Viernes
Samuel Chiche Gelblung, periodista: La concentración no es buena, es mala para el país
SAMUEL CHICHE GELBLUNG: Soy defensor de la ley de medios, para adelante
Por: Andrea Taboada
No hay lujos en este enorme living. Una mesa ratona de vidrio está sostenida por libros y predomina un gran sillón. Se ven fotos de sus nietos, sus hijos y de su mujer, Cristina. Chiche Gelblung recibe a Viernes muy distendido, lejos del provocador que se ve en público, y de inmediato invita a la cocina. Vista panorámica con alcance hasta la costa de Uruguay desde este piso 24. El periodista se entrega a la charla junto a Lupe, su perra chihuahua.
Viernes: Usted trabajó en todo tipo de medios. ¿A cuál considera que pertenece?
Chiche Gelblung: Yo soy de la tinta, es lo que más disfruto. Debo reconocer mis orígenes, y lo que más me divierte es el papel. De todos modos, me apasiona todo lo que hago. Establezco una relación muy intensa con los lugares donde trabajo, me comprometo demasiado, me involucro. De otra manera, no lo podría hacer. Soy intenso. Este trabajo no tiene horarios, compromete sentimientos personales, tiene conflictos ideológicos. Muchas veces tocás y herís, depende de la sensibilidad de la gente.
V.: ¿Le gusta estar en la trinchera o dirigir?
Ch.G.: Yo tuve siempre tareas de mucha responsabilidad. Me interesa más la edición que la realización, me apasiona más pensar que hacer. En la etapa de Ámbito Financiero, cuando escribía, para mí era un esfuerzo sobrehumano. Hacía mucho que no escribía y me probé que podía volver a hacerlo. Me divierte pensar las tapas, editar; soy mejor productor que conductor.
V.: .¿Se deduce que extraña la gráfica?
Ch.G.: Sí, la extraño, pero a mi modo la sigo haciendo por internet con dos portales, Diario Veloz y Rating Cero. Igualmente, no me voy a morir sin tener un diario de papel. Ese proyecto lo tengo para el próximo año.
V.: ¿Cuál sería el estilo de ese proyecto?
Ch.G.: Los diarios de hoy deben ser más interpretativos, deben apuntar al análisis, y mucha más investigación.
V.: Si hubiera estado al frente de Clarín en este contexto, ¿qué hubiera hecho?
Ch.G.: Es muy difícil porque es el día a día. Algunas cosas habría hecho igual, otras muy diferente. Yo creo que hay un exceso de querer buscar el pelo en la sopa. Eso hay que hacerlo sólo cuando se justifica. Hay cosas de Clarín que son de alto periodismo y otras que a mí no me gustan. En la pelea con el Gobierno, en algunas cosas hubiera sido más objetivo y en otras hubiera defendido con uñas y dientes la posición del Grupo. Creo que muchas veces Clarín sobreactúa la oposición. Yo no lo hubiera hecho.
V.: ¿Cuáles, por ejemplo?
Ch.G.: Por ejemplo, hace unos días salió una reproducción de un artículo del diario El Mundo, de España, donde decía que los argentinos comprábamos un producto en la góndola de un supermercado y que cuando llegabas a la caja ese producto valía diferente. Eso fue en la época de la hiperinflación, hoy no es la realidad. Yo no lo hubiera publicado, porque no es cierto. Creo que no lo deben haber leído y lo publicaron igual. Es un grave error.
V.: ¿ Y con respecto al Gobierno frente a Clarín?
Ch.G.: El Gobierno puso como enemigo al periodismo, y nunca es el enemigo. El periodismo cumple sus funciones. Una de ellas es molestar a todos los gobiernos. La gente hoy no se siente representada por los diputados y senadores. La sociedad estableció que los medios son el vehículo para criticar al poder. Por eso molesta, pero esto pasa en la Argentina y en el mundo. La televisión, los diarios y la radio hoy son la expresión de la gente. Cuando empezó el siglo XXI le consultaron a Umberto Eco cuáles serían los grandes desafíos, y él dijo: La falta de trabajo, las guerra étnicas y la lucha entre los gobiernos y la prensa para ver quién tiene más poder.
V.: ¿Principales méritos y defectos de este Gobierno?
Ch.G.: Ha tenido aciertos importantes, crecimientos fabulosos, pero que no llegaron a capitalizarlos. Estamos excedidos en el gasto público, no ha combatido adecuadamente la corrupción, una cuestión inherente al poder mismo. En ese sentido, tiene una deuda pendiente, tendría que hacer su propio juicio.
V.: ¿Cómo la ve a Cristina puntualmente?
Ch.G.: Cristina es una mujer muy inteligente, de gran temple, pero la veo sola.
V.: ¿Sola?
Ch.G.: Sí, sola, con escasa contención. No debe confiar en mucha gente. Y además libra batallas personales que no debería. Ella tiene pasta para ser una gran estadista, pero deja de serlo cuando baja a la confrontación cotidiana. Cuando hay cacerolazos y manifestaciones, hay que tomarlos como un dato de la realidad, pero no te podés pelear con la gente. Si hay una o un millón de personas quejándose, algo tengo que revisar. Probablemente no cambie nada, pero por lo menos analizar qué es lo que se está haciendo. A la crítica hay que oírla, no negarla. La Presidenta debería estar siempre un paso más arriba. Además tiene un sistema de aplaudidores que ella debería modificar, la gente no les cree a los aplaudidores. No es necesario ser tan entusiasta.
V.: ¿Cree que se le falta el respeto a la figura presidencial?
Ch.G.: Sí, no me gusta la falta de respeto. Pero cuando te exponés demasiado… Yo mismo le dije una vez a Nelson Castro: Vos no podés decir de la Presidenta que es mentirosa, yo no lo haría nunca. Otro tema es el humor, la política siempre tuvo humor, por ejemplo, la caricatura que hace la imitadora Fátima Florez, en el programa de Jorge Lanata.
V.: Muchos periodistas y medios se quejan de que sólo habla por cadena nacional.
Ch.G.: No me gusta. Debería hacer conferencias de prensa, no todos los días, claro, y los medios deberían enviar a los mejores periodistas, los que pueden confrontar con sustento e información, no a cronistas que recién comienzan, con todo respeto lo digo.
V.: ¿Cuál es su postura frente a la concentración de medios?
