Indignación. Los vecinos de Florencio Varela, al sur del conurbano bonaerense, apedrearon y casi linchan a un policía de civil que se sumó a una persecución con su propio automóvil y atropelló a una moto donde iban dos jóvenes, uno de los cuales murió como consecuencia del impacto.
De acuerdo con la versión policial, los uniformados quisieron identificar a los ocupantes del pequeño rodado, pero éstos, lejos de acatar la orden, escaparon, mientras que la familia de la víctima asegura que se trató del asesinato de un inocente.
Todo comenzó en la localidad de San Francisco Solano, partido de Quilmes, cuando policías de la comisaría 4ª que circulaban en un patrullero quisieron identificar a dos ocupantes de una moto, en un operativo enmarcado para prevenir ilícitos de motochorros, porque sus actitudes les parecieron sospechosas.
Pero los ocupantes de la moto, en vez de detenerse, emprendieron la fuga, iniciándose una persecución que traspasó el límite con Florencio Varela. En ese momento se suma un policía que revista en la comisaría de Villa Echenagucía (6ª de Avellaneda), de civil, que estaba de franco de servicio, en su auto particular, un Fiat Duna.
Cuando ya se encontraba en la zona de Varela, a sólo 200 metros de Solano, en la esquina de Guido Spano y Presidente Uriburu (barrio Villa Aurora), el Duna embiste a la moto. Uno de los jóvenes muere por el tremendo impacto, mientras que al segundo muchacho se le secuestra un revólver 22 largo.
Los policías acordonaron la zona, pero los vecinos apedrearon al uniformado de civil, que estuvo a punto de ser linchado por la ira popular y está detenido preventivamente hasta aclararse los pormenores del hecho.
La furia de la gente los llevó a quemar el auto del policía -por razones legales, al cierre de esta edición no se suministró ni su identidad ni la del joven muerto-, mientras la Gendarmería trataba de calmar el encendido reclamo popular. La fuerza de seguridad realiza las pericias porque hay un miembro de la policía inmerso en un episodio que está en plena tarea de investigación.
La pesquisa la realiza el Departamento Judicial de Quilmes, que ya ordenó las diligencias pertinentes para conocer con exactitud lo que realmente ocurrió.
De acuerdo con la versión policial, los uniformados quisieron identificar a los ocupantes del pequeño rodado, pero éstos, lejos de acatar la orden, escaparon, mientras que la familia de la víctima asegura que se trató del asesinato de un inocente.
Todo comenzó en la localidad de San Francisco Solano, partido de Quilmes, cuando policías de la comisaría 4ª que circulaban en un patrullero quisieron identificar a dos ocupantes de una moto, en un operativo enmarcado para prevenir ilícitos de motochorros, porque sus actitudes les parecieron sospechosas.
Pero los ocupantes de la moto, en vez de detenerse, emprendieron la fuga, iniciándose una persecución que traspasó el límite con Florencio Varela. En ese momento se suma un policía que revista en la comisaría de Villa Echenagucía (6ª de Avellaneda), de civil, que estaba de franco de servicio, en su auto particular, un Fiat Duna.
Cuando ya se encontraba en la zona de Varela, a sólo 200 metros de Solano, en la esquina de Guido Spano y Presidente Uriburu (barrio Villa Aurora), el Duna embiste a la moto. Uno de los jóvenes muere por el tremendo impacto, mientras que al segundo muchacho se le secuestra un revólver 22 largo.
Los policías acordonaron la zona, pero los vecinos apedrearon al uniformado de civil, que estuvo a punto de ser linchado por la ira popular y está detenido preventivamente hasta aclararse los pormenores del hecho.
La furia de la gente los llevó a quemar el auto del policía -por razones legales, al cierre de esta edición no se suministró ni su identidad ni la del joven muerto-, mientras la Gendarmería trataba de calmar el encendido reclamo popular. La fuerza de seguridad realiza las pericias porque hay un miembro de la policía inmerso en un episodio que está en plena tarea de investigación.
La pesquisa la realiza el Departamento Judicial de Quilmes, que ya ordenó las diligencias pertinentes para conocer con exactitud lo que realmente ocurrió.