A Roberto Dromi se lo nota tranquilo pero no relajado. Acaba de cerrar la Reunión Anual Latinoamericana de Petroquímica en el hotel Hilton, y ahora está en su oficina de la Avenida Córdoba dispuesto a seguir hablando de petróleo, de política y de economía con El Cronista. Tengo esperanza de que esto cambie, afirma y muestra el libro Que salga el sol, escrito por el ex premier israelí, Shimon Peres. Desconcierta un poco, hasta que se concentra en su meta. La esperanza de la que habla el hombre que se adapta como pocos a los cambios políticos del país, tiene que ver con YPF, la principal empresa de la Argentina. Como ejemplo sobra un botón: el ex ministro de Obras y Servicios Públicos de Carlos Menem, y hombre clave en el proceso privatizador de los 90, ahora quiere que el Estado se asocie con la empresa propiedad de Repsol y de la familia Eskenazi, la misma petrolera que se vendió hace poco más de una década a 15 dólares el barril (ayer el WTI cotizaba a u$s 96,8). Está claro que el Estado tiene que ser socio de YPF, asegura. Porque el Estado tiene que controlar, regular y conducir la estrategia de un recurso crítico, argumenta quien ahora trabaja como abogado y consultor, y que ayer fue escuchado con atención, entre otros, por dos ex secretarios de energía: Daniel Montamat y Alberto Devoto.
¿Usted es sinónimo de privatización, por qué ahora quiere que YPF vuelva al Estado?
Yo no privaticé YPF. De todos modos, lo que digo es que el Estado tiene que asociarse a YPF para conducir la estrategia de un recurso crítico. Promover, hacer promociones especiales. Que Eskenazi quede como CEO, eso no es problema. Repsol que se quede como socio si quiere. Pero el Estado Nacional se tiene que asociar a YPF para aportar capital y áreas petroleras, y Repsol tiene que vender acciones. Hay que tener una nueva Ley de política petrolera.
¿Cree que el Estado debería expropiar YPF?
No, expropiar no, negociar sí. Si el Estado tiene patrimonio, regulación y control, revaluaría YPF. Se mejorarían los precios internos del petróleo y del gas. YPF debería tener como objetivo ser una empresa de energía. Es decir, que sume energía eléctrica, biocombustibles y energía limpia. Por qué no miramos lo que pasa en el resto de América latina. Si vemos cómo está el mapa, no cuestionaríamos que el Estado se asocie con YPF.
La Argentina privatizó una petrolera, los demás países no lo hicieron.
Lo que le digo es que uno se tiene que adaptar a los tiempos que corren. La variable que propongo en función de este escenario es tomar en cuenta la naturaleza de las empresas petroleras de América latina, privadas, mixtas y estatales. Existen nueve compañías estatales, dos mixtas Ecopetrol (Colombia) y Petrobras (Brasil), y la única privada es la petrolera de Argentina.
El Estado tiene Enarsa…
Si, claro. Enarsa tiene que pasar a YPF. Que las provincias aporten capital. Enarsa tiene un valor federativo que se lo puede aportar. Las inversiones deben partir del Estado porque es el soporte. El Estado tiene que ser el soporte para arrancar. Tiene que tener un compromiso muy profundo, porque es difícil afrontar solo una situación de riesgo. No hay que engañarse. Brasil lo hizo.
¿Sólo en materia energética tiene que invertir el Estado?
Claro que no. Hay que invertir en educación. Hay que invertir en infraestructura. El Ferrocarril Belgrano Cargas tiene que ser prioridad. Los trenes tienen que funcionar en el país.
El Gobierno de Menem casi que los terminó…
Pero tenemos que tener trenes de carga no se pasajeros.
¿Además de YPF y de los trenes, qué le preocupa de la Argentina?
Me preocupa la inflación. Hay que desanimar el consumo. Hay que educar al consumidor para que consuma estratégicamente. Por eso estoy de acuerdo con las medidas que tomó el Gobierno. Hay que desalentar la compra de dólares porque se van del sistema y luego de vuelcan al consumo. Eso provoca inflación y hace más pobres a los argentinos.
Pero el consumo se sigue fomentando…
Los bancos lo fomentan con los descuentos y las 60 cuotas. A este ritmo se celebrará la Navidad comprando con el patrocinio de los bancos.
¿Usted es sinónimo de privatización, por qué ahora quiere que YPF vuelva al Estado?
Yo no privaticé YPF. De todos modos, lo que digo es que el Estado tiene que asociarse a YPF para conducir la estrategia de un recurso crítico. Promover, hacer promociones especiales. Que Eskenazi quede como CEO, eso no es problema. Repsol que se quede como socio si quiere. Pero el Estado Nacional se tiene que asociar a YPF para aportar capital y áreas petroleras, y Repsol tiene que vender acciones. Hay que tener una nueva Ley de política petrolera.
¿Cree que el Estado debería expropiar YPF?
No, expropiar no, negociar sí. Si el Estado tiene patrimonio, regulación y control, revaluaría YPF. Se mejorarían los precios internos del petróleo y del gas. YPF debería tener como objetivo ser una empresa de energía. Es decir, que sume energía eléctrica, biocombustibles y energía limpia. Por qué no miramos lo que pasa en el resto de América latina. Si vemos cómo está el mapa, no cuestionaríamos que el Estado se asocie con YPF.
La Argentina privatizó una petrolera, los demás países no lo hicieron.
Lo que le digo es que uno se tiene que adaptar a los tiempos que corren. La variable que propongo en función de este escenario es tomar en cuenta la naturaleza de las empresas petroleras de América latina, privadas, mixtas y estatales. Existen nueve compañías estatales, dos mixtas Ecopetrol (Colombia) y Petrobras (Brasil), y la única privada es la petrolera de Argentina.
El Estado tiene Enarsa…
Si, claro. Enarsa tiene que pasar a YPF. Que las provincias aporten capital. Enarsa tiene un valor federativo que se lo puede aportar. Las inversiones deben partir del Estado porque es el soporte. El Estado tiene que ser el soporte para arrancar. Tiene que tener un compromiso muy profundo, porque es difícil afrontar solo una situación de riesgo. No hay que engañarse. Brasil lo hizo.
¿Sólo en materia energética tiene que invertir el Estado?
Claro que no. Hay que invertir en educación. Hay que invertir en infraestructura. El Ferrocarril Belgrano Cargas tiene que ser prioridad. Los trenes tienen que funcionar en el país.
El Gobierno de Menem casi que los terminó…
Pero tenemos que tener trenes de carga no se pasajeros.
¿Además de YPF y de los trenes, qué le preocupa de la Argentina?
Me preocupa la inflación. Hay que desanimar el consumo. Hay que educar al consumidor para que consuma estratégicamente. Por eso estoy de acuerdo con las medidas que tomó el Gobierno. Hay que desalentar la compra de dólares porque se van del sistema y luego de vuelcan al consumo. Eso provoca inflación y hace más pobres a los argentinos.
Pero el consumo se sigue fomentando…
Los bancos lo fomentan con los descuentos y las 60 cuotas. A este ritmo se celebrará la Navidad comprando con el patrocinio de los bancos.
Un auténtico soldado justicialista!