Ch.G.: La concentración de medios nunca me gustó, yo soy defensor de la ley de medios. La concentración no es buena, es mala para los periodistas, es mala para el país. Para los periodistas es terrible porque si vos te peleás con un medio, te peleás con veinte medios, te quedás sin opciones de trabajo.
V.: ¿Cómo lo vive en el Grupo Clarín, ya que trabaja en radio Mitre y Canal 13?
Ch.G.: En el grupo a mí no me pasa. Yo desde Mitre critico algunos temas de Canal 13 y trabajo en él y también critico a Clarín. En varias ocasiones Clarín me trata mal. Pero de todos modos me siento respetado, a mí nadie nunca me llamó para decirme nada a pesar de mis críticas. El diario nunca me ha elogiado, habla mal de mí y yo me defiendo. Cuando me maltratan, yo maltrato.
V.: ¿Cuál es su posición frente a la nueva ley de medios y a la desinversión?
Ch.G.: El problema de la ley de medios es cuando se legisla para atrás. Creo que en esos artículos se equivocaron; hacia adelante, sí. No me gusta que un medio tenga todo en una ciudad, una radio, un canal de televisión, un canal de cable. Acá y en ninguna parte del mundo, pero acá ya se dio. Me parece que obligar a la desinversión es un error. Hacia adelante podés, pero legislar hacia atrás, no.
V.: ¿Por qué razón?
Ch.G.: Porque hay derechos adquiridos, inversiones realizadas. Ahora si querés expropiar, hacé una ley de expropiación, eso está dentro de las atribuciones del poder. De todos modos, expropiar medios de prensa es complicado, son atentados a la libertad de prensa y a la libertad de expresión.
V.: ¿Se imaginó que daría el pase a Jorge Lanata, ambos como emblems del Grupo Clarín?
Ch.G.: ¿Por qué no? Las circunstancias te unen. Con Lanata siempre tuvimos buena relación. En algunos temas estamos de acuerdo, en otros no; es más, le dije al aire que su pelea con Víctor Hugo Morales no me gustaba, porque ninguno de los dos se merece esa pelea.
V.: ¿Por qué?
Ch.G.: Porque yo no creo que haya sido un colaboracionista de la dictadura uruguaya. Sí debo decir que no me gusta el estilo de Víctor Hugo.
V.: ¿Qué no le gusta?
Ch.G.: Me parece aburrido, y no me gustan los periodistas que se hacen oficialistas. El periodismo siempre debe mantener distancia del poder, yo nunca voy a hacer periodismo oficialista.
V.: Siempre lo señalan como un provocador y de buscar el morbo.
Ch.G.: Ninguna de las dos calificaciones me molesta. En todas las miradas periodísticas hay algo de morbo. Cuando fue la voladura de los trenes de Atocha en España, el diario La Nación publicó una foto donde había mutilados. Esa fue una publicación de una realidad dramática, que tiene morbo. Hay gente que le gusta ver cosas con morbo. Yo no soy buscador del morbo; si la realidad lo impone, lo muestro.
V.: ¿Se arrepintió de algo que haya realizado?
Ch.G.: Sí, miles de veces. Recuerdo cuando hicimos la reconstrucción del caso Cabezas. Quemamos una cabeza de cordero para probar que la bala no se había derretido dentro de la cabeza: Me arrepentí, fue muy impactante y duro.
V.: ¿Y trabajando en la gráfica?
Ch.G.: Sí, de la foto que publiqué en la revista Gente de Mirtha Legrand. Se la veía en malla con celulitis. Tenía 24 años y estaba al frente de la redacción y la mandé. Con el tiempo pensé: ¡qué jodido, eso no se le hace a una mujer! Hoy tengo una mirada más comprensiva, pero no me gusta autocensurarme ni censurar. No hay temas prohibidos en el periodismo.
V.: ¿A qué periodistas admira?
Ch.G.: No admiro a ningún periodista, no tengo admiraciones profesionales, tal vez cuando era chico, sí. Quería ser como Horacio de Dios, como Bernardo Neustadt, pero cuando los conocí, no quería ser como nadie.
V.: Se lo escucha en la radio discutir fuerte con sus productores y por eso lo señalan como maltratador…
Ch.G.: Soy exigente, que es distinto. Yo no maltrato, convierto en el aire lo que algunos periodistas hacen por la espalda, prefiero hacerlo de frente. Muchas veces lo hago en broma como parte del show. Sí soy muy exigente, pero no exijo nada que yo no pueda ser capaz de hacer. Si digo, andá a hacer una guardia tres días seguidos, por ejemplo, es porque yo lo hice, y si tenía que estar tres días en un techo lo hacía; sin comer, sin tomar agua, estaba.
V.: Fue víctima en varias oportunidades de robos, incluso entraron a su casa con armas, ¿tiene miedo?
Ch.G.: Obviamente no quedás bien, ni tranquilo. Estaba mi familia de por medio. Es difícil porque uno nunca sabe cómo puede reaccionar. Por suerte, puedo contarlo y mi familia está bien. Cuando le pusieron el arma en la cabeza a mi hija, le corrí el arma al ladrón, y le dije: Vos no vas a matar a nadie. Reaccioné sin pensarlo, nos salvamos, pero sin dudas hubiera disparado.
@andretaboada
BIO
La Paternal, 1944
Estudios: Escuela Antonio Devoto (primaria).
Está leyendo: El hombre gris, de Jorge Asís; y 1984, de Haruki Murakami.
Diarios: Todos, pero cruzados; y medios electrónicos.
¿Prefiere trabajar con hombres o con mujeres?: Con mujeres, son más serias.
Miedos: A las enfermedades, no a la muerte.
Se define como: Autodidacta.
Todas las noticias del Suplemento
EN EE.UU. TAMBIÉN SE CONSIGUE
SAMUEL CHICHE GELBLUNG: Soy defensor de la ley de medios, para adelante
HORIZONTE: ¿Cómo se llega al Edén de 2015?
