Los usuarios de algunos barrios del Gran Buenos Aires sufrieron un fuerte incremento en sus boletas de energía eléctrica, al comenzar a aplicarse la eliminación del subsidio del Estado nacional. Sin embargo, aunque algunos aumentos llegan al 500 por ciento, los montos siguen siendo muy inferiores a los de otros lugares del país como la provincia de Córdoba.
Según un ejemplo que difundió el diario La Nación , un hogar del barrio de Núñez en Capital Federal, por un consumo bimestral de 570 kilovatios debe pagar a Edenor 61,71 pesos si pide mantener el subsidio y 364,25 pesos (490 por ciento más) si se le quita el beneficio.
Estos valores están muy lejos de lo que paga un usuario de Córdoba. Para un período similar, en la ciudad capital se abonaron 341,10 pesos por un consumo de 642 kilovatios. Si a este monto se le agrega el subsidio del Estado nacional (Epec todavía no estableció a quién se lo quitará) el total sería de 602,45 pesos. Esta boleta incluye el incremento de la tarifa de 15 por ciento desde el 1° de diciembre (la mitad del período facturado). A este aumento se le agregará otro de 11,3 por ciento a partir de los consumos de marzo.
La propia factura de Edenor le explicita al usuario que por el mismo consumo en Epec debería pagar 520,41 pesos y en EPE (Santa Fe) 456,08 pesos.
Situaciones desparejas. En la boleta se pueden ver las diferencias en los distintos rubros que componen el monto final que debe pagar el usuario, las cuales obedecen a razones más estructurales.
En su factura bimestral, este usuario de Edenor paga un cargo fijo de 15,76 pesos por 60 días. En cambio, en Epec, este monto es de 23,32, más dos cargos transitorios por obras de 4,58 pesos y 5,66 pesos. En total son 33,56 pesos. Para comparar, empresas como EPE (Santa Fe) o Edesal (San Luis) también tienen valores distintos: 36,16 y 4,68 pesos, respectivamente.
El otro componente de la tarifa, el costo del kilovatio consumido también tiene una gran disparidad. Al usuario de Capital Federal, Edenor le factura 0,3650 peso por kilovatio (ó 0,042 con el subsidio nacional).
En cambio, Epec cobra un valor escalonado para el consumo. En el ejemplo, por los primeros 240 kilovatios la tarifa es de 0,7113 peso; para los siguientes 160 kilovatios, 0,8898 peso; y para los últimos, 0,9057 peso.
En Santa Fe, la EPE también aplica tarifas escalonadas: por los primeros 120 kilovatios, 0,50823 peso; por los segundos 120, 0,55325 peso y por los últimos, 0,7216 peso. En San Luis, se cobra 0,51 por kilovatio.
En todos los casos, los valores en las provincias (sin subsidio nacional) son superiores.
Costos estructurales. ¿Cómo se explican estas disparidades? En primer lugar, hay que tener en cuenta que las tarifas de electricidad tienen, básicamente, tres componentes: costos de generación, de transporte y margen de distribución.
La generación es la parte que recibe subsidios del Estado nacional y, en términos generales, es similar para todas las distribuidoras del país. El costo del transporte (brindado por Transener) tampoco difiere mucho de una a otra.
La gran diferencia está en el valor agregado por distribución. Este costo varía según la densidad poblacional: a mayor escala, el costo unitario es más bajo y esto beneficia a las empresas que operan en conglomerados como Capital Federal o el Conurbano.
Pero, el margen de las distribuidoras es distinto: mientras Edenor, Edelap, o Edesur (las privatizadas que actúan en Buenos Aires) tienen tarifas congeladas desde la convertibilidad, Epec (y otras firmas provinciales como EPE) comenzó a actualizar sus valores desde 2008. De esta forma, la entidad cordobesa pretende cubrir sus costos operativos y salariales, además de realizar inversiones.
Por esta razón, en las firmas que operan en el Gran Buenos Aires el margen de distribución tiene un peso muy bajo en el valor total y, por ende, el peso del subsidio nacional (que se aplica sobre la generación) es más relevante. Se podría decir que en estos casos, las empresas otorgan un subsidio implícito al afrontar pérdidas por no actualizar sus tarifas.
