Los lectores asiduos de mi columna me aprobarán, supongo, si trato de mostrar que escribir regularmente en este diario no es apenas reaccionar a acontecimientos puntuales de la actualidad, sino que hay una cierta coherencia que se desenvuelve en el tiempo. Ahí vamos. A propósito de las elecciones presidenciales en Francia, el 6 de mayo del año pasado expliqué algunas de las razones por las que se podía considerar que los dos principales candidatos, Sarkozy, por la derecha, y Hollande, por el Partido Socialista, se diferenciaban entre sí como un gorro blanco se diferencia de un blanco gorro, traducción de una famosa expresión francesa que se usa para indicar que dos cosas que parecen distintas, en realidad, son iguales. El 2 de diciembre de 2012, mi columna (“Destinos del periodismo”) estuvo consagrada a la visita a la Argentina de Edwy Plenel, director de Mediapart, un diario digital francés de gran prestigio, invitado conjuntamente por el Centro Franco-Argentino de la UBA y por la Maestría en periodismo de mi universidad. Desde su creación en 2008, Mediapart ha protagonizado numerosos episodios de denuncia de corrupción política.
Pocos días después de despedir a Plenel de Buenos Aires, Mediapart publica, el 4 de diciembre, un artículo, firmado por Fabrice Arfi, que afirma que Jérôme Cahuzac, ministro de Presupuesto (en el gobierno francés hay dos ministerios económicos: el de Economía y Finanzas, y el de Presupuesto), tiene desde hace veinte años una cuenta bancaria en Suiza; en otras palabras: el ministro de Presupuesto del gobierno socialista, líder declarado de la lucha contra el fraude, evade impuestos ¡¡de su propio país!! Mediapart hace pública una grabación telefónica en la cual la voz (supuestamente) del ministro Cahuzac menciona su cuenta en Suiza. Ante la denuncia de Mediapart, Cahuzac declara que él “no tiene ni ha tenido nunca una cuenta en Suiza” y ataca judicialmente a Mediapart por difamación. Repite su categórico desmentido ante la Asamblea Nacional el 5 de diciembre.
Comienza entonces el camino judicial. El 15 de marzo, Mediapart anuncia que la Justicia ha podido establecer “científicamente” que la voz de la grabación es la del ministro Cahuzac. El 19 de marzo, Cahuzac renuncia a su cargo de ministro, declarando que eso no cambiaba en nada “su inocencia ni el carácter de calumnia de las acusaciones”. En fin, hace pocos días la revista Le Canard Enchainé anticipó que el ex ministro, en una carta dirigida a los jueces y que él mismo sube después a su blog, había finalmente confesado: “Hoy me he encontrado con los dos jueces. Les he confirmado la existencia de esa cuenta y les he informado que ya he dado las instrucciones necesarias para que la integralidad de los activos depositados en esa cuenta… alrededor de seiscientos mil euros, sea repatriada a mi cuenta bancaria en París”. Se declara devastado por el remordimiento y pide perdón al presidente Hollande, al Primer Ministro, a sus colegas del gobierno, a sus electores y a todos los franceses y francesas.
El caso es interesante porque la fuente inicial de Mediapart podía considerarse potencialmente cuestionable: un memorándum de 2008 escrito por Rémy Garnier, inspector de impuestos hoy jubilado, que en aquella época había consultado ilegalmente el dossier fiscal de Cahuzac, lo cual le había traído problemas con la administración. El abogado de Garnier es Michel Gonelle, ex intendente RPR (derecha chiraquiana) de la ciudad de Villeneuve-sur-Lot, derrotado en 2011… por Jérôme Cahuzac. Gonelle dice no tener idea de cómo la grabación telefónica terminó en manos de Mediapart, pero sugiere que el ex juez Jean-Louis Bruguière debe tener algo que ver con eso. Bruguière fue candidato sarkozista en las elecciones legislativas de 2007, fácilmente vencido por… Jérôme Cahuzac. El episodio, tal vez, se hubiese reducido a un ajuste de cuentas puramente político, sin ningún fundamento. Hasta que el propio ex ministro de Presupuesto confesó su delito de fraude fiscal.
