Las sociedades de bolsa primero le fueron cerrando las cuentas a las cooperativas y mutuales, y ahora le llegó el turno a los importadores. «Es una forma de colaborar con el gobierno y evitar problemas futuros, aún teniendo todo en regla», precisa uno de los grandes agentes bursátiles del Merval que, al igual que la mayoría de sus colegas, dejó de abrirles cuentas a los importadores. Y a los antiguos clientes del rubro no le hacen más operaciones debido a la desprolijidad contable que presentaron.
Estiman en el mercado que el 70% del volumen que operaron los importadores durante el primer semestre del año fueron facturas duplicadas o falsas. Hay un tema legal muy complejo: las importaciones truchas. Hace meses, había una cantidad enorme de empresas que hacían eso: «De pronto apareció una manada importante de gente con sociedades importadoras que mucha razón de existir no tenían. Giraban dinero y cuando les pedías el motivo de la compra del CCL tenían facturas que no eran reales. Por ende, las sociedades de bolsa más tradicionales, aún cumpliendo todo los requisitos, no le abren más cuentas a las empresas que prestan servicios de importación, y a las que ya tienen abierta no se les opera. Como siempre pasa, por culpa de algunos vivos, pagan los pocos sinceros y prolijos de cada rubro, pero eso siempre funcionó así», detallan.
En la City se comenta de muchísimos casos de importadores que jamás se dedicaron a eso y, de repente, desde enero de este año aparecieron importadores por todos lados. Era más que obvio la evasión que hacían: «Es lo que sucede siempre en todo rubro: se ceban y ensucian la actividad. Será trabajo de AFIP ver todo lo que haya sido real o no», revelan.
Lo cierto es que la CNV va exigiendo y pidiendo más control riguroso al perfecto conocimiento del cliente, lo que trajo como consecuencia que las cooperativas, mutuales e importadores tengan las puertas cerradas a bancos y sociedades de bolsa: «Como hay muchísima cautela se trata siempre de evitar ser corresponsable de lo que haga mal tu cliente. El grifo hacia ellos el BCRA lo cerró porque detectó infinita cantidad de facturas fantasmas, por eso trataron de ir por el mercado de capitales», aseguran.
Diego Pérez Santisteban, presidente de la Cámara de Importadores, advierte que estos casos «no son importadores, sino que se disfrazan de importadores para consumar delitos, que es otra cosa. El uso del contado con liqui para las importaciones es marginal, y siempre debido a situaciones comerciales puntuales, que tienen que ver con exigencias de los proveedores, de adelantamientos de pagos que no están en fecha, que si no se realizan el importador se enfrenta a perder al proveedor».
Lo cierto es que el sobrecosto de acudir al contado con liqui no es del 40%, pese a que el blue chip cotiza a $ 11,92 contra $ 8,51 del dólar oficial. Ocurre que los derechos por importación, más los impuestos, pueden llegar a duplicar el precio final del producto, que se paga al tipo de cambio oficial. Por lo tanto, la mitad del costo total se paga a un conti con liqui de $ 11,92, pero la otra mitad a dólar oficial de $ 8,51, con lo cual el dólar intermedio que surge para la operación es de $ 10,21: sólo 20% más.