Boudou le pidió a la petrolera mayor compromiso nacional. Le reclaman la plena producción de sus yacimientos.
El vicepresidente Amado Boudou volvió a referirse a la situación de YPF y aseguró que el objetivo oficial es que la empresa haga uso de toda su capacidad instalada y su potencialidad de inversión para la producción. El problema no es si YPF es privada o no privada, sino si tiene sentido nacional, si su sistema de funcionamiento está pensado en la producción petrolífera o con lógica financiera de corto plazo, afirmó. Las declaraciones de Boudou están en sintonía con el comunicado difundido el sábado por el ministro de Planificación, Julio De Vido, donde también se reclamó la plena producción de los yacimientos. El presidente de Repsol, Antonio Brufau, llegó la semana pasada a la Argentina para interiorizarse en el conflicto y tratar de encontrar una solución, pero ni la empresa ni el Gobierno confirmaron hasta el momento que haya habido una reunión para acercar posiciones.
Boudou reiteró en declaraciones televisivas que es necesario que YPF, que tiene más del 60 por ciento del mercado hidrocarburífero en Argentina, haga uso de toda su capacidad instalada y potencialidad de inversión, que se explore, pero también que se produzca. El funcionario recordó además que a partir de 1999, empezó a declinar la producción de petróleo de YPF y luego de 2003, la de gas y subrayó que Argentina necesita satisfacción del mercado interno. En un proceso de crecimiento como el que se da en Argentina desde 2003, con mayor necesidad de combustible cada año, no es razonable que teniéndolo en nuestro suelo se esté importando, dijo el vicepresidente. Finalmente, recordó que se está avanzando en una denuncia ante la defensa de la competencia respecto a que hay discriminación de precio de parte de las petroleras y reiteró que es necesario que las petroleras lleven al máximo el nivel de inversión para obtener el total de energía que se necesita en el país.
La producción de crudo viene en paulatino e ininterrumpido descenso desde 2002 hasta la fecha, habiendo cedido en ese período en más de 10 millones de metros cúbicos (de 43,9 a casi 33 estimados para todo 2011). En cuanto al comportamiento de cada una de las empresas petroleras, en los últimos cinco años (2006 a 2011), YPF perdió producción por más de un millón de metros cúbicos (pasó de 13,7 a 12,4 millones, con cifras provisorias para el último año). La producción de la ex petrolera estatal sólo creció en ese período en la provincia de Mendoza, pero cayó fuertemente en Santa Cruz y Neuquén.
En los últimos meses, la empresa anunció descubrimientos, tanto en hidrocarburos en forma no convencional (shale oil and gas) como convencional, pero el Gobierno considera que el impacto de esos anuncios es insuficiente y la propia presidenta Cristina Fernández de Kirchner les reclamó un incrementó de la producción el pasado 25 de enero. Luego fue el vicepresidente y los ministros los encargados de cuestionar a la petrolera. Además de Boudou, el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, cuestionó a YPF. En un comunicado distribuido el sábado, De Vido aseguró que a pesar de que YPF tiene el 60 por ciento del mercado de combustibles, no hizo las inversiones para ampliar sus refinerías en los tiempos que requiere el crecimiento sostenido de la demanda en el país.
Algunos sectores del oficialismo creen que las críticas a YPF podrían derivar en una estatización de la firma, pero hasta el momento no está claro que ése sea el camino que vaya a transitar el Gobierno. Lo único seguro es que la Presidenta desea que YPF deje de girar utilidades e incremente sus inversiones. Si los accionistas asumen ese compromiso, la gestión de la empresa podría seguir en manos privadas, pues para el Gobierno tampoco sería sencillo conseguir el dinero para avanzar con una estatización. El titular de Repsol, Antonio Brufau, es consciente de esta situación y llegó al país para negociar un acuerdo, pero hasta el momento ni el Gobierno ni la empresa reconocieron haber mantenido contactos.
El vicepresidente Amado Boudou volvió a referirse a la situación de YPF y aseguró que el objetivo oficial es que la empresa haga uso de toda su capacidad instalada y su potencialidad de inversión para la producción. El problema no es si YPF es privada o no privada, sino si tiene sentido nacional, si su sistema de funcionamiento está pensado en la producción petrolífera o con lógica financiera de corto plazo, afirmó. Las declaraciones de Boudou están en sintonía con el comunicado difundido el sábado por el ministro de Planificación, Julio De Vido, donde también se reclamó la plena producción de los yacimientos. El presidente de Repsol, Antonio Brufau, llegó la semana pasada a la Argentina para interiorizarse en el conflicto y tratar de encontrar una solución, pero ni la empresa ni el Gobierno confirmaron hasta el momento que haya habido una reunión para acercar posiciones.
Boudou reiteró en declaraciones televisivas que es necesario que YPF, que tiene más del 60 por ciento del mercado hidrocarburífero en Argentina, haga uso de toda su capacidad instalada y potencialidad de inversión, que se explore, pero también que se produzca. El funcionario recordó además que a partir de 1999, empezó a declinar la producción de petróleo de YPF y luego de 2003, la de gas y subrayó que Argentina necesita satisfacción del mercado interno. En un proceso de crecimiento como el que se da en Argentina desde 2003, con mayor necesidad de combustible cada año, no es razonable que teniéndolo en nuestro suelo se esté importando, dijo el vicepresidente. Finalmente, recordó que se está avanzando en una denuncia ante la defensa de la competencia respecto a que hay discriminación de precio de parte de las petroleras y reiteró que es necesario que las petroleras lleven al máximo el nivel de inversión para obtener el total de energía que se necesita en el país.
La producción de crudo viene en paulatino e ininterrumpido descenso desde 2002 hasta la fecha, habiendo cedido en ese período en más de 10 millones de metros cúbicos (de 43,9 a casi 33 estimados para todo 2011). En cuanto al comportamiento de cada una de las empresas petroleras, en los últimos cinco años (2006 a 2011), YPF perdió producción por más de un millón de metros cúbicos (pasó de 13,7 a 12,4 millones, con cifras provisorias para el último año). La producción de la ex petrolera estatal sólo creció en ese período en la provincia de Mendoza, pero cayó fuertemente en Santa Cruz y Neuquén.
En los últimos meses, la empresa anunció descubrimientos, tanto en hidrocarburos en forma no convencional (shale oil and gas) como convencional, pero el Gobierno considera que el impacto de esos anuncios es insuficiente y la propia presidenta Cristina Fernández de Kirchner les reclamó un incrementó de la producción el pasado 25 de enero. Luego fue el vicepresidente y los ministros los encargados de cuestionar a la petrolera. Además de Boudou, el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, cuestionó a YPF. En un comunicado distribuido el sábado, De Vido aseguró que a pesar de que YPF tiene el 60 por ciento del mercado de combustibles, no hizo las inversiones para ampliar sus refinerías en los tiempos que requiere el crecimiento sostenido de la demanda en el país.
Algunos sectores del oficialismo creen que las críticas a YPF podrían derivar en una estatización de la firma, pero hasta el momento no está claro que ése sea el camino que vaya a transitar el Gobierno. Lo único seguro es que la Presidenta desea que YPF deje de girar utilidades e incremente sus inversiones. Si los accionistas asumen ese compromiso, la gestión de la empresa podría seguir en manos privadas, pues para el Gobierno tampoco sería sencillo conseguir el dinero para avanzar con una estatización. El titular de Repsol, Antonio Brufau, es consciente de esta situación y llegó al país para negociar un acuerdo, pero hasta el momento ni el Gobierno ni la empresa reconocieron haber mantenido contactos.