Foto: LA NACION / Mariana Araujo
La siguiente entrevista tuvo lugar en la Casa de Entre Ríos, en el centro porteño.
-En un acto, en 2008, Cristina dice: «Y si algo tengo que agradecerte, gobernador, es la lealtad en el momento más difícil que nos tocó vivir», refiriéndose a la 125. Ahí se estrecha su vínculo con la Presidenta.
-Sí, lo dijo en el bicentenario de Paraná, porque Cristina y la mayoría de los militantes se dieron cuenta de que defiendo como pocos las cosas que son identitarias de este proyecto nacional. No sé cuántos gobernadores se paraban en 2008 donde me paré yo.A pesar de todo eso, por tener diálogo con los productores y con todos, en 2011 saqué el 57%.
-En Entre Ríos, hay algunos indicadores que mejoraron, pero algunas ciudades siguen con mucha pobreza, como Concordia.
-Con la pobreza pasa lo mismo que con la mortalidad infantil: cuando asumimos, teníamos el 13 y pico por mil y bajamos al 10,1. Creo que es la más baja del país. Y la pobreza, nosotros estamos en un 6%, un 5% en Concordia.
-Cinco o seis por ciento. Más no. Hay un núcleo duro de pobreza difícil de combatir.
-¿Y cuánta hay en el país?
-Siete u ocho por ciento. De pobreza extrema, de indigentes.
-Hablemos de Boudou. ¿Cree que le va a afectar la campaña?
-[Inspira hondo] La verdad no lo sé.
-Mire esta foto [él junto a Capitanich] ¿Por qué el elegido para jefe de Gabinete fue él y no usted?
-No, a mí me instalaron. Todavía no sé quién estaba preocupado por instalarme como jefe de Gabinete, pero no fui yo. Si la Presidenta me hubiese convocado [hace la venia] saludo 1, saludo 2 y aceptaba, pero yo no estaba atrás del cargo.
-Se decía que Zannini lo promovía a usted…
-¡Qué sé yo! Salí un día en Clarín y me instalaron. Ponerme como posible jefe de Gabinete sin tener ninguna información es una maniobra de alguien que no me quiere, para perjudicarme.
-Según usted, ¿la maniobra era instalarlo como candidato a jefe de Gabinete, así cuando no lo eligen, queda debilitado?
-Así de claro. Es más: me costó un mal momento con Juan Manuel [Abal Medina], que tengo un aprecio, una relación fraternal. Fue una maniobra muy jodida.
-Pero ese cargo le hubiera dado instalación. Una encuesta de hace más de un mes preguntaba: «Si usted tiene que votar en una interna peronista, ¿qué candidato elegiría?» Scioli primero, con 49,9%. Usted quinto, con 3,4%.
-¿Sabés cuánto tenía Néstor un año antes? No tenía nada. Ocho meses antes, 2%. Falta un año y dos meses para las PASO. Yo me voy a instalar perfectamente. Va a ser presidente quien haya demostrado que transformó la realidad donde gobernó.
-¿Y usted la transformó?
-Entre Ríos es la mejor expresión de la transformación. Es donde más creció el producto bruto: 46%. Un 54% la matrícula estudiantil. Crecimos en turismo, en exportaciones y en tecnología. Es la primera vez que la Argentina entra con dos inyectables en los Estados Unidos.
-O sea que va a nacionalizar el proyecto de Entre Ríos.
-¡Exactamente!
-Ahora mire esta foto [Cristina en un tren nuevo, sonriente con Randazzo]. Cuénteme qué ve.
-Los trenes de Cristina…
-Pero ¿qué más ve en la foto?
-Eso, los trenes de Cristina… Te lo dice un ferroviario: yo viví 22 años en una estación de ferrocarril y soñé este momento.
-¿Así que no le falta nombrar a nadie?
-Yo veo a la Presidenta que transformó la Argentina [se encoge de hombros]. Después sí, está «el Flaco» Randazzo, que hizo lo que haría cualquier ministro a quien la Presidenta le ordena que haga algo. Él ejecutó: Cristina le dijo: «Tomá, ésta es la plata, andá y comprá esto». Y él fue y lo hizo bien.
-O sea que Randazzo fue el cadete de los trenes…
-No me vas a sacar un título [risas].