TURISMO: Un peregrino busca una foto papal
La ley kirchnerista bajo la mirada del vecindario
NUMEROLOGÍA: Grupo Clarín el peso de la TV paga e internet
NUMEROLOGÍA: Audiencia de radio AM en Capital Federal y GBA
ZONA JAZZ: agenda del 14 al 20 de diciembre
FIN DE SEMANA: opciones interesantes
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SAMUEL CHICHE GELBLUNG: Soy defensor de la ley de medios, para adelante
Por: Andrea Taboada
No hay lujos en este enorme living. Una mesa ratona de vidrio está sostenida por libros y predomina un gran sillón. Se ven fotos de sus nietos, sus hijos y de su mujer, Cristina. Chiche Gelblung recibe a Viernes muy distendido, lejos del provocador que se ve en público, y de inmediato invita a la cocina. Vista panorámica con alcance hasta la costa de Uruguay desde este piso 24. El periodista se entrega a la charla junto a Lupe, su perra chihuahua.
Viernes: Usted trabajó en todo tipo de medios. ¿A cuál considera que pertenece?
Chiche Gelblung: Yo soy de la tinta, es lo que más disfruto. Debo reconocer mis orígenes, y lo que más me divierte es el papel. De todos modos, me apasiona todo lo que hago. Establezco una relación muy intensa con los lugares donde trabajo, me comprometo demasiado, me involucro. De otra manera, no lo podría hacer. Soy intenso. Este trabajo no tiene horarios, compromete sentimientos personales, tiene conflictos ideológicos. Muchas veces tocás y herís, depende de la sensibilidad de la gente.
V.: ¿Le gusta estar en la trinchera o dirigir?
Ch.G.: Yo tuve siempre tareas de mucha responsabilidad. Me interesa más la edición que la realización, me apasiona más pensar que hacer. En la etapa de Ámbito Financiero, cuando escribía, para mí era un esfuerzo sobrehumano. Hacía mucho que no escribía y me probé que podía volver a hacerlo. Me divierte pensar las tapas, editar; soy mejor productor que conductor.
V.: .¿Se deduce que extraña la gráfica?
Ch.G.: Sí, la extraño, pero a mi modo la sigo haciendo por internet con dos portales, Diario Veloz y Rating Cero. Igualmente, no me voy a morir sin tener un diario de papel. Ese proyecto lo tengo para el próximo año.
V.: ¿Cuál sería el estilo de ese proyecto?
Ch.G.: Los diarios de hoy deben ser más interpretativos, deben apuntar al análisis, y mucha más investigación.
V.: Si hubiera estado al frente de Clarín en este contexto, ¿qué hubiera hecho?
Ch.G.: Es muy difícil porque es el día a día. Algunas cosas habría hecho igual, otras muy diferente. Yo creo que hay un exceso de querer buscar el pelo en la sopa. Eso hay que hacerlo sólo cuando se justifica. Hay cosas de Clarín que son de alto periodismo y otras que a mí no me gustan. En la pelea con el Gobierno, en algunas cosas hubiera sido más objetivo y en otras hubiera defendido con uñas y dientes la posición del Grupo. Creo que muchas veces Clarín sobreactúa la oposición. Yo no lo hubiera hecho.
V.: ¿Cuáles, por ejemplo?
Ch.G.: Por ejemplo, hace unos días salió una reproducción de un artículo del diario El Mundo, de España, donde decía que los argentinos comprábamos un producto en la góndola de un supermercado y que cuando llegabas a la caja ese producto valía diferente. Eso fue en la época de la hiperinflación, hoy no es la realidad. Yo no lo hubiera publicado, porque no es cierto. Creo que no lo deben haber leído y lo publicaron igual. Es un grave error.
V.: ¿ Y con respecto al Gobierno frente a Clarín?
Ch.G.: El Gobierno puso como enemigo al periodismo, y nunca es el enemigo. El periodismo cumple sus funciones. Una de ellas es molestar a todos los gobiernos. La gente hoy no se siente representada por los diputados y senadores. La sociedad estableció que los medios son el vehículo para criticar al poder. Por eso molesta, pero esto pasa en la Argentina y en el mundo. La televisión, los diarios y la radio hoy son la expresión de la gente. Cuando empezó el siglo XXI le consultaron a Umberto Eco cuáles serían los grandes desafíos, y él dijo: La falta de trabajo, las guerra étnicas y la lucha entre los gobiernos y la prensa para ver quién tiene más poder.
V.: ¿Principales méritos y defectos de este Gobierno?
Ch.G.: Ha tenido aciertos importantes, crecimientos fabulosos, pero que no llegaron a capitalizarlos. Estamos excedidos en el gasto público, no ha combatido adecuadamente la corrupción, una cuestión inherente al poder mismo. En ese sentido, tiene una deuda pendiente, tendría que hacer su propio juicio.
V.: ¿Cómo la ve a Cristina puntualmente?
Ch.G.: Cristina es una mujer muy inteligente, de gran temple, pero la veo sola.
V.: ¿Sola?
Ch.G.: Sí, sola, con escasa contención. No debe confiar en mucha gente. Y además libra batallas personales que no debería. Ella tiene pasta para ser una gran estadista, pero deja de serlo cuando baja a la confrontación cotidiana. Cuando hay cacerolazos y manifestaciones, hay que tomarlos como un dato de la realidad, pero no te podés pelear con la gente. Si hay una o un millón de personas quejándose, algo tengo que revisar. Probablemente no cambie nada, pero por lo menos analizar qué es lo que se está haciendo. A la crítica hay que oírla, no negarla. La Presidenta debería estar siempre un paso más arriba. Además tiene un sistema de aplaudidores que ella debería modificar, la gente no les cree a los aplaudidores. No es necesario ser tan entusiasta.
V.: ¿Cree que se le falta el respeto a la figura presidencial?
Ch.G.: Sí, no me gusta la falta de respeto. Pero cuando te exponés demasiado… Yo mismo le dije una vez a Nelson Castro: Vos no podés decir de la Presidenta que es mentirosa, yo no lo haría nunca. Otro tema es el humor, la política siempre tuvo humor, por ejemplo, la caricatura que hace la imitadora Fátima Florez, en el programa de Jorge Lanata.
V.: Muchos periodistas y medios se quejan de que sólo habla por cadena nacional.
Ch.G.: No me gusta. Debería hacer conferencias de prensa, no todos los días, claro, y los medios deberían enviar a los mejores periodistas, los que pueden confrontar con sustento e información, no a cronistas que recién comienzan, con todo respeto lo digo.
V.: ¿Cuál es su postura frente a la concentración de medios?
Ch.G.: La concentración de medios nunca me gustó, yo soy defensor de la ley de medios. La concentración no es buena, es mala para los periodistas, es mala para el país. Para los periodistas es terrible porque si vos te peleás con un medio, te peleás con veinte medios, te quedás sin opciones de trabajo.
