El ministro de Defensa, Arturo Puricelli, precisó que antes de fin de año estarán operativos otros siete radares para el control del tráfico aéreo civil, y que ya lo están ocho de los 22 que deberá construir la estatal rionegrina Invap, según un contrato suscrito en 2006.
El funcionario destacó el significativo ahorro de costo de producción de estos radares nacionales en oposición a los enormes costos de su compra en el exterior y su consecuente transferencia de recursos al extranjero.
El ministro realizó un análisis de la situación de radarización del espacio aéreo en el país, luego de que el martes último se firmara, en la Casa Rosada y ante la Presidenta de la Nación, el contrato para la fabricación en serie de seis radares primarios 3D en banda L de largo alcance, transportables, entre el Ministerio de Defensa y el Invap.
“En lo referente a radares primarios, cuya utilidad es fundamentalmente para la Defensa Nacional y la detección de tránsito aéreo irregular, en 2007 se celebró el contrato de desarrollo de los mismos entre Fabricaciones Militares y el Invap”, precisó Puricelli.
Explicó que ante “el éxito de los prototipos fabricados, se firmó este nuevo convenio”.
Informó el funcionario que éstos estarán prestando servicio “en los próximos cuatro años, en tanto, en septiembre próximo entrará en operaciones el primer Radar Primario Argentino.”
Para el titular de la cartera de Defensa lo importante es que se trata de “un salto trascendente en la recuperación de la autosuficiencia tecnológica.”
Además, ya “no se dependerá de proveedores extranjeros para el mantenimiento de estos radares”. También valoró que los secretos de funcionamiento de estos sistemas y sus contramedidas, “son de propiedad nacional.”
La historia
Puricelli detalló en la década de 1940, la República Argentina fue pionera en la región en materia de vigilancia y control del espacio aéreo. En 1948 se adquirieron los primeros ocho radares primarios que “constituyen por años la primera y única cadena de radares de vigilancia y control aéreo de la región“.
El ministro de Defensa expresó que al considerárselos obsoletos, en 1964 se decidió iniciar la desactivación de una parte de ellos y “ante la falta de repuestos debido a la dependencia tecnológica del exterior.”
En 1979 se llamó a licitación internacional para la provisión de un sistema integral de cobertura de radar a nivel nacional por un valor de U$S 800 millones, pero justamente el proyecto quedó cancelado por razones económicas cinco años más tarde.
Una década después, se lanzó un nuevo plan de radarización con otro llamado a licitación internacional, esta vez por un valor de U$S 430 millones. También quedó frustrado por razones de dinero.
“En el año 2004, el presidente Néstor Kirchner toma la decisión de crear el Sistema Nacional de Vigilancia y Control Aeroespacial (Sinvica), con tecnología y desarrollo de radares nacionales. Argentina se incorpora al selecto grupo de 20 naciones con tecnología de radar propia, enmarcando esta iniciativa en un Plan Estratégico Nacional de Radarización”, enfatizó Arturo Puricelli.
El ministro valoró “el corrimiento de la frontera del conocimiento y la producción que estas decisiones implican. Hemos dado lugar a que toda una nueva generación de técnicos, ingenieros, especialistas y otros profesionales se formen en disciplinas altamente intensivas en conocimiento científico y tecnológico”.
Sostuvo que esta decisión cumple el decreto presidencial N° 1407/04 que indica que “con este Sistema Nacional de Vigilancia y Control Aeroespacial, se permitirá al Estado Argentino el control de todos los movimientos aéreos… contribuyendo de esta manera al cumplimento de tareas de la Defensa Aeroespacial y prestar un eficiente servicio de Tránsito Aéreo.”
Finalmente, el ministro Puricelli recordó al general e ingeniero Manuel Savio, que fue titular de Fabricaciones Militares, y sostenía que “confiar en que en cualquier momento podremos contar con materiales de otra procedencia que no sea la propia, significa conspirar contra la seguridad de la Patria”.
Al mismo tiempo, el ministro concedió una entrevista a DyN en su despacho del piso 11 del edificio del Libertador, cuya parte más relevante fue:
¿Las fronteras argentinas están desamparadas por la falta de radares que controlen el espacio aéreo?
