Y llegó el día donde dos escritores proponen juntar literatura y kirchnerismo para ver qué surge de esos pesos-pesado al entrar en combustión. El resultado es provisorio por ahora, como no podía ser de otra manera. Pero, como señala Nicolás Mavrakis, «es necesario empezar a leer de manera específica un corpus literario surgido al calor del gran hecho político argentino del siglo XXI: el kirchnerismo, como ‘controversia cultural’, pero también como maquinaria que ha producido sus propias formas de ser narrado bajo condiciones políticas, sociales y tecnológicas». Él y Juan Terranova serán los coordinadores del taller de lectura sobre este tema, que acaba de abrir su período de inscripción. Se realizará a partir del 7 de noviembre, todos los miércoles del mes a las 20 en el Centro de Estudios Contemporáneos (Juan Domingo Perón 2995, segundo piso, depto. F).
El programa de lecturas abarca distintas novelas y generaciones, desde Los living, de Martín Caparrós, hasta 76, de Félix Bruzzone; Villa Celina, de Juan Diego Incardona, Ciencias morales de Martín Kohan o El espíritu de mis padres sigue subiendo en la lluvia, de Patricio Pron.
Pero también hay otro tipo de materiales menos canonizados por la institución literaria, como artículos aparecidos en blogs e inclusive, algunos otros de Beatriz Sarlo que se publicaron en La Nación o textos que sube a su sitio el inefable Jorge Asís, donde se refiere a Néstor Kirchner como «El furia», ampliando así el mito del mito.
«La amplitud del registro es también una forma de dar cuenta de lo inasible de todo fenómeno contemporáneo, sobre todo político. Hay autores jóvenes que ingresan en una narrativa del kirchnerismo a través de la ventana del peronismo entendido como una nostalgia. Otros, por haber sido directamente interpelados sobre los años setenta; en algunos casos, a través de un vínculo autobiográfico, y en otros, a través de un debate intelectual más distante pero con no menos intereses cuando se trata de construir prestigio editorial o pertenencia a un sector crítico ‘opositor'», continúa Mavrakis.
Entre las obras de referencia para armar el programa del taller, Terranova ubica Marxismo y literatura, de Raymond Williams, y Literatura argentina y política, de David Viñas, y Mavrakis, literaturas donde resuena el enfrentamiento inicial entre «cultura y barbarie» en un registro amplio que abarca desde El matadero, de Esteban Echeverría, hasta Operación Masacre, de Rodolfo Walsh.
A modo de contrapunto con ese pasado fundante (no del kirchnerismo pero sí de una escritura que deviene política), la idea es pensar la ligazón entre «lo K» –como lo definen los coordinadores– y la cultura digital. «Es que se trata de un vínculo histórico e indisoluble», justifica Terranova. «Este programa propone a los blogs como soporte para pensar para una nueva forma de littérature engagée. Y también pusimos columnas de opinión, o sea, periodismo, que consumimos de forma digital.» El título original del programa, comenta, era «Literatura, kirchnerismo y cultura digital», «pero ya decir ‘kirchnerismo’ implica, contiene, lo digital.»
Y finaliza con una definición acerca del tipo de trabajo que realizan en el taller: «Somos críticos literarios, esa es nuestra mirada. Trabajamos antes con subjetividades y residuos, con periodismo, poesía que con estructuras políticas, encuestas y datos duros, si es que estos existen. De todos modos, yo hice una maestría en Sociología de la Cultura y Nicolás trabajó como periodista de sociedad durante mucho tiempo. Es decir, la política, lo social, lo cultural, y largo etcétera, son esferas que es bueno mezclar y tensar, sobre todo cuando se habla del presente.» «
literatura producida por mujeres
Otro de los talleres de lectura que comenzará el mes próximo es LitChick – Volumen I, que estará a cargo de Mavrakis y de Florencia Angiletta, donde el foco está puesto en la literatura que producen mujeres sin que eso implique caer en la simplificación de «literatura femenina». Por el contrario, los talleristas dicen: «Desde La cautiva, de Esteban Echeverría, la literatura nacional no paró de revisitar la relación entre mujeres y escritura. 200 años después, las autoras contemporáneas continúan y reescriben ese legado. ¿Dónde suena ahora la voz femenina? ¿Cuál es su campo de batalla? ¿Cuáles son sus ecos? El objetivo del taller es conocer, discutir e intervenir sobre un corpus que, como un aguijón no exento de belleza, sirva para repensar las coordenadas de esa literatura.» Se trabajará con textos de Laura Wittner, Gabriela Bejerman, Lola Arias, Violeta Gorodischer y Samanta Schweblin, entre otras.