V.: ¿Cómo lo vive en el Grupo Clarín, ya que trabaja en radio Mitre y Canal 13?
Ch.G.: En el grupo a mí no me pasa. Yo desde Mitre critico algunos temas de Canal 13 y trabajo en él y también critico a Clarín. En varias ocasiones Clarín me trata mal. Pero de todos modos me siento respetado, a mí nadie nunca me llamó para decirme nada a pesar de mis críticas. El diario nunca me ha elogiado, habla mal de mí y yo me defiendo. Cuando me maltratan, yo maltrato.
V.: ¿Cuál es su posición frente a la nueva ley de medios y a la desinversión?
Ch.G.: El problema de la ley de medios es cuando se legisla para atrás. Creo que en esos artículos se equivocaron; hacia adelante, sí. No me gusta que un medio tenga todo en una ciudad, una radio, un canal de televisión, un canal de cable. Acá y en ninguna parte del mundo, pero acá ya se dio. Me parece que obligar a la desinversión es un error. Hacia adelante podés, pero legislar hacia atrás, no.
V.: ¿Por qué razón?
Ch.G.: Porque hay derechos adquiridos, inversiones realizadas. Ahora si querés expropiar, hacé una ley de expropiación, eso está dentro de las atribuciones del poder. De todos modos, expropiar medios de prensa es complicado, son atentados a la libertad de prensa y a la libertad de expresión.
V.: ¿Se imaginó que daría el pase a Jorge Lanata, ambos como emblems del Grupo Clarín?
Ch.G.: ¿Por qué no? Las circunstancias te unen. Con Lanata siempre tuvimos buena relación. En algunos temas estamos de acuerdo, en otros no; es más, le dije al aire que su pelea con Víctor Hugo Morales no me gustaba, porque ninguno de los dos se merece esa pelea.
V.: ¿Por qué?
Ch.G.: Porque yo no creo que haya sido un colaboracionista de la dictadura uruguaya. Sí debo decir que no me gusta el estilo de Víctor Hugo.
V.: ¿Qué no le gusta?
Ch.G.: Me parece aburrido, y no me gustan los periodistas que se hacen oficialistas. El periodismo siempre debe mantener distancia del poder, yo nunca voy a hacer periodismo oficialista.
V.: Siempre lo señalan como un provocador y de buscar el morbo.
Ch.G.: Ninguna de las dos calificaciones me molesta. En todas las miradas periodísticas hay algo de morbo. Cuando fue la voladura de los trenes de Atocha en España, el diario La Nación publicó una foto donde había mutilados. Esa fue una publicación de una realidad dramática, que tiene morbo. Hay gente que le gusta ver cosas con morbo. Yo no soy buscador del morbo; si la realidad lo impone, lo muestro.
V.: ¿Se arrepintió de algo que haya realizado?
Ch.G.: Sí, miles de veces. Recuerdo cuando hicimos la reconstrucción del caso Cabezas. Quemamos una cabeza de cordero para probar que la bala no se había derretido dentro de la cabeza: Me arrepentí, fue muy impactante y duro.
V.: ¿Y trabajando en la gráfica?
Ch.G.: Sí, de la foto que publiqué en la revista Gente de Mirtha Legrand. Se la veía en malla con celulitis. Tenía 24 años y estaba al frente de la redacción y la mandé. Con el tiempo pensé: ¡qué jodido, eso no se le hace a una mujer! Hoy tengo una mirada más comprensiva, pero no me gusta autocensurarme ni censurar. No hay temas prohibidos en el periodismo.
V.: ¿A qué periodistas admira?
Ch.G.: No admiro a ningún periodista, no tengo admiraciones profesionales, tal vez cuando era chico, sí. Quería ser como Horacio de Dios, como Bernardo Neustadt, pero cuando los conocí, no quería ser como nadie.
V.: Se lo escucha en la radio discutir fuerte con sus productores y por eso lo señalan como maltratador…
Ch.G.: Soy exigente, que es distinto. Yo no maltrato, convierto en el aire lo que algunos periodistas hacen por la espalda, prefiero hacerlo de frente. Muchas veces lo hago en broma como parte del show. Sí soy muy exigente, pero no exijo nada que yo no pueda ser capaz de hacer. Si digo, andá a hacer una guardia tres días seguidos, por ejemplo, es porque yo lo hice, y si tenía que estar tres días en un techo lo hacía; sin comer, sin tomar agua, estaba.
V.: Fue víctima en varias oportunidades de robos, incluso entraron a su casa con armas, ¿tiene miedo?
Ch.G.: Obviamente no quedás bien, ni tranquilo. Estaba mi familia de por medio. Es difícil porque uno nunca sabe cómo puede reaccionar. Por suerte, puedo contarlo y mi familia está bien. Cuando le pusieron el arma en la cabeza a mi hija, le corrí el arma al ladrón, y le dije: Vos no vas a matar a nadie. Reaccioné sin pensarlo, nos salvamos, pero sin dudas hubiera disparado.
@andretaboada
BIO
La Paternal, 1944
Estudios: Escuela Antonio Devoto (primaria).
Está leyendo: El hombre gris, de Jorge Asís; y 1984, de Haruki Murakami.
Diarios: Todos, pero cruzados; y medios electrónicos.
¿Prefiere trabajar con hombres o con mujeres?: Con mujeres, son más serias.
Miedos: A las enfermedades, no a la muerte.
Se define como: Autodidacta.
Todas las noticias del Suplemento
EN EE.UU. TAMBIÉN SE CONSIGUE
SAMUEL CHICHE GELBLUNG: Soy defensor de la ley de medios, para adelante
HORIZONTE: ¿Cómo se llega al Edén de 2015?
TURISMO: Un peregrino busca una foto papal
La ley kirchnerista bajo la mirada del vecindario
NUMEROLOGÍA: Grupo Clarín el peso de la TV paga e internet
NUMEROLOGÍA: Audiencia de radio AM en Capital Federal y GBA
ZONA JAZZ: agenda del 14 al 20 de diciembre
FIN DE SEMANA: opciones interesantes
«yo nunca voy a hacer periodismo oficialista.»
… que no sea para la Junta Militar.
¿Qué se supone que hacía en Revista Gente et al.?
¿Por que seguir rompiendo las bolas con prontuario? Si aplicamos la misma formula se queman muchos varon..
