Un enorme hongo de humo negro anunciaba alrededor de las 18 de ayer que una multitud estaba incendiando los alrededores de la Comisaría 4ª de San Martín. El fuego consumió unos 20 autos, entre ellos una motorhome, varios patrulleros y otras tantas motos que estaban en el playón de la seccional ubicada en Avenida Márquez al 400. Todo se inició por la protesta de los familiares y amigos de Enzo Ledesma, de 13 años, asesinado de dos balazos por la espalda en la madrugada del lunes en manos de otro vecino con quien había tenido una discusión previa, según explicaron fuentes del caso a Tiempo Argentino. Al cierre de esta edición la comisaría había sido intervenida.
El frente de la comisaría, además de quedar destruido por una lluvia de piedras, quedó «escrachada» y pintada con aerosol con varias consignas: «Bebote tranza», «Arruina guachos» y «La gorra arregla», reflejaban las claves de la protesta.
De esta manera, los allegados de la víctima señalaron a quien sería el supuesto asesino, un tal «Bebote» que tendría unos 20 años y que sería «uno de los que recluta pibitos más chicos para vender droga en La Cárcova bajo el amparo de la policía», sostuvieron las fuentes a este diario.
Según se pudo reconstruir, Enzo estaba con un grupo de amigos en la esquina de 2 de Abril y 1º de Mayo, en el humilde barrio de La Cárcova. Aparentemente, el adolescente de 13 años había tenido una discusión con Bebote y en esas circunstancias, cuando el chico volvía en moto para su casa apareció el sospechoso y lo ejecutó de dos tiros por la espalda.
La pueblada de ayer se originó cuando el padre del chico, Juan Enrique Ledesma, encabezó una marcha a la comisaría para exigir justicia y la detención del sospechoso, de quien habían proporcionado una foto. En medio de la protesta, los vecinos y amigos de Enzo produjeron los desmanes en los alrededores de la seccional.
Luego, los policías dispersaron a los manifestantes con municiones de goma y colocaron un cordón humano alrededor de la comisaría con efectivos del Grupo de Apoyo Departamental (GAD).
«Ellos saben quiénes son pero la policía no hace nada. Los que venden drogas son 15 locos, pero ponen dinero. Yo quiero al que mató a mi hijo, a los otros no porque sé que arreglan con plata», indicó el padre de Enzo.
«Los vecinos ya nos cansamos de tener miedo. O nos unimos o nos matamos todos», concluyó Ledesma.
Cuando las llamas ya habían sido sofocadas y los ánimos estaban algo más calmos, se presentó en el lugar el comisario general de zona norte, Gustavo Reale, quien dijo: «Vengo a intervenir la comisaría en relación a los eventos que se produjeron y vamos a escuchar a todas las personas que tengan conocimiento del hecho.»
«Estamos evaluando la situación –continuó el jefe policial– y estamos evaluando si relevamos a la cúpula de la comisaría. Por el momento yo quedo a cargo y junto con la fiscalía, que está sustanciando todo lo relativo con el homicidio, vamos a tratar de dar con el sospechoso.»
Hoy, a las 10 los familiares de la víctima se movilizarían a las puertas de los Tribunales de San Martín donde está el despacho de la fiscal Graciela López Pereyra de la UFI Nº 2, a cargo de la investigación del caso. «
una seccional bajo sospecha, con vínculos con punteros y narcos
La Comisaría 4ª de José León Suarez no cuenta con las mejores referencias. La de ayer no es la primera vez que los vecinos tratan de prender fuego las instalaciones protestando por un crimen.
El 3 de febrero de 2011, la seccional ubicada sobre la Avenida Márquez al 400 fue invadida por la furia de los vecinos luego del fusilamiento de Franco Almirón, de 17 años, y Mauricio Gabriel Ramos, de 19, los jóvenes acribillados a escopetazos por policías en medio del saqueo al tren de cargas Nuevo Central Argentino (CNA) que había descarrilado en las inmediaciones de La Cárcova.
Además esta dependencia está sospechada de mantener estrechos vínculos con punteros políticos de la zona, sobre todo con algunos referentes del Barrio Independencia y también con presuntos narcos.
En abril de este año, Tiempo Argentino publicó una investigación sobre los vínculos de Carlos Rolón, líder de una planta social de reciclado, con los policías locales. Según el testimonio de los vecinos, Rolón atemorizaba a la población a punta de pistola y se manejaba como el dueño del asentamiento.
