Daniel Scioli, ayer, al ingresar en la Casa de la Cultura de Tandil, donde recibió a la nacion. Foto: LA NACION / Mauro V. Rizzi
TANDIL.- «Yo entiendo a la Presidenta muchas de las cosas que dijo, porque a mí me ha pasado lo mismo: yo también quisiera que me acompañen más», devuelve Daniel Scioli, con la misma expresión vacía que usó el jueves pasado, en el acto en el que Cristina Kirchner lo convirtió en el receptor tácito de una catarata de críticas por no pelear «contra las corporaciones» y hacerse «el idiota» para no defenderla a ella ni al ex presidente Néstor Kirchner.
Como no fue nombrado en ese mensaje, el gobernador no hace ningún esfuerzo por sentirse aludido. Pero no es el único pase de facturas encubierto que Scioli le dedicó a la Presidenta ayer, durante el diálogo con LA NACION y otros medios en Tandil. «Yo nunca fui un negador de la realidad», agrega. Pese a todo, asegura que no va a romper con el kirchnerismo.
Después, deja su módico reclamo electoral cuando se lo consulta si pide lugares para los suyos en las listas oficialistas: «Aspiro a que dentro de la diversidad del Frente para la Victoria se vayan ordenando las respectivas candidaturas».
Siempre esquivo ante las preguntas que exigen definiciones, Scioli sólo abandona los mensajes encriptados para afirmar que no cambiará su estilo de hacer política ni se dejará llevar «por los extremos de la intolerancia de un lado o del otro». Pero sólo se muestra terminante cuando se le pregunta si volverá a ser candidato testimonial por pedido de la Presidenta: «No hay ninguna posibilidad».
Entrevistarse con los medios que el Gobierno detesta se ha convertido en el reflejo que el sciolismo acciona cada vez que se siente acorralado. El otro es apropiarse de las frases de la Presidenta para defenderse con ellas: como cuando recuerda que sus proyectos de ley para descentralizar la administración provincial y la policía -reclamados el jueves por Cristina Kirchner- son frenados por los legisladores kirchneristas.
«La Presidenta hizo reflexiones generales que. Yo estoy muy tranquilo y seguro y confiado en la gestión que estamos haciendo, que ha tenido un gran respaldo para la continuidad. No soy quién para responder a quién se dirigía», es la primera finta que ensaya Scioli sobre el acto del jueves.
-¿Se sintió aludido?
-Mi mayor preocupación en este momento gira en torno del tema docente y la seguridad. Lo que me trae hoy a Tandil, que es abrir una comisaría que la dictadura había cerrado. En estas cuestiones estamos haciendo todos los esfuerzos. Por eso he pedido que se trate en forma urgente la ley de armas. Por eso, en el caso de los gremios docentes, estoy pidiendo la colaboración en línea con la decisión de más de 40 gremios, que han acordado.
-Le hablo del discurso de la Presidenta. ¿Se sintió aludido?
-[Duda] Se refirió a distintos temas. A mí me da la tranquilidad a lo largo de estos diez años que yo vengo acompañando, a mi manera, con mis formas y con las características de mi personalidad, ¿no? Si hay algo que yo he hecho en todos estos años es acompañar en los momentos más duros, porque en las buenas hay muchos que se suman, ¿no?, los exitistas.
-Sin Kirchner, ¿cambió la relación?
-¿Cuántos años hace que estoy trabajando con Cristina? Yo la entiendo: cuando uno gobierna es un trabajo muy difícil, más cuando uno busca no hacer más de lo mismo sino generar cambios. Y todo cambio genera reacciones. A mí me pasa en la provincia: yo también quisiera que me acompañen más. Cuando les puse impuestos a los cables, a las telefónicas, a los pooles de siembra, al juego, cuando actualicé el inmobiliario urbano y el rural. Uno no puede quedar bien con todos. Obviamente, yo nunca fui un negador de la realidad. ¿Cómo voy a negar que hay un problema con la seguridad, que los trabajadores quieran aumentos? Ahora, lo asumo y no estoy para quejarme, estoy para traer soluciones.