Porque no cambió. Ni se arrepintió de nada. ¿Porqué no seguir recordando quién fue y sigue siendo entonces?
Ja ja….
¡Golazo al ángulo del Real!…. ¡Inatajable!
Atención: los jugadores del equipo contrario le reclaman al árbitro.. a ver… ¿qué sucede Niembro?
¿Todos acaso se arrepintieron? La gran mayoria te cocina la revision al molde. Entonces de nuevo..
¿Por que seguir rompiendo las bolas con prontuario? Si aplicamos la misma formula se queman muchos varon..
¿Así? pero por eso: «¿Por que seguir rompiendo las bolas con prontuario?» ¿no le parece don Niembro?
Golazo, inapelable, nada para reclamar muchachos vam’.. a seguir jugando
Estamos hablando de el Goebbels de un regimen GENOCIDA, no sé si te das cuenta de lo que estás defendiendo.
Nunca escuche una autocritica de Barone por ser periodista de Clarin en plena dictadura…
Y peor es nuestro ministro de relaciones exteriores, que por mas arrepentimiento que pueda haber hecho despues, defendio explicitamente, un regimen GENOCIDA…
Pero no siga Eduardo, si aca se festejan los goles entre sí. Revisionismo al molde le dicen, si necesita del servicio, pregunte por precio popular.
Sin entrar en más detalles, que no tengo a mano.
– Barone fue un laburante en Clarín, como tanta gente de diversas ideologías.
Lo que NO FUE es propagandista de la dictadura. Pequeño detalle.
Clarín y La Nación, como empresas, fueron PROPAGANDISTAS de la dictadura y COBRARON con el regalo del monopolio del papel prensa.
– Timerman padre sacó un proyecto de diario vespertino. Puso con el título de director a su hijo de 22 años. La orientación la fijaba, obviamente, el padre, que todavía creía que podía ser influyente en la interna militar. Ya se sabe lo que le pasó. El hijo también se tuvo que escapar del país.
– Son graciosísimos los verdaderos pro-dictadura que se esmeran en buscar detallecitos con lupa, y al elefante que les pasa por al lado no lo ven.
Al molde! Recien salida del horno!
A los 22 años, no sos consciente de lo que escribís?
Si usamos la excusa de la edad, entonces usenla también para Fontevecchia, que tenia 23…
Eduardo, a los 22 sos un purrete, miralo a Boudou pisando los 50 y eterno adolescente.
Lo que se le critica a Fontevecchia es que mintió que lo persiguieron.
Eduardo: Se quemaron los papeles y hay que reescribir el prontuario. Ahora Chiche es un periodista del palo y va trabajar para Cristobal Lopez.
Queres brindar con Champan o con cicuta?
El genocidio empezó con Perón – Isabelita – Lopez Rega.
Nadie resiste el archivo, Gelblung tampoco, pero no mató a nadie.
En cambio, prominentes funcionarios gubernamentales actualísimos, fueron de armas (de veras) tomar.
Y bue, lo que digo siempre: esperemos que solo se repita como farsa…
Ahora vienen por la «democratización» de la Justicia. ¡Ugh!
«El genocidio empezó con Perón – Isabelita – Lopez Rega.»
Cualquier peruca podría decirte que empezó con Lonardi – Rojas. Cualquier mapuche, que empezó con Roca – Avellaneda – Sarmiento. Y así hasta Colón, Pizarro y etc. Lamentablemente, de ésos no sobrevive nadie para juzgar. Lopecito en cambio murió entre rejas, afortunadamente. Igual que Aníbal Gordon. Y así lo harán el Indio Castillo, el otro que fue extraditado de España. Y pagaría por verlos en idéntica situación a Gerardo «601» y Huguito «Clarín mentía». Todo llega.
«En cambio, prominentes funcionarios gubernamentales actualísimos, fueron de armas (de veras) tomar.»
Sí, efectivamente. No esperaban a la Triple A con bombones, ni a la patota de Astiz con flores. Tampoco lo hacían tus amiguitos, la Luro Pueyrredón, ni Pepitillo Eliaschev, ni el tegobi Caparrós, ni la Viau, ni la Betty y sigue la lista.
«Nadie resiste el archivo, Gelblung tampoco, pero no mató a nadie.»
Probablemente Goebbels tampoco.
Eduardo:
Nuevamente coincidimos.
Aunque de tanto abusar de la palabra «genocidio», la cual repetí adrede, no sé cómo sobrevivimos aún…
La diferencia entre Pizarro y Perón, es que el «genocidio» de los milicos comenzó con Perón, y siguió con el régimen militar que sucedió a la esposa y vicepresidenta de Perón.
Sobre los amigos que me atribuís, solo admiro a Eliaschev. Caparrós me divierte muchísimo leerlo a pesar de ser ex montonero, pero opositor. Otros ex montoneros están en el gobierno.
Sobre lo de «armas tomar», deberemos profundizar el debate sobre la teoría de los dos demonios, tesis a la que adhiero parcialmente.
Comparar a Chiche con Goebbels es una pelotudez importante, pero en beneficio de la duda, y en mérito a nuestra larga y fructífera amistad, paso a explicarte: Goebbels era el Ministro de Propaganda del Reich, el que regalaba «radios para todos y todas» (¿te suena?), en cambio Chiche dirigía una revista cholula. Oficialista como todas las de esa época.
La comparación no es ninguna pelotudez. A lo sumo, la diferencia es de escala, nada más. No se limitaba a mostrar a Susana Giménez o alguno que otro gato de la época.
A coro con el «periodismo independiente» (todos vivitos y coleando y nunca encarcelados), dieron por muerta «en un enfrentamiento» a Norma Arrostito un año antes de que fuera boleteada en tortura; mostraban el «spa» en el que vivían los «subversivos arrepentidos»; hacían llorar a las Doñas Rosas con las bebas que los «subversivos» «abandonaban» (nada de que sus padres habían sido chupados); nos contaban que había un dictador de puta madres… en Uganda; nos imprimían banderitas con la leyenda «Los argentinos somos Derechos y Humanos» cuando venía la Comisión de DD.HH; nos daban cartitas en Para Tí para enviar a los malos, malos, malos que en Europa habían comenzado una «Campaña Antiargentina». Memoria frágil.
