Diario Crónica, 10 de abril de 2012. Página 9
Diario Tiempo Argentino, 11 de abril de 2012, Página 39
DEL SINDICATO DE PEAJES A LA OPINIÓN PÚBLICA
Como Sindicato Único de Trabajadores de Peajes y Afines somos protagonistas de una situación que desde hace un tiempo a esta parte nos tiene preocupados. Queremos hacer pública nuestra posición respecto de un conflicto que afecta a trabajadores y usuarios, y que ha sido planteado tanto a las empresas del sector como al Órgano de Control de Concesiones Viales (OCCOVI) dependiente de Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios de la Nación.
En un principio el espíritu del cobro de peaje para conservación, mantenimiento y mejora de las rutas, era brindar la seguridad vial necesaria para disminuir al mínimo los accidentes, teniendo como fin último la optimización del servicio y la calidad de vida de la población. Sin embargo hoy no sólo estamos en una situación de precariedad en donde no podemos sostenerlo, sino que éste se degrada día a día. El nivel de desidia por el cual atraviesa la actividad de peajes es tal, que en algunas empresas se paga la factura de luz de los caminos con seis meses de atraso a solo tres días de que se corte el servicio, con el consiguiente peligro que esto podría acarrear para los argentinos. Sólo se realizan las mínimas tareas de desmalezamiento y conservación, debido al incumplimiento del Estado en el pago de las obras realizadas cuyos certificados de finalización de obra han sido presentados por las empresas de la actividad hace más de 6 meses.
La falta de planificación a largo plazo hoy desnuda la ausencia de control estatal y pone en evidencia que si el único criterio para el mantenimiento de las rutas es la rentabilidad empresarial, el propio sistema vial va rumbo al colapso. Se necesitan reglas claras y un fuerte compromiso del Estado, que hoy en día no está cumpliendo con los pliegos de concesión, lo cual determina un perjuicio directo a los trabajadores de la actividad. La labor que en las rutas nacionales se viene realizando desde el 2003, se ha paralizado afectando a usuarios y trabajadores. Nuestra obligación es advertir lo alarmante de esta situación, pues con la paralización de éstas, también se ponen en peligro los puestos de trabajo de nuestros compañeros y la seguridad de la población. No queremos lamentar accidentes por falta de inversión.
Nadie que haya transitado las rutas de nuestro país puede estar ajeno al peligro que presentan muchas de ellas. Sólo a modo de ejemplo nuestro Sindicato viene advirtiendo la falta de señalización adecuada para curvas, la acumulación de agua en la traza, el alambrado discontinuo en zonas rurales, la ausencia de banquinas, entre otras irregularidades. Asimismo los trabajadores de peajes enfrentan a diario un inmenso peligro en sus puestos de trabajo debido a la falta de medidas de seguridad como ser reductores de velocidad, jaulas protectoras, etc. Nos urgen respuestas.
En cinco rutas nacionales nuestros compañeros vienen cobrando sus sueldos hasta en seis cuotas. Particularmente en la empresa H5, cuya concesión recorre la Ruta 5, este mecanismo lleva siete meses y muchos compañeros llevan un retraso en el pago de sus salarios que llega a los dos salarios adeudados. Esta empresa, como otras, viene reclamando que se cumplan los convenios firmados y esgrimen estas excusas perjudicando a los trabajadores, a la hora de cumplir con la Ley. Una compañera, embarazada de siete meses, se acercó a la clínica en la que solía atenderse y se encontró con que le negaron el servicio porque la empresa no hacía los aportes que le retenía en el recibo de sueldo. No podemos permitir que los trabajadores financien a las empresas. Parece ser que la sustentabilidad del sistema de peajes admite desidia, escasa regulación jurídica y falta de control estatal en beneficio de empresarios inescrupulosos, pero no permite que un peajista tenga derecho a la salud o cobre su salario como corresponde.
Como Sindicato tenemos la obligación de velar por el bien de la actividad, porque sobre ella se sustenta la dignidad de nuestras familias. No creemos que el remedio sea cortar rutas ni levantar barreras, pero si consideramos que nuestra situación tiene que llegar a toda la población, porque ésta es también quien utiliza y mantiene nuestras rutas.
