No es chicana. Así lo dice la majestuosa entonación de casi 70 años. La mística del Peronismo. Mística que funciona en el oficialismo. Porque en la oposición las peleas son muchas y las disputas, más. Si el gobierno nacional es el que ordena al Movimiento, salir del Ejecutivo al llano no lo desordena pero si lo descoordina.
Las PASO 2017 tienen algunos datos interesantes. Prometo que será la última. Ya dejaremos de aprovecharnos de esos datos para discutir por estos pagos. De hecho, venía pensando en desensillar hasta que Generales. Pero hubo tres cosas que me picaron el bichito. Primero, esta entrevista que ví ayer (ya tiene algunas semanas). Julio Bárbaro, picante, se la agarra con la familia: “el Kirchnerismo desapareció y el Peronismo quedó muy herido en terapia intensiva”. Segundo, anoche Cristina Fernández de Kirchner retomó la mística que se había olvidado los últimos meses. Sonó, se cantó y todo. Tercero, los gobernadores del Partido Justicialista (PJ) haciendo un llamado a Sergio Massa. Para ver si estaba ahí.
¿Qué tiene que ver un radiador con el proceso de asignación presupuestaria? Bueno, bastante. Las elecciones generales de octubre serán la segunda instancia en donde la interna del Peronismo dirima votos, estructuras territoriales, dirigentes, candidatos y aspiraciones electorales para el 2019. Si el Kirchnerismo empezó a “peronizar” (si, también es un verbo) su campaña, entonces la disputa interesante será al interior del Movimiento. Las PASO no escaparon a eso.
Doña Rosa pregunta de dónde se agarra Leviatán. Acá va el primer dato interesante. Este gráfico de DiegoReynoso que publicó acá muestra que el Peronismo desunido le hizo el juego a Cambiemos. Sumando PJ y Kirchnerismo hubiera sido una elección mucho más concentrada (no polarizada, como acá explican @ellorpolitico y Pablo Garibaldi).
Si la división del Movimiento fue significativa en términos del resultado electoral, entonces alguna regularidad tiene que haber si comparamos las estrategias de competencia para PASO 2017 del PJ y el Kirchnerismo (a partir de ahora K para ahorrar espacios). Porque si hay algo que sobran en esta época del open source son datos electorales abiertos. Entonces armé esta tabla, parecida a la de notas anteriores. Mucho de esto surgió de una charla/debate con los amigos de Beers&Politics. Discriminé en cada provincia si el PJ fue unido o bien si se presentó alguna lista K por fuera. Me basé en datos de #CuadernosElectorales de CIPPEC y en medios provinciales para identificar si esto efectivamente era así y sus respectivos nombres. Va la tabla.
¿Qué es lo primero que sacamos en limpio? En 9 provincias sobre 24 (casi el 40%) hubo listas K separadas del PJ oficial en el distrito. No hay muchos puntos en común en estas provincias porque hay de todo: se separaron en provincias chicas, medianas y grandes[1]. Sin embargo, si observamos la columna de “oficialismo provincial” (donde se indica si el PJ en cualquiera de sus formas gobierna la provincia o no), solamente en 2 de esas 9 es oposición: Buenos Aires y Jujuy, las dos perdidas en 2015. Qué justa casualidad.
Una posible explicación puede ser que los gobernadores y los líderes peronistas locales intentaron armar (o forzaron) listas de unidad juntando a todas las líneas del Movimiento, pero no lo lograron. Esto lo refuerzo porque de esas 9 provincias, habilitaron la competencia en las PASO solamente en 3: Chaco, Jujuy y Salta, donde hubo 6 listas en cada una. Pero…si tienen las PASO, si tienen las herramientas, si tienen los mecanismos. ¿Para qué? ¿Por qué?