-¿Seguirá hablando con opositores?
-Mi responsabilidad institucional me exige hablar con todos los sectores. Siempre lo he hecho. Como vicepresidente hablaba con todos los bloques en el Senado. Fui ministro de Turismo y hablaba con todos. Esa es mi manera de trabajar: buscar unir, comprimir conflictos. Fui hecho así: en las adversidades, en las dificultades que ponen a prueba el temple de una persona. Muchas veces la firmeza está dada por la prudencia, no está dada por la reacción que uno tenga a nivel personal.
-¿Pedirá espacios en las listas provinciales?
-Faltan 20 días para eso. Con todos los temas que estamos hablando no me voy a poner hoy a ver las listas. Obviamente, cualquier gobernador, la Presidenta, los intendentes, quiere tener y espera que sus legisladores, ya sea los más cerca a uno o los que ingresen en la lista, defiendan y lleven adelante la concreción de los proyectos de ley que enviamos. Se habló el otro día de la descentralización: nosotros presentamos la regionalización y no se aprobó. La Presidenta habló de la policía comunal. Nuestro proyecto está desde febrero del año pasado y no se trató.
-Por eso mismo, ¿va a impulsar candidatos propios?
-Yo espero y anhelo que todos los candidatos estén comprometidos y tengan la vocación de dar este debate. Yo aspiro a que dentro de la diversidad del FPV se vayan ordenando las respectivas candidaturas, que todos los que tengan aspiraciones puedan, dentro del FPV, ordenar una propuesta electoral.
-¿Si Cristina se lo pide, va a ser candidato testimonial?
-No hay ninguna posibilidad. Yo tengo mi responsabilidad de ser gobernador. Las candidaturas testimoniales fueron un recurso que se usaron en una situación muy extrema y punto; el resultado fue por todos conocido. Siento que hay una serie de candidatos de los cuales se está hablando que pueden perfectamente llevar adelante esta campaña y va a estar siempre mi compromiso de defender con convicción mi gestión, el trabajo que estamos haciendo en todos los órdenes, las reformas fiscales, financieras, administrativas. Lo primero que yo descentralicé fueron los recursos.
-O sea que va a hacer campaña…
-Significa que voy a defender mi gestión. Veremos cómo se termina resolviendo, ordenando la propuesta electoral. ¿Cómo un gobernador no va a estar activo en campaña?
La interna del macrismo en la provincia de Buenos Aires vive horas de tensión. La urgencia que impone el calendario -el plazo para inscribir alianzas vence dentro de diez días- sumó ayer una dura embestida de los intendentes que buscan un acuerdo con Francisco de Narváez contra los macristas que abogan, en cambio, por una alianza con Sergio Massa, si el intendente de Tigre finalmente rompe con el Gobierno.
«Más allá de algunas declaraciones poco afortunadas, creemos que es fundamental consolidar un frente que pueda ganarle al kirchnerismo, y eso se logra junto a De Narváez», dijo Jorge Macri, durante un acto en San Fernando.
Sin nombrarlos, el intendente de Vicente López apuntó a los funcionarios porteños de la mesa chica de Mauricio Macri que prefieren acordar con Massa. Como para que no quedaran dudas, remató: «Tendemos la mano a Francisco para que juntos volvamos a darle a la provincia una alternativa ganadora».
En el mismo sentido se expresó el intendente de San Isidro, Gustavo Posse, quien, junto con el jefe comunal de Malvinas Argentinas, Jesús Cariglino, integra la tríada de intendentes partidarios de ir con De Narváez.
«Las versiones que surgen de la Capital sobre supuestos contactos con dirigentes prokirchneristas provocan ruido en este armado con Francisco», se quejó Posse. Y remató: «No podemos distraernos. La mejor opción para nosotros es la conformación de un frente con Francisco»..
