Por MARIANO PEREZ DE EULATE
Convertido en la estrella agraria de los últimos años en buena parte del país, el cultivo de soja en la provincia de Buenos Aires ha experimentado un impresionante crecimiento en la última década, que se refleja en el aumento del área sembrada, la producción y los rendimientos de esa oleaginosa.
Si se toma como primer dato comparativo la campaña de los años 2000/2001 y se la confronta con la del 2012/2013 (las campañas se miden así porque se siembra en primavera y se cosecha en el otoño siguiente), se concluye que la superficie sembrada entre una y otra campaña casi se triplicó: en la última hubo 4.321.145 hectáreas más donde creció el cultivo, de lo que había en el inicio del siglo.
Como consecuencia obvia de ese aumento de la superficie sembrada también creció la producción de la soja, que pasó de 5.725.568 toneladas en el 2000/2001 a 17.812.808 toneladas en la campaña 2012/2013
En términos totales, las hectáreas sembradas en la última campaña con registros oficiales fueron 6.734.155 (Esa superficie, de todos modos, fue superada por lo que se está terminando de sembrar ahora, con datos que aún no se cerraron del todo, cuya cosecha se recogerá en 2014). En el 2000/2001 la superficie afectada a la soja había sido de 2.413.010 hectáreas. Para tener una idea de lo que significa en términos territoriales ese crecimiento hay que decir que la Provincia tiene una superficie total de unas 30 millones de hectáreas.
Esos números actuales, que casi arañan las 7 millones de hectáreas sembradas, reflejan además que el cultivo de soja representa poco más del 48% de todo lo que se siembra en tierra bonaerense. El resto se lo lleva el trigo, con algo así como 34% del total; el maíz, con un 11% y el girasol, con apenas 7% del total sembrado.
Como consecuencia obvia de ese aumento de la superficie sembrada también creció la producción de la soja, que pasó de 5.725.568 toneladas en el 2000/2001 a 17.812.808 toneladas en la campaña 2012/2013. Se estima que para la campaña que cerrará el año próximo la producción habrá subido a unos 19 o 20 millones de toneladas.
Para hablar de plata, es difícil hacer números porque no todo lo que se trabaja es declarado al cien por ciento. La soja en el mercado internacional vale aproximadamente 500 dólares la tonelada. Los productores locales sufren diversas retenciones, lo que significa un 35% menos de ese valor. A grandes rasgos, según fuentes del ministerio de Asuntos Agrarios provincial consultadas por este diario, un cálculo posible para saber lo que representó en términos monetarios esa producción de la campaña 2012/2013 arroja que en la Provincia se produjo soja por más de 6.200 millones de dólares (a nivel nacional habría oscilado entre 24 mil y 26 mil millones de dólares). La proyección es más optimista para el año que viene.
Más allá de la explosión de la última década, el incremento del cultivo de soja comenzó en la década del 70. En aquel año, según datos aportados por la Dirección Provincial de Estudios y Proyecciones Económicas –dependiente del Ministerio de Economía- el área sembrada con la oleaginosa en la Provincia era de apenas 43.500 hectáreas, con una participación en el total sembrado de 0,5% y una producción en aquella campaña, la de 1969/1970, de sólo 62.300 toneladas. Eran tiempos donde las estrellas eran el trigo y el maíz.
Comparando con los números actuales citados anteriormente se concluye que, desde el 70 hasta hoy, la superficie sembrada aumentó casi 14 veces; la cantidad de toneladas producidas creció casi 25.000% y la participación de la soja en el total sembrado de la provincia subió más de 40 puntos porcentuales.