Rodrigo Zarazaga dice que el sentimiento peronista está dividido. Julio Burdman suma que los votos están, pero lo que no está es el liderazgo nacional. Y yo agrego: tampoco está el provincial. Si en casi el 40% de las provincias hubo listas K separadas del PJ oficialista provincial y de ellas solo el 20% no es gobierno en la provincia, entonces hay cuestionamientos al liderazgo legitimado del distrito. Cuantos peronistas que piensan distinto. De modo que una posible explicación pueda ser la decisión de ir con lista única y el que no acata, puede ir por afuera. Todos unidos…
¿Qué más sacamos, Leviatán? Podemos decir algo del resultado. Solo en 2 provincias salió en 1° lugar la lista K (Buenos Aires y Tierra del Fuego). En todas las demás, de 3° puesto para abajo. Y de esas provincias, solo Córdoba tiene magnitud grande como para que entre algún diputado que haya competido por fuera del oficialismo peronista local.
El PJ, en cambio, donde fueron separados y son oficialismo provincial, solo en 2 de 7 casos no salieron primeros. En Córdoba Cambiemos tuvo el 1° lugar y en Tierra del Fuego fueron superados por la lista K. En los únicos dos casos donde no eran oficialismo provincial, el resultado es una mano para cada jugador: en Buenos Aires PJ salió 4° y kirchnerismo 1°, en Jujuy PJ salió 2° y MILES 5°.
El Kirchnerismo por fuera del PJ no es negocio. Sino, que te la cuenten en dos distritos mediatizados: todos juntos, en Santa Fe salieron primeros, y en CABA segundos y cómodos opositores. Más aún, en las 15 provincias donde compitieron juntos, el primer lugar fue para el PJ en 7 distritos (47%) y en otros 7 salieron segundos (3° solamente en Neuquén).
La crisis del Movimiento, sin dudas, no se resolverá en octubre. Tampoco se arreglará en la futura Cámara de Diputados ni en el Senado. Se medirán el aceite en el largo proceso del 2019. Como dijimos con @LaraLin78 hace unas semanas, la fragmentación del FPV/PJ, como la de la de los “radicales” allá por el 2003, está territorializada. Nuevos huérfanos, vaticina Juan Carlos Torre. Nagasaki, dicen @PabloTouzon y @Tintalimon.
En Casa Rosada, sonríen. Que mejor que no escuchar lo que dice la Marcha.
Las PASO 2017 tienen algunos datos interesantes. Prometo que será la última. Ya dejaremos de aprovecharnos de esos datos para discutir por estos pagos. De hecho, venía pensando en desensillar hasta que Generales. Pero hubo tres cosas que me picaron el bichito. Primero, esta entrevista que ví ayer (ya tiene algunas semanas). Julio Bárbaro, picante, se la agarra con la familia: “el Kirchnerismo desapareció y el Peronismo quedó muy herido en terapia intensiva”. Segundo, anoche Cristina Fernández de Kirchner retomó la mística que se había olvidado los últimos meses. Sonó, se cantó y todo. Tercero, los gobernadores del Partido Justicialista (PJ) haciendo un llamado a Sergio Massa. Para ver si estaba ahí.
¿Qué tiene que ver un radiador con el proceso de asignación presupuestaria? Bueno, bastante. Las elecciones generales de octubre serán la segunda instancia en donde la interna del Peronismo dirima votos, estructuras territoriales, dirigentes, candidatos y aspiraciones electorales para el 2019. Si el Kirchnerismo empezó a “peronizar” (si, también es un verbo) su campaña, entonces la disputa interesante será al interior del Movimiento. Las PASO no escaparon a eso.
Doña Rosa pregunta de dónde se agarra Leviatán. Acá va el primer dato interesante. Este gráfico de DiegoReynoso que publicó acá muestra que el Peronismo desunido le hizo el juego a Cambiemos. Sumando PJ y Kirchnerismo hubiera sido una elección mucho más concentrada (no polarizada, como acá explican @ellorpolitico y Pablo Garibaldi).
