El déficit de cuenta corriente se duplicó en 2017 hasta 30.792 millones de dólares ó 4,8% por ciento del PBI, el mayor porcentaje desde 1998, principalmente debido al giro de utilidades, la formación de activos externos, el pago de intereses de la deuda externa y el comercio exterior.
El dato fue difundido en la víspera por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec).
«Estamos viendo, al igual que en 2016, aunque ritmos distintos, que el Estado es el que ingresa los dólares al país para que haya suficicientes para el uso del sector privado. El sector público los ingresa y el privado los saca», resumió a BAE Negocios el economista Martín Kalos, director de EPyCA Consultores.
Kalos precisó que el déficit de cuenta corriente de 2017 fue de 4,831%, levemente inferior al 4,859% de 1998. Para encontrar una cifra que supere con amplitud el número de 2017 hay que remontarse a 1987 y a 1975, cuando el rojo fue de 5,67% y 5,460%, respectivamente. También fueron mayores los registros de los años 1952 (8,26%) y 1951 (7,17%). El registro de 2017 es el sexto mayor desde 1931, comparó el economista.
«Es una magnitud elevada y muy por encima de las proyecciones oficiales, convirtiéndose en el principal factor de vulnerabilidad externa del modelo. No queda claro que se estén generando las condiciones para que esto se revierta en el mediano plazo, como señala el Gobierno», mencionó a este diario Martín Alfie, Economista Jefe de Radar Consultora.
El pago de rentas de la inversión -intereses y pago de utilidades y dividendos- explican la mitad de ese déficit. «Por otro lado, el déficit de bienes se explica 0,9% respecto al año anterior mientras que las importaciones crecieron a un ritmo de 19,6% interanual y arrojaron un déficit de 5.522 millones de dólares. Por su parte, los servicios tuvieron peor desempeño: el déficit llegó a los 9.778 millones de dólares, manteniendo la tendencia de 2016 (-8.190 millones)», detallo la consultora ACM.
Para Alfie, de Radar Consultora, la dependencia de los dólares del endeudamiento para financiar es un símbolo de fragilidad. «Preocupa tanto la magnitud del déficit como su dinámica, sobre todo en un mundo cada vez más convulsionado y a punto de entrar en una «guerra comercial», lo que siembra dudas sobre la capacidad de seguir financiando el desequilibrio», analizó.
Tres por uno
Entre la reinversión de utilidades y el flujo de inversión directa, en el año la inversión real directa fue de 10.689 millones de dólares, mientras que la inversión de cartera alcanzó los 34.661 millones. «Esto implica que ingresaron más de 3,2 dólares de inversión financiera por cada dólar de inversión real. De esta manera se pudo cubrir las necesidades de financiamiento de la cuenta corriente con creces y el resultado fue una acumulación de reservas por parte del BCRA de 15.747 millones», puntualizó ACM.
Kalos consideró que los números de la Balanza de Pagos de 2017 crean preocupacion en el mediano plazo. «Si bien la Inversión Extranjera Directa (IED) crece a buen ritmo, todavia no alcanza para compensar el giro de utilidades, el comercio exterior y la llamada fuga de capitales».
ACM completó que en el año, la posición de inversión internacional se deterioró en 28.981 millones de dólares, llegando a un saldo positivo al cierre del año de 22.499 millones, lo que implica que si este año continúa la misma tendencia, se pasaría a una posición deficitaria. «La explicación en parte de este efecto es debido al incremento de los pasivos que aumentaron 72.647 millones de dólares, de los cuales el Gobierno General explica 37.431 millones», mencionó.
Y completó que la dificultad de continuar con este esquema radica en que la cuenta de intereses siga creciendo y eso genere endógenamente necesidades de financiamiento cada vez más elevadas que induzcan a mayores déficits de cuenta corriente.
El dato fue difundido en la víspera por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec).
«Estamos viendo, al igual que en 2016, aunque ritmos distintos, que el Estado es el que ingresa los dólares al país para que haya suficicientes para el uso del sector privado. El sector público los ingresa y el privado los saca», resumió a BAE Negocios el economista Martín Kalos, director de EPyCA Consultores.
Kalos precisó que el déficit de cuenta corriente de 2017 fue de 4,831%, levemente inferior al 4,859% de 1998. Para encontrar una cifra que supere con amplitud el número de 2017 hay que remontarse a 1987 y a 1975, cuando el rojo fue de 5,67% y 5,460%, respectivamente. También fueron mayores los registros de los años 1952 (8,26%) y 1951 (7,17%). El registro de 2017 es el sexto mayor desde 1931, comparó el economista.
«Es una magnitud elevada y muy por encima de las proyecciones oficiales, convirtiéndose en el principal factor de vulnerabilidad externa del modelo. No queda claro que se estén generando las condiciones para que esto se revierta en el mediano plazo, como señala el Gobierno», mencionó a este diario Martín Alfie, Economista Jefe de Radar Consultora.
El pago de rentas de la inversión -intereses y pago de utilidades y dividendos- explican la mitad de ese déficit. «Por otro lado, el déficit de bienes se explica 0,9% respecto al año anterior mientras que las importaciones crecieron a un ritmo de 19,6% interanual y arrojaron un déficit de 5.522 millones de dólares. Por su parte, los servicios tuvieron peor desempeño: el déficit llegó a los 9.778 millones de dólares, manteniendo la tendencia de 2016 (-8.190 millones)», detallo la consultora ACM.
Para Alfie, de Radar Consultora, la dependencia de los dólares del endeudamiento para financiar es un símbolo de fragilidad. «Preocupa tanto la magnitud del déficit como su dinámica, sobre todo en un mundo cada vez más convulsionado y a punto de entrar en una «guerra comercial», lo que siembra dudas sobre la capacidad de seguir financiando el desequilibrio», analizó.
Tres por uno
Entre la reinversión de utilidades y el flujo de inversión directa, en el año la inversión real directa fue de 10.689 millones de dólares, mientras que la inversión de cartera alcanzó los 34.661 millones. «Esto implica que ingresaron más de 3,2 dólares de inversión financiera por cada dólar de inversión real. De esta manera se pudo cubrir las necesidades de financiamiento de la cuenta corriente con creces y el resultado fue una acumulación de reservas por parte del BCRA de 15.747 millones», puntualizó ACM.
Kalos consideró que los números de la Balanza de Pagos de 2017 crean preocupacion en el mediano plazo. «Si bien la Inversión Extranjera Directa (IED) crece a buen ritmo, todavia no alcanza para compensar el giro de utilidades, el comercio exterior y la llamada fuga de capitales».
ACM completó que en el año, la posición de inversión internacional se deterioró en 28.981 millones de dólares, llegando a un saldo positivo al cierre del año de 22.499 millones, lo que implica que si este año continúa la misma tendencia, se pasaría a una posición deficitaria. «La explicación en parte de este efecto es debido al incremento de los pasivos que aumentaron 72.647 millones de dólares, de los cuales el Gobierno General explica 37.431 millones», mencionó.
Y completó que la dificultad de continuar con este esquema radica en que la cuenta de intereses siga creciendo y eso genere endógenamente necesidades de financiamiento cada vez más elevadas que induzcan a mayores déficits de cuenta corriente.