Facundo Moyano – Secretario General
Sergio Sánchez – Secretario Gremial
Hernán Torales – Delegado / Empresa H5
Diario Tiempo Argentino, 11 de abril de 2012, Página 39
DEL SINDICATO DE PEAJES A LA OPINIÓN PÚBLICA
Como Sindicato Único de Trabajadores de Peajes y Afines somos protagonistas de una situación que desde hace un tiempo a esta parte nos tiene preocupados. Queremos hacer pública nuestra posición respecto de un conflicto que afecta a trabajadores y usuarios, y que ha sido planteado tanto a las empresas del sector como al Órgano de Control de Concesiones Viales (OCCOVI) dependiente de Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios de la Nación.
En un principio el espíritu del cobro de peaje para conservación, mantenimiento y mejora de las rutas, era brindar la seguridad vial necesaria para disminuir al mínimo los accidentes, teniendo como fin último la optimización del servicio y la calidad de vida de la población. Sin embargo hoy no sólo estamos en una situación de precariedad en donde no podemos sostenerlo, sino que éste se degrada día a día. El nivel de desidia por el cual atraviesa la actividad de peajes es tal, que en algunas empresas se paga la factura de luz de los caminos con seis meses de atraso a solo tres días de que se corte el servicio, con el consiguiente peligro que esto podría acarrear para los argentinos. Sólo se realizan las mínimas tareas de desmalezamiento y conservación, debido al incumplimiento del Estado en el pago de las obras realizadas cuyos certificados de finalización de obra han sido presentados por las empresas de la actividad hace más de 6 meses.
La falta de planificación a largo plazo hoy desnuda la ausencia de control estatal y pone en evidencia que si el único criterio para el mantenimiento de las rutas es la rentabilidad empresarial, el propio sistema vial va rumbo al colapso. Se necesitan reglas claras y un fuerte compromiso del Estado, que hoy en día no está cumpliendo con los pliegos de concesión, lo cual determina un perjuicio directo a los trabajadores de la actividad. La labor que en las rutas nacionales se viene realizando desde el 2003, se ha paralizado afectando a usuarios y trabajadores. Nuestra obligación es advertir lo alarmante de esta situación, pues con la paralización de éstas, también se ponen en peligro los puestos de trabajo de nuestros compañeros y la seguridad de la población. No queremos lamentar accidentes por falta de inversión.
Nadie que haya transitado las rutas de nuestro país puede estar ajeno al peligro que presentan muchas de ellas. Sólo a modo de ejemplo nuestro Sindicato viene advirtiendo la falta de señalización adecuada para curvas, la acumulación de agua en la traza, el alambrado discontinuo en zonas rurales, la ausencia de banquinas, entre otras irregularidades. Asimismo los trabajadores de peajes enfrentan a diario un inmenso peligro en sus puestos de trabajo debido a la falta de medidas de seguridad como ser reductores de velocidad, jaulas protectoras, etc. Nos urgen respuestas.
En cinco rutas nacionales nuestros compañeros vienen cobrando sus sueldos hasta en seis cuotas. Particularmente en la empresa H5, cuya concesión recorre la Ruta 5, este mecanismo lleva siete meses y muchos compañeros llevan un retraso en el pago de sus salarios que llega a los dos salarios adeudados. Esta empresa, como otras, viene reclamando que se cumplan los convenios firmados y esgrimen estas excusas perjudicando a los trabajadores, a la hora de cumplir con la Ley. Una compañera, embarazada de siete meses, se acercó a la clínica en la que solía atenderse y se encontró con que le negaron el servicio porque la empresa no hacía los aportes que le retenía en el recibo de sueldo. No podemos permitir que los trabajadores financien a las empresas. Parece ser que la sustentabilidad del sistema de peajes admite desidia, escasa regulación jurídica y falta de control estatal en beneficio de empresarios inescrupulosos, pero no permite que un peajista tenga derecho a la salud o cobre su salario como corresponde.
Como Sindicato tenemos la obligación de velar por el bien de la actividad, porque sobre ella se sustenta la dignidad de nuestras familias. No creemos que el remedio sea cortar rutas ni levantar barreras, pero si consideramos que nuestra situación tiene que llegar a toda la población, porque ésta es también quien utiliza y mantiene nuestras rutas.
Facundo Moyano – Secretario General
Sergio Sánchez – Secretario Gremial
Hernán Torales – Delegado / Empresa H5