Sí, tenés razón, este reverendo tataranieto de una tonelada de putas, y sus colegas hoy integrantes del impoluto «periodismo independiente» eran apenas unos cabezas frescas y cholulos. No eran para nada los voceros legitimadores y lavacabezas del regimen genocida.
Exacto. Los medios de Editorial Atlántida (Somos, Gente, Para Ti, etc.) estaban comprometidos políticamente con la dictadura. Eran muy explícitos. Las frivolidades eran aparte.
Prominentes funcionarios gubernamentales actualísimos que fueron de armas (de veras) tomar:
Jose ‘Pepe’ Mujica y Dilma Roussef.
Solo que ellos aprendieron algo.
Nosotros vivimos de la melancolía de los ´70. Ellos están en el Siglo XXI.
Samba contra tango… Perdimos, hermano…
Corrijo: Samba y candombe contra tango… Perdimos, hermano…
Bueno… Repitiendo por si no se leyó las veces anteriores.
Índice de Desarrollo Humano (IDH) de las Naciones Unidas.
En 2010 estábamos en el lugar 46.
En 2011 hemos subido un lugar y estamos en el 45.
Nos ubicamos en el primer cuartil, de IDH MUY ALTO (que llega hasta el Nº 47).
Atendiendo a su pedido, comparo a Argentina con Brasil.
Brasil tiene IDH ALTO (no ‘muy alto’) y está en el puesto 84, porque BAJÓ 11 LUGARES desde el año 2010.
En América estamos en CUARTO lugar después de EE. UU., Canadá y Chile.
Brasil no figura entre los 10 primeros.
Ya me está pareciendo que la melancolia de los 70 es más suya que otra cosa.
Que Brasil es cinco veces más grande que Argentina en superficie, recursos, población, PBI, etc. viene de bastante antes. De cuando decidieron ser industriales y NO como nosotros.
Eso sí, estoy de acuerdo en que ‘quem nao gosta do samba bom sujeito nao é’. Y gloria a Tom en las alturas.
Respecto a Uruguay: por favor. No comparemos cosas tan disímiles, así como no se debe comparar a Argentina con algo del tamaño de Brasil.
El seguir dedicándose a las vaquitas, las ovejitas, la soja, algunos cereales y la especulación financiera, no me parece que sea mucho un rumbo del siglo XXI.
Y si lo es, es idéntico al del siglo XX.
Y si al decir ‘melancolía de los 70’ quiso decir ‘juicios a militares’, algo de eso hay también en Uruguay.
Eso sí, gloria al gran Jaime (que lo tenemos en la tierra, por suerte).
Es que los charrúas tienen un no sé qué: te dejan cruzar la calle deteniendo los vehículos.
El tonto de Tabaré no modificó la Constitución para eternizarse en el poder.
Exportan más vacas que nosotros, pero no tienen a Maradona.
Ni de lejos son tan vivos como nosotros.
Los brasucas, en cambio son grandes ¡Oia! Hace 50 años eran pobretones. Y ahora son BRIC. Y seguro que en un par de décadas también nos ganarán en ingreso per cápita e IDH.
Porque tienen políticas de estado estables a lo largo de los gobiernos, cosa que nosotros no tenemos ni idea de comenzar a hacer. Total, «con dos buenas cosechas nos salvamos».
Nosotros seguiremos juzgando milicos (o a sus hijos y nietos), mientras matamos a los Qom (habrá menos pobres…)
– No me llego a dar cuenta de cómo las tareas de jueces, fiscales, secretarios de juzgado, abogados querellantes y defensores, etc. en los juicios a militares le puedan quitar algo de tiempo a ninguna área del Poder Ejecutivo ni del Poder Legislativo.
Cómo joden los juicios… Parece que tocaron fibras sensibles.
– Un país exporta vacas como actividad principal, como nosotros en nuestra etapa de (mayor) subdesarrollo… ¡qué orgullo!
– El secreto bancario ¿será también motivo de orgullo oriental?
– Las políticas de Estado ‘estables’ de Brasil ¿incluyen sus hiperinflaciones y múltiples cambios de moneda? (cruzeiro – cruzeiro novo – cruzado – real).
– ‘Quizá Brasil nos alcance en IDH e ingreso per cápita en un par de décadas’… ahí nos vamos entendiendo.
– Sigo prefiriendo el Malbec argentino al tetra-BRIC.
– La sensibilidad con los Qom debe ir pareja con la sensibilidad por los 30.000.
Éste es uno de los que se ofenden si le insinúan cierta afinidad por Videla, mientras deja en claro que aplaudiría el fin de los juicios a la dictadura genocida y está «parcialmente de acuerdo» con la teoría de los Dos Demonios («algo habrán hecho»), mientras pondera como factor de progreso exportar vacas.
El tatarabuelo de Pinedo y de Joe eran más visionarios.
Estas cosas me suenan más bien a un solo demonio.
Raúl Alfonsín pensaba en los dos demonios, pero eso no le impidió encarar el juicio a las juntas (sin ir a lo que pasó después).
Saben bien, amigos Eduardo y Raúl C, que me importa un rábano ser políticamente correcto, ya que no pertenezco a partido alguno, y para mí cada vida es única e irreepetible.
Así que, aclaro por enésima vez que me parecen bien los juicios a los milicos asesinos: Los de Alfonsín (verdaderamente valientes), como los kirchneristas (verdaderamente oportunistas), como me parecería bien hacer juicios contra los «revolucionarios» asesinos, que no se hacen por falencias (que algún día se corregirán), de la legislación sobre lesa humanidad. Encima dan discursos…
Ya que las «formaciones especiales» tenían toda la intención de ser gobierno, asaltándolo por la fuerza, incluso durante gobiernos civiles (Isabel).
Utilizaban vestimenta, estilo, discurso, armas y entrenamiento similares a las fuerzas armadas oficiales a las que enfrentaban. La única deferencia es que eran más débiles.
Hasta hicieron juicios sumarísimos contra subordinados suyos, a los que ejecutaron por ley marcial. Y bueno, así son las guerras, y los ejércitos.
O sea, que bien se podría incluírlos en lesa humanidad. Aunque nos estemos adelantando a una legislación que aún no existe. O sea, pensamos.
Y como en Argentina se estila aplicar la ley de modo retroactivo, cosa que no se debe hacer, pero se hace, ya que como se sabe somos los más piolas del mundo, estos muñecos no deberían sentirse absolutamente seguros. Efectos de la retroactividad.