De hecho, en términos nacionales, el cultivo de soja tiene hoy un papel fundamental en la economía argentina: el país ocupa el cuarto lugar en el mundo como productor de ese grano, el primer lugar como productor de aceite de soja y el segundo en harina de soja. Así, “el yuyo bendito” es el producto de exportación con mayor incidencia en el producto bruto agropecuario del país (casi el 80% va a China, el gran demandante mundial de poroto de soja) y el mayor generador de divisas. Desde el 70 hasta hoy, la superficie sembrada aumentó casi 14 veces; la cantidad de toneladas producidas creció casi 25.000% y la participación de la soja en el total sembrado de la Provincia subió más de 40 puntos porcentuales
Desde el 70 hasta hoy, la superficie sembrada aumentó casi 14 veces; la cantidad de toneladas producidas creció casi 25.000% y la participación de la soja en el total sembrado de la Provincia subió más de 40 puntos porcentuales
De hecho, este sector, que en la última campaña produjo a nivel país algo así como 50 millones de toneladas de soja, transfiere mas del 30% de sus ganancias al Estado en forma de impuesto por exportaciones (las famosas retenciones), lo que da una magnitud de su importancia para las financias públicas argentinas. Y se liquidan en dólares.
La llamada “zona núcleo” aparece como una de las mayores áreas productivas de soja del país, donde se siempre el 84% del cultivo de todo el territorio nacional, según datos públicos del Ministerio de Agricultura de la Nación. El sur de Santa Fe (19%), el sudeste de Córdoba (28%), el norte de Buenos Aires (29%) y el sur de Entre Ríos (8%) son los lugares donde más explotó el “boom sojero”, que se traduce además en la vida diaria de cientos de pueblos y ciudades de esa geografía que experimentan cierta bonanza económica.
En esas zonas, según información reciente de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, durante esta campaña en marcha se ha vuelto a evidenciar un desplazamiento de las superficie de siembra destinada al maíz y al girasol a favor de la soja.
A riesgo de ser muy simplificadores, ese crecimiento de la soja se explica por el gran aumento de la demanda mundial pero también por la introducción en el país de toda una nueva generación tecnológica aplicada a la semilla y a la forma de cultivo, que redundó en el aumento de la productividad y en un mejor aprovechamiento del suelo.
Convertido en la estrella agraria de los últimos años en buena parte del país, el cultivo de soja en la provincia de Buenos Aires ha experimentado un impresionante crecimiento en la última década, que se refleja en el aumento del área sembrada, la producción y los rendimientos de esa oleaginosa.
Si se toma como primer dato comparativo la campaña de los años 2000/2001 y se la confronta con la del 2012/2013 (las campañas se miden así porque se siembra en primavera y se cosecha en el otoño siguiente), se concluye que la superficie sembrada entre una y otra campaña casi se triplicó: en la última hubo 4.321.145 hectáreas más donde creció el cultivo, de lo que había en el inicio del siglo.
Como consecuencia obvia de ese aumento de la superficie sembrada también creció la producción de la soja, que pasó de 5.725.568 toneladas en el 2000/2001 a 17.812.808 toneladas en la campaña 2012/2013
En términos totales, las hectáreas sembradas en la última campaña con registros oficiales fueron 6.734.155 (Esa superficie, de todos modos, fue superada por lo que se está terminando de sembrar ahora, con datos que aún no se cerraron del todo, cuya cosecha se recogerá en 2014). En el 2000/2001 la superficie afectada a la soja había sido de 2.413.010 hectáreas. Para tener una idea de lo que significa en términos territoriales ese crecimiento hay que decir que la Provincia tiene una superficie total de unas 30 millones de hectáreas.
Esos números actuales, que casi arañan las 7 millones de hectáreas sembradas, reflejan además que el cultivo de soja representa poco más del 48% de todo lo que se siembra en tierra bonaerense. El resto se lo lleva el trigo, con algo así como 34% del total; el maíz, con un 11% y el girasol, con apenas 7% del total sembrado.
Como consecuencia obvia de ese aumento de la superficie sembrada también creció la producción de la soja, que pasó de 5.725.568 toneladas en el 2000/2001 a 17.812.808 toneladas en la campaña 2012/2013. Se estima que para la campaña que cerrará el año próximo la producción habrá subido a unos 19 o 20 millones de toneladas.