Escribo esta columna (martes 9 de abril) consultando por internet varios diarios franceses y cae una alerta roja de último momento: el Comité Nacional acaba de excluir del Partido Socialista, por unanimidad, a Jérôme Cahuzac, en razón de sus “actos inaceptables para un funcionario de la República y miembro del gobierno…” por “fraude fiscal” y por “sus mentiras al presidente de la República, a la representación nacional y a los franceses”. “Jérôme Cahuzac ha perjudicado gravemente al Partido Socialista y a sus principios.”
A decir verdad, precisamente por razones de principio, la popularidad del presidente Hollande estaba ya en su punto más bajo antes de este episodio. Pero bueno, ciertos escándalos no ayudan.
*Profesor emérito, Universidad de San Andrés.
Un paseo por el mundo de la historieta argentina
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Un aborto secreto, una «mancha «más en el expediente de la princesa Letizia
Pocos días después de despedir a Plenel de Buenos Aires, Mediapart publica, el 4 de diciembre, un artículo, firmado por Fabrice Arfi, que afirma que Jérôme Cahuzac, ministro de Presupuesto (en el gobierno francés hay dos ministerios económicos: el de Economía y Finanzas, y el de Presupuesto), tiene desde hace veinte años una cuenta bancaria en Suiza; en otras palabras: el ministro de Presupuesto del gobierno socialista, líder declarado de la lucha contra el fraude, evade impuestos ¡¡de su propio país!! Mediapart hace pública una grabación telefónica en la cual la voz (supuestamente) del ministro Cahuzac menciona su cuenta en Suiza. Ante la denuncia de Mediapart, Cahuzac declara que él “no tiene ni ha tenido nunca una cuenta en Suiza” y ataca judicialmente a Mediapart por difamación. Repite su categórico desmentido ante la Asamblea Nacional el 5 de diciembre.
Comienza entonces el camino judicial. El 15 de marzo, Mediapart anuncia que la Justicia ha podido establecer “científicamente” que la voz de la grabación es la del ministro Cahuzac. El 19 de marzo, Cahuzac renuncia a su cargo de ministro, declarando que eso no cambiaba en nada “su inocencia ni el carácter de calumnia de las acusaciones”. En fin, hace pocos días la revista Le Canard Enchainé anticipó que el ex ministro, en una carta dirigida a los jueces y que él mismo sube después a su blog, había finalmente confesado: “Hoy me he encontrado con los dos jueces. Les he confirmado la existencia de esa cuenta y les he informado que ya he dado las instrucciones necesarias para que la integralidad de los activos depositados en esa cuenta… alrededor de seiscientos mil euros, sea repatriada a mi cuenta bancaria en París”. Se declara devastado por el remordimiento y pide perdón al presidente Hollande, al Primer Ministro, a sus colegas del gobierno, a sus electores y a todos los franceses y francesas.
El caso es interesante porque la fuente inicial de Mediapart podía considerarse potencialmente cuestionable: un memorándum de 2008 escrito por Rémy Garnier, inspector de impuestos hoy jubilado, que en aquella época había consultado ilegalmente el dossier fiscal de Cahuzac, lo cual le había traído problemas con la administración. El abogado de Garnier es Michel Gonelle, ex intendente RPR (derecha chiraquiana) de la ciudad de Villeneuve-sur-Lot, derrotado en 2011… por Jérôme Cahuzac. Gonelle dice no tener idea de cómo la grabación telefónica terminó en manos de Mediapart, pero sugiere que el ex juez Jean-Louis Bruguière debe tener algo que ver con eso. Bruguière fue candidato sarkozista en las elecciones legislativas de 2007, fácilmente vencido por… Jérôme Cahuzac. El episodio, tal vez, se hubiese reducido a un ajuste de cuentas puramente político, sin ningún fundamento. Hasta que el propio ex ministro de Presupuesto confesó su delito de fraude fiscal.
Escribo esta columna (martes 9 de abril) consultando por internet varios diarios franceses y cae una alerta roja de último momento: el Comité Nacional acaba de excluir del Partido Socialista, por unanimidad, a Jérôme Cahuzac, en razón de sus “actos inaceptables para un funcionario de la República y miembro del gobierno…” por “fraude fiscal” y por “sus mentiras al presidente de la República, a la representación nacional y a los franceses”. “Jérôme Cahuzac ha perjudicado gravemente al Partido Socialista y a sus principios.”
A decir verdad, precisamente por razones de principio, la popularidad del presidente Hollande estaba ya en su punto más bajo antes de este episodio. Pero bueno, ciertos escándalos no ayudan.
*Profesor emérito, Universidad de San Andrés.
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