Rumbo a octubre / Debates internos en el oficialismo bonaerense
Viernes 13 de mayo de 2011 | Publicado en edición impresa
Scioli y Moyano, el 29 de abril pasado, durante el acto de la CGT en la avenida 9 de Julio. Foto Archivo
Juan Pablo Morales
LA NACION
Sólo unas horas después de que el taxista Omar Viviani respaldó la candidatura bonaerense de Sergio Massa, Daniel Scioli se encontró con Hugo Moyano. Anteayer, al filo del mediodía, el gobernador habló cara a cara con el jefe de la CGT en una reunión reservada en la Capital, según confirmaron a LA NACION altas fuentes bonaerenses.
En el encuentro se tocaron varios temas, que habían sido acordados el viernes anterior en la recorrida de Scioli con Moyano en General Rodríguez. Pero fue inevitable hablar de política y de candidaturas, en medio de las reacciones por las espinosas declaraciones de Viviani y los movimientos bonaerenses de un sector del moyanismo en favor de Massa. «Se habló de temas importantes para el PJ provincial», informó ayer una importante fuente partidaria que siguió de cerca las negociaciones.
En el encuentro, acordado fuera de agenda pública, hubo un pacto inmediato para intentar bajarle el tono a la división de la CGT en torno de la reelección sciolista. De acuerdo con la versión de fuentes sindicales, Moyano dijo que estaba «sorprendido» por las declaraciones de Viviani. Pero el líder gremial mantuvo una inusual prescindencia en la pelea interna. «No va a tomar partido», insistían hasta anoche hombres de su entorno político cercano.
Esa posición empezó a generar preocupación en la gobernación. A tal punto que Scioli convocó a su equipo político para terminar de planificar lo que ya es una obsesión por estas horas: debilitar el eventual lanzamiento electoral del intendente de Tigre. Scioli no sólo vio a Moyano. Anteayer también habló por teléfono con el intendente de La Plata, Pablo Bruera, y el intendente de Malvinas Argentinas, Jesús Cariglino. Ambos pertenecían al «grupo de los 8», el nucleamiento de jefes comunales díscolos que llegó a amenazar con respaldar el proyecto provincial de Massa. Scioli los venía seduciendo con visitas distritales e invitaciones personales a la gobernación. Ayer aceleró todo tipo de contactos.
La avanzada provocó reacomodamientos. El más explícito fue el de Luis Acuña, intendente de Hurlingham. Estaba especialmente molesto porque en las reuniones entre Massa y Viviani apareció Juan José Alvarez, que ahora se muestra cerca del ex jefe de Gabinete. Alvarez es de Hurlingham y pretende disputar poder con el jefe comunal. «La candidatura de Scioli es inamovible. El lanzamiento de Massa fue inconsulto», dijo Acuña, con especial énfasis. Ayer, en la gobernación se preocuparon especialmente en difundir esos dichos.
También recalcaban la posición de Omar Plaini, jefe del gremio de los canillitas. Después de la reunión reservada de Scioli con Moyano, Plaini fue el vocero oficial del sector de la CGT que apoya al gobernador. «El respaldo a Massa no es un posición de toda la CGT. Yo estoy acompañando a Scioli», aseguró Plaini. Viviani, en cambio, ayer redobló la apuesta: «Massa reveló la intención de ser gobernador. Seguramente hablará con Moyano y lo anunciará».
En Tigre ayer había una particular molestia. Por la mañana, Massa reunió a su equipo político y les pidió que «no hablen más» de la posible interna. El intendente apagó sus teléfonos y se mantuvo en silencio. Sentía que las declaraciones de Viviani lo estaban perjudicando. A fines de mayo decidirá cómo seguir.
Scioli, mientras tanto, aceitó su tercera pata de la estrategia para obturar disputas: complicarle el futuro a Massa en su distrito. La candidatura de Nicolás Scioli es un hecho. Un colaborador del gobernador ayer hizo saber las verdaderas intenciones de ese plan: «Si Massa no se presenta en la interna provincial, Nicolás se baja».
En el camino, Scioli se dedica en público a su principal especialidad: hacer equilibrio. Se reunió con Moyano mientras crecía el malestar de la Presidenta con las presiones de la CGT. Negoció con Juan Carlos Mazzón para convocar a una reunión del PJ nacional para el próximo jueves en La Plata. Y ayer se encargó de respaldar expresamente a la jefa del Estado. «Todos saben, y no tengo que dar examen, de mi compromiso, mi convicción y mi lealtad», dijo a los gritos en Esteban Echeverría.