-También se dijo que había un proyecto de dividir el Ministerio del Interior y Transporte, y que le iban a dar Interior a usted.
-Otra operación política: que yo iba a ser ministro del Interior. Los mismos operadores.
-¿Y quién lo opera? ¿Hay un «macho del off» o fue Magnetto?
-No, puede que haya sido de adentro, que haya algún «machito del off».
-Y pensemos, ¿quién podría ser su «machito»?
-No lo sé. Si lo supiera, no me dura un minuto. Es mi peor defecto: en estas cosas soy calentón y políticamente incorrecto. Hablo desde las tripas. Si supiera, lo escracho mal.
-Seguimos con el álbum. Mire: [Scioli]. ¿Qué ve acá?
-Daniel es presidenciable hace doce o quince años. A pesar de eso, no estamos muy lejos. Va a depender de cómo esté el humor popular con el proyecto nacional.
-¿Usted dice que Scioli no tiene votos propios?
-No, ni yo tampoco. Y otra cosa, y esto sí no lo dice nadie: el que garantiza la continuidad del liderazgo de Cristina después de 2015 soy yo.
-¿Y Scioli?
-No le he escuchado decir nada.
-O sea que usted, aun siendo presidente, tendría una líder.
-Por supuesto.
-¿Algo así como «Urribarri al gobierno, Cristina al poder»?
-Suena más a chicana. El liderazgo de Cristina en la Argentina, en la región y en el mundo es tan importante que a uno lo entusiasma.
-Si Scioli fuera presidente, ¿cómo se imagina el vínculo con Cristina?
-[Piensa] Bastante más distante que conmigo.
-¿Por qué?
-A Scioli le faltan decir algunas cosas más. No dice todo lo que debería decir. Se guarda algunas cosas para que quede el interrogante, que unos y otros estén expectantes, como que puede cumplirles a los dos. No podés quedar bien con todo el mundo. Scioli dice que dialoga con todos. Hace unos días fue al Malba, a una reunión organizada por Magnetto. Claro, somos muy distintos. A mí nunca me invitaría Magnetto. Por algo lo invitan a él. Magnetto se siente más cómodo con él, que siempre le dice que sí a todo el mundo, yo no.
Dejamos acá..
La siguiente entrevista tuvo lugar en la Casa de Entre Ríos, en el centro porteño.
-En un acto, en 2008, Cristina dice: «Y si algo tengo que agradecerte, gobernador, es la lealtad en el momento más difícil que nos tocó vivir», refiriéndose a la 125. Ahí se estrecha su vínculo con la Presidenta.
-Sí, lo dijo en el bicentenario de Paraná, porque Cristina y la mayoría de los militantes se dieron cuenta de que defiendo como pocos las cosas que son identitarias de este proyecto nacional. No sé cuántos gobernadores se paraban en 2008 donde me paré yo.A pesar de todo eso, por tener diálogo con los productores y con todos, en 2011 saqué el 57%.
-En Entre Ríos, hay algunos indicadores que mejoraron, pero algunas ciudades siguen con mucha pobreza, como Concordia.
-Con la pobreza pasa lo mismo que con la mortalidad infantil: cuando asumimos, teníamos el 13 y pico por mil y bajamos al 10,1. Creo que es la más baja del país. Y la pobreza, nosotros estamos en un 6%, un 5% en Concordia.
-Cinco o seis por ciento. Más no. Hay un núcleo duro de pobreza difícil de combatir.
-¿Y cuánta hay en el país?
-Siete u ocho por ciento. De pobreza extrema, de indigentes.
-Hablemos de Boudou. ¿Cree que le va a afectar la campaña?
-[Inspira hondo] La verdad no lo sé.
-Mire esta foto [él junto a Capitanich] ¿Por qué el elegido para jefe de Gabinete fue él y no usted?
-No, a mí me instalaron. Todavía no sé quién estaba preocupado por instalarme como jefe de Gabinete, pero no fui yo. Si la Presidenta me hubiese convocado [hace la venia] saludo 1, saludo 2 y aceptaba, pero yo no estaba atrás del cargo.
-Se decía que Zannini lo promovía a usted…
-¡Qué sé yo! Salí un día en Clarín y me instalaron. Ponerme como posible jefe de Gabinete sin tener ninguna información es una maniobra de alguien que no me quiere, para perjudicarme.
