Los reguladores de Estados Unidos y del Reino Unido publicaron extensas transcripciones de las salas de chat que utilizaban los operadores para manipular los tipos de cambio y realizar prácticas de ventas falsas para engañar a sus clientes.
Ellos los conocían como el Cartel o la Mafia. Esos apodos tan poco sutiles pertenecían a un grupo de operadores que, en algún momento, trabajaron al menos para uno de los cinco bancos Citigroup, JPMorgan, UBS, RBS y Barclays que ayer llegaron a un acuerdo con los reguladores por supuestamente haber manipulado los mercados cambiarios.
Como parte de los acuerdos, el Departamento de Servicios Financieros del Estado de Nueva York (DSFENY) dio a conocer transcripciones de las salas de chat que utilizaban esos operadores mientras intentaban manipular los mercados de divisas.
Sólo se podía ser miembro de la sala de chat por medio de una invitación. Un operador de Barclays, Chris Ashton, en 2011 estaba desesperado por participar de ese chat. Después de conversaciones sobre si el operador «agregaría valor», fue aceptado por un período de prueba de un mes, pero le advirtieron: «Si lo estropeas, vas a tener que dormir con un ojo abierto». El operador pasó la «prueba», pero sólo perteneció a la sala de chat hasta que fue cerrada en 2012.
Los operadores usaban varias estrategias para tratar de manipular, según el DSFENY.
Un método, llamado «acumular municiones» consistía en armar una posición grande en una moneda y luego descargarla justo antes o durante el «período de fijación», el pequeño lapso de tiempo en el que se produce un precio promedio al cual después se ejecutan las transacciones grandes en un intento por mover el precio favorablemente.
El 6 de enero de 2012, el jefe de la mesa de cambios spot de Barclays en Londres intentó manipular la tasa de referencia fijada por el Banco Central Europeo descargando 500 millones de euros. Escribió en la sala de chat Cartel «Ahorré 500 en el último segundo» y en otro: «Tenía 500 para interferir».
Otra manera era acordar entre los operadores de bancos rivales de no cruzarse entre sí en el período de fijación.
En un chat de diciembre de 2011, un operador de Barclays le dijo a otro de Citigroup: «Si fueran más grandes. Se saldrá del camino… Te vamos a ayudar».
Otro ejemplo se observa cuando operadores del tipo de cambiario real brasileño/dólar estadounidense se complotaron para manipularlo acordando boicotear a los brokers locales para reducir la competencia. En octubre 2009, un operador de Royal Bank of Canada escribió: «¿Todos están de acuerdo en no aceptar un jugador local como broker?» Un operador del mercado cambiario le respondió: «sí, cuanto menos competencia, mejor».
Hubo numerosas ocasiones desde al menos 2008 hasta 2014 en que empleados de Barclays del equipo de venta de divisas engañaron a clientes aplicando «fuertes subas» a las cotizaciones que los operadores le daban al equipo de ventas.
El nivel de suba de precios estaba determinado por el cálculo del mejor precio que podía conseguir Barclays sin generar dudas al cliente sobre si ejecutar o no la operación con el banco.
Esos sobreprecios fueron una fuente de ingresos clave para Barclays, y generarlos era alta prioridad para los gerentes de ventas. Tal como escribió en un chat el vicepresidente de Barclays en Nueva York (que luego fue codirector de ventas británicas de hedge funds con exposición cambiaria) en noviembre de 2010: «el sobreprecio te garantiza que tomas la decisión correcta sobre el precio . . .que es el peor precio que puedo fijar para que no cambie la decisión de los clientes de operar conmigo y darme negocios en el futuro… si no estás engañando, no estás intentando….
Ellos los conocían como el Cartel o la Mafia. Esos apodos tan poco sutiles pertenecían a un grupo de operadores que, en algún momento, trabajaron al menos para uno de los cinco bancos Citigroup, JPMorgan, UBS, RBS y Barclays que ayer llegaron a un acuerdo con los reguladores por supuestamente haber manipulado los mercados cambiarios.
Como parte de los acuerdos, el Departamento de Servicios Financieros del Estado de Nueva York (DSFENY) dio a conocer transcripciones de las salas de chat que utilizaban esos operadores mientras intentaban manipular los mercados de divisas.
Sólo se podía ser miembro de la sala de chat por medio de una invitación. Un operador de Barclays, Chris Ashton, en 2011 estaba desesperado por participar de ese chat. Después de conversaciones sobre si el operador «agregaría valor», fue aceptado por un período de prueba de un mes, pero le advirtieron: «Si lo estropeas, vas a tener que dormir con un ojo abierto». El operador pasó la «prueba», pero sólo perteneció a la sala de chat hasta que fue cerrada en 2012.
Los operadores usaban varias estrategias para tratar de manipular, según el DSFENY.
Un método, llamado «acumular municiones» consistía en armar una posición grande en una moneda y luego descargarla justo antes o durante el «período de fijación», el pequeño lapso de tiempo en el que se produce un precio promedio al cual después se ejecutan las transacciones grandes en un intento por mover el precio favorablemente.
El 6 de enero de 2012, el jefe de la mesa de cambios spot de Barclays en Londres intentó manipular la tasa de referencia fijada por el Banco Central Europeo descargando 500 millones de euros. Escribió en la sala de chat Cartel «Ahorré 500 en el último segundo» y en otro: «Tenía 500 para interferir».
Otra manera era acordar entre los operadores de bancos rivales de no cruzarse entre sí en el período de fijación.
En un chat de diciembre de 2011, un operador de Barclays le dijo a otro de Citigroup: «Si fueran más grandes. Se saldrá del camino… Te vamos a ayudar».
Otro ejemplo se observa cuando operadores del tipo de cambiario real brasileño/dólar estadounidense se complotaron para manipularlo acordando boicotear a los brokers locales para reducir la competencia. En octubre 2009, un operador de Royal Bank of Canada escribió: «¿Todos están de acuerdo en no aceptar un jugador local como broker?» Un operador del mercado cambiario le respondió: «sí, cuanto menos competencia, mejor».
Hubo numerosas ocasiones desde al menos 2008 hasta 2014 en que empleados de Barclays del equipo de venta de divisas engañaron a clientes aplicando «fuertes subas» a las cotizaciones que los operadores le daban al equipo de ventas.
El nivel de suba de precios estaba determinado por el cálculo del mejor precio que podía conseguir Barclays sin generar dudas al cliente sobre si ejecutar o no la operación con el banco.
Esos sobreprecios fueron una fuente de ingresos clave para Barclays, y generarlos era alta prioridad para los gerentes de ventas. Tal como escribió en un chat el vicepresidente de Barclays en Nueva York (que luego fue codirector de ventas británicas de hedge funds con exposición cambiaria) en noviembre de 2010: «el sobreprecio te garantiza que tomas la decisión correcta sobre el precio . . .que es el peor precio que puedo fijar para que no cambie la decisión de los clientes de operar conmigo y darme negocios en el futuro… si no estás engañando, no estás intentando….