El gobierno de Río Negro presentó un paquete de medidas impositivas para mejorar sus ingresos, previendo un aumento de unos 228 millones de pesos anuales (19 a 20 millones mensuales). Esta mejora representaría un crecimiento del 18 por ciento en la actual recaudación propia.
Las acciones se concentrarán en una mayor presión fiscal sobre las grandes empresas, la reducción de las bonificaciones por pago en término y el incremento del Impuesto Inmobiliario por un nuevo mecanismo de aplicación del tributo.
El gobernador Alberto Weretilneck anunció ayer la presentación del proyecto de ley para implementar esas medidas impositivas, consideradas necesarias para reducir el margen de dependencia de la provincia de los aportes nacionales. El mandatario destacó que la recaudación propia no llega al 19 por ciento de los ingresos totales.
En la conferencia de prensa, el mandatario fue acompañado por el ministro de Economía, Alejandro Palmieri y por el equipo de la Agencia de Recaudación, que conduce Agustín Domingo.
El programa -que será debatido en la sesión del viernes de la Legislatura- no contempla acciones puntuales para la recuperación de deudas por 614 millones que acumulan diferentes contribuyentes. «Apremios y fiscalización», respondió Weretilneck cuando se lo consultó sobre las medidas que se activarían frente a esa cartera morosa. Volvió a negar una moratoria pero se prevé la eliminación del secreto fiscal como un potencial instrumento para que la Agencia de Recaudación pueda utilizar (ver aparte).
Las medidas proyectan un aumento de 228,8 millones de pesos en el año, que significarían un 18 por ciento de la recaudación anual, estimada en unos 1.300 millones. Igual Weretilneck aclaró que esa suba será progresiva, destacando que muchos contribuyentes ya pagaron todo el 2012, con los beneficios actuales y que serán respetados.
El mayor impacto se estima en la suba de las alícuotas en Ingresos Brutos para las empresas y grandes contribuyentes. Representarían unos 80 millones.
Otra modificación importante corresponde a la reducción de las bonificaciones, que hoy llegan al 40 y 50 por ciento por pago en término. Con diferencias en el tipo de contribuyentes, ese incentivo se disminuye -en el máximo descuento- al 25 por ciento en Automotores, al 20 por ciento en Ingresos Brutos y al 15 por ciento en Inmobiliario.
El cambio del mecanismo en el pago del Inmobiliario también se advertirá claramente a partir que el cálculo para resolver ese tributo se aplicará sobre el 80 por ciento de la valuación cuando ahora sólo llega al 60 por ciento.
El gobernador presentó la reforma como un proyecto destinado a «conservar los criterios de equidad y progresividad a los que debe tender todo sistema tributario».
«Las reformas constituyen un avance en términos de equidad tributaria para la provincia, puesto que focalizan la carga fiscal en sectores económicos de alto poder contributivo, afectando en menor medida a los pequeños contribuyentes», dijo.
Las acciones se concentrarán en una mayor presión fiscal sobre las grandes empresas, la reducción de las bonificaciones por pago en término y el incremento del Impuesto Inmobiliario por un nuevo mecanismo de aplicación del tributo.
El gobernador Alberto Weretilneck anunció ayer la presentación del proyecto de ley para implementar esas medidas impositivas, consideradas necesarias para reducir el margen de dependencia de la provincia de los aportes nacionales. El mandatario destacó que la recaudación propia no llega al 19 por ciento de los ingresos totales.
En la conferencia de prensa, el mandatario fue acompañado por el ministro de Economía, Alejandro Palmieri y por el equipo de la Agencia de Recaudación, que conduce Agustín Domingo.
El programa -que será debatido en la sesión del viernes de la Legislatura- no contempla acciones puntuales para la recuperación de deudas por 614 millones que acumulan diferentes contribuyentes. «Apremios y fiscalización», respondió Weretilneck cuando se lo consultó sobre las medidas que se activarían frente a esa cartera morosa. Volvió a negar una moratoria pero se prevé la eliminación del secreto fiscal como un potencial instrumento para que la Agencia de Recaudación pueda utilizar (ver aparte).
Las medidas proyectan un aumento de 228,8 millones de pesos en el año, que significarían un 18 por ciento de la recaudación anual, estimada en unos 1.300 millones. Igual Weretilneck aclaró que esa suba será progresiva, destacando que muchos contribuyentes ya pagaron todo el 2012, con los beneficios actuales y que serán respetados.
El mayor impacto se estima en la suba de las alícuotas en Ingresos Brutos para las empresas y grandes contribuyentes. Representarían unos 80 millones.
Otra modificación importante corresponde a la reducción de las bonificaciones, que hoy llegan al 40 y 50 por ciento por pago en término. Con diferencias en el tipo de contribuyentes, ese incentivo se disminuye -en el máximo descuento- al 25 por ciento en Automotores, al 20 por ciento en Ingresos Brutos y al 15 por ciento en Inmobiliario.
El cambio del mecanismo en el pago del Inmobiliario también se advertirá claramente a partir que el cálculo para resolver ese tributo se aplicará sobre el 80 por ciento de la valuación cuando ahora sólo llega al 60 por ciento.
El gobernador presentó la reforma como un proyecto destinado a «conservar los criterios de equidad y progresividad a los que debe tender todo sistema tributario».
«Las reformas constituyen un avance en términos de equidad tributaria para la provincia, puesto que focalizan la carga fiscal en sectores económicos de alto poder contributivo, afectando en menor medida a los pequeños contribuyentes», dijo.