori, esposa del jefe del partido Voluntad Popular, Leopoldo López, quien se entregó a las autoridades el pasado 15 de febrero acusado por promover la violencia. Al llegar a la sede de Comandancia de la Guardia Nacional, las dos mujeres entregaron un petitorio que demanda, además, el retiro de los efectivos cubanos que operan junto a las fuerzas armadas venezolanas.
El portazo de la MUD a la oferta del gobierno fue expresado en una nota dirigida al presidente que sostiene: “No usaremos el lenguaje insultante y descalificador con el cual usted, los voceros del Gobierno y del partido oficial nos aluden sistemáticamente… No nos prestamos para lo que derivará en un simulacro de diálogo que desemboque en una burla a nuestros compatriotas”.
“La situación del país es grave. Hoy la convivencia está seriamente alterada por hechos conocidos de los cuales ustedes y nosotros tenemos lecturas divergentes, y que fundamentalmente están en el ámbito de responsabilidad del Gobierno”, agregó la nota.
Capriles explicó que, “si Nicolás no rectifica, a la crisis económica que está en desarrollo se le sumará la política. El racionamiento en la compra de alimentos que el Gobierno pretende implementar en la red de la petrolera estatal es una muestra del desabastecimiento y la escasez que existe en el país. Nuestro pueblo está viviendo las consecuencias de las malas políticas y por eso hay descontento en los barrios”.
El dirigente desmintió que las protestas sean las culpables de la escasez y el desabastecimiento, que es el argumento que enarbola el gobierno. La propuesta de la oposición es un diálogo en el cual el gobierno asuma los problemas y se coordinen soluciones. Pero Maduro insiste que los problemas de la economía son parte de un plan de desestabilización creado por EE.UU.
“Vamos hacia una debacle económica”, alertó Capriles. “No hay divisas. El gobierno tiene una deuda que se ha ido acumulando y ahora no la puede pagar, porque es un gobierno que depende de las importaciones y que vive únicamente de la renta petrolera. Este es un gobierno moribundo que se está extinguiendo”, concluyó.
Las marchas pintaron ayer de blanco y rojo las calles del centro de Caracas. La oficialista que integró a campesinos y pescadores, marchó con ropas rojas hasta la sede del Gobierno. Mientras, una multitud de mujeres vestidas de blanco encabezadas por la diputada opositora María Corina Machado caminaron hasta la sede de la Guardia Nacional Bolivariana para pedir el cese de la represión y la expulsión de los agentes paramilitares cubanos.
Mientras esto sucedía, el presidente Nicolás Maduro ponía en marcha una Conferencia de Paz en la Casa de Gobierno de Miraflores, que quedó con muchos asientos vacíos. La invitación incluyó a la Iglesia y a empresarios y partidos políticos. Pero la poderosa coalición opositora Mesa de Unidad Democrática rechazó el convite calificándolo de “comparsa”. En un comunicado dijeron que “no nos prestamos para lo que derivará en un simulacro de diálogo… una burla a nuestros compatriotas”. Y el ex candidato presidencial de esa fuerza, el gobernador Henrique Capriles, afirmó que no se prestarán sólo a una foto. La oposición demanda la liberación de los detenidos durante las marchas y el desarme inmediato de los grupos parapoliciales y paramilitares.
La movilización de las mujeres, en silencio y con ropas blancas para reclamar la paz, por su tamaño fue una victoria de la oposición. La protesta tuvo réplicas en diferentes ciudades venezolanas, entre ellas Puerto La Cruz, Barcelona, San Cristóbal, Maracaibo, Valencia y Puerto Ordaz.
Machado enfrenta una ofensiva en el Parlamento para retirarle la inmunidad. La sesión inicial con ese propósito tuvo fuerte cruces, la mujer fue insultada por sus pares del oficialismo y el tema quedó aún para definir. La diputada encabezó ayer la marcha en Caracas junto a Lilian Tintori, esposa del jefe del partido Voluntad Popular, Leopoldo López, quien se entregó a las autoridades el pasado 15 de febrero acusado por promover la violencia. Al llegar a la sede de Comandancia de la Guardia Nacional, las dos mujeres entregaron un petitorio que demanda, además, el retiro de los efectivos cubanos que operan junto a las fuerzas armadas venezolanas.
El portazo de la MUD a la oferta del gobierno fue expresado en una nota dirigida al presidente que sostiene: “No usaremos el lenguaje insultante y descalificador con el cual usted, los voceros del Gobierno y del partido oficial nos aluden sistemáticamente… No nos prestamos para lo que derivará en un simulacro de diálogo que desemboque en una burla a nuestros compatriotas”.
“La situación del país es grave. Hoy la convivencia está seriamente alterada por hechos conocidos de los cuales ustedes y nosotros tenemos lecturas divergentes, y que fundamentalmente están en el ámbito de responsabilidad del Gobierno”, agregó la nota.
Capriles explicó que, “si Nicolás no rectifica, a la crisis económica que está en desarrollo se le sumará la política. El racionamiento en la compra de alimentos que el Gobierno pretende implementar en la red de la petrolera estatal es una muestra del desabastecimiento y la escasez que existe en el país. Nuestro pueblo está viviendo las consecuencias de las malas políticas y por eso hay descontento en los barrios”.
El dirigente desmintió que las protestas sean las culpables de la escasez y el desabastecimiento, que es el argumento que enarbola el gobierno. La propuesta de la oposición es un diálogo en el cual el gobierno asuma los problemas y se coordinen soluciones. Pero Maduro insiste que los problemas de la economía son parte de un plan de desestabilización creado por EE.UU.
“Vamos hacia una debacle económica”, alertó Capriles. “No hay divisas. El gobierno tiene una deuda que se ha ido acumulando y ahora no la puede pagar, porque es un gobierno que depende de las importaciones y que vive únicamente de la renta petrolera. Este es un gobierno moribundo que se está extinguiendo”, concluyó.
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