Y finalmente sobre el famoso «algo habrán hecho» era la frase que escuchábamos cuando alguien, seguramente inocente, del barrio, la escuela o la empresa, era «chupado» por los milicos asesinos, y era preferible pensar en una presunta culpabilidad que en que todos estábamos en peligro. Y bueno, defensas psicológicas por el terror, que le dicen.
Del mismo modo, hoy cuando se viola y asesina a una chica, no faltan quienes dicen «y bueno, llevaba la minifalda corta». Así somos.
Sería bueno pensar qué hubiese pasado si las «formaciones especiales» de Perón hubiesen realmente tomado el poder. Hoy estaríamos también hablando del «por algo habrá sido», pero del bando contrario.
Se llama miedo.
«Y como en Argentina se estila aplicar la ley de modo retroactivo»
Sí. Por lo general esperamos que el asesino mate antes de meterlo en cana. Todo una originalidad en el estado de derecho planetario.
Ja ja.. este David
En fin… ya se decía hace unos miles de años atrás
«Te damos, Loddfáfnir, buen consejo
que te ha de servir, si lo tomas
te será bueno, si lo sigues:
No tengas jamás discusión ninguna
con un simio ignorante»
Edda poética, Hávamál – pág. 31 – nro.122
Eduardo:
Como ingeniero mediocre, soy un buen especialista en leyes.
Las leyes solo tienen validez desde el momento en que se las promulgan en adelante.
Y si un asesino mata bajo una legislación por la que, por ejemplo, es lícito matar a un puto, entonces no puede condenárselo aplicando una ley nueva que prohiba matarlos.
Claramente las leyes que convienen al Poder se aplican de modo retroactivo. Por ejemplo la Ley de Medios.
Y en el caso de Marita Verón, aunque Cris hubiese impulsado la modificación de la Ley de Trata (oh, se olvidó de urgirlo a la escribanía parlamentaria), tampoco se hubiese podido condenar a los 13 hijos de puta sin pruebas.
Por eso las dictaduras van bien con leyes inmediatas, ejecutivas, retroactivas, y violentas.
Silenoz:
Tu poética es siempre bienvenida. Solo complemento el sabio consejo, por lo que te sugiero que nunca discutas con simios, por instruídos que sean. (Podrías perder…, what a pitty)
«Las leyes solo tienen validez desde el momento en que se las promulgan en adelante.
Y si un asesino mata bajo una legislación por la que, por ejemplo, es lícito matar a un puto, entonces no puede condenárselo aplicando una ley nueva que prohiba matarlos.
No sé cuál será la «ley antiputos» de la que hablás. Sospecho que hablás del decreto de Luder, pero matar, secuestrar, torturar yo creo que ya estaba penado desde un poco antes antes ¿O me equivoco?
Claramente las leyes que convienen al Poder se aplican de modo retroactivo. Por ejemplo la Ley de Medios.»
David, no seas mediocre ingeniero y mediocre abogado: Las leyes antitrust de tu madre patria que en los años ’30 desarmaron la Standard Oil en 57 unidades, o las que obligaron a Microsoft a desprenderse de unidades, o a Google (también em Europa) se llevaron a cabo sobre mostros que ya amenazaban con eliminar todo lo que se pusiera a su alcance. Y precisamente por ése motivo.
Si yo cruzaba la calle cuando se me cantaba, y mañana ponen un semáforo, no puedo alegremente a decir «Eh, guacho, están afectando mi derecho adquirido a cruzar la calle. Reclamo mi seguridad jurídica.»
Ahora, resulta que si lo hacen en USA o Europa, son unos capos. Pero si lo hacemos acá, somos de cuarta.
Y respecto a lo Trimarco (de lo que ni hablé) estoy totalmente de acuerdo: Sin pruebas no se puede condenar. Aunque discrepo en la valuación sobre qué es y qué no es prueba en un delito como éstos. Fotos firmadas ante escribano público no hay.
Sí estoy de acuerdo en la calificación de «Cámara de Mierda» del JGM respecto de la cámara de mierda de jueces paseanderos a cargo de una de las partes.
Lo de la ley antiputos fue una chicana. Sorry
Sucede que los ayatollas bolivarianos matan a los homosexuales, y como los tenemos cada vez más cerca… qué se yo, se me escapó. (¿Observás mi optimismo sobre la salud de Chávez, no?)
Lo de lesa humanidad, creo (y puedo equivocarme) que las leyes fueron posteriores a los crímenes de los milicos. Ahí mi raciocinio se pelea con mi bronca.
Como mediocre (a secas, cualquiera sea mi profesión), te digo que me parecen bien las leyes antitrust y no me parecen bien las leyes con nombre y apellido (especialmente hacia ex-amigos). Tal vez sea esa la pequeña diferencia entre los imperialistas y nosotros.
Con lo de Trimarco, de acuerdo. Sobre las «cámaras de mierda», las acepto en sentido amplio, en diferentes poderes del Estado. je.
La novelita de la Triple A ‘peronista’ cada vez se sostiene menos.
Se ve que no tenía una orientación ‘peronista’ sencillamente porque no atacaba a gente de otros partidos.
Sólo atacaba ¡qué casualidad! a los que las fuerzas armadas y de seguridad tenían como enemigos.
Y cuando llegó la dictadura, mientras López Rega se esfumaba estratégicamente (bien al estilo de los agentes secretos), los asesinos de la Triple A se INTEGRARON al terrorismo de Estado. Todo eso está documentado.
La Triple A obviamente ‘intervino’ en la interna peronista, pero con la orientación de las FF. AA. y de seguridad en cuanto a quiénes había que ‘suprimir’.
No por nada se decía ‘las 3 A son las 3 armas’.
Este es un enlace muy interesante que acabo de conocer por estar citado en Wikipedia:
http://hernandezarregui.blogspot.com.ar/2011/06/lopez-rega-no-fue-el-jefe-de-la-triple.html
Aquí se cuentan algunas cosas sobre el mecanismo de la Triple A, de la que López Rega no era más que una pieza.
¿Novelita de la T.A. peronista?
Ni siquiera «novela histórica». Triste realidad histórica, muy bien investigada por Marina Franco: Un enemigo para la nación. Orden interno, violencia y «subversión», 1973-1976. FCE. Bs. As. 2012.