TANDIL.- «Yo entiendo a la Presidenta muchas de las cosas que dijo, porque a mí me ha pasado lo mismo: yo también quisiera que me acompañen más», devuelve Daniel Scioli, con la misma expresión vacía que usó el jueves pasado, en el acto en el que Cristina Kirchner lo convirtió en el receptor tácito de una catarata de críticas por no pelear «contra las corporaciones» y hacerse «el idiota» para no defenderla a ella ni al ex presidente Néstor Kirchner.
Como no fue nombrado en ese mensaje, el gobernador no hace ningún esfuerzo por sentirse aludido. Pero no es el único pase de facturas encubierto que Scioli le dedicó a la Presidenta ayer, durante el diálogo con LA NACION y otros medios en Tandil. «Yo nunca fui un negador de la realidad», agrega. Pese a todo, asegura que no va a romper con el kirchnerismo.
Después, deja su módico reclamo electoral cuando se lo consulta si pide lugares para los suyos en las listas oficialistas: «Aspiro a que dentro de la diversidad del Frente para la Victoria se vayan ordenando las respectivas candidaturas».
Siempre esquivo ante las preguntas que exigen definiciones, Scioli sólo abandona los mensajes encriptados para afirmar que no cambiará su estilo de hacer política ni se dejará llevar «por los extremos de la intolerancia de un lado o del otro». Pero sólo se muestra terminante cuando se le pregunta si volverá a ser candidato testimonial por pedido de la Presidenta: «No hay ninguna posibilidad».
Entrevistarse con los medios que el Gobierno detesta se ha convertido en el reflejo que el sciolismo acciona cada vez que se siente acorralado. El otro es apropiarse de las frases de la Presidenta para defenderse con ellas: como cuando recuerda que sus proyectos de ley para descentralizar la administración provincial y la policía -reclamados el jueves por Cristina Kirchner- son frenados por los legisladores kirchneristas.
«La Presidenta hizo reflexiones generales que. Yo estoy muy tranquilo y seguro y confiado en la gestión que estamos haciendo, que ha tenido un gran respaldo para la continuidad. No soy quién para responder a quién se dirigía», es la primera finta que ensaya Scioli sobre el acto del jueves.
-¿Se sintió aludido?
-Mi mayor preocupación en este momento gira en torno del tema docente y la seguridad. Lo que me trae hoy a Tandil, que es abrir una comisaría que la dictadura había cerrado. En estas cuestiones estamos haciendo todos los esfuerzos. Por eso he pedido que se trate en forma urgente la ley de armas. Por eso, en el caso de los gremios docentes, estoy pidiendo la colaboración en línea con la decisión de más de 40 gremios, que han acordado.
-Le hablo del discurso de la Presidenta. ¿Se sintió aludido?
-[Duda] Se refirió a distintos temas. A mí me da la tranquilidad a lo largo de estos diez años que yo vengo acompañando, a mi manera, con mis formas y con las características de mi personalidad, ¿no? Si hay algo que yo he hecho en todos estos años es acompañar en los momentos más duros, porque en las buenas hay muchos que se suman, ¿no?, los exitistas.
-Sin Kirchner, ¿cambió la relación?
-¿Cuántos años hace que estoy trabajando con Cristina? Yo la entiendo: cuando uno gobierna es un trabajo muy difícil, más cuando uno busca no hacer más de lo mismo sino generar cambios. Y todo cambio genera reacciones. A mí me pasa en la provincia: yo también quisiera que me acompañen más. Cuando les puse impuestos a los cables, a las telefónicas, a los pooles de siembra, al juego, cuando actualicé el inmobiliario urbano y el rural. Uno no puede quedar bien con todos. Obviamente, yo nunca fui un negador de la realidad. ¿Cómo voy a negar que hay un problema con la seguridad, que los trabajadores quieran aumentos? Ahora, lo asumo y no estoy para quejarme, estoy para traer soluciones.
