Pasados los primeros tiempos, donde tal vez la sorpresa esterilizó cualquier posibilidad de reacción, han comenzado a escucharse quejas, a observarse ciertos corcoveos por el diseño electoral de Cristina Fernández para octubre.
El mayor ruido lo hizo, sin dudas, el senador de La Pampa, Carlos Verna. Declinar una candidatura a gobernador en el peronismo no es cosa de todos los días. Verna lo hizo porque la Presidenta le impuso dos nombres en la lista de diputados. Por mucho mas que eso –la designación de Gabriel Mariotto como aspirante a la vicegobernación de Buenos Aires– Daniel Scioli ni pestañeó. Se volvió a montar en la ola, como es su hábito, y hasta convenció a Mariotto para que declarara públicamente que el cargo se lo había ofrecido él mismo. El artillero de la Ley de Medios lo hizo y logró un efecto inevitable: que su declaración pública fuera tomada en broma, como una humorada.
Verna no es la Madre Teresa. No lo es nadie, en verdad, que transita en la Argentina el mundo y el submundo de la política.
Procede de una prolongada carrera legislativa, incluso en los tiempos de la Alianza. Su nombre sonó, como tantos, en la época del escándalo de la ley Banelco. Llegó a gobernador de La Pampa de la mano de Néstor Kirchner en el 2003 con quien labró una relación correcta. Pero también tuvo mas desencuentros que otra cosa con Cristina en la época que compartieron el Senado. Verna asegura que el ex presidente no le hubiera hecho lo que le acaba de hacer la Presidenta. Lo que hizo en tantos distritos: imponer jóvenes de La Cámpora. Fue el caso de María Luz Alonso, una joven de 26 años, con poco curriculum político, adherente a la juventud peronista. La otra imposición fue la de la profesora Silvia Bersanelli, especialista en alumnos con capacidades diferenciadas.
Verna tuvos idas y venidas con los Kirchner desde que volvió al Senado, sobre todo cuando el Gobierno perdió las legislativas del 2009. Su voto se inclinó, sucesivamente, a favor de los K o de la oposición, según su conveniencia. Mas allá de esos zigzagueos, nunca comulgó con el estilo político K. Se le adjudica un comentario lapidario, al respecto: “Los kirchneristas no son discípulos de Perón; lo son de Nerón” habría afirmado durante una comida.
El impacto de su gesto se reflejó en la reacción del Gobierno. Aníbal Fernández, el mejor intérprete de la obediencia debida, reivindicó las facultades de Cristina para hacer lo que hizo. El secretario de Comunicación, Juan Manuel Abal Medina, fue mas audaz: arriesgó que Verna se habría bajado por miedo a una derrota.
No es eso lo que decían hasta ayer las encuestas. Los papeles se quemaron con la renuncia del senador y nadie atina a asegurar que a la candidata a vice, Norma Durango, le de la talla para la pelea por la gobernación. Los radicales pampeanos, con el senador Juan Carlos Marino a la cabeza, han recobrado bríos. La elección en La Pampa se hará de modo simultáneo a la presidencial de octubre.
El caso de Verna se pareció, en alguna medida, al del sindicalista Juan Carlos Schmidt.
El cegetista resignó un lugar en la lista de diputados en Santa Fe por considerarlo indecoroso. Le habían ofrecido el quinto sitio, por debajo de un joven de La Cámpora. Ese joven es el concejal Marcos Cleri, de 31 años, buscado de urgencia por el candidato a gobernador del FPV y jefe del bloque de diputados, Agustín Rossi. Un mérito acumulado en su carrera por Cleri: haber presentado un proyecto en el Concejo Deliberante de Rosario para cambiar el nombre de la calle peatonal, llamada Córdoba, por el del ex presidente Kirchner.
Schmidt es un gremialista muy cercano a Hugo Moyano. La CGT volvió a reunirse ayer para reiterar su protesta por el poco espacio concedido por Cristina en las listas de legisladores. La misma protesta que se viene oyendo desde hace semanas, ahora formalizada en el secretariado cegetista.