Viernes 13 de mayo de 2011 | Publicado en edición impresa
Scioli y Moyano, el 29 de abril pasado, durante el acto de la CGT en la avenida 9 de Julio. Foto Archivo
Juan Pablo Morales
LA NACION
Sólo unas horas después de que el taxista Omar Viviani respaldó la candidatura bonaerense de Sergio Massa, Daniel Scioli se encontró con Hugo Moyano. Anteayer, al filo del mediodía, el gobernador habló cara a cara con el jefe de la CGT en una reunión reservada en la Capital, según confirmaron a LA NACION altas fuentes bonaerenses.
En el encuentro se tocaron varios temas, que habían sido acordados el viernes anterior en la recorrida de Scioli con Moyano en General Rodríguez. Pero fue inevitable hablar de política y de candidaturas, en medio de las reacciones por las espinosas declaraciones de Viviani y los movimientos bonaerenses de un sector del moyanismo en favor de Massa. «Se habló de temas importantes para el PJ provincial», informó ayer una importante fuente partidaria que siguió de cerca las negociaciones.
En el encuentro, acordado fuera de agenda pública, hubo un pacto inmediato para intentar bajarle el tono a la división de la CGT en torno de la reelección sciolista. De acuerdo con la versión de fuentes sindicales, Moyano dijo que estaba «sorprendido» por las declaraciones de Viviani. Pero el líder gremial mantuvo una inusual prescindencia en la pelea interna. «No va a tomar partido», insistían hasta anoche hombres de su entorno político cercano.
Esa posición empezó a generar preocupación en la gobernación. A tal punto que Scioli convocó a su equipo político para terminar de planificar lo que ya es una obsesión por estas horas: debilitar el eventual lanzamiento electoral del intendente de Tigre. Scioli no sólo vio a Moyano. Anteayer también habló por teléfono con el intendente de La Plata, Pablo Bruera, y el intendente de Malvinas Argentinas, Jesús Cariglino. Ambos pertenecían al «grupo de los 8», el nucleamiento de jefes comunales díscolos que llegó a amenazar con respaldar el proyecto provincial de Massa. Scioli los venía seduciendo con visitas distritales e invitaciones personales a la gobernación. Ayer aceleró todo tipo de contactos.
La avanzada provocó reacomodamientos. El más explícito fue el de Luis Acuña, intendente de Hurlingham. Estaba especialmente molesto porque en las reuniones entre Massa y Viviani apareció Juan José Alvarez, que ahora se muestra cerca del ex jefe de Gabinete. Alvarez es de Hurlingham y pretende disputar poder con el jefe comunal. «La candidatura de Scioli es inamovible. El lanzamiento de Massa fue inconsulto», dijo Acuña, con especial énfasis. Ayer, en la gobernación se preocuparon especialmente en difundir esos dichos.
También recalcaban la posición de Omar Plaini, jefe del gremio de los canillitas. Después de la reunión reservada de Scioli con Moyano, Plaini fue el vocero oficial del sector de la CGT que apoya al gobernador. «El respaldo a Massa no es un posición de toda la CGT. Yo estoy acompañando a Scioli», aseguró Plaini. Viviani, en cambio, ayer redobló la apuesta: «Massa reveló la intención de ser gobernador. Seguramente hablará con Moyano y lo anunciará».
En Tigre ayer había una particular molestia. Por la mañana, Massa reunió a su equipo político y les pidió que «no hablen más» de la posible interna. El intendente apagó sus teléfonos y se mantuvo en silencio. Sentía que las declaraciones de Viviani lo estaban perjudicando. A fines de mayo decidirá cómo seguir.
Scioli, mientras tanto, aceitó su tercera pata de la estrategia para obturar disputas: complicarle el futuro a Massa en su distrito. La candidatura de Nicolás Scioli es un hecho. Un colaborador del gobernador ayer hizo saber las verdaderas intenciones de ese plan: «Si Massa no se presenta en la interna provincial, Nicolás se baja».
En el camino, Scioli se dedica en público a su principal especialidad: hacer equilibrio. Se reunió con Moyano mientras crecía el malestar de la Presidenta con las presiones de la CGT. Negoció con Juan Carlos Mazzón para convocar a una reunión del PJ nacional para el próximo jueves en La Plata. Y ayer se encargó de respaldar expresamente a la jefa del Estado. «Todos saben, y no tengo que dar examen, de mi compromiso, mi convicción y mi lealtad», dijo a los gritos en Esteban Echeverría.