Solá: «Jugar a la polarización es no preparar el 2015»

Felipe Solá no tiene dudas. «Jugar a la polarización es no preparar el 2015. Es querer ganar a cualquier costo, sin ver lo que pasa después», sostiene el ex gobernador bonaerense, para quien «la actitud que algunos llaman tibia, es moderada, pero es más realista que la otra». Sin embargo, el diputado nacional sí coincide con quienes hablan de agotamiento. «No compro el Kretina con K, pero creo que el gobierno envejece de muchas cosas, de verticalismo, de autoridad mal entendida, de falta de debate y negación del otro», enumera.
Solá se fue del oficialismo en pleno conflicto con el campo, en 2008. Ganó en las legislativas de 2009 aliado con Francisco De Narváez y Mauricio Macri, pero tras la muerte de Néstor Kichner, dejó el PJ disidente. «Hay una buena parte de la sociedad que tiene odio y que está siendo buscada por un peronismo, no sé si llamarle federal o cómo», asegura quien reivindica que «se puede ser peronista, superar a la etapa K, aprender de la etapa K y preparar un gobierno para 2015 que sea mayoritario, nacional y popular».
–¿Qué piensa de la foto de Córdoba, que unió a José Manuel De la Sota, Hugo Moyano y Roberto Lavagna?
–No tengo ninguna crítica. Hay gente que respeto mucho y otra que no. Pero la verdad es que el discurso apunta a la gente que quiere borrar del mapa lo hecho por el gobierno. Hasta hace un tiempo De la Sota mantenía la idea de no hacer el juego al «gorilaje», pero ahora apunta a otra cosa. Evidentemente, los asesores de imagen les habrán dicho, con sus razones científicas, «hay dos polos, no busquen un tercero».
–¿Hay más que dos extremos?
–Mi idea es que la mitad del país está dividida y la otra no. Una parte vota al gobierno y otra no, pero no están divididos. Lo que pasa es que la mitad dividida es muchísimo, es lo que vemos. No vas a ver al manso. Ves odio y talibanes. Si De Narváez o De la Sota quieren ser Capriles, problema de ellos. Yo no juego ese juego, Venezuela tuvo muchas guerras civiles. Si vos no podés solucionar el problema de los tuyos, dividir es al pedo.
–¿Cómo percibe al gobierno?
–Mi teoría es que el gobierno se siente acosado y descuenta que Cristina no puede seguir después de 2015. Y el acoso suele generar el «de esto no se habla». Veo a los arietes ofensivos del gobierno a la defensiva. Veo gente muy callada, por orden de la Presidenta o por miedo a ella.
–¿Qué opina de los que hablan de un fin de ciclo?
–El kirchnerismo es la primera minoría más organizada del país. Cuando hablo sobre primera minoría, me refiero a tener menos del 50% de los votos. Pensar que el kirchnerismo se asustó y se va es una estupidez.
–¿Cómo evalúa a la presidenta?
–Me parece que la figura estelar absoluta del conductor (Cristina Fernández) está llena de energía todavía. No hay fatiga y me llama la atención, porque veo fatiga en gente que todavía no empezó a laburar. Pero la conductora no sigue y hay que preparar el nuevo escenario, después es tarde.
–En pocos días deben presentarse las listas para las primarias, pero no hay un panorama claro de las alianzas.
–Muy pocas veces hemos llegado a una fecha límite con tan poca información del lado oficial y del lado de la oposición. Están todos mirando al otro y mirándose. Mucho póker. Igual, en el lado en que estoy lo que importan son las alianzas de personas y no de partidos.
–¿Está esperando a Sergio Massa?
–Es el que falta para completar este tablero. Cambia todo si compite. Yo no puedo hablar por Massa, puedo hablar de Massa. No creo que sepa perfectamente lo que va a hacer, creo que tiene ciertas dudas. Se va acortando el tiempo, pero he aprendido a convivir con esa incertidumbre y a trabajar por mi candidatura, porque si Massa no se lanza, yo voy a seguir.
–Se fue del kirchnerismo en 2008 y entre el Bicentenario y la muerte de Kirchner pareció que podía volver al oficialismo.
–Me afectó mucho la muerte de Kirchner. Yo era el presidente de bloque del Peronismo Federal y veía las cosas distintas a los muchachos de mi bloque. Encontré una actitud de viudez, de extrañar la década de los ’90 y reaccionaria. Rescato a mucha gente, pero yo me fui por eso. Fueron muy comprensivos conmigo. De golpe ví una forma de hacer política por parte de la oposición totalmente equivocada, recurriendo todo el tiempo a la justicia, enredándose en lo que se podría llamar «la defensa de las instituciones». Y si caemos todo el tiempo en eso, olvidamos la calle. Muy pocas veces hubo tanta separación entre la calle como la que tiene la oposición.
–¿Está de acuerdo con el «baño de reconciliación» que pidió De la Sota?
–Me parece que De la Sota vuelve a los ’70 para demostrarle a la gente que él es capaz de pelearse con ‘los montoneros de hoy’, de los sexagenarios montoneros de hoy. Me parece lamentable, lamentable, lamentable.
–¿Cuál cree que es el futuro de Macri?
–Tiene buenas calidades humanas. Mi visión de país es totalmente distinta a la suya, es muy esquemático y nunca va a entender al peronismo. Tiene virtudes, ha construido un partido de derecha, algo importante para afianzar la democracia. Tiene una mala gestión, muy activa, pero con errores muy groseros, posiblemente basados en lo ideológico, pero no puede salir plenamente al interior porque no tiene una gestión para mostrar. Además, el gobierno nacional lo eligió de rival y le hizo la vida imposible.
–¿De Narváez es una opción peronista?
–Es una solución bonaerense para los candidatos a presidente. No es rival para 2015, tiene plata y con apoyarlo a él basta y no hace falta una enorme estructura política como la que es necesaria en la provincia si uno empieza de cero. De Narváez es todo eso para el candidato a presidente que viene de afuera. O de adentro, como Scioli. Es un comodín importante.
–¿Entonces a Daniel Scioli lo ve adentro del kirchnerismo?
–No lo sé. Él ha permitido que su tesorería se volviera totalmente vulnerable a través de estos años. Pero el gobierno le ha hecho cosas impensables en otros años. Ya el aguante de Scioli no es cobardía, dura tanto que es una estrategia política sólida. Pero con una estrategia no alcanza, hace falta accionar en positivo y Scioli no lo puede hacer. Está en una situación muy delicada. «
Macri y la Justicia
–¿Qué piensa de la reforma judicial?
–Estoy en contra. Me parece que no es la democratización de la justicia. Se cometió un error, es darle demasiado en términos de consejeros al que saque la primera minoría, no la mayoría. Y se reducen los dos tercios de la mayoría simple. Eso lo hace indigerible. Yo no hubiera hecho más cámaras de Casación porque alejan de la sentencia final a la gente. Hay algo que es descalificador, que es la exigencia de 18 distritos como partido para llevar candidatos a consejeros. No puede ser que un partido con cinco distritos pueda llevar un candidato a presidente y no uno a Consejero.
–Se cumplió un mes de la represión en el Borda. ¿Qué lectura hace de lo ocurrido?
–Es producto de la falta de experiencia democrática, de tolerancia y de entender qué es la policía. Si es la fuerza para repeler a los que protestan, entonces la Metropolitana va a ser la policía del régimen, en lugar de ser la policía del Estado. Ni Macri ni el ministro Guillermo Montenegro tienen la menor idea de lo que es manejar la policía en la calle.

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