«Estamos en el medio de la tormenta, pero se empieza a vislumbrar la costa y allá vemos sol», dijo hoy el economista Ricardo Arriazu, en el seminario de la Cámara de Agentes de Bolsa. «Lo único que podemos hacer es navegarla y para eso necesitamos un buen piloto de tormenta, que haga lo que no se hizo en 2016. No tenemos otra alternativa», continuó, en referencia a la fuerte recesión económica que atraviesa el país.
Arriazu comenzó su disertación frente a los más de 60 agentes de bolsa indicando que la crisis de salida de capitales tiene una fecha de inicio puntual: 23 de abril, día que comenzó a regir el impuesto a la renta financiera y que coincidió con la suba de la tasa de interés de Estados Unidos. También se agravó con la sequía, que le costó al país US$7500 millones, según las estimaciones del economista.
«El año pasado habíamos tenido un déficit récord de 5,1% del PBI: US$31.000 millones. Este año, además de la sequía, teníamos que pagar los intereses de la deuda con tasas que encima subieron. Íbamos a terminar con un déficit de US$43.000 millones. La única forma de financiar eso era conseguir un amigo que nos preste temporalmente un parte», indicó Arriazu, en referencia al FMI . «El Fondo no fomenta la recesión, impide que la caída sea mucho más grande», añadió.
Luego comentó que el acuerdo con el FMI no es el mejor, ni el segundo mejor, ni el tercero: era el único disponible. «Si no había un acuerdo, al día siguiente éramos Venezuela, porque no nos daba la plata», y dijo que el Fondo no iba a permitir «que usen el dinero para defender el peso; no importaba que la unidad de cuenta en la Argentina sea el dólar».
«Se logró establecer una banda superior y una inferior. Actualmente, el tipo de cambio está en el medio de la banda con tendencia hacia abajo, si bien todos pensaban que el mercado iba a probar la banda superior. No calcularon correctamente la restricción de pesos», dijo, y señaló que el Tesoro le está comprando dólares al Central con los pesos que recolecta con la licitación de Letes.
«Además están los 7100 millones de dólares que el Tesoro puede vender para financiar el déficit y que no está haciendo. Cuando el Gobierno vea que la tasa de inflación comienza a bajar, van a relajar la tasa», explicó.
En este sentido, Arriazu explicó por qué las Leliq que vende el Banco Central no son lo mismo que las Lebac y fustigó a su colega Carlos Rodríguez. «El amigo Carlos está diciendo que va a explotar todo con las Leliq. No está viendo los números», dijo, en referencia al fundador del CEMA.
«Con las Lebac , el total de pasivos de la entidad era de $1,3 billones. Ahora, son $600.000 millones. El Banco Central tuvo una ganancia cuasi fiscal bastante importante con la devaluación», agregó, y comentó que, como la liquidez de los bancos con respecto a los depósitos es del 50%, la probabilidad de una crisis financiera es casi cero. «Sería bueno que comiencen a prestar de nuevo para que la economía crezca».
Para el próximo año, Arriazu indicó que «las retenciones, el peor de los impuestos, aportarán 1,5% del PBI» y estimó que hay sectores de la economía que comenzarán a crecer, como el campo, la energía, el transporte y parte de la construcción «por efecto riqueza».
«Una parte de la industria estará un poco mejor, pero el consumo masivo seguirá cayendo. La recuperación no va a ser masiva, sino sectorial; beneficiará mucho a los sectores que estén cerca del campo», proyectó.
Asimismo enfatizó que el principal motor el año que viene será el volumen de la cosecha: mayor siembra y suba de los rendimientos de cereales y oleaginosas, que le dejarán al país US$11.000 millones. «La Argentina nunca tuvo dos años seguido de sequía», dijo, y desmintió que haya sido la peor sequía de los últimos 50 años. «La de 2009 fue más grande. Es falso cuando dicen que la de este año es la más fuerte. En ese entonces la economía llegó a caer 12% en un trimestre. Pero originalmente, el gobierno de entonces mintió con las cifras y después nadie se tomó el trabajo de ver qué había pasado», contó.
Finalmente, Arriazu elogió al ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne : «Hace su trabajo», dijo con respecto al ajuste en las cuentas fiscales. «El día que dijeron que lo iba a cambiar fue un manoseo inconcebible», y opinó que «el gran riesgo de la Argentina es la conflictividad social en la política», aunque preguntó «cuántos meses de recesión sin gran conflictividad social notaron»: «Hay un paro pero sin movilización. Los gobernadores tampoco parecieran que quieren armar lío. ¿Serán los cuadernos? Para mí la Argentina no explota y el año que viene comienza crecer», concluyó.