Para hablar de plata, es difícil hacer números porque no todo lo que se trabaja es declarado al cien por ciento. La soja en el mercado internacional vale aproximadamente 500 dólares la tonelada. Los productores locales sufren diversas retenciones, lo que significa un 35% menos de ese valor. A grandes rasgos, según fuentes del ministerio de Asuntos Agrarios provincial consultadas por este diario, un cálculo posible para saber lo que representó en términos monetarios esa producción de la campaña 2012/2013 arroja que en la Provincia se produjo soja por más de 6.200 millones de dólares (a nivel nacional habría oscilado entre 24 mil y 26 mil millones de dólares). La proyección es más optimista para el año que viene.
Más allá de la explosión de la última década, el incremento del cultivo de soja comenzó en la década del 70. En aquel año, según datos aportados por la Dirección Provincial de Estudios y Proyecciones Económicas –dependiente del Ministerio de Economía- el área sembrada con la oleaginosa en la Provincia era de apenas 43.500 hectáreas, con una participación en el total sembrado de 0,5% y una producción en aquella campaña, la de 1969/1970, de sólo 62.300 toneladas. Eran tiempos donde las estrellas eran el trigo y el maíz.
Comparando con los números actuales citados anteriormente se concluye que, desde el 70 hasta hoy, la superficie sembrada aumentó casi 14 veces; la cantidad de toneladas producidas creció casi 25.000% y la participación de la soja en el total sembrado de la provincia subió más de 40 puntos porcentuales.
De hecho, en términos nacionales, el cultivo de soja tiene hoy un papel fundamental en la economía argentina: el país ocupa el cuarto lugar en el mundo como productor de ese grano, el primer lugar como productor de aceite de soja y el segundo en harina de soja. Así, “el yuyo bendito” es el producto de exportación con mayor incidencia en el producto bruto agropecuario del país (casi el 80% va a China, el gran demandante mundial de poroto de soja) y el mayor generador de divisas. Desde el 70 hasta hoy, la superficie sembrada aumentó casi 14 veces; la cantidad de toneladas producidas creció casi 25.000% y la participación de la soja en el total sembrado de la Provincia subió más de 40 puntos porcentuales
Desde el 70 hasta hoy, la superficie sembrada aumentó casi 14 veces; la cantidad de toneladas producidas creció casi 25.000% y la participación de la soja en el total sembrado de la Provincia subió más de 40 puntos porcentuales
De hecho, este sector, que en la última campaña produjo a nivel país algo así como 50 millones de toneladas de soja, transfiere mas del 30% de sus ganancias al Estado en forma de impuesto por exportaciones (las famosas retenciones), lo que da una magnitud de su importancia para las financias públicas argentinas. Y se liquidan en dólares.
La llamada “zona núcleo” aparece como una de las mayores áreas productivas de soja del país, donde se siempre el 84% del cultivo de todo el territorio nacional, según datos públicos del Ministerio de Agricultura de la Nación. El sur de Santa Fe (19%), el sudeste de Córdoba (28%), el norte de Buenos Aires (29%) y el sur de Entre Ríos (8%) son los lugares donde más explotó el “boom sojero”, que se traduce además en la vida diaria de cientos de pueblos y ciudades de esa geografía que experimentan cierta bonanza económica.
En esas zonas, según información reciente de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, durante esta campaña en marcha se ha vuelto a evidenciar un desplazamiento de las superficie de siembra destinada al maíz y al girasol a favor de la soja.
A riesgo de ser muy simplificadores, ese crecimiento de la soja se explica por el gran aumento de la demanda mundial pero también por la introducción en el país de toda una nueva generación tecnológica aplicada a la semilla y a la forma de cultivo, que redundó en el aumento de la productividad y en un mejor aprovechamiento del suelo.