-¿Seguirá hablando con opositores?
-Mi responsabilidad institucional me exige hablar con todos los sectores. Siempre lo he hecho. Como vicepresidente hablaba con todos los bloques en el Senado. Fui ministro de Turismo y hablaba con todos. Esa es mi manera de trabajar: buscar unir, comprimir conflictos. Fui hecho así: en las adversidades, en las dificultades que ponen a prueba el temple de una persona. Muchas veces la firmeza está dada por la prudencia, no está dada por la reacción que uno tenga a nivel personal.
-¿Pedirá espacios en las listas provinciales?
-Faltan 20 días para eso. Con todos los temas que estamos hablando no me voy a poner hoy a ver las listas. Obviamente, cualquier gobernador, la Presidenta, los intendentes, quiere tener y espera que sus legisladores, ya sea los más cerca a uno o los que ingresen en la lista, defiendan y lleven adelante la concreción de los proyectos de ley que enviamos. Se habló el otro día de la descentralización: nosotros presentamos la regionalización y no se aprobó. La Presidenta habló de la policía comunal. Nuestro proyecto está desde febrero del año pasado y no se trató.
-Por eso mismo, ¿va a impulsar candidatos propios?
-Yo espero y anhelo que todos los candidatos estén comprometidos y tengan la vocación de dar este debate. Yo aspiro a que dentro de la diversidad del FPV se vayan ordenando las respectivas candidaturas, que todos los que tengan aspiraciones puedan, dentro del FPV, ordenar una propuesta electoral.
-¿Si Cristina se lo pide, va a ser candidato testimonial?
-No hay ninguna posibilidad. Yo tengo mi responsabilidad de ser gobernador. Las candidaturas testimoniales fueron un recurso que se usaron en una situación muy extrema y punto; el resultado fue por todos conocido. Siento que hay una serie de candidatos de los cuales se está hablando que pueden perfectamente llevar adelante esta campaña y va a estar siempre mi compromiso de defender con convicción mi gestión, el trabajo que estamos haciendo en todos los órdenes, las reformas fiscales, financieras, administrativas. Lo primero que yo descentralicé fueron los recursos.
-O sea que va a hacer campaña…
-Significa que voy a defender mi gestión. Veremos cómo se termina resolviendo, ordenando la propuesta electoral. ¿Cómo un gobernador no va a estar activo en campaña?
La interna del macrismo en la provincia de Buenos Aires vive horas de tensión. La urgencia que impone el calendario -el plazo para inscribir alianzas vence dentro de diez días- sumó ayer una dura embestida de los intendentes que buscan un acuerdo con Francisco de Narváez contra los macristas que abogan, en cambio, por una alianza con Sergio Massa, si el intendente de Tigre finalmente rompe con el Gobierno.
«Más allá de algunas declaraciones poco afortunadas, creemos que es fundamental consolidar un frente que pueda ganarle al kirchnerismo, y eso se logra junto a De Narváez», dijo Jorge Macri, durante un acto en San Fernando.
Sin nombrarlos, el intendente de Vicente López apuntó a los funcionarios porteños de la mesa chica de Mauricio Macri que prefieren acordar con Massa. Como para que no quedaran dudas, remató: «Tendemos la mano a Francisco para que juntos volvamos a darle a la provincia una alternativa ganadora».
En el mismo sentido se expresó el intendente de San Isidro, Gustavo Posse, quien, junto con el jefe comunal de Malvinas Argentinas, Jesús Cariglino, integra la tríada de intendentes partidarios de ir con De Narváez.
«Las versiones que surgen de la Capital sobre supuestos contactos con dirigentes prokirchneristas provocan ruido en este armado con Francisco», se quejó Posse. Y remató: «No podemos distraernos. La mejor opción para nosotros es la conformación de un frente con Francisco»..