Los organizadores y vendedores coinciden en que este año en San Cayetano hay muchísima menos gente que el anterior. Aunque cerca de las 10.30 de la mañana había unas seis cuadras de cola para entrar al santuario, frente a la iglesia sobra espacio y se puede caminar libremente: esto, en el 2017, era casi imposible por el tumulto.
Fieles en San Cayetano. (Jorge Sánchez)
Luis Sánchez está desde hace 20 años en el puesto más cercano a la parroquia. Siempre parado en el mismo lugar. «Hay mucha menos gente. No vino ni un cuarto de la gente que vino el año pasado. Creo que es por los aumentos, porque la gente no puede viajar. Algunos tienen que tomar dos colectivos y no los pueden pagar», comenta. En su puesto, la gente busca cosas baratas. «No podés cobrar caro», sostiene. Un imán vale 10 pesos y las velas, 15 pesos.
«¡Pañuelos anti aborto!», grita Pedro. Cada pañuelo celeste vale $ 50. Hasta ahora sólo vendió tres. «La parte del pañuelo verde es más fanática», sostiene. También los vende, pero no acá. Mando hacer 1.000 pañuelos, entre los tres colores. De los verdes, le quedan sólo 40. De los naranjas, 80. De los celestes, 250.
Dos mujeres llevan su pañuelo celeste atado en la muñeca. «El pañuelo me costó dos dientes menos», cuenta Marina Palomo, que participa en la organización de la celebración. «Estaba en la zona de Catedral. Nos juntamos para rezar el rosario. Vino una chica pseudofeminista con el pelo rapado y el pañuelo verde. Iba en bicicleta, me tiró una trompada y se fue», comenta. Marina piensa quedarse todo el día acá y el miércoles a las 10 horas sale en peregrinación hasta el Congreso. «Y si se acoplan los evangelistas somos un montón», asegura.
Fieles en San Cayetano. (Jorge Sánchez)
Luis Sánchez está desde hace 20 años en el puesto más cercano a la parroquia. Siempre parado en el mismo lugar. «Hay mucha menos gente. No vino ni un cuarto de la gente que vino el año pasado. Creo que es por los aumentos, porque la gente no puede viajar. Algunos tienen que tomar dos colectivos y no los pueden pagar», comenta. En su puesto, la gente busca cosas baratas. «No podés cobrar caro», sostiene. Un imán vale 10 pesos y las velas, 15 pesos.
«¡Pañuelos anti aborto!», grita Pedro. Cada pañuelo celeste vale $ 50. Hasta ahora sólo vendió tres. «La parte del pañuelo verde es más fanática», sostiene. También los vende, pero no acá. Mando hacer 1.000 pañuelos, entre los tres colores. De los verdes, le quedan sólo 40. De los naranjas, 80. De los celestes, 250.
Dos mujeres llevan su pañuelo celeste atado en la muñeca. «El pañuelo me costó dos dientes menos», cuenta Marina Palomo, que participa en la organización de la celebración. «Estaba en la zona de Catedral. Nos juntamos para rezar el rosario. Vino una chica pseudofeminista con el pelo rapado y el pañuelo verde. Iba en bicicleta, me tiró una trompada y se fue», comenta. Marina piensa quedarse todo el día acá y el miércoles a las 10 horas sale en peregrinación hasta el Congreso. «Y si se acoplan los evangelistas somos un montón», asegura.