Si la división del Movimiento fue significativa en términos del resultado electoral, entonces alguna regularidad tiene que haber si comparamos las estrategias de competencia para PASO 2017 del PJ y el Kirchnerismo (a partir de ahora K para ahorrar espacios). Porque si hay algo que sobran en esta época del open source son datos electorales abiertos. Entonces armé esta tabla, parecida a la de notas anteriores. Mucho de esto surgió de una charla/debate con los amigos de Beers&Politics. Discriminé en cada provincia si el PJ fue unido o bien si se presentó alguna lista K por fuera. Me basé en datos de #CuadernosElectorales de CIPPEC y en medios provinciales para identificar si esto efectivamente era así y sus respectivos nombres. Va la tabla.
¿Qué es lo primero que sacamos en limpio? En 9 provincias sobre 24 (casi el 40%) hubo listas K separadas del PJ oficial en el distrito. No hay muchos puntos en común en estas provincias porque hay de todo: se separaron en provincias chicas, medianas y grandes[1]. Sin embargo, si observamos la columna de “oficialismo provincial” (donde se indica si el PJ en cualquiera de sus formas gobierna la provincia o no), solamente en 2 de esas 9 es oposición: Buenos Aires y Jujuy, las dos perdidas en 2015. Qué justa casualidad.
Una posible explicación puede ser que los gobernadores y los líderes peronistas locales intentaron armar (o forzaron) listas de unidad juntando a todas las líneas del Movimiento, pero no lo lograron. Esto lo refuerzo porque de esas 9 provincias, habilitaron la competencia en las PASO solamente en 3: Chaco, Jujuy y Salta, donde hubo 6 listas en cada una. Pero…si tienen las PASO, si tienen las herramientas, si tienen los mecanismos. ¿Para qué? ¿Por qué?
Rodrigo Zarazaga dice que el sentimiento peronista está dividido. Julio Burdman suma que los votos están, pero lo que no está es el liderazgo nacional. Y yo agrego: tampoco está el provincial. Si en casi el 40% de las provincias hubo listas K separadas del PJ oficialista provincial y de ellas solo el 20% no es gobierno en la provincia, entonces hay cuestionamientos al liderazgo legitimado del distrito. Cuantos peronistas que piensan distinto. De modo que una posible explicación pueda ser la decisión de ir con lista única y el que no acata, puede ir por afuera. Todos unidos…
¿Qué más sacamos, Leviatán? Podemos decir algo del resultado. Solo en 2 provincias salió en 1° lugar la lista K (Buenos Aires y Tierra del Fuego). En todas las demás, de 3° puesto para abajo. Y de esas provincias, solo Córdoba tiene magnitud grande como para que entre algún diputado que haya competido por fuera del oficialismo peronista local.
El PJ, en cambio, donde fueron separados y son oficialismo provincial, solo en 2 de 7 casos no salieron primeros. En Córdoba Cambiemos tuvo el 1° lugar y en Tierra del Fuego fueron superados por la lista K. En los únicos dos casos donde no eran oficialismo provincial, el resultado es una mano para cada jugador: en Buenos Aires PJ salió 4° y kirchnerismo 1°, en Jujuy PJ salió 2° y MILES 5°.
El Kirchnerismo por fuera del PJ no es negocio. Sino, que te la cuenten en dos distritos mediatizados: todos juntos, en Santa Fe salieron primeros, y en CABA segundos y cómodos opositores. Más aún, en las 15 provincias donde compitieron juntos, el primer lugar fue para el PJ en 7 distritos (47%) y en otros 7 salieron segundos (3° solamente en Neuquén).
La crisis del Movimiento, sin dudas, no se resolverá en octubre. Tampoco se arreglará en la futura Cámara de Diputados ni en el Senado. Se medirán el aceite en el largo proceso del 2019. Como dijimos con @LaraLin78 hace unas semanas, la fragmentación del FPV/PJ, como la de la de los “radicales” allá por el 2003, está territorializada. Nuevos huérfanos, vaticina Juan Carlos Torre. Nagasaki, dicen @PabloTouzon y @Tintalimon.
En Casa Rosada, sonríen. Que mejor que no escuchar lo que dice la Marcha.