Como muestra basta un «botón»:
Discurso del Gral Perón del 22-01-1974: «Nosotros vamos a proceder de acuerdo con la necesidad, cualquiera sean los medios. Si no hay ley, fuera de la ley también lo vamos a hacer y lo vamos a hacer violentamente. Porque a la violencia no se le puede oponer otra cosa que la propia violencia». páginas 71/72.
Perón hablaba de su interna, contra los Montoneros.
Eso no quita en absoluto que las 3A fueran las 3 armas (más la policía, fuerzas de seguridad y servicios).
Y dicho sea de paso: si la violencia de las 3A era ‘sólo peronista’, al subir los militares se hubiera terminado inmediatamente ¿no?
Qué extraño, en lugar de terminarse se amplió y se generalizó.
Mientras los peronistas se carguen algún trosco, anarquista, o sindicalista levantisco, nada pasará a mayores.
El «modelo de matriz productiva con inclusión» tendrá larga vida. Especialmente si se cargan (aquí lo digo de modo metafórico) también a todo el Poder Judicial.
Ahora, si se arma la podrida entre la «Patria Peronista» y la «Patria Socialista», como ya ocurrió… ¡Agarrate Catalina!
Porque los milicos continuaron la tarea de la «Patria Peronista», con éxito rotundo en lo militar.
Y político también, porque Firmenich no pudo llegar a un acuerdo con Massera, qué pena, tan amigos que fueron, y tantos muertos en el medio…
Y los milicos perdieron a su vez, pero a manos de los gurkas. Che, orientales y feúchos, qué bajón…
Por eso podemos ver por TV oficial a un Firmenich locuaz con 30 años menos. (¡Oh, my God!)
David:
Nunca logré que alguien me explique por qué los milicos que DERROCARON a un gobierno se sintieron obligados a CUMPLIR RELIGIOSAMENTE con los objetivos ‘peronistas’ de ese gobierno, de matar a sus rivales de la interna peronista.
No sé cómo explica la entronización de Martínez de Hoz como presidente efectivo. Así como el hecho de que los principales jefes militares eran antiperonistas de paladar negro, con larga trayectoria en golpes desde 1955.
Es decir, según usted el genocidio lo hicieron la triple A más Firmenich más Massera. Y nadie más.
Un genocidio peronista.
La realidad elevada a la menos uno. Otra vez.
Después podemos seguir revisando la historia con los aviadores peronistas que bombardearon la Plaza de Mayo el 16-6-55 y los policías peronistas que fusilaron y ejecutaron gente en 1956.
Raúl C: Aunque a los montos le cabía, creo que específicamente el discurso del 22 de enero estaba dirigido a los Erpios (¿una tal Viau? ¿Tuma?) por lo de Azul. Lo del tercer Perón es así.
Por ese tercer Perón no pude ser peronista, aunque reivindico el ideario 45/55. Pocos meses después, la JSP Mar del Plata (Huguito «Clarín mentia») firmaba solicitadas junto a la CNU y colaboraba con el buchoneo y «captura» (¿alive?) de los «elementos subversivos».
(1) http://s3.amazonaws.com/ElCaudillo/El+Caudillo+11.pdf
Sí, debía ser más contra el ERP por el golpe de Azul.
No conozco los detalles, pero por las cosas que leí me pareció que en ese momento Perón se hacía una ensalada en la que mezclaba al ERP, la 4ª Internacional trotskista y hasta al mítico Posadas, con otros guerrilleros.
También escuché en esa época que Perón estaba convencido de que si iba a Ezeiza el ERP lo iba a asesinar.
Por otro lado, es cierto que Perón hizo algún intento de ‘contener’ a JP/montoneros, integrarlos de alguna manera. Creo que JP no hubiera tenido problema en entrar en la administración pública, eran políticos, pero Montoneros siguió en ‘la militar’ con los trágicos resultados conocidos (sobre todo, para los perejiles de la JP).
Raúl C:
Vuelvo a recomendarte la lectura del libro de Marina Franco, que narra bien todos esos acontecimientos a los que te refieres. El tema no pasa por distinguir entre peronistas y militares, la cosa es más compleja y yo lo buscaría más por el lado de una concepción -errada- de un mundo bipolar, en constante lucha entre el bien (Occidente) y el mal (el comunismo), que se va a sentir con mayor intensidad por estas tierras a partir del triunfo de la Revolución Cubana.
Sólo una cita más. Como recuerda esa autora, a partir de 1973 se derogó toda la legislación represiva, con exclusión del llamado Decreto Ley de Defensa Nacional ,que había sido el corazón ideológico de la seguridad nacional durante la «Revolución Argentina» y que exponía con toda claridad la articulación entre seguridad y desarrollo, al postular la seguridad nacional como su objetivo central. No sólo se lo dejó vigente, sino que se lo aplicó reiteradamente. (pagina 40).
No tengo dudas de que prácticamente TODA la política argentina de la época estaba dominada por la guerra fría, a través del dominio político de los militares (con el establishment detrás) por sobre los partidos.
En el peronismo se reflejó esto también, pero el peronismo ‘clásico’ trataba de seguir con la tercera posición.
El problema es que entraron en él nuevos jugadores que sí estaban enrolados en los bandos internacionales. López Rega y su banda estaban en uno de ellos, vía Propaganda Due o como se llamara.
En general, era una época en la que cualquiera que fuera o hubiera sido fascista o nazi podía obtener un buen lugar en las filas anticomunistas, ya que ser ‘liberal’ o conservador había dejado de ser garantía suficiente en esa ‘guerra’.
Antes de eso, en los cincuentas, comenzaba la guerra fría y aparecía en el peronismo un señor Apold (cuyo brazo derecho se llamaba ¡oh! Bernardo Neustadt), que metía presos a Osvaldo Pugliese, Hugo del Carril y ‘alias’ Atahualpa Yupanqui. Ya en ese momento había habido ‘entrismo’ del imperio en el peronismo.
Raul, de donde sacaste que la Triple A no atacaba a gente de otros partidos (que no sea el peronista)???
La Triple A atacó a todo lo que oliera a izquierda, guerrillera o no. Eran soldados de la ‘tercera guerra mundial’.
Hubo casos como el de Solari Irigoyen, que era radical, a quien le hicieron el atentado por ser abogado defensor de guerrilleros y NO por ser radical.
Otros abogados fueron amenazados, heridos o muertos, por la misma razón. Sólo si defendían a ‘subversivos’, aunque no formaran parte de las organizaciones.