-La Argentina llegó a este tiempo muy desprovista de capacidad de control del espacio aéreo. En la década del 50, existía un sistema de radares de control que se mantuvo hasta los 70, cuando comenzó a notarse la falta de sensores radares. Pero ahí nos quedamos, con los aparatos con pantallas a fósforo que se utilizaron en la Segunda Guerra Mundial. Desde entonces, hubo dos planes, uno a comienzos de los 80 y un segundo en el 90, pero ambos fracasaron por las reiteradas impugnaciones que se cruzaban las empresas interesadas en colocar sus aparatos.
Porque el negocio de radares no es solo la venta de los aparatos sino y sobre todo el mantenimiento y los insumos posteriores. En el 2004, Néstor Kirchner crea el sistema nacional de vigilancia y control aeroespacial, define un nuevo plan y pide radares secundarios, para auxilio de navegación, y primarios, para la defensa y el control del espacio aéreo.
Así se lanza un proceso de adquisición, que también fracasa por impugnaciones: el mercado era tan interesante que ninguna firma estaba dispuesta a perderla, o ganaban o hacían fracasar la licitación.
¿Cuáles son los montos de inversión de un radar que permita el control del espacio aéreo?
-Entre 26, 27 a 30 millones de dólares en cada radar primario y depuse el programa de sostenimiento del sistema, con cifras iguales o mayores que esas. En 2004 se le encargan al INVAP el desarrollo de radares secundarios, que culmina exitosamente en 2006 y comienzan a producir los primarios.
En 2007 se firmó un contrato por 144 millones de pesos y en 2009 se realizaron las primeras pruebas. Después se suscribió otro contrato por otros seis radares que firmó la presidenta Cristina Fernández el 7 de junio.
El prototipo del radar primario todavía no está terminado a full, le falta terminar las contra-contramedidas electrónicas, pero la tecnología ya fue alcanzada y el INVAP va a entregar este año el primer radar primario y luego a dos por año, hasta terminar en 44 meses.
¿Cuánto tiempo demandaría una compra en el mercado internacional?
-Suponiendo que pueda hacerse una adquisición directa y no existan además medidas de control adicionales, ningún país desarrollado lo podría proveer en menos de 30 meses.
No es verdad, como afirman sectores de la oposición, que nosotros no radarizamos el país porque no queremos. El Gobierno ha hecho el esfuerzo para acceder a esta tecnología y además se han reparado radares de vieja tecnología, de origen español para colocarlo en Posadas (Misiones), otro en Resistencia (Chaco).
También se modernizaron otros y se pidieron la fabricación de otros 12 radares secundarios, de los cuales hay 8 instalados y los otros cuatros serán ubicados en los próximos meses, de un total de 22.
¿Existe un verdadero control del espacio aéreo?
-Efectivamente, hoy está garantizado el control aéreo en los puntos de mayor densidad de tránsito aéreo. Mientras se están encargando estos seis radares, y por primera vez, se pidieron nuevos en los últimos 30 años. A este gobierno, más que criticarlo por la falta de radarización lo que habría que hacer es un gran minuto de aplauso.
Los opositores afirman que hay un muy bajo porcentaje del espacio aéreo controlado.
-Hay lo que puede haber en un país que hace 40 años que no compra nada. No voy a dar otras precisiones, y sólo quiero agregar que en las últimas cuatro décadas, solo dos gobiernos, los de Néstor y Cristina Kirchner, cumplieron con objetivos para controlar el espacio aéreo. Después de cero equipos en 40 años, no pueden pedirle a este gobierno que tenga controlado el cien por ciento del espacio aéreo.
¿Cuándo los argentinos podrán tener la tranquilidad de que la totalidad del espacio aéreo está controlado?
-Al finalizar este año vamos a poder decir que tenemos muy controlado el espacio aéreo de la frontera Noroeste, con un radar que nos donó España, pero que debimos modernizar, que se está instalando en Resistencia. Tenemos otro en Posadas, otro en Tartagal (Salta) y queremos ubicar el primer primario que nos entregue el INVAP también en el noroeste.
¿Cuánto hubiera costado un plan de este tipo si se cubriera con productos importados?
