Sobre sindicalismo y política

¿Quién conduce los procesos de cambio político y social? Aun cuando dijésemos que son los trabajadores, la respuesta no alcanza, ya que se discutirá si estos pueden hacerlo desde sus herramientas representativas gremiales o si precisan de la construcción de una conducción política. Sorel, Bernstein, Luxemburgo, Lenin, Trotsky, Gramsci, Mao son algunos de los grandes nombres del pensamiento revolucionario mundial que trataron el tema, tanto teórica cuanto prácticamente. En la historia del peronismo argentino la cuestión no ha resultado más simple. Desde el papel principal que cupo a los sindicatos en los orígenes del peronismo a su institución ideológica como columna vertebral del movimiento político, el sindicalismo ha sido actor clave de la historia peronista. Lo fue en la resistencia, después de 1955 y en el retorno del líder. Pero, se sabe, la historia no siempre fue plenamente armoniosa. Varias veces a lo largo de los años surgieron voces sindicales reclamando una mayor injerencia política en el movimiento y otras tantas la conducción política decidió marcar sus límites. Ello, desde los propios gobiernos de Perón de 1946 a 1955.
El conflicto actual tiene su primera evidencia pública en el acto de River del 15 de octubre de 2010 por el Día de la Lealtad. Moyano reclamó entonces la posibilidad de que un trabajador pudiera llegar a ser presidente. Cristina le contestó allí mismo que ella había trabajado toda su vida. La diferencia era clara. Cuando Moyano dijo un trabajador se refería a un representante sindical (muy probablemente él mismo); la respuesta de la presidenta deshacía el argumento: quien conduce es la política y en este caso ella era una más de los trabajadores. Esa disputa es la que se ha venido desenvolviendo desde entonces. Moyano cree que la única profundización posible de lo hecho hasta aquí es un gobierno de los trabajadores y que algo tal debe ser encabezado por quien los lidera sindicalmente. La presidenta encara la visión de que la conducción de un movimiento político ha de ser política y que esta debe poder trascender toda representación parcial para asumir una perspectiva universal. Como se ve, una cuestión de raíces teóricas muy profundas y frutos prácticos muy concretos. La frase harto transitada de un gobierno para 40 millones de argentinos es muy gráfica al respecto. Pero hay un ejemplo interesante para considerar. Sin salir de la clase trabajadora, Cristina ha señalado varias veces la situación de los trabajadores en situación precaria, desocupados, subocupados, informales, que carecen de representación gremial formal. En tal sentido, es cierta la dificultad que suelen tener las organizaciones sindicales para hacerse cargo de quienes no son sus afiliados directos, a los que en efecto están obligadas a representar y que legítimamente presionan a sus dirigentes para que defiendan sus derechos e intereses.
En síntesis, ¿tiene derecho Moyano a aspiraciones políticas mayores? Sí, sin duda. Se apoya en su lucha y resistencia en los tiempos más duros del neoliberalismo menemista en que muchos colegas suyos se rendían con cierta facilidad al poder del momento, pero también a su capacidad de liderazgo para acompañar las transformaciones de los gobiernos kirchneristas. Pero no alcanza para ello con su lugar sindical. Debe poder dar el salto a la política y asumir una representación que trascienda la gremial inmediata, aun para sus propios representados actuales. El ejemplo cercano (en tiempo y espacio) de Lula es el de un dirigente sindical que llega a la presidencia (del Brasil, nada menos), pero que en el medio se convierte en un dirigente político con un proyecto de país integral. El sueño de varios dirigentes moyanistas de llevar al movimiento obrero de la columna vertebral a la cabeza del organismo político peronista no sucederá por puro trasvasamiento de las organizaciones sindicales. En todo caso, podrá ser por la capacidad de construcción de los liderazgos sindicales en liderazgos políticos.
¿Y tiene derecho la presidenta a reafirmar el lugar político y exigir una idea de conducción? Lo tiene, según se desprende de lo dicho hasta aquí. En todo caso, ambos deberán cuidar que la tensión no dañe un proyecto político que parece ser el único con potencia para transformar una realidad que por décadas ha estado dominada por poderosos grupos concentrados que destruyeron la riqueza del país y el bienestar de su gente. La presidenta se apoya en el 54% de aprobación electoral que obtuvo en octubre pasado, Moyano en su liderazgo movilizador de grandes colectivos obreros. La conducción política ha ido convocando crecientemente a dirigentes sindicales que no quieren una ruptura y ya se habla de un posible cambio en la secretaría general de la CGT para las próximas elecciones. Moyano ha ido tensando más las diferencias y las ha llevado a un plano casi personal. No parece la mejor estrategia para el actual secretario general y seguro no lo es para el proyecto político. En cualquier caso, este tendrá que garantizar la presencia obrera, ya que sin los trabajadores no hay cambio social ni político posible. Sabemos, de todos modos, que la representación política y la representación sindical de los trabajadores no siempre son linealmente idénticas.

Acerca de Nicolás Tereschuk (Escriba)

"Escriba" es Nicolás Tereschuk. Politólogo (UBA), Maestría en Sociologìa Económica (IDAES-UNSAM). Me interesa la política y la forma en que la política moldea lo económico (¿o era al revés?).

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3 comentarios en «Sobre sindicalismo y política»

  1. es bueno el analisis,por claro y suficiente(no demasiado extenso).El concepto de que los liderazgos sidicales deben llegar a ser politicos es muy util.Por eso se impone Cristina.El sindicalismo debiera ser mas renovador y democratico si quiere conquistar votos en el resto de la sociedad.Moyano olvida que quien acuerda con los empresarios es el gobierno.Un gobierno de trabajadores llevaria a una situacion para la que la sociedad argentina no esta preparada,pues acercaria al socialismo.Y ni siquiera percibimos en nuestros sindicalistas actuales verdadero espiritu socialista.Son mas bien empresarios a su modo.

  2. mas alla de ubicar al programa dentro del trabajo opositor,que sigue horadando la piedra,al escuchar el video,cuando Moyano hable de vengativos señalando al gobierno,no falta que tambien se le pueda aplicar el calificativo.Cuando se dice que la CGT es neutral frente a los gobiernos,los enfrentamientos actuales lo desmienten.Incluso se puede hablar de machismo en los dirigentes frenta a una presidente,y resulta ridiculo discutir si el apartamiento empezo antes o despues de N.Kirschner.Cuando se alude al»techo»salarial se deja de lado la solidaridad social y se demuestra que todos corren detras del dinero y del negocio.Resulta por lo menos llamativo que los sindicalistas ahora quieran»defender»a los docentes y aludir a la inflacion,como si fueran lideres de la opo burguesa.Y si hay mas trabajadores que pagan mas impuestos es porque hay mas trabajo,por obra del gobierno nacional…

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