Esa protesta denuncia un estado de ánimo, extendido en otros sectores peronistas, aunque también una limitación . La limitación, en el caso del líder camionero, es su situación judicial y el manejo de los tiempos que hace de ella el juez Norberto Oyarbide. Las más sonada de esas causas refiere a la mafia de los remedios. Pero está el exhorto suizo, que la Cancillería se encarga de demorar, que solicita información sobre Moyano a raíz de una investigación sobre lavado de dinero en aquella nación.
Moyano proclamó, en aquella reunión, que el movimiento obrero es invencible en la Argentina. La discusión, a la luz de los sucesos, tal vez no sea esa. Sería, en todo caso, la representatividad del líder camionero y su capacidad real para hacer valer el poder que, asegura, tiene entre manos .
A Moyano le estaría ocurriendo lo mismo que a intendentes y gobernadores disconformes con las decisiones de Cristina. Están a disgusto pero enfrentan la imposibilidad de estar en otro lado. La forma y los tiempos del diseño electoral K lo impidieron: todo fue tramado en secreto y comunicado en el límite de los plazos.
La Presidenta se quejó ayer por la difusión que los medios de comunicación conceden al malestar en sectores peronistas. Acusó a esos medios de rotularla como “cortadora de cabezas” después de haber hablado por años de la existencia de un “doble comando” en el poder. La existencia de ese “doble comando” fue una realidad que chocó contra los ojos de cualquier observador, más allá de la vida interior del matrimonio. El periodismo debería juzgar los actos, las palabras y los gestos públicos del poder. No otra cosa.
Cristina mencionó también, con ironía, la supuesta utopía de los dirigentes que fueron relegados.
Por cierto, no debe haber mucha utopía en ellos . Por cierto, a la política en general y al peronismo le haría falta una renovación. ¿Es La Cámpora la expresión de esa renovación? ¿Lo sería una corporación financiada con dineros del Estado? ¿O se trata sólo de la incondicionalidad que la Presidenta demanda? Esos interrogantes están abiertos. Más, tal vez, que el concepto casi absolutista para comprender el poder y la política que trasunta Cristina.
Aunque no se haya dado cuenta.
El mayor ruido lo hizo, sin dudas, el senador de La Pampa, Carlos Verna. Declinar una candidatura a gobernador en el peronismo no es cosa de todos los días. Verna lo hizo porque la Presidenta le impuso dos nombres en la lista de diputados. Por mucho mas que eso –la designación de Gabriel Mariotto como aspirante a la vicegobernación de Buenos Aires– Daniel Scioli ni pestañeó. Se volvió a montar en la ola, como es su hábito, y hasta convenció a Mariotto para que declarara públicamente que el cargo se lo había ofrecido él mismo. El artillero de la Ley de Medios lo hizo y logró un efecto inevitable: que su declaración pública fuera tomada en broma, como una humorada.
Verna no es la Madre Teresa. No lo es nadie, en verdad, que transita en la Argentina el mundo y el submundo de la política.
Procede de una prolongada carrera legislativa, incluso en los tiempos de la Alianza. Su nombre sonó, como tantos, en la época del escándalo de la ley Banelco. Llegó a gobernador de La Pampa de la mano de Néstor Kirchner en el 2003 con quien labró una relación correcta. Pero también tuvo mas desencuentros que otra cosa con Cristina en la época que compartieron el Senado. Verna asegura que el ex presidente no le hubiera hecho lo que le acaba de hacer la Presidenta. Lo que hizo en tantos distritos: imponer jóvenes de La Cámpora. Fue el caso de María Luz Alonso, una joven de 26 años, con poco curriculum político, adherente a la juventud peronista. La otra imposición fue la de la profesora Silvia Bersanelli, especialista en alumnos con capacidades diferenciadas.
Verna tuvos idas y venidas con los Kirchner desde que volvió al Senado, sobre todo cuando el Gobierno perdió las legislativas del 2009. Su voto se inclinó, sucesivamente, a favor de los K o de la oposición, según su conveniencia. Mas allá de esos zigzagueos, nunca comulgó con el estilo político K. Se le adjudica un comentario lapidario, al respecto: “Los kirchneristas no son discípulos de Perón; lo son de Nerón” habría afirmado durante una comida.