Hasta fines de febrero, el puntero ligado al secretario de Seguridad de San Martín, José María Fernández, se ufanaba de ser el líder de los trabajadores de la planta social de reciclado Un Nuevo Amanecer. Esta actividad la ejerció hasta que su hijo le pegó 17 tiros a Juan Marzullio, un presunto sicario que había sido contratado para matar a Rolón padre. Pero Marzullio no murió.
El frente de la comisaría, además de quedar destruido por una lluvia de piedras, quedó «escrachada» y pintada con aerosol con varias consignas: «Bebote tranza», «Arruina guachos» y «La gorra arregla», reflejaban las claves de la protesta.
De esta manera, los allegados de la víctima señalaron a quien sería el supuesto asesino, un tal «Bebote» que tendría unos 20 años y que sería «uno de los que recluta pibitos más chicos para vender droga en La Cárcova bajo el amparo de la policía», sostuvieron las fuentes a este diario.
Según se pudo reconstruir, Enzo estaba con un grupo de amigos en la esquina de 2 de Abril y 1º de Mayo, en el humilde barrio de La Cárcova. Aparentemente, el adolescente de 13 años había tenido una discusión con Bebote y en esas circunstancias, cuando el chico volvía en moto para su casa apareció el sospechoso y lo ejecutó de dos tiros por la espalda.
La pueblada de ayer se originó cuando el padre del chico, Juan Enrique Ledesma, encabezó una marcha a la comisaría para exigir justicia y la detención del sospechoso, de quien habían proporcionado una foto. En medio de la protesta, los vecinos y amigos de Enzo produjeron los desmanes en los alrededores de la seccional.
Luego, los policías dispersaron a los manifestantes con municiones de goma y colocaron un cordón humano alrededor de la comisaría con efectivos del Grupo de Apoyo Departamental (GAD).
«Ellos saben quiénes son pero la policía no hace nada. Los que venden drogas son 15 locos, pero ponen dinero. Yo quiero al que mató a mi hijo, a los otros no porque sé que arreglan con plata», indicó el padre de Enzo.
«Los vecinos ya nos cansamos de tener miedo. O nos unimos o nos matamos todos», concluyó Ledesma.
Cuando las llamas ya habían sido sofocadas y los ánimos estaban algo más calmos, se presentó en el lugar el comisario general de zona norte, Gustavo Reale, quien dijo: «Vengo a intervenir la comisaría en relación a los eventos que se produjeron y vamos a escuchar a todas las personas que tengan conocimiento del hecho.»
«Estamos evaluando la situación –continuó el jefe policial– y estamos evaluando si relevamos a la cúpula de la comisaría. Por el momento yo quedo a cargo y junto con la fiscalía, que está sustanciando todo lo relativo con el homicidio, vamos a tratar de dar con el sospechoso.»
Hoy, a las 10 los familiares de la víctima se movilizarían a las puertas de los Tribunales de San Martín donde está el despacho de la fiscal Graciela López Pereyra de la UFI Nº 2, a cargo de la investigación del caso. «
una seccional bajo sospecha, con vínculos con punteros y narcos
La Comisaría 4ª de José León Suarez no cuenta con las mejores referencias. La de ayer no es la primera vez que los vecinos tratan de prender fuego las instalaciones protestando por un crimen.
El 3 de febrero de 2011, la seccional ubicada sobre la Avenida Márquez al 400 fue invadida por la furia de los vecinos luego del fusilamiento de Franco Almirón, de 17 años, y Mauricio Gabriel Ramos, de 19, los jóvenes acribillados a escopetazos por policías en medio del saqueo al tren de cargas Nuevo Central Argentino (CNA) que había descarrilado en las inmediaciones de La Cárcova.
Además esta dependencia está sospechada de mantener estrechos vínculos con punteros políticos de la zona, sobre todo con algunos referentes del Barrio Independencia y también con presuntos narcos.
En abril de este año, Tiempo Argentino publicó una investigación sobre los vínculos de Carlos Rolón, líder de una planta social de reciclado, con los policías locales. Según el testimonio de los vecinos, Rolón atemorizaba a la población a punta de pistola y se manejaba como el dueño del asentamiento.
Hasta fines de febrero, el puntero ligado al secretario de Seguridad de San Martín, José María Fernández, se ufanaba de ser el líder de los trabajadores de la planta social de reciclado Un Nuevo Amanecer. Esta actividad la ejerció hasta que su hijo le pegó 17 tiros a Juan Marzullio, un presunto sicario que había sido contratado para matar a Rolón padre. Pero Marzullio no murió.