PEKÍN (AFP).- China, la segunda economía del mundo, registró en 2012 su menor crecimiento en 13 años, un 7,8%, porque la demanda interna no pudo compensar la ralentización de las exportaciones en un contexto de crisis financiera mundial.
El alza del producto bruto (PBI) del gigante asiático había sido de 10,4% en 2010 y de 9,3% en 2011. Durante siete trimestres consecutivos se había producido una disminución en ese crecimiento hasta caer a 7,4% el pasado verano (boreal), cuando se inició una recuperación en el último trimestre de 2012 (+7,9% en cifra interanual), según indicó ayer el gobierno chino. A pesar de que esta tasa de crecimiento en 2012 (+7,8%) es la más baja en China desde 1999, el repunte de la economía en el cuarto trimestre fue bien recibido por la Bolsa de Shanghai, que ayer terminó la sesión en alza de 1,41 por ciento.
Ese repunte debería además permitir una recuperación de la economía china en 2013, aunque según los analistas no será ni muy larga ni muy intensa.
«El entorno económico internacional sigue siendo difícil este año y la economía china aún tiene desequilibrios», admitió el vocero de la Oficina Nacional de Estadísticas, Ma Jiantang, en rueda de prensa.
«Esperamos que el alza del PBI termine en torno de 8,3% en el primer semestre [de 2013] antes de ralentizarse a un 8% en el segundo», dijo por su lado Lu Ting, de Bank of America-Merrill Lynch.
La economía china sigue siendo muy dependiente de la inversión, a pesar de la voluntad de Pekín de reorientarla al consumo interno.
Las inversiones en capital fijo se elevaron así el año pasado a 36,4 billones de yuanes (5,8 billones de dólares), un aumento del 20,6% respecto del año anterior. Esta cifra representa un 70,2% del PBI de China, que se elevó en 2012 a 51,9 billones de yuanes (8,3 billones de dólares o 6,24 billones de euros).
«En la próxima fase, debemos concentrarnos en un cambio de modelo de crecimiento y mejorar la calidad y la eficacia del crecimiento económico», según un comunicado de la oficina de estadísticas.
Para apoyar la actividad durante la transición política en curso en China -marcada por la llegada de nuevos dirigentes al poder, por primera vez en una década- el gobierno lanzó desde mediados de 2012 grandes obras de infraestructura, especialmente en los ferrocarriles.
Estas inversiones son a veces criticadas por los economistas por su poca rentabilidad. Además terminan creando inflación, como lo hizo el programa de reactivación tras la crisis financiera mundial de 2008.
La desaceleración de la economía china se debe en buena parte al freno en el crecimiento del comercio exterior, que pasó de 22,5% en 2011 a 6,2% el año pasado, según las últimas cifras oficiales divulgadas la semana pasada..
El alza del producto bruto (PBI) del gigante asiático había sido de 10,4% en 2010 y de 9,3% en 2011. Durante siete trimestres consecutivos se había producido una disminución en ese crecimiento hasta caer a 7,4% el pasado verano (boreal), cuando se inició una recuperación en el último trimestre de 2012 (+7,9% en cifra interanual), según indicó ayer el gobierno chino. A pesar de que esta tasa de crecimiento en 2012 (+7,8%) es la más baja en China desde 1999, el repunte de la economía en el cuarto trimestre fue bien recibido por la Bolsa de Shanghai, que ayer terminó la sesión en alza de 1,41 por ciento.
Ese repunte debería además permitir una recuperación de la economía china en 2013, aunque según los analistas no será ni muy larga ni muy intensa.
«El entorno económico internacional sigue siendo difícil este año y la economía china aún tiene desequilibrios», admitió el vocero de la Oficina Nacional de Estadísticas, Ma Jiantang, en rueda de prensa.
«Esperamos que el alza del PBI termine en torno de 8,3% en el primer semestre [de 2013] antes de ralentizarse a un 8% en el segundo», dijo por su lado Lu Ting, de Bank of America-Merrill Lynch.
La economía china sigue siendo muy dependiente de la inversión, a pesar de la voluntad de Pekín de reorientarla al consumo interno.
Las inversiones en capital fijo se elevaron así el año pasado a 36,4 billones de yuanes (5,8 billones de dólares), un aumento del 20,6% respecto del año anterior. Esta cifra representa un 70,2% del PBI de China, que se elevó en 2012 a 51,9 billones de yuanes (8,3 billones de dólares o 6,24 billones de euros).
«En la próxima fase, debemos concentrarnos en un cambio de modelo de crecimiento y mejorar la calidad y la eficacia del crecimiento económico», según un comunicado de la oficina de estadísticas.
Para apoyar la actividad durante la transición política en curso en China -marcada por la llegada de nuevos dirigentes al poder, por primera vez en una década- el gobierno lanzó desde mediados de 2012 grandes obras de infraestructura, especialmente en los ferrocarriles.
Estas inversiones son a veces criticadas por los economistas por su poca rentabilidad. Además terminan creando inflación, como lo hizo el programa de reactivación tras la crisis financiera mundial de 2008.
La desaceleración de la economía china se debe en buena parte al freno en el crecimiento del comercio exterior, que pasó de 22,5% en 2011 a 6,2% el año pasado, según las últimas cifras oficiales divulgadas la semana pasada..