El programa de lecturas abarca distintas novelas y generaciones, desde Los living, de Martín Caparrós, hasta 76, de Félix Bruzzone; Villa Celina, de Juan Diego Incardona, Ciencias morales de Martín Kohan o El espíritu de mis padres sigue subiendo en la lluvia, de Patricio Pron.
Pero también hay otro tipo de materiales menos canonizados por la institución literaria, como artículos aparecidos en blogs e inclusive, algunos otros de Beatriz Sarlo que se publicaron en La Nación o textos que sube a su sitio el inefable Jorge Asís, donde se refiere a Néstor Kirchner como «El furia», ampliando así el mito del mito.
«La amplitud del registro es también una forma de dar cuenta de lo inasible de todo fenómeno contemporáneo, sobre todo político. Hay autores jóvenes que ingresan en una narrativa del kirchnerismo a través de la ventana del peronismo entendido como una nostalgia. Otros, por haber sido directamente interpelados sobre los años setenta; en algunos casos, a través de un vínculo autobiográfico, y en otros, a través de un debate intelectual más distante pero con no menos intereses cuando se trata de construir prestigio editorial o pertenencia a un sector crítico ‘opositor'», continúa Mavrakis.
Entre las obras de referencia para armar el programa del taller, Terranova ubica Marxismo y literatura, de Raymond Williams, y Literatura argentina y política, de David Viñas, y Mavrakis, literaturas donde resuena el enfrentamiento inicial entre «cultura y barbarie» en un registro amplio que abarca desde El matadero, de Esteban Echeverría, hasta Operación Masacre, de Rodolfo Walsh.
A modo de contrapunto con ese pasado fundante (no del kirchnerismo pero sí de una escritura que deviene política), la idea es pensar la ligazón entre «lo K» –como lo definen los coordinadores– y la cultura digital. «Es que se trata de un vínculo histórico e indisoluble», justifica Terranova. «Este programa propone a los blogs como soporte para pensar para una nueva forma de littérature engagée. Y también pusimos columnas de opinión, o sea, periodismo, que consumimos de forma digital.» El título original del programa, comenta, era «Literatura, kirchnerismo y cultura digital», «pero ya decir ‘kirchnerismo’ implica, contiene, lo digital.»
Y finaliza con una definición acerca del tipo de trabajo que realizan en el taller: «Somos críticos literarios, esa es nuestra mirada. Trabajamos antes con subjetividades y residuos, con periodismo, poesía que con estructuras políticas, encuestas y datos duros, si es que estos existen. De todos modos, yo hice una maestría en Sociología de la Cultura y Nicolás trabajó como periodista de sociedad durante mucho tiempo. Es decir, la política, lo social, lo cultural, y largo etcétera, son esferas que es bueno mezclar y tensar, sobre todo cuando se habla del presente.» «
literatura producida por mujeres
Otro de los talleres de lectura que comenzará el mes próximo es LitChick – Volumen I, que estará a cargo de Mavrakis y de Florencia Angiletta, donde el foco está puesto en la literatura que producen mujeres sin que eso implique caer en la simplificación de «literatura femenina». Por el contrario, los talleristas dicen: «Desde La cautiva, de Esteban Echeverría, la literatura nacional no paró de revisitar la relación entre mujeres y escritura. 200 años después, las autoras contemporáneas continúan y reescriben ese legado. ¿Dónde suena ahora la voz femenina? ¿Cuál es su campo de batalla? ¿Cuáles son sus ecos? El objetivo del taller es conocer, discutir e intervenir sobre un corpus que, como un aguijón no exento de belleza, sirva para repensar las coordenadas de esa literatura.» Se trabajará con textos de Laura Wittner, Gabriela Bejerman, Lola Arias, Violeta Gorodischer y Samanta Schweblin, entre otras.