El bloque del Frente para la Victoria tiene 116 integrantes en Diputados, 13 menos que el número para asegurar el inicio las sesiones y la aprobación de los proyectos. Para alcanzar la cómoda mayoría con la que controla la Cámara desde diciembre resultan clave los 24 aliados , que en los hechos se mueven como si formaran parte del oficialismo. Algo similar pasa en el Senado: los 33 del FPV superan la barrera del quórum (37) con cinco aliados . Sin margen para impulsar proyectos propios de peso ni incluir modificaciones a los textos enviados por el Ejecutivo, la relación se sostiene por acuerdos con los gobernadores, coincidencias ideológicas con el liderazgo de Cristina y la atracción que genera el calor del poder .
“No nos sentimos aliados, nos sentimos parte del kirchnerismo. Nuevo Encuentro es una de las fuerzas políticas que componen el universo kirchnerista liderado por Cristina”, aclara Martín Sabbatella, que le suma al oficialismo cinco diputados y dos senadores. Carlos Heller, su compañero de bancada, impulsó sin éxito una reforma de la Ley de Entidades Financieras: la Presidenta le bajó el pulgar en su discurso de apertura del período ordinario de sesiones.
“Pueden tomar algún proyecto sin importancia , nada más”, se sincera Felipe Solá, cada vez más cerca del oficialismo desde que abandonó su papel opositor, el año pasado. “Nos reservamos el derecho de crítica. Somos peronistas y votamos las cosas que nos parecen peronistas”, dice. Impulsa un proyecto para imponer por ley un precio interno del trigo “coherente” con los valores internacionales, aunque sabe que no prosperará: “Para el Gobierno sería admitir los errores de Moreno”.
Buena parte de los aliados proviene de gobernadores que suelen necesitar auxilio financiero de la Casa Rosada: en Diputados, siete santiagueños que responden a Gerardo Zamora, tres neuquinos a Jorge Sapag y el cordobés Francisco Fortuna, a José Manuel de la Sota. Otro grupo se fue acercando luego de ingresar en listas opositoras, como el bonaerense Rubén Ledesma, el salteño Walter Wayar e incluso Alfredo Olmedo, que hasta hace poco se mostraba con Mauricio Macri y en las últimas sesiones votó con el kirchnerismo.
En el Senado, acompañan al oficialismo los dos fueguinos de Sabbatella, la santafesina Roxana Latorre, la rionegrina María José Bongiorno y el aliado riojano más famoso : Carlos Menem. El ex presidente privatizador hasta opinó a favor de la expropiación de YPF, aunque tal vez porque la mayoría era amplísima no se tomó el trabajo de ir hasta el recinto cuando se trató el proyecto.
“Los 24 aliados casi inexorablemente votan con nosotros. Hay un compromiso absoluto ”, remarca la diputada Teresa García, secretaria parlamentaria del bloque kirchnerista. “Claro que vamos a tener en cuenta sus proyectos. En los últimos dos años no teníamos mayoría y ahora recién estamos estrenando el período legislativo”, argumenta sobre el poco juego que por el momento permite el oficialismo, más allá de algunas consideraciones en el reparto de las comisiones o el caso de la vicepresidencia primera de la Cámara, la sorpresa de este año en la designación de autoridades, para la santiagueña Norma Abdalá de Matarazzo. De cualquier manera, los aliados no se quejan . “Hay debate. Pero cuando asumís un liderazgo, discutís adentro y después actuás en forma conjunta”, aceptan sin protestar.
“No nos sentimos aliados, nos sentimos parte del kirchnerismo. Nuevo Encuentro es una de las fuerzas políticas que componen el universo kirchnerista liderado por Cristina”, aclara Martín Sabbatella, que le suma al oficialismo cinco diputados y dos senadores. Carlos Heller, su compañero de bancada, impulsó sin éxito una reforma de la Ley de Entidades Financieras: la Presidenta le bajó el pulgar en su discurso de apertura del período ordinario de sesiones.
“Pueden tomar algún proyecto sin importancia , nada más”, se sincera Felipe Solá, cada vez más cerca del oficialismo desde que abandonó su papel opositor, el año pasado. “Nos reservamos el derecho de crítica. Somos peronistas y votamos las cosas que nos parecen peronistas”, dice. Impulsa un proyecto para imponer por ley un precio interno del trigo “coherente” con los valores internacionales, aunque sabe que no prosperará: “Para el Gobierno sería admitir los errores de Moreno”.
Buena parte de los aliados proviene de gobernadores que suelen necesitar auxilio financiero de la Casa Rosada: en Diputados, siete santiagueños que responden a Gerardo Zamora, tres neuquinos a Jorge Sapag y el cordobés Francisco Fortuna, a José Manuel de la Sota. Otro grupo se fue acercando luego de ingresar en listas opositoras, como el bonaerense Rubén Ledesma, el salteño Walter Wayar e incluso Alfredo Olmedo, que hasta hace poco se mostraba con Mauricio Macri y en las últimas sesiones votó con el kirchnerismo.
En el Senado, acompañan al oficialismo los dos fueguinos de Sabbatella, la santafesina Roxana Latorre, la rionegrina María José Bongiorno y el aliado riojano más famoso : Carlos Menem. El ex presidente privatizador hasta opinó a favor de la expropiación de YPF, aunque tal vez porque la mayoría era amplísima no se tomó el trabajo de ir hasta el recinto cuando se trató el proyecto.
“Los 24 aliados casi inexorablemente votan con nosotros. Hay un compromiso absoluto ”, remarca la diputada Teresa García, secretaria parlamentaria del bloque kirchnerista. “Claro que vamos a tener en cuenta sus proyectos. En los últimos dos años no teníamos mayoría y ahora recién estamos estrenando el período legislativo”, argumenta sobre el poco juego que por el momento permite el oficialismo, más allá de algunas consideraciones en el reparto de las comisiones o el caso de la vicepresidencia primera de la Cámara, la sorpresa de este año en la designación de autoridades, para la santiagueña Norma Abdalá de Matarazzo. De cualquier manera, los aliados no se quejan . “Hay debate. Pero cuando asumís un liderazgo, discutís adentro y después actuás en forma conjunta”, aceptan sin protestar.