Arriazu comenzó su disertación frente a los más de 60 agentes de bolsa indicando que la crisis de salida de capitales tiene una fecha de inicio puntual: 23 de abril, día que comenzó a regir el impuesto a la renta financiera y que coincidió con la suba de la tasa de interés de Estados Unidos. También se agravó con la sequía, que le costó al país US$7500 millones, según las estimaciones del economista.
«El año pasado habíamos tenido un déficit récord de 5,1% del PBI: US$31.000 millones. Este año, además de la sequía, teníamos que pagar los intereses de la deuda con tasas que encima subieron. Íbamos a terminar con un déficit de US$43.000 millones. La única forma de financiar eso era conseguir un amigo que nos preste temporalmente un parte», indicó Arriazu, en referencia al FMI . «El Fondo no fomenta la recesión, impide que la caída sea mucho más grande», añadió.
Luego comentó que el acuerdo con el FMI no es el mejor, ni el segundo mejor, ni el tercero: era el único disponible. «Si no había un acuerdo, al día siguiente éramos Venezuela, porque no nos daba la plata», y dijo que el Fondo no iba a permitir «que usen el dinero para defender el peso; no importaba que la unidad de cuenta en la Argentina sea el dólar».
«Se logró establecer una banda superior y una inferior. Actualmente, el tipo de cambio está en el medio de la banda con tendencia hacia abajo, si bien todos pensaban que el mercado iba a probar la banda superior. No calcularon correctamente la restricción de pesos», dijo, y señaló que el Tesoro le está comprando dólares al Central con los pesos que recolecta con la licitación de Letes.
«Además están los 7100 millones de dólares que el Tesoro puede vender para financiar el déficit y que no está haciendo. Cuando el Gobierno vea que la tasa de inflación comienza a bajar, van a relajar la tasa», explicó.
En este sentido, Arriazu explicó por qué las Leliq que vende el Banco Central no son lo mismo que las Lebac y fustigó a su colega Carlos Rodríguez. «El amigo Carlos está diciendo que va a explotar todo con las Leliq. No está viendo los números», dijo, en referencia al fundador del CEMA.
«Con las Lebac , el total de pasivos de la entidad era de $1,3 billones. Ahora, son $600.000 millones. El Banco Central tuvo una ganancia cuasi fiscal bastante importante con la devaluación», agregó, y comentó que, como la liquidez de los bancos con respecto a los depósitos es del 50%, la probabilidad de una crisis financiera es casi cero. «Sería bueno que comiencen a prestar de nuevo para que la economía crezca».
Para el próximo año, Arriazu indicó que «las retenciones, el peor de los impuestos, aportarán 1,5% del PBI» y estimó que hay sectores de la economía que comenzarán a crecer, como el campo, la energía, el transporte y parte de la construcción «por efecto riqueza».
«Una parte de la industria estará un poco mejor, pero el consumo masivo seguirá cayendo. La recuperación no va a ser masiva, sino sectorial; beneficiará mucho a los sectores que estén cerca del campo», proyectó.
Asimismo enfatizó que el principal motor el año que viene será el volumen de la cosecha: mayor siembra y suba de los rendimientos de cereales y oleaginosas, que le dejarán al país US$11.000 millones. «La Argentina nunca tuvo dos años seguido de sequía», dijo, y desmintió que haya sido la peor sequía de los últimos 50 años. «La de 2009 fue más grande. Es falso cuando dicen que la de este año es la más fuerte. En ese entonces la economía llegó a caer 12% en un trimestre. Pero originalmente, el gobierno de entonces mintió con las cifras y después nadie se tomó el trabajo de ver qué había pasado», contó.
Finalmente, Arriazu elogió al ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne : «Hace su trabajo», dijo con respecto al ajuste en las cuentas fiscales. «El día que dijeron que lo iba a cambiar fue un manoseo inconcebible», y opinó que «el gran riesgo de la Argentina es la conflictividad social en la política», aunque preguntó «cuántos meses de recesión sin gran conflictividad social notaron»: «Hay un paro pero sin movilización. Los gobernadores tampoco parecieran que quieren armar lío. ¿Serán los cuadernos? Para mí la Argentina no explota y el año que viene comienza crecer», concluyó.