YPF ya es historia para Repsol. La petrolera española ha liquidado las acciones de la compañía que aún conservaba y los últimos bonos argentinos que había recibido como indemnización por la expropiación por el 51% de YPF por parte del Estado argentino. Al final, entre las acciones vendidas y los bonos, el grupo español ha conseguido 6.309 millones de dólares (unos 4.630 millones de euros), incluyendo los intereses devengados (cupón corrido). La presión de las demandas internacionales contra Argentina se ha revelado como una eficaz baza para lograr finalmente una indemnización relativamente rápida por la vía del diálogo y la negociación.
Repsol ha finalizado el proceso de desinversión de sus activos en Argentina con la venta a JP Morgan Securities de los títulos BODEN 2015 que aún mantenía, por valor nominal de 117,36 millones de dólares, y que formaba parte de los medios de pago de la compensación por la expropiación del 51% de YPF y de YPF Gas. Con la venta de toda la cartera de bonos argentinos, Repsol ha obtenido unos ingresos totales de 4.997,2 millones de dólares, quedando extinguida la deuda de 5.000 millones de dólares reconocida por Argentina. La empresa que preside Antonio Brufau ha hecho efectiva en la práctica casi toda la indemnización pactada, pese a los temores en sentido contrario.
La compañía ya había vendido el 8 de mayo el bono Bonar 24, el bono de 3.250 millones de dólares de valor nominal emitido expresamente para pagar la indemnización. Logró en la operación 2.813,6 millones de dólares (unos 2.045 millones de euros). Después, el día 13 se deshizo de la totalidad de los bonos Bonar X (de 500 millones de dólares de nominal) y Discount 33 (de 1.250 millones de dólares de nominal) más una parte del Boden 2015. El precio logrado por este lote fue de 2.010 millones de dólares (unos 1.465 millones de euros) y el comprador fue en ambas operaciones J.P.Morgan. Una cláusula incluida en el acuerdo indemnizatorio por la que se debía dar al Gobierno argentino la posibilidad de amortizar los últimos títulos impidió entonces que la liquidación fuese total, por lo que la compañía se quedó con esos 117 millones de dólares de nominal, que ya ha liquidado.
En cuanto a las acciones, Repsol había logrado otros 1.255,3 millones de dólares (900 millones de euros) por deshacerse el 7 de mayo de la participación del 11,86% que tenía entonces disponible para la venta. Le quedaba una participación residual que no se incluyó en la operación porque se había adquirido recientemente mediante un proceso de ejecución y aún no era transmisible. Ahora, Repsol anuncia que se ha desprendido del 0,48% del capital de YPF que aún conservaba en su poder. El ingreso total por la venta de la participación del 12,34% en YPF, ha sumado 1.311,3 millones de dólares.
«Los ingresos procedentes de estas operaciones refuerzan la solidez financiera de la compañía, lo que ha sido reconocida por las principales agencias internacionales de rating con mejoras en la calificación de Repsol», ha señalado la empresa en un comunicado.
El reto de Repsol es encontrar oportunidades de inversión a las que destinar esa gran inyección de liquidez. La compañía explicó a los analistas a principios de mes que buscaba activos en países industrializados (pertenecientes a la OCDE) donde lograr una rentabilidad de al menos el 8%, según señaló su director financiero, Miguel Martínez. La compañía ha estado analizando posibilidades de inversión en Noruega y en Norteamérica, incluyendo en su punto de mira reservas no convencionales de hidrocarburos. En los últimos días se han sucedido las especulaciones sobre las posibles compras que puede realizar Repsol. La compañía estudia los objetivos, pero no parece que haya ninguna operación cercana.
Repsol ha finalizado el proceso de desinversión de sus activos en Argentina con la venta a JP Morgan Securities de los títulos BODEN 2015 que aún mantenía, por valor nominal de 117,36 millones de dólares, y que formaba parte de los medios de pago de la compensación por la expropiación del 51% de YPF y de YPF Gas. Con la venta de toda la cartera de bonos argentinos, Repsol ha obtenido unos ingresos totales de 4.997,2 millones de dólares, quedando extinguida la deuda de 5.000 millones de dólares reconocida por Argentina. La empresa que preside Antonio Brufau ha hecho efectiva en la práctica casi toda la indemnización pactada, pese a los temores en sentido contrario.
La compañía ya había vendido el 8 de mayo el bono Bonar 24, el bono de 3.250 millones de dólares de valor nominal emitido expresamente para pagar la indemnización. Logró en la operación 2.813,6 millones de dólares (unos 2.045 millones de euros). Después, el día 13 se deshizo de la totalidad de los bonos Bonar X (de 500 millones de dólares de nominal) y Discount 33 (de 1.250 millones de dólares de nominal) más una parte del Boden 2015. El precio logrado por este lote fue de 2.010 millones de dólares (unos 1.465 millones de euros) y el comprador fue en ambas operaciones J.P.Morgan. Una cláusula incluida en el acuerdo indemnizatorio por la que se debía dar al Gobierno argentino la posibilidad de amortizar los últimos títulos impidió entonces que la liquidación fuese total, por lo que la compañía se quedó con esos 117 millones de dólares de nominal, que ya ha liquidado.
En cuanto a las acciones, Repsol había logrado otros 1.255,3 millones de dólares (900 millones de euros) por deshacerse el 7 de mayo de la participación del 11,86% que tenía entonces disponible para la venta. Le quedaba una participación residual que no se incluyó en la operación porque se había adquirido recientemente mediante un proceso de ejecución y aún no era transmisible. Ahora, Repsol anuncia que se ha desprendido del 0,48% del capital de YPF que aún conservaba en su poder. El ingreso total por la venta de la participación del 12,34% en YPF, ha sumado 1.311,3 millones de dólares.
«Los ingresos procedentes de estas operaciones refuerzan la solidez financiera de la compañía, lo que ha sido reconocida por las principales agencias internacionales de rating con mejoras en la calificación de Repsol», ha señalado la empresa en un comunicado.
El reto de Repsol es encontrar oportunidades de inversión a las que destinar esa gran inyección de liquidez. La compañía explicó a los analistas a principios de mes que buscaba activos en países industrializados (pertenecientes a la OCDE) donde lograr una rentabilidad de al menos el 8%, según señaló su director financiero, Miguel Martínez. La compañía ha estado analizando posibilidades de inversión en Noruega y en Norteamérica, incluyendo en su punto de mira reservas no convencionales de hidrocarburos. En los últimos días se han sucedido las especulaciones sobre las posibles compras que puede realizar Repsol. La compañía estudia los objetivos, pero no parece que haya ninguna operación cercana.