-Según usted, ¿la maniobra era instalarlo como candidato a jefe de Gabinete, así cuando no lo eligen, queda debilitado?
-Así de claro. Es más: me costó un mal momento con Juan Manuel [Abal Medina], que tengo un aprecio, una relación fraternal. Fue una maniobra muy jodida.
-Pero ese cargo le hubiera dado instalación. Una encuesta de hace más de un mes preguntaba: «Si usted tiene que votar en una interna peronista, ¿qué candidato elegiría?» Scioli primero, con 49,9%. Usted quinto, con 3,4%.
-¿Sabés cuánto tenía Néstor un año antes? No tenía nada. Ocho meses antes, 2%. Falta un año y dos meses para las PASO. Yo me voy a instalar perfectamente. Va a ser presidente quien haya demostrado que transformó la realidad donde gobernó.
-¿Y usted la transformó?
-Entre Ríos es la mejor expresión de la transformación. Es donde más creció el producto bruto: 46%. Un 54% la matrícula estudiantil. Crecimos en turismo, en exportaciones y en tecnología. Es la primera vez que la Argentina entra con dos inyectables en los Estados Unidos.
-O sea que va a nacionalizar el proyecto de Entre Ríos.
-¡Exactamente!
-Ahora mire esta foto [Cristina en un tren nuevo, sonriente con Randazzo]. Cuénteme qué ve.
-Los trenes de Cristina…
-Pero ¿qué más ve en la foto?
-Eso, los trenes de Cristina… Te lo dice un ferroviario: yo viví 22 años en una estación de ferrocarril y soñé este momento.
-¿Así que no le falta nombrar a nadie?
-Yo veo a la Presidenta que transformó la Argentina [se encoge de hombros]. Después sí, está «el Flaco» Randazzo, que hizo lo que haría cualquier ministro a quien la Presidenta le ordena que haga algo. Él ejecutó: Cristina le dijo: «Tomá, ésta es la plata, andá y comprá esto». Y él fue y lo hizo bien.
-O sea que Randazzo fue el cadete de los trenes…
-No me vas a sacar un título [risas].
-También se dijo que había un proyecto de dividir el Ministerio del Interior y Transporte, y que le iban a dar Interior a usted.
-Otra operación política: que yo iba a ser ministro del Interior. Los mismos operadores.
-¿Y quién lo opera? ¿Hay un «macho del off» o fue Magnetto?
-No, puede que haya sido de adentro, que haya algún «machito del off».
-Y pensemos, ¿quién podría ser su «machito»?
-No lo sé. Si lo supiera, no me dura un minuto. Es mi peor defecto: en estas cosas soy calentón y políticamente incorrecto. Hablo desde las tripas. Si supiera, lo escracho mal.
-Seguimos con el álbum. Mire: [Scioli]. ¿Qué ve acá?
-Daniel es presidenciable hace doce o quince años. A pesar de eso, no estamos muy lejos. Va a depender de cómo esté el humor popular con el proyecto nacional.
-¿Usted dice que Scioli no tiene votos propios?
-No, ni yo tampoco. Y otra cosa, y esto sí no lo dice nadie: el que garantiza la continuidad del liderazgo de Cristina después de 2015 soy yo.
-¿Y Scioli?
-No le he escuchado decir nada.
-O sea que usted, aun siendo presidente, tendría una líder.
-Por supuesto.
-¿Algo así como «Urribarri al gobierno, Cristina al poder»?
-Suena más a chicana. El liderazgo de Cristina en la Argentina, en la región y en el mundo es tan importante que a uno lo entusiasma.
-Si Scioli fuera presidente, ¿cómo se imagina el vínculo con Cristina?
-[Piensa] Bastante más distante que conmigo.
-¿Por qué?
-A Scioli le faltan decir algunas cosas más. No dice todo lo que debería decir. Se guarda algunas cosas para que quede el interrogante, que unos y otros estén expectantes, como que puede cumplirles a los dos. No podés quedar bien con todo el mundo. Scioli dice que dialoga con todos. Hace unos días fue al Malba, a una reunión organizada por Magnetto. Claro, somos muy distintos. A mí nunca me invitaría Magnetto. Por algo lo invitan a él. Magnetto se siente más cómodo con él, que siempre le dice que sí a todo el mundo, yo no.
Dejamos acá..
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