-La fabricación argentina de radares secundarios costaría 50 % menos que la internacional, los seis primarios que se contrataron este semana salen unos 100 millones de dólares los seis, a un costo de 16-17 millones cada uno, contra 27-30 millones por adquirirlo en el exterior.
El funcionario destacó el significativo ahorro de costo de producción de estos radares nacionales en oposición a los enormes costos de su compra en el exterior y su consecuente transferencia de recursos al extranjero.
El ministro realizó un análisis de la situación de radarización del espacio aéreo en el país, luego de que el martes último se firmara, en la Casa Rosada y ante la Presidenta de la Nación, el contrato para la fabricación en serie de seis radares primarios 3D en banda L de largo alcance, transportables, entre el Ministerio de Defensa y el Invap.
“En lo referente a radares primarios, cuya utilidad es fundamentalmente para la Defensa Nacional y la detección de tránsito aéreo irregular, en 2007 se celebró el contrato de desarrollo de los mismos entre Fabricaciones Militares y el Invap”, precisó Puricelli.
Explicó que ante “el éxito de los prototipos fabricados, se firmó este nuevo convenio”.
Informó el funcionario que éstos estarán prestando servicio “en los próximos cuatro años, en tanto, en septiembre próximo entrará en operaciones el primer Radar Primario Argentino.”
Para el titular de la cartera de Defensa lo importante es que se trata de “un salto trascendente en la recuperación de la autosuficiencia tecnológica.”
Además, ya “no se dependerá de proveedores extranjeros para el mantenimiento de estos radares”. También valoró que los secretos de funcionamiento de estos sistemas y sus contramedidas, “son de propiedad nacional.”
La historia
Puricelli detalló en la década de 1940, la República Argentina fue pionera en la región en materia de vigilancia y control del espacio aéreo. En 1948 se adquirieron los primeros ocho radares primarios que “constituyen por años la primera y única cadena de radares de vigilancia y control aéreo de la región“.
El ministro de Defensa expresó que al considerárselos obsoletos, en 1964 se decidió iniciar la desactivación de una parte de ellos y “ante la falta de repuestos debido a la dependencia tecnológica del exterior.”
En 1979 se llamó a licitación internacional para la provisión de un sistema integral de cobertura de radar a nivel nacional por un valor de U$S 800 millones, pero justamente el proyecto quedó cancelado por razones económicas cinco años más tarde.
Una década después, se lanzó un nuevo plan de radarización con otro llamado a licitación internacional, esta vez por un valor de U$S 430 millones. También quedó frustrado por razones de dinero.
“En el año 2004, el presidente Néstor Kirchner toma la decisión de crear el Sistema Nacional de Vigilancia y Control Aeroespacial (Sinvica), con tecnología y desarrollo de radares nacionales. Argentina se incorpora al selecto grupo de 20 naciones con tecnología de radar propia, enmarcando esta iniciativa en un Plan Estratégico Nacional de Radarización”, enfatizó Arturo Puricelli.
El ministro valoró “el corrimiento de la frontera del conocimiento y la producción que estas decisiones implican. Hemos dado lugar a que toda una nueva generación de técnicos, ingenieros, especialistas y otros profesionales se formen en disciplinas altamente intensivas en conocimiento científico y tecnológico”.
Sostuvo que esta decisión cumple el decreto presidencial N° 1407/04 que indica que “con este Sistema Nacional de Vigilancia y Control Aeroespacial, se permitirá al Estado Argentino el control de todos los movimientos aéreos… contribuyendo de esta manera al cumplimento de tareas de la Defensa Aeroespacial y prestar un eficiente servicio de Tránsito Aéreo.”
Finalmente, el ministro Puricelli recordó al general e ingeniero Manuel Savio, que fue titular de Fabricaciones Militares, y sostenía que “confiar en que en cualquier momento podremos contar con materiales de otra procedencia que no sea la propia, significa conspirar contra la seguridad de la Patria”.
Al mismo tiempo, el ministro concedió una entrevista a DyN en su despacho del piso 11 del edificio del Libertador, cuya parte más relevante fue:
¿Las fronteras argentinas están desamparadas por la falta de radares que controlen el espacio aéreo?