En Córdoba, se suma el hecho de que Epec es una firma generadora (Edenor, Edelap, Edesur o EPE son sólo distribuidoras) y esta actividad le genera pérdidas, que también deben ser cubiertas por la tarifa.
Más información
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Según un ejemplo que difundió el diario La Nación , un hogar del barrio de Núñez en Capital Federal, por un consumo bimestral de 570 kilovatios debe pagar a Edenor 61,71 pesos si pide mantener el subsidio y 364,25 pesos (490 por ciento más) si se le quita el beneficio.
Estos valores están muy lejos de lo que paga un usuario de Córdoba. Para un período similar, en la ciudad capital se abonaron 341,10 pesos por un consumo de 642 kilovatios. Si a este monto se le agrega el subsidio del Estado nacional (Epec todavía no estableció a quién se lo quitará) el total sería de 602,45 pesos. Esta boleta incluye el incremento de la tarifa de 15 por ciento desde el 1° de diciembre (la mitad del período facturado). A este aumento se le agregará otro de 11,3 por ciento a partir de los consumos de marzo.
La propia factura de Edenor le explicita al usuario que por el mismo consumo en Epec debería pagar 520,41 pesos y en EPE (Santa Fe) 456,08 pesos.
Situaciones desparejas. En la boleta se pueden ver las diferencias en los distintos rubros que componen el monto final que debe pagar el usuario, las cuales obedecen a razones más estructurales.
En su factura bimestral, este usuario de Edenor paga un cargo fijo de 15,76 pesos por 60 días. En cambio, en Epec, este monto es de 23,32, más dos cargos transitorios por obras de 4,58 pesos y 5,66 pesos. En total son 33,56 pesos. Para comparar, empresas como EPE (Santa Fe) o Edesal (San Luis) también tienen valores distintos: 36,16 y 4,68 pesos, respectivamente.
El otro componente de la tarifa, el costo del kilovatio consumido también tiene una gran disparidad. Al usuario de Capital Federal, Edenor le factura 0,3650 peso por kilovatio (ó 0,042 con el subsidio nacional).
En cambio, Epec cobra un valor escalonado para el consumo. En el ejemplo, por los primeros 240 kilovatios la tarifa es de 0,7113 peso; para los siguientes 160 kilovatios, 0,8898 peso; y para los últimos, 0,9057 peso.
En Santa Fe, la EPE también aplica tarifas escalonadas: por los primeros 120 kilovatios, 0,50823 peso; por los segundos 120, 0,55325 peso y por los últimos, 0,7216 peso. En San Luis, se cobra 0,51 por kilovatio.
En todos los casos, los valores en las provincias (sin subsidio nacional) son superiores.
Costos estructurales. ¿Cómo se explican estas disparidades? En primer lugar, hay que tener en cuenta que las tarifas de electricidad tienen, básicamente, tres componentes: costos de generación, de transporte y margen de distribución.
La generación es la parte que recibe subsidios del Estado nacional y, en términos generales, es similar para todas las distribuidoras del país. El costo del transporte (brindado por Transener) tampoco difiere mucho de una a otra.
La gran diferencia está en el valor agregado por distribución. Este costo varía según la densidad poblacional: a mayor escala, el costo unitario es más bajo y esto beneficia a las empresas que operan en conglomerados como Capital Federal o el Conurbano.
Pero, el margen de las distribuidoras es distinto: mientras Edenor, Edelap, o Edesur (las privatizadas que actúan en Buenos Aires) tienen tarifas congeladas desde la convertibilidad, Epec (y otras firmas provinciales como EPE) comenzó a actualizar sus valores desde 2008. De esta forma, la entidad cordobesa pretende cubrir sus costos operativos y salariales, además de realizar inversiones.
Por esta razón, en las firmas que operan en el Gran Buenos Aires el margen de distribución tiene un peso muy bajo en el valor total y, por ende, el peso del subsidio nacional (que se aplica sobre la generación) es más relevante. Se podría decir que en estos casos, las empresas otorgan un subsidio implícito al afrontar pérdidas por no actualizar sus tarifas.
En Córdoba, se suma el hecho de que Epec es una firma generadora (Edenor, Edelap, Edesur o EPE son sólo distribuidoras) y esta actividad le genera pérdidas, que también deben ser cubiertas por la tarifa.
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