El impacto de su gesto se reflejó en la reacción del Gobierno. Aníbal Fernández, el mejor intérprete de la obediencia debida, reivindicó las facultades de Cristina para hacer lo que hizo. El secretario de Comunicación, Juan Manuel Abal Medina, fue mas audaz: arriesgó que Verna se habría bajado por miedo a una derrota.
No es eso lo que decían hasta ayer las encuestas. Los papeles se quemaron con la renuncia del senador y nadie atina a asegurar que a la candidata a vice, Norma Durango, le de la talla para la pelea por la gobernación. Los radicales pampeanos, con el senador Juan Carlos Marino a la cabeza, han recobrado bríos. La elección en La Pampa se hará de modo simultáneo a la presidencial de octubre.
El caso de Verna se pareció, en alguna medida, al del sindicalista Juan Carlos Schmidt.
El cegetista resignó un lugar en la lista de diputados en Santa Fe por considerarlo indecoroso. Le habían ofrecido el quinto sitio, por debajo de un joven de La Cámpora. Ese joven es el concejal Marcos Cleri, de 31 años, buscado de urgencia por el candidato a gobernador del FPV y jefe del bloque de diputados, Agustín Rossi. Un mérito acumulado en su carrera por Cleri: haber presentado un proyecto en el Concejo Deliberante de Rosario para cambiar el nombre de la calle peatonal, llamada Córdoba, por el del ex presidente Kirchner.
Schmidt es un gremialista muy cercano a Hugo Moyano. La CGT volvió a reunirse ayer para reiterar su protesta por el poco espacio concedido por Cristina en las listas de legisladores. La misma protesta que se viene oyendo desde hace semanas, ahora formalizada en el secretariado cegetista.
Esa protesta denuncia un estado de ánimo, extendido en otros sectores peronistas, aunque también una limitación . La limitación, en el caso del líder camionero, es su situación judicial y el manejo de los tiempos que hace de ella el juez Norberto Oyarbide. Las más sonada de esas causas refiere a la mafia de los remedios. Pero está el exhorto suizo, que la Cancillería se encarga de demorar, que solicita información sobre Moyano a raíz de una investigación sobre lavado de dinero en aquella nación.
Moyano proclamó, en aquella reunión, que el movimiento obrero es invencible en la Argentina. La discusión, a la luz de los sucesos, tal vez no sea esa. Sería, en todo caso, la representatividad del líder camionero y su capacidad real para hacer valer el poder que, asegura, tiene entre manos .
A Moyano le estaría ocurriendo lo mismo que a intendentes y gobernadores disconformes con las decisiones de Cristina. Están a disgusto pero enfrentan la imposibilidad de estar en otro lado. La forma y los tiempos del diseño electoral K lo impidieron: todo fue tramado en secreto y comunicado en el límite de los plazos.
La Presidenta se quejó ayer por la difusión que los medios de comunicación conceden al malestar en sectores peronistas. Acusó a esos medios de rotularla como “cortadora de cabezas” después de haber hablado por años de la existencia de un “doble comando” en el poder. La existencia de ese “doble comando” fue una realidad que chocó contra los ojos de cualquier observador, más allá de la vida interior del matrimonio. El periodismo debería juzgar los actos, las palabras y los gestos públicos del poder. No otra cosa.
Cristina mencionó también, con ironía, la supuesta utopía de los dirigentes que fueron relegados.
Por cierto, no debe haber mucha utopía en ellos . Por cierto, a la política en general y al peronismo le haría falta una renovación. ¿Es La Cámpora la expresión de esa renovación? ¿Lo sería una corporación financiada con dineros del Estado? ¿O se trata sólo de la incondicionalidad que la Presidenta demanda? Esos interrogantes están abiertos. Más, tal vez, que el concepto casi absolutista para comprender el poder y la política que trasunta Cristina.
Aunque no se haya dado cuenta.
El contenido del artículo no parece muy novedoso, ni tampoco la intención que lo subyace, de operar sobre las fracturas internas del peronismo. De su intención, podemos hablar aparte. Pero lo que me rompió los ojos fue lo de los destacados en negrita. Desde la primaria que no leía algo así; no sé cómo se bancan semejante agravio sus lectores.
van der coito está liquidado. cada vez más cerca de majul.