-La Argentina llegó a este tiempo muy desprovista de capacidad de control del espacio aéreo. En la década del 50, existía un sistema de radares de control que se mantuvo hasta los 70, cuando comenzó a notarse la falta de sensores radares. Pero ahí nos quedamos, con los aparatos con pantallas a fósforo que se utilizaron en la Segunda Guerra Mundial. Desde entonces, hubo dos planes, uno a comienzos de los 80 y un segundo en el 90, pero ambos fracasaron por las reiteradas impugnaciones que se cruzaban las empresas interesadas en colocar sus aparatos.
Porque el negocio de radares no es solo la venta de los aparatos sino y sobre todo el mantenimiento y los insumos posteriores. En el 2004, Néstor Kirchner crea el sistema nacional de vigilancia y control aeroespacial, define un nuevo plan y pide radares secundarios, para auxilio de navegación, y primarios, para la defensa y el control del espacio aéreo.
Así se lanza un proceso de adquisición, que también fracasa por impugnaciones: el mercado era tan interesante que ninguna firma estaba dispuesta a perderla, o ganaban o hacían fracasar la licitación.
¿Cuáles son los montos de inversión de un radar que permita el control del espacio aéreo?
-Entre 26, 27 a 30 millones de dólares en cada radar primario y depuse el programa de sostenimiento del sistema, con cifras iguales o mayores que esas. En 2004 se le encargan al INVAP el desarrollo de radares secundarios, que culmina exitosamente en 2006 y comienzan a producir los primarios.
En 2007 se firmó un contrato por 144 millones de pesos y en 2009 se realizaron las primeras pruebas. Después se suscribió otro contrato por otros seis radares que firmó la presidenta Cristina Fernández el 7 de junio.
El prototipo del radar primario todavía no está terminado a full, le falta terminar las contra-contramedidas electrónicas, pero la tecnología ya fue alcanzada y el INVAP va a entregar este año el primer radar primario y luego a dos por año, hasta terminar en 44 meses.
¿Cuánto tiempo demandaría una compra en el mercado internacional?
-Suponiendo que pueda hacerse una adquisición directa y no existan además medidas de control adicionales, ningún país desarrollado lo podría proveer en menos de 30 meses.
No es verdad, como afirman sectores de la oposición, que nosotros no radarizamos el país porque no queremos. El Gobierno ha hecho el esfuerzo para acceder a esta tecnología y además se han reparado radares de vieja tecnología, de origen español para colocarlo en Posadas (Misiones), otro en Resistencia (Chaco).
También se modernizaron otros y se pidieron la fabricación de otros 12 radares secundarios, de los cuales hay 8 instalados y los otros cuatros serán ubicados en los próximos meses, de un total de 22.
¿Existe un verdadero control del espacio aéreo?
-Efectivamente, hoy está garantizado el control aéreo en los puntos de mayor densidad de tránsito aéreo. Mientras se están encargando estos seis radares, y por primera vez, se pidieron nuevos en los últimos 30 años. A este gobierno, más que criticarlo por la falta de radarización lo que habría que hacer es un gran minuto de aplauso.
Los opositores afirman que hay un muy bajo porcentaje del espacio aéreo controlado.
-Hay lo que puede haber en un país que hace 40 años que no compra nada. No voy a dar otras precisiones, y sólo quiero agregar que en las últimas cuatro décadas, solo dos gobiernos, los de Néstor y Cristina Kirchner, cumplieron con objetivos para controlar el espacio aéreo. Después de cero equipos en 40 años, no pueden pedirle a este gobierno que tenga controlado el cien por ciento del espacio aéreo.
¿Cuándo los argentinos podrán tener la tranquilidad de que la totalidad del espacio aéreo está controlado?
-Al finalizar este año vamos a poder decir que tenemos muy controlado el espacio aéreo de la frontera Noroeste, con un radar que nos donó España, pero que debimos modernizar, que se está instalando en Resistencia. Tenemos otro en Posadas, otro en Tartagal (Salta) y queremos ubicar el primer primario que nos entregue el INVAP también en el noroeste.
¿Cuánto hubiera costado un plan de este tipo si se cubriera con productos importados?
-La fabricación argentina de radares secundarios costaría 50 % menos que la internacional, los seis primarios que se contrataron este semana salen unos 100 millones de dólares los seis, a un costo de 16-17 millones cada uno, contra 27-30 millones por adquirirlo en el exterior.