Días atrás, un inteligente embajador europeo en Buenos Aires, me realizó la siguiente pregunta: ¿Sobrevivirá el macrismo a Macri? Por qué un agudo observador extranjero, puede preguntar por el futuro del macrismo y no de Cambiemos, deriva de la historia, que suele ser analizada en función de los ciclos del roquismo, el yrigoyenismo y el peronismo. También de la política contemporánea, en la cual aparecen el alfonsinismo, el menemismo, el kirchnerismo y ahora el macrismo.
En la cultura política argentina, la realidad es que los movimientos o expresiones políticas, han sido definidos en torno a los líderes que los articularon o constituyeron.
Aunque cada expresión política ha tenido su forma de organización particular- el partido en el radicalismo, el movimiento en el peronismo y quizá esté por definirse en el macrismo,- los nombres han personificado y ideas, valores y aspiraciones.
La realidad es que tanto el peronismo como el radicalismo sobrevivieron a sus líderes y fundadores y están con vida y actividad al finalizar la segunda década del siglo XXI.
Mi primer respuestas a mi interlocutor, es que ello dependería el tiempo.
En principio, si hay dos períodos seguidos de Macri en el poder, ello contribuiría a consolidar el macrismo como fuerza política, hoy articulada mediante Cambiemos, donde los socios del PRO son una parte relevante de la su coalición.
Un tercer período del macrismo, con otro presidente que no fuera Macri, seguramente permitirá su consolidación como una fuerza permanente en la política argentina, más allá de la coyuntura o circunstancias.
Un sólo período, haría difícil la consolidación, dos podrían dejar abierta la posibilidad y un tercero, seguramente lo consolidaría.
La génesis del radicalismo y el peronismo fue un proceso, de décadas en el primer caso y de años en el segundo. Pero en ambos, se trató de una fusión entre elementos de la estructura política preexistente y otros nuevos que a través de la irrupción de una fuerza nueva, tuvieron la oportunidad de llegar a la vida política.
Algo similar ha sucedido ahora con el macrismo. El radicalismo y la Coalición Cívica en Cambiemos, son un testimonio de la política preexistente reelaborada en una nueva fuerza, articulada por una coalición.
El PRO a su vez, es un partido donde convergen por un lado gente que proviene del peronismo, el radicalismo y el liberalismo, con personas de la ONG, empresarios y académicos.
Que Cambiemos es una coalición que fusiona elementos de la “vieja” y la “nueva” política, es un hecho. La cuestión de si el PRO es un nuevo intento de restauración conservadora o una expresión de la pos-política, quizás se resuelva asumiendo que posiblemente sea las dos cosas al mismo tiempo.
Pero la respuesta de si el Macrismo sobrevivirá a Macri, no sólo depende de su permanencia en el ejercicio del poder durante más de un período, ya que más allá de los cambios que han tenido lugar, el control del estado sigue siendo determinante para el ejercicio del poder. Depende también de cómo resuelva Macri la cuestión de a través de qué instrumentos articulará la vida de su fuerza política.
El PRO no es un partido político con su vida interna, sus cuerpos orgánicos activos e internas apasionadas. Tampoco es un movimiento, donde convergen expresiones políticas y sociales. El modelo de organización empresaria y la participación en las ONGs, parecen ser notas características como organización política. Pero se trata de un modelo en evolución o elaboración y cómo se resuelva será la segunda clave para que el macrismo sobreviva a Macri.
Rosendo Fraga es director de Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría.
En la cultura política argentina, la realidad es que los movimientos o expresiones políticas, han sido definidos en torno a los líderes que los articularon o constituyeron.
Aunque cada expresión política ha tenido su forma de organización particular- el partido en el radicalismo, el movimiento en el peronismo y quizá esté por definirse en el macrismo,- los nombres han personificado y ideas, valores y aspiraciones.
La realidad es que tanto el peronismo como el radicalismo sobrevivieron a sus líderes y fundadores y están con vida y actividad al finalizar la segunda década del siglo XXI.
Mi primer respuestas a mi interlocutor, es que ello dependería el tiempo.
En principio, si hay dos períodos seguidos de Macri en el poder, ello contribuiría a consolidar el macrismo como fuerza política, hoy articulada mediante Cambiemos, donde los socios del PRO son una parte relevante de la su coalición.
Un tercer período del macrismo, con otro presidente que no fuera Macri, seguramente permitirá su consolidación como una fuerza permanente en la política argentina, más allá de la coyuntura o circunstancias.
Un sólo período, haría difícil la consolidación, dos podrían dejar abierta la posibilidad y un tercero, seguramente lo consolidaría.
La génesis del radicalismo y el peronismo fue un proceso, de décadas en el primer caso y de años en el segundo. Pero en ambos, se trató de una fusión entre elementos de la estructura política preexistente y otros nuevos que a través de la irrupción de una fuerza nueva, tuvieron la oportunidad de llegar a la vida política.
Algo similar ha sucedido ahora con el macrismo. El radicalismo y la Coalición Cívica en Cambiemos, son un testimonio de la política preexistente reelaborada en una nueva fuerza, articulada por una coalición.
El PRO a su vez, es un partido donde convergen por un lado gente que proviene del peronismo, el radicalismo y el liberalismo, con personas de la ONG, empresarios y académicos.
Que Cambiemos es una coalición que fusiona elementos de la “vieja” y la “nueva” política, es un hecho. La cuestión de si el PRO es un nuevo intento de restauración conservadora o una expresión de la pos-política, quizás se resuelva asumiendo que posiblemente sea las dos cosas al mismo tiempo.
Pero la respuesta de si el Macrismo sobrevivirá a Macri, no sólo depende de su permanencia en el ejercicio del poder durante más de un período, ya que más allá de los cambios que han tenido lugar, el control del estado sigue siendo determinante para el ejercicio del poder. Depende también de cómo resuelva Macri la cuestión de a través de qué instrumentos articulará la vida de su fuerza política.
El PRO no es un partido político con su vida interna, sus cuerpos orgánicos activos e internas apasionadas. Tampoco es un movimiento, donde convergen expresiones políticas y sociales. El modelo de organización empresaria y la participación en las ONGs, parecen ser notas características como organización política. Pero se trata de un modelo en evolución o elaboración y cómo se resuelva será la segunda clave para que el macrismo sobreviva a Macri.
Rosendo Fraga es director de Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría.