Los diputados volvieron a advertir que la UCR debió soportar presiones internas, pero también externas. Cuestionaron puntualmente al diario La Nación. Dijeron que es absolutamente falso que el radicalismo haya recibido a cambio de su voto cargos parlamentarios.
En sintonía con la actitud tomada hace una semana por el bloque de senadores, los diputados de la UCR Ricardo Alfonsín y Ricardo Gil Lavedra salieron a denunciar ayer las presiones tanto internas como externas sufridas por el radicalismo antes, durante y luego de la votación a favor en general del proyecto de expropiación de Repsol-YPF. Alfonsín cuestionó puntualmente al diario La Nación por difundir que los diputados de su bancada acompañaron la iniciativa a cambio de favores económicos del kirchnerismo. No nos vamos a dejar llevar a posiciones que no compartimos por el hecho de que desde algún medio de comunicación apelen a esos recursos para desacreditar a la UCR y allanarle el camino a otros partidos de cara al 2015, disparó indignado Alfonsín.
Los primeros en hacer alusión a operaciones políticas realizadas dentro y fuera del partido radical para torcer su decisión fueron los senadores Gerardo Morales y Juan Carlos Marino, cuando el tema YPF pasó por la Cámara alta. No es la mejor herramienta señaló entonces Morales, pero estamos acá para votar a favor por más que estén haciendo operaciones algunos de mi partido, con la ayuda de algunos otros de afuera. Más explícito fue Marino: Parece que algunos medios de comunicación no entienden el rol de la UCR. Hay periodistas que tienen que entender que en estos temas no le tienen que pedir a la UCR que vote en contra de sus convicciones. En el Senado, los 14 integrantes del bloque radical votaron unidos, a pesar de las discusiones internas.
Ahora que el tema pasó por Diputados, fueron Gil Lavedra y Alfonsín los encargados de rechazar las presiones, alimentadas por la rebeldía del cordobés Oscar Aguad y un grupo de cuatro diputados que no acataron la decisión mayoritaria tomada por el partido. Se trató de Aguad, Hipólito Faustinelli y Hugo Castañón, que se retiraron del recinto antes de votar; Lucio Aspiazu, que votó en contra, y el catamarqueño Pedro Molas, que nunca apareció por Diputados, alegando motivos de salud. ¿Dónde están los 15 diputados que iban a votar en contra?, se quejó ayer Alfonsín, en referencia a los legisladores que supuestamente iban a desobeceder el mandato partidario. En verdad, otros dirigentes como el santafesino Jorge Alvarez y el bonaerense Mario Barbieri se inclinaban por rechazar la iniciativa, pero ellos sí se mantuvieron orgánicos.
Gil Lavedra, que durante el debate advirtió que la UCR no es una marioneta de los encuestadores ni de los formadores de opinión, calificó como absolutamente falso lo señalado por La Nación de que algunos diputados radicales votaron a cambio de la designación de más personal en ese bloque. Esto es absolutamente falso, enfatizó Gil Lavedra, y sostuvo que podemos revisar la situación de cada uno de los diputados de forma documentada. A cargo de la conducción del bloque de 40 integrantes, el ex camarista detalló que los cuatro diputados que no votaron a favor tuvieron designaciones extras antes de la sesión.
Alfonsín dijo a Página/12 que un pequeño grupo de dirigentes busca una alianza con Mauricio Macri para las presidenciales de 2015 y que, tanto desde el gobierno nacional como desde algunos medios de comunicación, quieren desplazar a la UCR para reconstruir el bipartidismo con el Frente para la Victoria y el PRO como actores centrales. Además de Aguad y Faustinelli, los que se han mostrado junto al jefe de Gobierno porteño son algunos intendentes importantes del interior como Mario Meoni (Junín), Héctor Cachi Gutiérrez (Pergamino), Alfredo Cornejo (Godoy Cruz), Aída Ayala (Resistencia), Horacio Pechi Quiroga (Neuquén), entre otros.
En el entorno del titular del radicalismo, Mario Barletta, habían anticipado que no prevén aplicar sanciones para los diputados que desobedecieron la instrucción partidaria. En la reunión en la que se definió la postura de la UCR, Aguad había exigido que para acatarla se le presentara por escrito la resolución. La nota existió, pero al día siguiente el cordobés salió a marcar sus disidencias en público.